Carta a Belén

telecinco.es 25/03/2015 17:48

Querida Belén:

La noticia de tu participación en el concurso generó controversia desde el minuto cero, como cada una de las cosas que has dicho y hecho desde tu primera aparición en televisión desde hace más de 15 años. Sin perder fuelle. Sin pasar desapercibida para nadie. Al igual que toda tu trayectoria en el reality tal y como comprobarás a tu salida de la casa.

Cada uno de los concursantes de Gran Hermano VIP teníais un gran compromiso más allá de las cláusulas y condiciones de vuestros contratos. Una responsabilidad por y para el público, seguidores acérrimos de Gran Hermano, quienes confiaron en que en esta tercera entrega de GhVIP ofreceríais un espectáculo a la altura de las expectativas. Un medio y un fin para lograr engancharles con vuestras historias, hacerles sentir parte de ellas y, en definitiva, conseguir divertir al espectador haciendo que por tan sólo unas horas se olvidaran de sus rutinas, de sus problemas y dificultades diarias, centrándose únicamente en disfrutar.

Conseguir apaciguar la soledad de aquellos que en cualquier momento del día conectarán con vosotros mediante el canal 24 horas de MiTele, llegando a desarrollar una familiaridad con todos vosotros con la que poder vivir intensamente esta experiencia y poder sentir que durante estas semanas han logrado conoceros realmente, más allá de vuestros personajes televisivos.

Muchos de tus compañeros han pasado por alto estas obligaciones. Unos enfocando todos sus esfuerzos en poder alcanzar el preciado maletín con estrategias tremendamente aburridas. Y otros han intentado pasar por el concurso sin pena ni gloria, sin mojarse, sin desvelar su verdadera personalidad y mostrándose lejanos con el público, para así no destapar sus defectos y debilidades para protegerse a ellos mismos.

Pero Belén, tú no nos has decepcionado, demostrando haber sido una apuesta segura como animal televisivo, aun adentrándote en un terreno hasta ahora desconocido para ti, muy lejano a nuestro Universo Sálvame en el que tan cómoda te sientes.

Te has entregado al concurso en cuerpo y alma, viviéndolo lo más intensamente posible y dejando que te calara dentro, permitiendo que te afectara a todos los niveles, emocionales, personales, e incluso llegando a desestabilizar en algunas ocasiones tu propia salud, con algún que otro susto que nos diste, manteniendo en vilo a la organización del programa, a tu familiares, a tus amigos y a tus compañeros.

A pesar de todas tus subidas y bajadas, mantuviste intacta tu palabra, las promesas que hiciste antes de embarcarte en esta aventura, y aunque tuviste momentos de flaqueza en los que amenazabas con abandonar, siempre conseguiste remontar a tiempo, recordándote a ti misma quien eres y negándote a tirar la toalla, respetando la opinión de la audiencia votante, quien siempre debía ser quien decidiera cuando debías salir de la casa de Guadalix.

He de reconocer que tuve serias dudas sobre si lograrías respetar el juramento que te obligué a hacer antes del concurso, el mismo que hiciste a tu hija y que tantas veces has recordado, pero has conseguido sorprenderme y muy gratamente. Y tu recompensa se traduce en que ahora mismo, a 24 horas de la final del concurso, pueda estar escribiéndote estas líneas sin la posibilidad de que aún puedas leerlas, porque a pesar de todo, el público ha dejado claro que quería y necesitaba mantenerte ahí dentro hasta el último momento.

Pero todo no serán felicitaciones y golpecitos de aprobación en tu espalda. En cuanto pongas un pie fuera de esa casa, te esperan críticas y reproches de diversa índole. Muchos de ellos fundados e incluso necesarios que vendrán de parte de tu círculo más cercano hasta de completamente desconocidos.

Porque, aunque nos hayas divertido y emocionado hasta límites insospechables, vas a tener que enfrentarte a todos los errores que has cometido durante estos meses.

Tengo que reconocerte que muchas veces he defendido lo indefendible y que tendremos que tener una charla fuera de plató, pero que pese a los insultos, las críticas, el palmerismo y la obcecación... Lo hice desde el pleno convencimiento y desde el corazón, por muy solo que me sintiera en mi defensa en tantas ocasiones y aunque haya tenido que enfrentarme día tras día a personas a las que guardo tantísimo cariño.

Pero, como bien apuntaba Jorge Javier desde Sálvame, absolutamente nadie habría pasado semejante filtro al estar expuesto al público las 24 horas del día durante casi tres meses. Y, en ese sentido, tu protagonismo y tu fama ha jugado en tu contra ya que, para bien o para mal, las miradas siempre se han centrado en ti.

Los tuyos han vivido con alegría y, en ocasiones, con angustia, tu paso por el reality. Han reído y han llorado contigo, se han emocionado con tus incesantes declaraciones de amor a tu hija, a tu madre, a tu Miguel. A toda tu familia.

Y quiero que tengas claro que no sólo me he limitado en el apoyo televisivo y en los medios, sino también estando al lado de los tuyos, de tu familia, de los que más quieres. Pues, a veces, participar en un reality es mucho más duro para los que se quedan fuera que para los que entran.... Por lo que esa tranquilidad la tienes que tener, pues han contado con mi apoyo y consejos desde el minuto cero.

A pesar de que muchos hayan querido subirse al carro, afirmando que tu participación en GhVIP ha sido el principio de tu fin, confío en que esta experiencia te beneficie a nivel profesional y personal y que, sobre todo, te haya servido para recordarte a ti misma y para demostrar al resto del mundo que Belén Esteban está en su mejor momento. Que después de una dura etapa llena de sombras, con valentía, esfuerzo, sudor y lágrimas, has conseguido finalmente poder decir con sinceridad y convencimiento “Estoy bien y soy feliz”. Y, sin duda, ese el mayor premio que has podido obtener, muchísimo mayor al maletín, al premio económico, al reconocimiento del público...

No sé si mañana ganarás el concurso o no, lo que quiero que sepas es que me he entregado en cuerpo y alma, no sólo en tu defensa, sino en que la gente no se centrara únicamente en la parte negativa que todos tenemos, sino en la positiva que tú la tienes, y que es muy grande.

Tu autenticidad, tu sinceridad, tu sentido del humor, tu generosidad, tu lealtad a los tuyos, tu fortaleza y valentía, tu entrega total al público dejándote la piel...

Suerte Belén, que mañana la suerte te acompañe y que el viernes la vida te sonría.

Tu defensor, tu compañero pero, sobre todo, tu amigo.

Kiko Hernández.

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