¿Dinero o nobleza? ¿Críticas o sinceridad?

telecinco.es 31/05/2011 19:11

Anoche pudimos comprobar que el momentazo de la pasada gala que convirtió Supervivientes en un programa del corazón puro y duro, cuando Isabel Pantoja entró telefónicamente para hablar en directo con su hijo, ha tenido resultados más que sobresalientes, y ya no sólo por la repercusión mediática a posteriori al haber podido descubrir a una Isabel Pantoja y a un Kiko Rivera hasta ahora desconocidos para todos nosotros; sino porque esa llamada logró su principal objetivo: dar ánimos al hijo de la tonadillera y persuadirle de sus intenciones de abandonar el reality.

Asombrosamente, desde esas palabras que Isabel Pantoja dedicó a su pequeño del alma, este ha dado un cambio radical a su comportamiento y actitud en el concurso. Al parecer, escuchar a su madre, a su hermano Fran Rivera, y a todo el público presente en el plató apoyándole y pidiéndole que siguiera adelante ha sido el combustible necesario para replantearse la decisión que el jueves por la noche había tomado durante la gala y empezar a convertirse en un verdadero superviviente.

Espero que Supervivientes ayude a Kiko Rivera a dar un giro a su vida que le empuje a afrontar retos, y sobre todo, a cumplir sus promesas de empezar a preocuparse por su salud y cambiar de vida.

Sin duda sería la lección más importante que aprendería en el reality más duro de nuestro país, ni adaptación al medio, ni convivencia, ni experiencia, ni el dineral que ha ganado a la semana… Y espero que lo continúe haciendo por su bien (aunque me cueste creerlo) cuando vuelva a España, y que aprenda a cuidarse a partir de ahora y a no cometer los excesos a los que estaba acostumbrado en las noches madrileñas, como él mismo ha reconocido.

Esperemos no verle dentro de unos meses, porque otro amigo traidor le ha vuelto a grabar dándose cabezazos contra una persiana, saliendo del coche para bailar en medio de la Castellana, o cualquier cosa de estas a las que nos tenía acostumbrado…

Durante "El Debate" también pudimos ver cómo el justo y merecido castigo que la organización del programa había impuesto a Toni Genil, dio por finalizado, y valorando su cambio de actitud le recompensaron con pasar unos momentos junto a su amiguísima Loli Álvarez y disfrutar de un tentempié para la velada.

Espero de corazón que su castigo disciplinario haya servido realmente de algo, y que no tengamos que volver a comprobar que tras el carácter dulce, y bondadoso de este friki que se chocó contra la Cibeles, se oculta un energúmeno al que no le tiembla la voz al llamar “zorra, guarra o hija de puta” a su compañera, y que curiosamente, de entre todos los machos ibéricos con los que comparte isla y con los que ha tenido alguna que otra movida, únicamente se atreve a insultar, despreciar y humillar a las mujeres. Por su propio bien espero que ahorre mucho dinero para su jubilación porque me temo que esto es lo último que va a hacer en televisión...

Por otro lado, dos de los supervivientes han sufrido algún que otro percance durante los últimos días, pero que, por suerte, todo ha quedado en agua de borrajas: Tamara Gorro ha sufrido un desmayo debido a una fuerte deshidratación y ya se encuentra totalmente recuperada, y José Montalvo ha sufrido la picadura de una manta raya al intentar pescarla por lo que deberá mantener el brazo en cabestrillo durante varios días.

Mientras, Rosa Benito está metida en todos los fregados, pero también desempeña un papel importante: intentar apaciguar los conflictos que van surgiendo en la isla. Como cuando aun llevándose mal con Toni Genil, le recriminó a Tamara que no quisiera compartir un coco con él, demostrando ser ante todo una buena compañera.

Aunque me temo que si Rosa tuviera conocimiento de que los problemillas y disgustos que están teniendo en esa isla no son nada en comparación con lo que le espera a su vuelta a España, no daría tanta importancia a si Tamara mordisquea el trozo de coco de Sonia Monroy, o si Toni consigue sacarle el Venenito que lleva dentro…

Como ya os imagináis me refiero al delicado estado de salud en el que se encuentra su cuñado José Ortega Cano tras haber tenido un accidente de tráfico la noche del pasado sábado.

Sin duda alguna, si Rosa Benito conociera esos datos, su participación en el reality podría dar un giro inesperado… Pero, ¿decidirán transmitir a Rosa la trágica noticia?

Los encargados de tomar esa difícil decisión son su marido, Amador Mohedano, y su hija, Chayo Mohedano, que por el momento parece ser que prefieren guardar silencio y mantener a Rosa al margen de los últimos sucesos familiares.

Sinceramente no me gustaría estar en su pellejo, aunque si me encontrara en su situación no dudaría en comunicarle lo sucedido y el estado en el que se encuentra su cuñado, para que así, Rosa, teniendo toda la información en sus manos, fuera libre de tomar sus propias decisiones, de marcharte del reality o de continuar concursando, pero sabiendo la realidad de la trágica situación que está pasando su familia en estos momentos, y sopesando lo adecuado, lo correcto o lo más inteligente, siendo ella misma quien pusiera en una balanza las razones que le hicieran decantarse por hacer caso a su cabeza o a su corazón…

Porque ¿no nos gustaría a cualquiera de nosotros tener pleno conocimiento de si una persona querida se encuentra en un estado crítico de salud tras sufrir un grave accidente? ¿Qué es lo más importante, concursar en un reality que te ofrece la posibilidad de dar a los tuyos todo aquello que quieren y necesitan, o estar con los tuyos en esos momentos en los que aunque no puedas hacer nada el único consuelo que existe es rodearte de tus personas queridas y darse apoyo unos a otros?

Ya que en este asunto existen varias posibilidades o factores que pueden dar sentido al silencio adoptado por parte de Amador y Chayo:

Primero: Que tanto el marido como la hija piensen que no hay necesidad de que Rosa, aparte de pasar penurias en esa isla intentando mantenerse fuerte física y mentalmente para afrontar ese reto que trae consigo la falta de agua y comida y la difícil convivencia en situaciones extremas; además tenga que hacer frente a llevar en su cabeza segundo tras segundo que su cuñado se encuentra sedado y con respiración asistida tras varias operaciones al haber sufrido una accidente en el que ha fallecido la otra persona. Un peso que sin duda en esas condiciones sería muy difícil de superar…

Segundo: Tanto el marido como la hija saben perfectamente que si Rosa decidiera abandonar el concurso tras conocer la noticia, traería consigo una importante pérdida económica, ya que al no tratarse de un familiar directo de Rosa, y no haberle incluido en ninguna cláusula, en el supuesto de abandonar el reality tendría que pagar una fuerte suma de dinero, además de no cobrar ni un solo céntimo de todas las semanas que mi compañera ha estado concursando con uñas y dientes en Honduras.

Tercero: Que tanto el marido como la hija consideren que no es necesario darle ese disgusto a Rosa ya que esta realmente no puede hacer nada por ayudar a su cuñado ni estando en Honduras ni estando en España y prefieren que siga adelante con esa aventura que tanto ilusión le hacía.

Cuarto: Que tanto el marido como la hija quieran proteger a Rosa y no ponerle en la tesitura de tomar esa difícil

decisión, ya que en el caso de decidir permanecer en la isla, la lluvia de críticas hacia mi compañera estaría cantada.

¿Cuál pensáis que será la respuesta correcta? ¿O más bien que el orden de los factores no altera el producto y que la decisión de guardar silencio por parte de Amador y Chayo se debe realmente a una mezcla de todas las anteriores?

Personalmente, en el caso de encontrarme en la situación de Amador y Chayo o en la de Rosa, me guiaría por una clave fundamental: el tipo de relación que exista con la persona que se encuentre en la situación de Ortega Cano.

Y no me refiero a la relación familiar que les une, que aunque en una clausula tenga importancia, en la vida real carece de ella, porque lo verdaderamente valioso no es el vínculo de sangre que les una, si no el cariño que Rosa pueda tener a Ortega Cano, lo que le quiera o lo importante que sea para ella en su vida.

Por esa razón, si yo fuera quien hubiera ido a Supervivientes, sin duda alguna habría añadido al estado de salud de los familiares directos como causa de abandono justificable, a otras personas que aunque sean amigos, en caso de sucederles cualquier cosa me habría vuelto a España nadando.

Y basándonos en todo lo que Rosa ha hablado sobre Ortega Cano desde que la conocemos, y que siempre ha confesado querer mucho a su cuñado, doy por hecho que es así… Por lo que en su lugar querría y necesitaría saber si algo le ha sucedido aunque mi presencia en España no pudiera hacer que esa persona mejorara milagrosamente, o, en el caso de tener un trágico desenlace, desearía tener la oportunidad de despedirme de esa persona.

Es más, en el caso de Rosa Benito no creo que sólo tenga importancia la relación que le una a su cuñado, si no la relación que le unía a su cuñada Rocío Jurado, a la que adoraba, con la que ha trabajado durante años y a la que ha acompañado allí donde fuera, estando a su vera hasta los últimos días de su vida.

¿A Rocío Jurado no le gustaría que, ya que por desgracia ella no puede hacerlo, fueran todos ellos quienes estuvieran al pie del cañón acompañando a Ortega Cano en estos momentos?

Y sobre todo, ¿no le gustaría a Rocío que estuvieran ahí acompañando a sus hijos en estos momentos tan duros? Porque no olvidemos que se trata de unos niños que han perdido a su madre hace unos años, y que ahora mismo se enfrentan a que su padre se encuentra en estado grave ingresado en un hospital.

Porque está muy bien emocionarse al escuchar sus canciones, hacerle un museo en su honor porque le gustaría ver el homenaje que le hacen los suyos… Pero posiblemente, estos sean los momentos que tomen mayor relevancia si quieres honrar la memoria de un ser querido: cuidar a los suyos cuando ellos ya no pueden hacerlo.

En fin, que todas las partes se encuentran ante una dificilísima decisión que seguramente traerá consigo multitud de críticas hagan lo que hagan:

Opción 1: Amador y Chayo quedan como unos peseteros al no permitir que comuniquen a Rosa el estado de Ortega Cano.

Opción 2: En el caso de comunicarle lo sucedido, Rosa decide permanecer en la isla pese al estado de Ortega Cano porque su marido le ha pedido que siga concursando ya que no puede solucionar nada, e inevitablemente queda ante el público como una pesetera y en la primera ocasión que se suba a la palestra sale expulsada por goleada de votos.

Opción 3: En el caso de comunicarle lo sucedido, Rosa decide quedarse pero no puede con la carga moral y pide a todos sus compañeros que le nominen y así intentar volver a España sin pagar la sanción, y antes de que suceda algo peor.

Opción 4: Todos quedan fantásticamente bien, Amador y Chayo deciden hablar con Rosa y entre todos deciden que se hacen cargo de la sanción económica y vuelve rápidamente para España.

¿Qué opináis, confesores? ¿Cuál será el desenlace de esta dramática historia? Esperamos que todas las opciones posibles tengan como factor común que Ortega Cano sea capaz de superar esas críticas 48 horas y que mejore favorablemente.

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