El viernes 11 de septiembre, muchas familias despertaban con la noticia del día: Belén Esteban podría perder la custodia de su hija Andrea tras la carta enviada al fiscal por el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, para investigar si la colaboradora estaba exponiendo en demasía la vida privada de una menor en los diferentes medios de comunicación, a raíz de siete cartas de anónimos que le habían llegado a su poder..
Uno de los hogares que recibía la noticia se encontraba en el madrileño barrio de San Blas, hogar que, como ya suponéis, es el de Belén Esteban Menéndez.
A partir de ahí, os podréis imaginar lo que puede suceder con una persona enferma de diabetes y que siente verdadera adoración por su hija: subida de 560 de azúcar, lágrimas desconsoladas y, mientras la joven madre coraje no es capaz de incorporarse de su cama, el teléfono echando humo, tres unidades móviles de televisión esperando recoger las primeras declaraciones de Belén en la puerta de su vivienda y una familia derrumbada ante la filtración de esa carta que jamás tenía que haber sido objeto de una ‘”exclusiva’’.
Para más inri, el Defensor del Menor aconseja que no se difunda en ningún medio de comunicación el contenido de dicha carta, precisamente para proteger a la menor. Pero, pocos minutos después de su filtración, aparece él mismo en una televisión pública haciendo un ejercicio de hipocresía como pocos he sido testigo y capaz de contemplar, donde se encargaría de afirmar el contenido de esa carta en un programa matinal, mientras su compañero y ex Defensor del Menor entre 1996 y 2001 hacía caja participando en otros coloquios que trataban el tema en la cadena triste y lucrándose precisamente hablando de una menor, una menor de las tantas que se supone protegía hace nueve años.
Es inaceptable, rastrero, vil y nauseabundo, el juego sucio que se está empleando, las malas artes y el poco respeto hacia las personas, llámense Belén Esteban o Margarita Fernández. Por no hablar de ciertas cadenas y profesionales que anteponen sacrificar los sentimientos de una menor y su madre por conseguir unos picos de audiencia o por ser el primer medio de comunicación en dar la exclusiva.
La única denuncia al parecer que existe y presentada el pasado viernes al Juzgado de Instrucción de Guardia de Madrid para que investigue este presunto delito, es la de la Organización Impulsora del Discapacitado (O.I.D) por prevaricación y revelación de secretos contra el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, por solicitar a la Fiscalía que actúe contra Belén Esteban argumentando en dicha denuncia que, "siendo la diabetes una enfermedad discapacitante crónica, ha iniciado las acciones legales oportunas tendentes a defender a las personas con discapacidad" y ha iniciado una campaña de recogida de firmas para apoyar a Belén Esteban.
Desde Internet y a través de distintas redes sociales como facebook, se están recogiendo apoyos que superan en muchas web las 2.000 firmas para recordarle a Belén que no está sola y contrarrestar -por no decir dejar en ridículo- a las siete personas anónimas que han escrito al Defensor del Menor. Siete cobardes que no dan la cara, siete freakys que no denuncian los hechos en un juzgado, si para ellos la actuación de la colaboradora en sus distintas intervenciones reviste una gravedad tan importante.
Yo este fin de semana me he hecho multitud de preguntas que seguramente no tengan respuesta jamás, pero que quiero manifestarlas por si alguno de vosotros, fieles confesores, tenéis la respuesta:
¿Por qué si la noticia llevaba pululando por todas las redacciones ocho días, como así afirmara Paloma García Pelayo desde el programa de AR, y dado que se puede considerar un bombazo informativo como así hemos podido comprobar ya que fue la noticia que abrió los informativos de Matías Prats en la cadena triste, sale a la luz el viernes 11, día en el que casualmente estaba confirmada la asistencia de Belén en Sálvame de Luxe para aclarar los motivos de su separación con Fran?
¿El Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid no tiene temas más importantes que tratar, como por ejemplo la falta de escolarización de muchísimos niños en el barrio de '”La Cañada”, por decir uno de ellos, que sin embargo tiene que aconsejar y divulgar a los cuatro vientos la carta-recomendación hacia Belén Esteban?
¿Belén Esteban es la única famosa que habla en los medios de comunicación de su hija o, por el contrario, las revistas del corazón semana sí y semana también nos muestran y venden menores? Eso sí con más pedigrí.
¿El Defensor del Menor no actúa cuando ve en los mismos medios de comunicación en los que -según él- escucha a Belén Esteban hablando en demasía de su hija, a un padre de nombre Jesús Janeiro que también habla de su hija y que, además y según confirma su madre, pasa absolutamente de ella?
Son preguntas que demuestran el error cometido, en definitiva y como se titula este post, la envidia del poder y que están formuladas no desde el amor de compañero sino desde la evidente injusticia.
Desde este confesionario, hoy más que nunca gritamos “Arriba la Esteban” y cerramos con un vídeo del inigualable ULAP2 que seguramente hará sonreír a nuestra querida Belén haciéndole olvidar la noticia que, como ella comentó en Sálvame, le jodió la vida.