¿Para cuándo los grupos y los conflictos?

telecinco.es 03/02/2012 17:02

Al final va a ser verdad que esta va a ser la edición con menos malos rollos de la historia de Gran Hermano, porque ya llevan tres semanas ahí metidos y quitando cuatro chorradas sin importancia, ¡no se ha prendido la llama!

Una amiga mía me decía hace unos días que este es el primer año en el que no se siente identificada con ningún concursante de la casa por lo que le está costando más sentirse partícipe de esta edición como espectadora. Y yo creo que este año estamos echando de menos los tan comentados grupos, que normalmente a pocos días de comenzar el reality se van definiendo y empezando a mover sus fichas, ¿vosotros no lo echáis de menos?

A mí personalmente me engancha ver cómo dos grupos se enfrentan y comprobar que normalmente los que forman parte del más numeroso van desfilando uno a uno camino de los estudios de Telecinco, cómo comienzan a formarse los verdaderos conflictos que van dando vidilla a la casa y desencadenando las estrategias en el concurso, y sobre todo, que empecemos a conocer la verdadera personalidad de los concursantes cuando se les empieza a olvidar que su prioridad es poner buena cara frente a la cámara…

Anoche finalmente tuvo lugar la entrada de Aris a Gh12+1 pudiendo ponerle cara, tanto nosotros como sus compañeros de concurso, que desde el primer momento se mostraron reacios a que alguien hubiera pagado por entrar en la casa. Pero uno a uno fueron cambiando de opinión nada más enterarse de que los 69.100 euros serían donados a la Cruz Roja.

Hecho que me sorprende después de que el lunes Mercedes Milá le comunicará a Verónica que podía informar a sus compañeros de todos los detalles de la puja. ¿Por qué ha preferido tener encabronados a sus compañeros desde el lunes?

Por otro lado, Azucena fue la segunda expulsada de esta edición por un aplastante 71.2% de los votos.

Esta chica ha estado pidiendo a gritos las 24 horas del día que le den cariño. Y me parece muy bien que lo haga si siente que lo necesita, pero son cosas que se piden a un familiar, a un amigo, a personas con las que tienes la suficiente confianza y que sabes que te van a dar aquello que necesitas, ¡pero no a 12 desconocidos qué no te conocen de nada!

Estar esperando que se tiren todo el día dándote abrazos y diciéndote lo mucho que te quieren es ilógico, porque lo único con lo que te vas a encontrar es con una nominación y una patada en el culo. ¡No se pueden pedir peras al olmo!

Su hermana en un principio intentó defender a ultranza a Azucena diciendo que con una frase había demostrado que tiene buen corazón, pero yo creo que un gran corazón no se demuestra por una frase bien dicha en un plató delante de millones de espectadores, sino con el comportamiento que tienes las 24 horas del día con los que te rodean.

Al igual que no saber convivir en esa casa y tener un carácter agrio o insoportable no te convierte en una mala persona.

Además tuvo la mala pata de dejar sus cartas al descubierto a los pocos minutos de sentarse en plató. Nada más llegar a la habitación insonorizada aseguraba a Mercedes Milá que a pesar que los rifi-rafes que tienen, todos en la casa son una piña, para minutos más tarde utilizar como defensa para su propio beneficio que en esa casa no están tan unidos como nosotros creemos desde fuera. Entonces, ¿en qué quedamos?

¡La única diferencia en sus palabras fue saberse expulsada por un 71.2% del publico votante! Con lo cual quedó demostrado que ahí arriba estuvo con la careta puesta, mientras que en la entrevista en plató, ya expulsada y fuera del programa, comenzó a mostrarnos cómo es realmente sin importarle lo que pudiéramos pensar.

Espero que su paso por la casa le haya abierto un poco los ojos, y consiga ver con algo más de objetividad que sus compañeros han reaccionado con ella tal y como habríamos hecho la mayoría, con una nominación al canto, después de que esta chica se dedique a mandar a tomar por culo, decir que si estuviera fuera nos metería una hostia y queriendo esconder tus faltas de respeto para con los demás con un “soy muy borde” mientras demuestra ser incapaz de hablar bien manteniendo una conversación en un tono normal ¡No chica, tú no llegas a borde, simplemente eres una maleducada!

Cambiando de tercio, no entiendo el debate que se ha formado acerca de si Juan está haciendo poco honor a su sacerdocio hablando de sus compañeros a sus espaldas. Yo no considero que Juan esté criticando, sino que está jugando como cualquier otro concursante.

Si Juan hubiera entrado a esa casa para ejercer de cura, entonces lo entendería, ¿pero acaso está con la sotana y el alzacuello dando misa? Es como si ahora diéramos por hecho que como Sindi recoge mandarinas, debería recolectar las aceitunas del olivo del jardín, o Pepe dar un recital de flamenco todas las noches mientras los demás cenan, o que Mary Joy tuviera que servirles la cena porque trabaje en un restaurante.

Pero aunque estemos de acuerdo en que ser cura no es una simple profesión como cualquier otra, si no más bien unas creencias que llevas a cabo como forma de vida, ser cura no le impide jugar y ser un buen concursante, y más teniendo en cuenta que actualmente se encuentra con una suspensión a divinis y que realmente no ha dicho ni hecho nada malo para ninguno de sus compañeros más allá de simples opiniones que se van formando tras la convivencia del día a día.

Deberíamos juzgar a los concursantes como personas dejando de lado las obligaciones que tengan en su trabajo fuera de esa casa, porque ahí dentro todos son exactamente iguales, y Juan por mucho que sea cura ha entrado en esa casa para jugar en Gran hermano, no para ser juzgado como sacerdote, de eso ya se encarga el Vaticano.

Lo normal es que Juan nomine, hable de sus compañeros, intente salvarse de las nominaciones y utilice sus cartas en el juego, si no, ¡estaríamos quejando justo de lo contrario y de intentar tomarnos el pelo!

Eso sí, me llamó poderosamente la atención que Juan dijera que en Gran hermano se había dado cuenta de lo mucho que echaba de menos dar misa los domingos, y que ahora tiene claro que es lo que le llena y lo que quiere hacer el resto de su vida.

O sea, ¿que llevas un montón de años ejerciendo tu vocación y necesitas entrar en Gran Hermano para darte cuenta de que ser sacerdote es tu vida? ¿O esto es como cuando entra una persona a la casa y proclama a los cuatro vientos que tiene claro lo mucho que quiere a su pareja y que quiere pasar el resto de su vida a su lado?

Porque teniendo en cuenta el promedio de éxito que han tenido las relaciones tras pasar por la casa de Guadalix… espero por Juan que estar casado con la Iglesia no forme parte de la misma probabilidad.

Por último, quiero daros las gracias a todos aquellos que me acompañáis desde las redes sociales, entre las que ya sumamos un grupo de más de 300.000 seguidores.

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