Lapsus de maldad

telecinco.es 12/03/2012 16:37

Qué sería de este reality sin los dobles juegos, las estrategias, los sentimientos desbordados… Pero cuando este popurrí se plantea en el orden e intenciones equivocadas, los concursantes pasan de ser claros finalistas a un auténtico fiasco.

Hasta el momento, Noemí despunta entre sus compañeros por ser la concursante con mayor empeño en cometer errores garrafales tanto en el número como en la forma.

El mayor y principal de todos ellos es haberse pasado por el forro las 12 ediciones que llevamos a nuestras espaldas y haberse metido en este reality obviando aquello que debería tener presente en todo momento, que es el público quien decidirá cuál será su futuro en el concurso, y viendo lo visto, ¡el suyo está cada día más negro!

Esta canaria que se vendía como guapa, alegre y arrolladora parece estar empleando todas sus fuerzas en reírse en la cara de todos sus compañeros y de la audiencia, creyéndose más lista que nadie cuando en realidad únicamente realza que su inteligencia no le da lo suficiente para comprender que la mejor estrategia es aquella que pasa inadvertida para todo el mundo.

Pero en cambio, Noemí se empeña en transmitir al espectador lo que ya ha demostrado en más de una ocasión que más detesta, las malas estrategias, la falsedad, las mentiras y un ánimo infinito de hacer daño.

Porque, ¿qué necesidad tenía Noemí de meterse en camisas de once varas sacando a relucir el nombre de la novia de Hugo durante la despedida de María? ¿Qué intentaba conseguir negando a la mayor lo que todos sus compañeros y millones de personas habíamos escuchado durante el directo de la gala?

Queda patente que esta canaria posee la dosis necesaria de envidia, prepotencia, ansias de protagonismo y mala baba necesarias para convertirse en una de las concursantes más odiadas de esta edición.

¿Y todo para qué? ¿De qué le sirve traicionar la confianza de Hugo, que hacía las veces de su mejor amigo dentro de esa casa? ¿Intentaba tomar el papel de justiciera salvaguardando el nombre de la novia de Hugo cuando ella misma fue quien animaba a María a dejarse llevar por sus sentimientos debajo del edredón? ¿O es que justo lo que más le molesta es no haber sido ella la protagonista de esa historia? Quizás ese sea el verdadero motor de sus “lapsus de maldad”…

Y ni qué decir de su especial interés en ganarse a sus compañeros del sexo opuesto a base de tonteos, tocamientos o revolcones para evitar así convertirse en su diana de las nominaciones.

Primero utilizó a Alessandro con su tira y afloja, recriminándole cada una de las cualidades que en realidad caracteriza a esta fémina, para más tarde, intentar protagonizar una bonita historia de amor de cara al público, cuando está más que claro que lo único que siempre le ha importado del italiano es darse una alegría para el cuerpo para hacer más llevadera la estancia en la casa y tener un punto menos cada jueves.

Pero como su plan resultó fallido probando de su propia medicina, ahora intenta abarcar todas las posibilidades a la desesperada, y si para ello es necesario mendigar un edredoning de Aless de vez en cuando, mientras planta un beso los morros al bailaor o saca a relucir todas sus armas para poner a mil por hora al Danonino. Pues de perdidos al rio…

Cada cual elige en su vida cuáles son sus prioridades y el precio que está dispuesto a pagar por conseguir sus objetivos, y Noemí parece no tener ningún reparo en utilizarse a ella misma como moneda de cambio.

Realmente me parece penoso el comportamiento de esta chica, y comprobar cómo está dispuesta a subestimarse de tal manera por jugar sus cartas para mantenerse una semana más en esa casa, dejando su dignidad a la altura del betún por un protagonismo efímero, y retratándose delante de toda España en un guión que le ocasionará más de un disgusto tanto a ella como a su familia.

Que en los tiempos que corren una mujer utilice esas armas como estrategia en un concurso, me resulta igual de retrógrado y machista que las barbaridades que Cristian ha soltado por su boca desde que se plantó delante de una cámara en los castings de Gh12+1.

No puedo entender cómo se ha criticado tan duramente que Aris pusiera precio contante y sonante a su estancia en la casa, y no juzguemos con la misma vara de medir que otros concursantes estén dispuestos a pagar su permanencia en el reality con cosas que tienen mucho más valor que el dinero…

Y a continuación pasamos a otro que tal baila, y nunca mejor dicho. No hay nada mejor que situar en la palestra al bailaor de flamenco para que deje de lado su faceta de graciosillo bobalicón y empiece a sacar a la luz su verdadera personalidad.

Da igual quien le pase por delante, cualquiera es apto para sus insultos o amenazas, ya sea su adorada Pipi, a la que no para de machacar hasta que rompe a llorar, o Noemí, que en esta ocasión ha pasado a convertirse en la protagonista de sus pajas mentales.

Porque, aunque las mentiras y la falsedad de la canaria ya no pillan por sorpresa a nadie, en este caso, Pepe se ha montado en su cabeza una historia para no dormir que denomina de “estrategia mortífera” por parte de la concursante.

Y es que Pepe se pasa el día tan sumido en sus propias conspiraciones que llega un momento en que la única neurona que le queda dando vueltas a ritmo de flamenco, y que le impide comunicarse con el resto del mundo en un lenguaje más desarrollado que el que los monos puedan aprender en el circo, se colapsa de tal manera que es incapaz de procesar nada más allá de su egocentrismo.

Dicen que la mirada es el espejo del alma, y desde los primeros días del concurso muchos pensamos que los ojos del bailaor ocultaban mucho más que lo que decía. Y día a día, mis dudas fueron tomando forma…

Hace varias semanas, durante un debate sobre amor y sexo que los concursantes llevaron a cabo en el salón de la casa, Pepe hacía unas declaraciones que me llamaron poderosamente la atención.

Criticaba a muchos de sus compañeros que pudieran salir una noche e irse a la cama con una persona que acabaran de conocer, mientras él confesaba necesitar sentimientos de por medio para llegar a algo más.

Pero conforme la conversación fue subiendo de tono, el bailaor soltaba palabras contradictorias a lo anteriormente dicho. Afirmaba que antes de que una mujer tuviera ni siquiera la intención de ponerle los cuernos, él se los pondría cien mil veces más y antes de que ella pudiera hacerlo.

Sus compañeros se quedaron boquiabiertos, aunque en mi caso, no fue lo que dijo el motivo de mi asombro, si no la manera en la que lo hizo.

Pero la prepotencia y la firme intención de tener que quedar siempre por encima de todo el mundo no sólo se vieron reflejadas en sus palabras de aquella noche, si no que durante la fiesta del viernes Pepe volvía a dejar claro su planteamiento de vida durante una conversación con Michael: “A mi quien me la hace… Aunque tarde 1 año… Cuando lo vea por la calle, ¡Crack en el cuello! Para que se entere. ¡Quién me la hace, siempre me la paga!”

¡Menudo Al Capone está hecho!

Al igual que Noemí, que ni corta ni perezosa comentaba a Ariadna sus más nobles deseos ante las dudas que tenía Pepe sobre su supuesta nominación: “Ojala se arrastre como un perro viejo deshidratado para pedirme perdón”.

Después de semejante declaración de intenciones por ambos concursantes, sólo espero no tener la desgracia de rodearme de personas de la misma calaña y los mismos ideales de los Pepe y Noemí hacen gala…

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