El viento, un combustible inagotable y ecológico para desplazarte
La mayor parte de los lagos y ríos del estado de Alberta, donde ahora vivo, ya se han descongelado. No todos, pero sí los que se sitúan en las tierras bajas. Hasta hace poco cualquier lago suponía una superficie de hielo duro donde se podía pasear, pescar a través de un agujero en el hielo e incluso conducir un coche. Yo he estado recorriendo esos grandes parches helados de una manera bien diferente: esquiando con cometas.
Siempre y cuando no haya zonas de aguas abiertas los lagos son inmejorables para la práctica del esquí con cometas. Al ser planos y expuestos los vientos suelen ser constantes y el suelo uniforme. En este lugar de Canadá uno puede pasar el año entero practicando este deporte, en invierno sobre la nieve y en verano con una tabla sobre el agua practicando ‘kitesurfing’, ahora tan de moda.
A mi me interesan mucho estos medios de transporte ecológicos y ligeros para viajar. Son muchas y cada vez más las expediciones que usan cometas de tracción para desplazarse por las zonas polares. En nuestro país, el explorador polar Ramón Larramendi es pionero en el desarrollo de un vehículo propulsado por el viento y destinado al viaje por las zonas polares con fines exploratorios y científicos.
Pero volvamos a nuestros “pequeños” lagos congelados de Alberta: He estado unas semanas probando mis nuevas cometas y recorriendo algunos de estos lagos. Dispongo de varias de diferentes tamaños pues en función del viento se emplean unas u otras, cuanto más viento sople menor ha de ser la cometa. Sobre mis esquís me he desplazado por los kilómetros y kilómetros del lago Wabamun situado a una hora de la ciudad de Edmonton. El primer día que llegué, un coche se encontraba aparcado en mitad del lago y, junto a él, un hombre pescaba a través de un agujero hecho en el hielo.
40 centímetros: perfecto para un coche
No sé quién se extrañó más, si él al verme desplazándome impulsado por mis cometas o yo al encontrarme un coche en mitad del lago. Los pescadores son la mejor fuente de información para conocer el estado de los lagos y la seguridad para caminar por ellos. Aún así, yo decidí aparcar fuera.
No sólo es el estado del hielo lo que garantiza la seguridad de este medio de transporte. Con el paso del invierno la nieve se retiró y tuve que esquiar sobre el duro hielo directamente. Hubo una mañana en la que el viento sopló con demasiada fuerza y mi jornada duró exactamente 15 minutos, los que tardé en levantar la cometa y salir disparado cerca de 20 metros hasta estamparme contra el hielo. El resto de los 15 minutos lo empleé en recoger la enmarañada tela y lograr meterla en la mochila. El viento, si sopla demasiado fuerte, puede pasar de ser un aliado a un enemigo.
Ahora el hielo ha desaparecido de los lagos en Alberta pero yo preparo un viaje a otro lugar en el que volveremos a usar la fuerza del viento, ese combustible inagotable y ecológico que puede servir para desplazarse miles de kilómetros por las zonas heladas de nuestro planeta. Siempre de manera limpia y ligera, en armonía con nuestro planeta.