La comida es siempre un punto crítico en las expediciones. Por un lado en los lugares con mucho frío es importante que el alimento sea potente y muy calórico pero por otro las restricciones de peso son evidentes. También es importante que la comida esté buena pues todo el mundo necesita una alegría al final del día tras una jornada de frió y trabajo duro.
En nuestra expedición el tema del peso no es tan crítico como en otras donde se ha de cargar con todo encima de la espalda o arrastrándolo en un trineo. Por ello hacemos una combinación de comida muy ligera y calórica como es la comida liofilizada con cosas más "normales".
La comida liofilizada es la comida de los astronautas. Mediante un proceso de liofilización se extrae el agua a los alimentos en un proceso diferente al de la deshidratación que conserva mejor sus propiedades nutritivas y su sabor. El problema no resuelto de esta comida es la textura pues todo se reduce al final a algo parecido a polvos convertidos en puré con poco para masticar. Por ello llevamos también comida más normal. Pasta, arroz o salchichas y bacón que cocinaremos en nuestros hornillos de gasolina. Iremos alternando una y otra para no aburrirnos de sabores y texturas.
Pero volvamos al tema de la comida de astronauta. Como he dicho antes, es muy importante que esta esté buena. Ahora tenga la casa llena de muestras para probar las diferentes posibilidades. He impuesto a mi familia la dieta del astronauta o del explorador polar, sus opiniones son importantes. También voy a organizar una cata con amigos, todo ello para decidir el menú que nos llevaremos a Groenlandia.
Los platos sorprenderían: Risotto milanesa, fideos cuatro quesos y nueces, cous cous de pollo o arroz con setas son sólo algunas de las posibilidades. Nos sentamos alrededor de la mesa y vamos probando los platos. con ello espero decidir el menú antes de que mi familia acabe harta.