Sin viento, no podemos continuar el viaje

Hilo Moreno 21/06/2016 19:55

Llevamos un par de días esperando la llegada del viento. Días de calma escuchando música en la tienda, contando historias y dormitando. No hay mejor lugar para conocer a una persona que durante una expedición de este tipo en la que la convivencia es total. Parece mentira cómo tres individuos que no se conocen de absolutamente nada puedan llegar a intimar tanto en apenas unos días.

Estas situaciones no tienen por qué salir bien y puede resultar incluso arriesgado esta convivencia tan forzada entre gente tan absolutamente diferente, pero este no ha sido el caso. Mis dos compañeros, Vicente Leal e Ignacio Oficialdegui, y yo nos hemos convertido en una máquina bien engrasada en la que cada uno ha asumido un rol y lo desempeña para que el equipo funcione de manera fluida.

Este tipo de viaje, nuevo para mí a bordo de un trineo de viento, es una montaña rusa de acción que intercala momentos de mucha emoción con otros de profundo tedio o desesperacion. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, a la hora de reparar y mantener los elementos del trineo. Por eso es importante mantener la moral alta y confiar, cuando las cosas se ponen complicadas, en que ya llegarán buenas jornadas con grandes avances.

De momento vamos más lentos de lo esperado. Por un lado hay menos viento de lo previsto y por el otro, cuando sopla, lo hace en una dirección que muchas veces no nos favorece. El reto principal de la expedición consiste en llegar navegando sobre el hielo hasta Summit Base, una base científica americana ubicada en la parte más alta del casquete glaciar groenlandés, el llamado Inlandsis. No es demasiada distancia (alrededor de 700 kilómetros) si se tiene en cuenta el kilometraje que el trineo polar ha recorrido en pasadas expediciones tanto en Groenlandia como en la Antártida, donde el terreno es incluso más lento y complicado debido a la presencia de grandes 'sastruguis' (superficie de nieve con multitud de surcos). Sin embargo en este caso el reto es más complicado pues hemos de dirigirnos a un lugar en el que, por definición, no hay viento.

Los vientos regulares de Groenlandia giran en el sentido de las agujas del reloj, descendiendo con las curvas de nivel desde su punto más alto (Summit, adonde nos dirigimos) hacia las zonas más bajas. Es decir, vamos al lugar donde nace el viento. No en vano antiguamente, y en algunos mapas de hace décadas, a Summit se le denominaba el polo del viento.

Esta lucha contra el viento es lo que está haciendo que vayamos por detrás del calendario previsto. Pese a ello estamos tranquilos porque sabemos que el trineo, como ya ha demostrado varias veces, es capaz de recorrer cientos y cientos de kilómetros con solo un buen día de viento que se produzca. De momento toca mantener el ánimo alto, que nuestro vehículo se encuentre en perfecto estado y esperar la llegada de buenas condiciones.