Como conté en otra ocasión, en la estación científica de Summit recogimos el material necesario para llevar a cabo una toma de muestras de un importante proyecto científico que estudia el efecto del calentamiento global en la superficie helada de Groenlandia. Para ello debíamos realizar una perforación de más de 13 metros de profundidad en una posición acordada sobre el glaciar por el que nos desplazamos.
Llegamos a dicha posición en dos etapas desde el punto del relevo, en las que recorrimos algo más de 100 kilómetros. Una vez llegados al sitio una suave pero larga tormenta nos tuvo retenidos en la tienda durante dos días. El tercero, por fin, pudimos iniciar la perforación durante una noche fría en la que soplaba un viento helador.
Trabajar durante horas en esas condiciones no es tan sencillo como parece. Cada ciertas horas teníamos que entrar de nuevo en nuestra tienda y encender el hornillo de gasolina con que cocinamos para calentarnos y tomar alguna bebida caliente. Necesitamos unas siete horas para alcanzar los 13,5 metros de profundidad para luego extraer los testigos de hielo obtenidos y procesarlos. A través de ellos se estudia la densidad de la nieve y se determina a qué profundidad se encuentra la nieve, el hielo o la neviza (estadio intermedio entre nieve y hielo).
Para llevar a cabo dicho estudio el equipo norteamericano que lo lidera debe volar habitualmente a zonas remotas del interior de Groenlandia a bordo de Twin Otters, las famosas avionetas 'polares' que aterrizan con patines sobre el hielo y que se usan tanto en el Ártico como en la Antártida. Se trata de un proceso caro que requiere de gran logística y condiciones óptimas para el vuelo. El gasto de combustible es grande y por lo tanto, el número de perforaciones limitado. Nuestro vehículo es ecológico, capaz de recorrer miles de kilómetros sobre el hielo sin gasto energético. Por ello se presenta como una alternativa rápida y limpia, ideal, para este tipo de experimentos y toma de muestras.
Una vez realizada la perforación y procesado las muestras en nuestro laboratorio móvil emprendimos de nuevo nuestro camino rumbo a la costa oeste, confiando en que el viento nos acompañe para llegar pronto al final de la expedición.