Instrumental de diseño y datos del carbono negro: lo que la ciencia sabe gracias al 'Trineo de Viento'

eltiempohoy.es 29/11/2017 18:01

Hace unas semanas volvimos a juntarnos los miembros de la última expedición del trineo de viento de la que he hablado en este blog: la expedición 'Río de Hielo Groenlandia 2017'. Pero esta vez no lo haríamos en un entorno helado como es el Inlandis, el gran glaciar del interior de Groenlandia, sino en un lugar más acogedor y calefactado: el Ateneo de Madrid.

En una conferencia realizada dentro del marco de la semana de la ciencia de la Comunidad de Madrid, fueron presentados parte de los resultados de nuestra última expedición, así como un vídeo de la evolución del trineo desde sus inicios hasta el día de hoy. Frente a los micrófonos del salón principal del Ateneo desfilamos expedicionarios y científicos del proyecto. Sobre el estrado estábamos Ramón Hernando de Larramendi, director del proyecto Trineo de Viento, Antonio Quesada responsable del Comité Polar Español, Nacho García cámara y expedicionario, y yo mismo.

Uno a uno fuimos describiendo la situación del proyecto Trineo de viento ante los más de trescientos cincuenta asistentes al acto. Ramón narró la historia del vehículo desde su concepción hasta nuestros días. Antonio describió la importancia del trineo en el panorama científico polar actual y sus posibilidades. Nacho nos contó acerca de la dificultad de un rodaje en condiciones polares y yo describí la situación de los proyectos científicos que se embarcaron en la aventura de la anterior expedición.

Las pruebas recogidas en la expedición Groenlandia, Río de Hielo 2017, llegaron a su destino y están en fase de procesado. Aún es temprano para sacar conclusiones pues se tarda mucho tiempo en procesar los datos obtenidos. Pero hemos aprendido muchas cosas que serán de utilidad fundamental a la hora de preparar próximos experimentos científicos a bordo de nuestro vehículo impulsado por el viento.

Sobre ello hablé durante la charla en el Ateneo: sobre cómo se ha de adaptar el instrumental científico a una plataforma de este tipo donde, a diferencia de las bases científicas polares como aquella en la que trabajo, no existe ayuda del exterior para la reparación del instrumental, ni un lugar protegido, ni medios para llevar a cabo esas reparaciones.

En el trineo las condiciones son mucho más duras y más extremas pues todo se halla a la intemperie y expuesto a bajísimas temperaturas y, lo que es peor, en constante movimiento con baches y botes más que frecuentes. Para ello todo el instrumental ha de estar customizado y diseñado específicamente para ser llevado en el trineo. como lo estaba el georadar confiado por la facultad de Telecomunicaciones de la Universidad Politécnica de Madrid, que nos sirvió para medir la densidad de la capa de hasta veinticinco metros de hielo y nieve sobre la que nos desplazamos en los más de mil cien kilómetros.

Los datos obtenido con dicho radar están siendo procesados y sirven para completar parte de otro estudio que llevamos a cabo, el del científico Ross Edwards y su búsqueda de carbono negro. El científico recogió diversos testigos de nieve a lo largo del recorrido con el fin de analizar el hollín (carbono negro) presente en la nieve y que proviene de los incendios forestales y de la actividad industrial del norte de América.

Este hollín viaja por el aire hasta depositarse sobre el hielo y la nieve de Groenlandia, favoreciendo su rápida fusión, otra consecuencia más del aumento de la temperatura global. Además de la recogida de los testigos Ross realizaba catas de nieve en diferentes puntos cuyos resultados, apoyados con los obtenidos del georadar, nos ayudan a comprender mejor cómo está hecha la primera capa de nieve del casquete glaciar de Groenlandia.

Antonio Quesada hizo referencia en la charla al proyecto que también va a bordo del trineo de viento: un captador de partículas que funciona continuamente y que "atrapa" partículas que viajan por el aire desde lugares remotos.

La conferencia duró más de dos horas y la gente aguantó curiosa todo el tiempo para disfrutar, al final de la charla, de una pequeña película sobre la expedición pasada y una sesión de ruegos y preguntas a la que hubo que poner fin porque se alargaba demasiado en el tiempo.

En definitiva fue una buena manera de contar la situación actual de este proyecto científico pionero en el mundo y de dar a conocer sus próximas aventuras y la ciencia que en él se va a realizar en la próxima temporada.