Un pequeño kayak hinchable para recorrer los ríos de Canadá

Hilo Moreno 20/04/2016 11:11

La primavera ha llegado a Canadá y con ella una gran cantidad de gansos que recorren el cielo azul en bandadas: vuelven a su hogar tras la marcha del invierno. No son los únicos animales que hacen, de nuevo, acto de presencia. Con la marcha de la nieve los bosques vuelven a cobrar vida, los ríos se descongelan y en sus aguas nadan animales antes en letargo. Lo he podido comprobar recorriendo esta semana algunos ríos del estado de Alberta, donde vivo.

Para ello uso un pequeño kayak hinchable, aquí llamado 'packraft'. Es tan ligero que lo puedo cargar en una mochila y acercarme a pie o en bicicleta al lugar donde quiero hacer uso de él. Incluso sirve para descender rápidos. Nunca pensé que estos rápidos los fuese a provocar precisamente uno de estos animales recién salido del letargo y habitante fundamental de los ríos de Canadá: el castor.

Este enorme roedor ha tenido un papel mucho más importante de lo que nos podemos imaginar en la historia y el proceso de formación de este país. No en vano aparece en las monedas de cinco centavos enseñando sus grandes piños con los que corta ramas y árboles enteros. Con ellos construye diques y altera el paisaje modificando cursos de ríos y lagos, aparte de poner trabas a los piragüistas y canoeros despistados como yo. El castor es un roedor que vive en el agua y por ello su piel es grasienta e impermeable, durante mucho tiempo fue el mejor material para hacer gorros y sombreros calientes y resistentes al agua. El comercio que con estas pieles se hizo entre comerciantes europeos e indios y tramperos de la zona construyó una red de intercambio y comunicación que asentó las bases para el desarrollo de futuras ciudades y de las vías de comunicación para desarrollarlas.

El otro día mientras remaba tranquilamente las aguas del río Lobstick aparecía frecuentemente la cabeza de uno de estos roedores y el chapoteo de su cola me asustaba en medio del silencio del bosque. Descendí dos ríos del estado del Alberta: el río Lobstick y el Sturgeon, en ellos las presas de los castores se sucedían constantemente y creaban rápidos que tenía que descender con mucho cuidado. En otras ocasiones incluso tuve que bajarme de mi kayak hinchable para portear por encima los enormes diques. En los días que he pasado recorriendo estas aguas no han sido los únicos animales que me he encontrado: coyotes, gansos, ratas almizcleras, ciervos y truchas me han acompañado en mi camino.

Aprovechando un deshielo muy temprano pues, a estas alturas del año, los ríos deberían seguir congelados, yo sigo recorriendo los grandes cursos de agua del país. En busca de restos históricos de una época fascinante de exploración y grandes viajes y de una fauna salvaje tan rica como la de pocos lugares de la Tierra. Seguiremos informando.