HOY: JULITO

telecinco.es 12/01/2009 21:09

De repente, adoro a Julito.

No he hablado yo mucho de esta edición de Gran Hermano últimamente, al igual que he pasado de temas relevantes como el calentamiento global o la crisis de Fomento debido a la nieve en favor de otros de corte más intimista e interesantes como mis vacaciones o la foto de un conejo. Al fin y al cabo hay cuatro blogs que hablan exclusivamente en la web y todos ellos con muchos más votos que el mío (¡¡¡os maldigo, lectores!!!), así que no será necesario. ¿Y por qué hablo ahora? ¿Y por qué de repente me interesa Julito? Porque Julito ha hecho eso que exige todo artista que quiere mantenerse en el lacerante, cruel, descorazonador, impasible y autodestructivo mundo de el amor la televisión: reinventarse.

Me explico con útiles y prácticos ejemplos gráficos. Durante su estancia en la casa, Julito podría haber sido sustituido por cualquiera de estos otros objetos al azar:

1. Un muñeco a cuerda

2. Una silla

3. Un castor

4. Efrén

Madre de Dios, ¿está el Pasillero llamando silla o castor a un concursante de Gran Hermano? Jamás de los jamases, porque no me dejan no es de educación y ni siquiera lo pienso. Cuando establezco estas comparaciones entre los objetos inanimados anteriormente expuestos y Julito quiero decir que siempre me pareció uno de los participantes más aburridos de la casa. Soy uno de esos espectadores sucios y rastreros que no ven Gran Hermano para ver como la gente baila, ríe, establece irrompibles lazos con sus compañeros, juega, salta, canta, corre bajo la lluvia y juega con mil perritos. Yo veo Gran Hermano buscando conflicto y caos y para sentirme mejor conmigo mismo. Viendo a Julito, que a todos conquistaba con su gracejo, que bailaba, enamoraba a las chicas y caía bien a los chicos, me sentía triste y solo en mi pronunciada antisociabilidad. Y, lo que es peor, me aburría como una ostra podrida, todo sea dicho.

Entonces Julito, tal vez aburrido de su papel o, mucho más probablemente, informado de que el Pasillero se sentía mal y aburrido por su actitud, decidió mandarlo todo a tomar por el saco. Desde que el celebérrimo stripper y devoto de la Virgen de la Candelaria (Canarias jamás dejará de encantarme y sorprenderme) salió de la casa, su actitud se parece mucho más a alguno de estos otros objetos, a todas luces mucho más interesantes que los anteriores:

1. Una mortal trampa para ratones

2. Una anaconda

3. Un Critter, (célebres sucedáneos de los Gremlins y mucho más interesantes que éstos)

4. Astry

¿Qué hace que Julito se haya convertido de repente en un personaje que pasa de aburrir a llenar de luz y verdad cualquier tertulia en la que se incluye? ¿Que su discurso se ha vuelto muchísimo más rico y estimulante? Pues tampoco es eso, vamos a reconocerlo, y si me diesen un euro por cada vez que ha dicho "parece que no rompe un plato y rompe toda la vajilla" poseería ahora mismo un 51% de la Fox. Simplemente trae una frescura y un desparpajo a la tele que no se veía desde que en 1937 comenzaron las primeras emisiones de televisión regulares en Reino Unido y Francia. Con la inocencia del que no sabe que una cámara es un aparato endiablado que distorsiona la realidad (y luego me acusáis de parecer un retrasado mental en los vídeos de telecinco.es, ¡pues claro que sí!) y lleva tu discurso a los lugares más recónditos del globo, Julito dice lo primero que se le viene a la cabeza y se enfrenta con la misma gallardía a Liz que a una máquina de snacks o a la mismísima Belén Rodríguez, musa de este blog.

Julito ha mostrado estos últimos días su constante reivindicación del sentimiento frente a la razón, de su anteposición del YO por encima de todo y su amor hacia lo imperfecto e inacabado (hablamos de sus frases) frente a lo tradicional y concluso. Ya no es, por lo tanto, aquel stripper católico que más que dar patadas a los diccionarios los rociaba directamente con xenón tóxico, sino que se ha convertido en un verdadero reivindicador del romanticismo.

Esta mañana, durante su chat con los espectadores en Telecinco.es, dejó para la posteridad un ejemplo de lo que es responder con arte y romanticismo a una pregunta de perogrullo:

Pregunta: JULITO ERES UN CANARIO PERO MUY CERRADO NO SE TE ENTIENDE NI PIPA JAJA

Respuesta: Me entienden los canarios.

Para que luego digan.