Hoy hablo de fútbol (sin que sirva de precedente)

telecinco.es 04/06/2009 18:01

Qué emoción, hoy cuando venía en el autobús -en realidad mentía cuando decía que venía en burrito o que me traía un chófer- una pareja hablaba unos asientos más atrás de un famoso presentador con mala imagen entre sus compañeros por reírse de sus concursantes.

-Y no se da cuenta de que en el control todo se escucha y se la está jugando -explicaba la muchacha.

Llegué a Telecinco y me fui corriendo a una rueda de prensa de este asunto de La leyenda roja que se desarrollaba en la sala de prensa del edificio bonito de los jefes. He hecho una foto con prácticos rótulos explicativos, porque la calidad de la misma es para echarse a llorar y no se reconoce a nadie:

Normalmente la sala es más pequeña pero hoy, por arte de birlibirloque, hicieron desaparecer una pared y de repente la sala era más grande. Supongo que la ocasión lo merecía porque estaba allí Luis Aragonés y un furbolista llamado Guillermo Amor, que no sé si es famoso porque yo sólo conozco a los futbolistas que se casan con modelos o preñan a divas del Interviú. En la sala esta de prensa han puesto los premios de la cadena que antes estaban muy cerquita del plató donde se graba ahora La mirada crítica. Mientras los de la rueda de prensa hablaban de goles y tal me entretuve rebuscando de nuevo entre los galardones de la cadena, que van desde el New York Film Festival -por un programa llamado Cine, te amo que yo no recuerdo- a la Asociación de implantados cocleares de España. Un implante coclear es la introducción de una piecita eléctrica en el oído que puede curar parcialmente la sordera, según el Google. La próxima vez que alguien me diga que qué mierda Telecinco, por el culo te la hinco y menuda telebasura, yo responderé:

-Pues los sordos no piensan lo mismo y además NOS ADORAN.

Yo no me había enterado de qué era eso de La leyenda roja hasta hace dos días, como quién dice. Cuando veía las promos pensaba que era una serie épica de Telecinco para emular el éxito de Águila Roja, la serie donde los niños del siglo XVII juegan con Game Boys. Pero cuando salió un balón ya me dije: "puede que sea una remake de Oliver y Benji". Pero ni una cosa ni otra: es simplemente fútbol. Durante la rueda de prensa nos enteramos de cosas realmente interesantes:

1. La cadena tiene "grandes esperanzas en lo que ocurra en África y mucha fe en nuestra selección". Nótese cuando dicen "selección" y "ocurra en África" quieren decir "audiencia", pero esa no es una palabra que a ningún jefazo le guste decir muy en alto por si se vuelve contra él.

2. También han dicho que las emisiones de los partidos sufrirá, como suele ser costumbre en la cadena, "un contagio viral a través de toda la parrilla". Yo a esto lo solía llamar retroalimentación, como lo de Gran Hermano, OT OTo Supervivientes, pero me encanta lo del contagio, que además está muy de moda en estos momentos y más en esta cadena. Me ha hecho mucha ilusión la posibilidad de que los goles, penalties, tarjetas rojas y toda esa nomenclatura habitual del deporte sea sometido a debate en Sálvame, por ejemplo. Tanto Lydia Lozano como Belén Esteban deberían pronunciarse al respecto.

3. Irak tiene una selección de fútbol.

4. El logo de la Copa Confederaciones parece como de un producto del google. A lo mejor el google también ha comprado África, que ya puestos no es un continente que deba de estar muy caro.

5. Nos pusieron un vídeo de presentación muy bonito y la voz en off decía literalmente: "Desafiaron a su propio destino, jamás se rindieron y cambiaron la historia". Manda huevos, ni que estuviésemos hablando de los franceses de 1789. Cuando se ponen con un discurso épico como si los muchachos fuesen bomberos salvando bebés. Qué coñazo.

6. Cuando alguien dice en una rueda de prensa "y poco más tengo que decir" puedes echarte a temblar porque indica que van a seguir hablando durante quince minutos más.

Aburrido, seguí mirando los premios y mi corazón se encogió cuando vi a un ¡SEGURIÑO DE BRONCE! Los lectores gallegos saben quién es Seguriño: un entrañable personaje creado por la Xunta o no sé qué se seguridad vial para enseñar a los pequeños a través de spots televisivos que lo correcto era cruzar por el paso de cebra cuando el semáforo estaba en verde y no lanzarse a la carretera cuando pasaba un camión cisterna. Los mismos creadores de Seguriño nos trajeron más tarde a SANOTE, que era uno que nos enseñaba que era bueno ir al médico y comer mucha fruta y era malo meterse chutes de jaco con una jeringuilla usada en un portal.

Eso sí, por lo que sé de mi generación, Sanote llegó para algunos demasiado tarde.

Luego vinieron los camareros con jamón serrano y lomito y croquetas y bla, bla, bla, pero toda esa parte ya la conocéis y si no la conocéis podéis acudir a cualquier otro post donde cuente que he ido a una rueda de prensa.

En el comedor estaba Belén Esteban hablando, como siempre, con muchísima pasión y decía cuando pasaba yo con mi bandeja:

-¡YO A ESE NO LE HE DEFENDIDO JAMÁS!

Durante la comida hablamos como siempre de temas muy interesantes: una compi de redacción nos contó que, cuando trabajaba en TNT, tuvo que buscar a un sicario para un reportaje que preparaban y remató así:

-Encontré a un sicario en sólo dos horas metiéndomo en un foro de Internet. Pero tardé días en encontrar un electricista en Alcobendas.

Y por la tarde, visita obligada al plató de Sálvame. La encargada de abandonar el plató indignada esta tarde fue Tamara, que se hizo famosa por tirarse a mucha gente Paquirrín. El plató de Sálvame parece un after, porque la gente grita, canta, te pregunta continuamente si te lo pasas bien -al menos Jorge Javier, que es un anfitrión muy cuquito y educado- y cuando se abre la puerta y entra la luz del exterior nos echamos las manos a los ojos y chillamos horrorizados. Sólo faltan los packs de cervezas, pero dudo que tarden en poner una neverita en el plató.

La directora del programa se volvía loca mientras Jorge Javier me quitaba el puesto recorriendo los pasillos de Telecinco. Decía:

-¡No puedo más, me voy a morir un día en directo!

Y cuando Jorge Javier entró, mientras emitían un vídeo de no sé qué -allí nadie presta atención a esas nimiedades- su equipo le gritó: "¡eres muy grande!" y le aplaudieron. Y todos lloramos emocionados. Y yo, por cierto estaba medio sentado sobre un bolso y resulta que era el de Belén Esteban. Porque no soy un ladrón, pero es para llevárselo, analizar su contenido y hacer un texto para el Pasillero que aparezca reseñado incluso en el New York Times.