A ver, NO:
Señores de Cafés Selecta: sabemos que lo del texto en el vaso de plástico del café es una cosa al azar que está ahí de forma casual, como podía estar la foto de unos negritos felices recogiendo el café en Colombia con una sonrisa en la cara -estampa real donde las haya- o la foto de un azucarero y un mantel. Seguramete alguien dijo en una reunión tras tirar una moneda al aire: "si sale cara, foto de negritos, si sale cruz, texto con lo de siempre". Tocó texto con lo de siempre. Es uno de esos en los que podría poner cualquier cosa y que siempre acabamos leyendo apoyados en la pared aunque nos lo sepamos de memoria, esperando con ilusión que el discurso sea diferente al que había ayer o al que puede haber mañana. Pero hoy, a golpe de lunes, aún después de habérnoslo aprendido a base de leerlo desde hace año y medio, suena a pitorreo.
El coffee break, que es una cosa tan espantosa como decir "el must de esta temporada", "unas sandalias muy Carrie Bradshaw" o simplemente "glamour", no es un momento agradable, es un acto en el que alguien se agarra a un clavo ardiendo -literalmente- tras el fin de semana. Y si no es agradable por el descanso, lo es menos por el café, que no es de variedad Kopi Luwak* precisamente. El descanso depende de ti. ¿Cuánta maldad esconde esa frase? Tanta como puede vislumbrarse en esta otra, que es su significado real y oculto: "si no has dormido lo suficiente esta noche, te jodes".
*El café Kopi Luwak cuesta 750 euros el kilo y se extrae de la caca de los luwak en Indonesia. Estos animalitos se comen el café y su propio metabolismo desecha las semillas, dejando sólo la parte más carnosa. Después, unos atrevidos mozos revuelven entre las heces de los bichos para sacar los granos. ¡Ya sabéis que regalarme por mi cumpleaños!*
Lo que me da más rabia es que este fin de semana no ha sido ni muy cansado, ni muy destroyer, ni muy nada. Ha sido absolutamente normal. Que hoy esté hecho caca es solamente la señal inequívoca de que me hago mayor y mis órganos vitales se vuelven de la textura de una uva pasa. "Y de que no tienes absolutamente nada que contarnos, maldito Pasillero, cuando nos estás soltando este rollo que no tiene nada que ver con lo que pasa en Telecinco", pensaréis. Pues sí, tenéis razón.
Cumpliré mi deber de informaros sobre lo que pasa por los pasillos de por aquí. Algo tan emocionante como esto:
¿Se ha trasladado el espíritu de ARCO a las instalaciones de Telecinco? No, es que el regreso de María Teresa Campos estos dos últimos sábados -ver de nuevo al corrillo casi me hace llorar de emoción- con sendos especiales para hablar de la muerte de Paquirri -pfffffffffffffff- ha dejado sus decorados, obras de arte tan conceptuales como esta, apoyadas por las calles que unen los platós. Y hay más:
Aunque mirad, a golpe de lunes, para arte contemporáneo digno de ser enmarcado, esto otro de una web ajena pero, por motivos internos y sentimentales, amiga. Cuando el lunes parecía gris y triste, llega un revulsivo que nos hace recordar que vivimos en un mundo bonito y divertido:
Mañana prometo aplicarme más: hay una premiere de una película de presupuesto millonario, con estrellas de Hollywood y, seguramente, canapés ricos. Y allí me mandan. Dejemos el post de hoy como un exotismo de lunes. Yo, al menos, no pienso volver a leerlo.