María Teresa pasa por delante del plató de Ana Rosa y entra a decir hola

telecinco.es 09/06/2009 17:19

Pues resulta que me ha soplado una compañera que los de prensa están enfadados por lo que escribí el otro día sobre la rueda de prensa de La Leyenda Roja, donde conté que me había aburrido en la ruida de prensa. Hasta me ha soplado que es posible que no vaya a ser muy bienvenido en otra. Es por ello que quiero decir:

1. Me aburrí porque el fútbol no me interesa demasiado, no porque la rueda de prensa fuese un coñazo. ¡Con las alabanzas que suelto siempre para las ruedas de prensa de Telecinco y sus deliciosos pinchitos!

2. En cualquier caso, todo el mundo que haya acudido a más de tres saben que las ruedas de prensa no suelen ser un jolgorio: son un proceso en el que se repite lo que pone en el dossier y una sala de espera para que los periodistas pregunten lo que quieren saber de verdad a los que están sentados en la mesa una vez se levanten y se sienten cara a cara con ellos. Enfadarse por sugerir que las ruedas de prensa aquí pueden no ser una fiesta de sensaciones y color es como criticar un autobús urbano porque hay mucha gente y se para cada dos minutos para que suba más.

3. De todos modos, compañeros de prensa, que son muy hermosos y siempre tratan bien a todo el mundo, esa entrada en concreto ni siquiera estaba en la portada, así que sólo la leyeron los cuatro gatos que me leen habitualmente. Esos cuatro gatos no son precisamente espectadores potenciales de los partidos de la Copa Confederaciones, precisamente. Doy fe.

Y bueno, a lo importante de hoy: el segundo round de un combate que el 13 de noviembre de 2008 enfrentó a dos de los púgiles más temerarios de los medios. Ana Rosa Quintana recibía hoy a María Teresa Campos -Y TODO EL MUNDO A VERLA AHORA MISMO, QUE NO TIENE DESPERDICIO- porque ha publicado un libro llamado Historias de mi tele Historias de mi tele(no confundir "mi tele" con MiTele, aunque tal y como me funciona a mí esa herramienta de la web también podría escribir un libro al respecto). Y coincidió que debía de pasar por allí y debió de pensar "ah, pues me voy a meter en este plató a promocionar mi librito".

La expectación en esta ocasión en el plató no era tanta como en la ocasión anterior, en la que había bajado hasta la frutera. Es posible que la gente pensase que una vez hechas las paces en el anterior combate los luchadores fuesen esta vez a comerse la oreja mutuamente. Pero se equivocaban: resulta que si bien Ana Rosa estaba solícita y bien simpática, María Teresa vino esta vez con un estupendo humor al que sólo le faltaban puños con pinchos. ¡Viva!

Eso sí, todo eso fue in crescendo hacia el final de la entrevista. Porque al principio todo era amor. Si la vez anterior contaba que el trato entre ambas parecía frío y apenas se habían dirigido la palabra en la publicidad o antes de comenzar la entrevista, esta vez, cuando dieron paso a publicidad, Ana Rosa se levantó de su silla, se agachó frente a María Teresa y comenzaron a hablar de sus cositas como dos amigas que se han encontrado en la feria del vino.

No he podido sacar una foto de semejante momentazo que serviría de portada para Newsweek, pero lo he dibujado de la mejor manera que se podido:

-Qué envidia me das -le gritaba Maxim Huerta a Ana Rosa desde el sofá. Mientras tanto, el público comía manzanas, que me parece una cosa encantadora. A parte del público de Ana Rosa a veces sólo le falta llevarse la estufa y el ganchillo. Eso sí, luego salen durante la publicidad a hacer un pipí y fuman como carreteros, mucho más que los de Pasapalabra, que son más bien jóvenes de extrarradio.

Hubo un momento muy divertido durante la entrevista en el que Ana Rosa dijo algo así como:

-Antes sólo estábamos nosotras, pero ahora hay tres mujeres en la mañana... -y entonces se quedó como pensando y añadió-: Bueno, cuatro.

Concha García Campoy en las mañanas de Cuatro no es un concepto que acuda rápidamente a la cabeza de nadie.

María Teresa, triunfadora de este duelo -el primero, para mí, como que había quedado en tablas- salió a hombros del plató acomapañada de tres fieles compañeras. Y por el pasillo, mientras las seguía para cotorrear un poco y para ir a comprarme una pulguita, le dijeron antes de desaparecer en el camerino:

-Contigo no hay guión, María Teresa.

-Si es que esun huracán -añadió otra.

En el plató de Informativos han montado el decorado de La Leyenda Roja, donde se analizarán los partidos y todas esas cosas tan divertidas que se nos explicaron en la inolvidable cita que nos prepararon el otro día los estupendos chicos de prensa. El plató, tal y como me aseguró Maxim Huerta, parece una discoteca donde sólo faltan un quítame allá esas copas y colillas tiradas por el suelo. Y hay un panel de números donde, posiblemente, vayan apareciendo resultados de los partidos, que hoy, en modo de pruebas, pasaba continuamente la siguiente cifra:

666666666666666666666666666666666666

Uno, que ha visto demasiadas veces La profecía, consideró esto señal suficiente para irse corriendo.

Cuando volví a la redacción de telecinco.es estaba aquí Maxi, que se enfrentaba a su encuentro digital con los fans tras salir de la Academia. Y a escasos metros un brownie de chocolate que había traído Rocío, la chica de diseño, que está de cumpleaños. Qué tormento: como soy un cerdo cobarde no me atrevía a acercarme demasiado por si Maxi me señalaba con su dedo acusador y decía "ah, ese es el repelente Pasillero, que tan verde me ponía en mi blog". Es que resulta que uno tiene su corazoncito y es muy fácil poner verde a los triunfitos cuando les ves en el escenario intentando imitar a los peores cantantes de las listas de éxitos, pero luego cuando se los ve inocentes, sonrientes y solícitos en la redacción, respondiendo a las preguntas de los fans y saludando a todo el mundo que pasa, uno tiene ganas de decir "ayyy, ¡perdón por decir que eras un petardo!".

No quiero dejar de reseñar esta entrada del blog de Kiko, al que prometí que haría publicidad para que suban sus lectores y que a veces alcanza unas cotas de surrealismo que ya le gustaría a Marcel Duchamp. En ella entrevista a Julito, una de las personas más listas que han pasado por Gran Hermano, y a su nueva novia, María Lapiedra. Y dicen cosas como:

"[Julito] Es muy salvaje… está muy bien dotado, más o menos como la tiene Escassi de Supervivientes… y le encanta repetir y repetir… ¡mmmm! Si fuera actor porno, ¡está clarísimo que sería el mejor! Lo hacemos, aunque no te lo creas… ¡5 veces al día!".

Y cuando le preguntan qué opina de los rumores que decían que Julito era homosexual, contesta la muchacha:

"No me creo nada. Julito es todo un macho ibérico, me lo demuestra a diario…".

En una campaña de marketing sin precedentes en la historia y para lavar su imagen de zote, Julito ha sidó más listo que el hambre: se ha liado con una muchacha que es cincuenta veces menos lista que él. ¡Bravo! Amo el blog de Kiko.