Mujeres TRABAJADORAS / Tragedia con un colirio

telecinco.es 14/07/2008 22:12

Buenas tardes, amigos.

Hoy llegué a Telecinco tarde y sin comer y me dirigí a la cafetería muerto de hambre. Eran las cinco de la tarde o algo así y las camareras, ociosas y de buen humor tras el café vespertino, me recibieron de brazos abiertos. Así que ahí va mi pasiconsejo de hoy:

Una vez comido y feliz, comprobé como hay un hombre en Telecinco que camina por los pasillos imitando a la perfección el balido de las ovejas. Se oían aplausos y voces en el plató de VaLaNota, pero no se grababa VaLaNota, sino Pasapalabra. Porque eso es lo que necesita el mundo, más programas de Pasapalabra. Comprobé también que el plató de Ana Rosa está cerrado a cal y canto, ¿seguirán ahí el sofá y la mesita de centro, sollozando al ver que sus amitos se han ausentado durante todo el verano?

La tragedia estalló justo cuando estaba yo descansando bajo la fotografía de la Santísima Trinidad, justo al lado de los cuartos de baño donde se insulta de forma cobarde a Jesús de Manuel y Rociíto y de la máquina de zumitos con las que las pretendientes de Mujeres y hombres y viceversa se vuelven completamente locas.

Precisamente ese era el programa que se empezaba a grabar en breve. Emma García andaba por allí, cruzándose con Emilio Pineda, que iba vestido de rojo pasión y derechito al plató de Está Pasando. Las redactoras (recordemos que yo llamo así a cualquier mujer que está en un plató con una carpeta en la mano o que tiene pinta de ir a estarlo en breve) de Mujeres y hombres y viceversa se coordinaban con lo que ocurría en el plató mediante sus walkies. Entonces, uno de ellos sonó y dijo una voz femenina que parecía provenir de los mismísimos recovecos del infierno:

-Necesitamos colirio para una de las chicas.

La mujer se levantó y se fue hacia maquillaje mientras preguntaba, por su walkie, qué chica era esa. Yo fantaseé con la idea de que se hubiese protagonizado una pelea de gatas en la que se tiraron gazpacho unas a las otras mientras se arrancaban los pelos (sus cabelleras han de estar muy debilitadas por el exceso de tinte) y utilizaban los cables de los micrófonos a modo de sogas. La redactora volvió en breve, justo cuando su walkie volvía a protestar.

-Que necesitamos colirio para una de las chicas -repitió la voz de ultratumba.

-Me dicen en maquillaje -respondió la redactora más ancha que pancha- que el colirio no se saca de allí para nadie que no sea Emma. Y Emma está allí, así que no te lo puedo llevar.

Que nadie interprete este dato como una muestra de divismo de nuestra presentadora favorita (ya sé que el viernes dije que era Ana Rosa, pero ahora Ana Rosa está de vacaciones). Que ojo, si fuera divismo no sería en absoluto algo malo, pues para eso están las celebridades, para poner exigencias de celebridades, y para eso está la gente que tienen a su alrededor, para obedecer. Pero nada más lejos del motivo real: los colirios son preparados estériles que jamás deben ser compartidos con otras personas.

Y sinceramente, si yo fuera Emma, mucho menos querría compartir nada (ni el colirio ni el asiento de un autobús) con personajes de esta catadura moral:

Peeeeeeero, una vez dicho esto, hay que decir otra cosa.

Un colirio cuesta cuatro euros.

Departamento de recursos humanos de Telecinco, ¡hagan el favor!

Y para terminar, no quiero dejar de comentar la estupenda publicación que encontré hoy en la cafetería y me leí mientras comía mi bocadillo de jamón con tomate y aceite de oliva. Trabajadora, revista mensual editada por la Secretaría Confederal de la Mujer de C.C.O.O.

Trabajadora contiene apasionantes artículos sobre el paso a la información en igualdad, políticas de género en el trabajo sindical, la Unión Nacional de Mujeres Saharauis, las diferencias salariales y la acumulación del tiempo de lactancia. Todo, no es por nada, con una maquetación horrible y unos colores apagados, ¿eh? Que cuando yo digo que lo primero que necesita la lucha obrera es un estilista y un relaciones públicas no lo digo por hacerme el gracioso sino por aportar mi granito de arena.

Sólo hay dos anuncios en toda la revista.

Uno es de Clínica Isadora, abortos (hasta 22 semanas), ligaduras y vasectomías. La otra es de la Clínica Dator, 1ª clínica acreditada para aborto legal hasta las 22 semanas, incluido fines de semana para aquellas mujeres que no se puedan tomar un día libre.

Mientras tanto, a unos treinta metros en línea recta, en el plató de Mujerers y hombres y viceversa, Victor y Luis decidían a cuál de entre treinta chicas se llevarían esa tarde a una cita para luego decidir si les permitirían seguir intentando conquistarlos o las echarían directamente del programa.