Platós, Karmele, Escassi, Sofía y fruta: este post es muy Supervivientes

telecinco.es 03/05/2010 18:36

Excitantérrimas novedades para todos aquellos que preguntáis: el plató de Supervivientes Supervivientesestá casi terminado y, por lo que pude ver hoy (que cambia bastante respecto a lo que será finalmente en directo y debidamente iluminado) parece el plató de un reality ambientado en el espacio más que uno ambientado en Nicaragua. Hay lucecitas de cohete, cosas brillantes en el suelo y cuestas con iluminación de colores. No es que eso sea malo, todo lo contrario. Mucho más a favor de las referencias a Barbarella que a Los vigilantes de la playa: boda en Hawaii.

No sé si recordáis que la última vez que me jugué mi integridad física para obtener una fotografía de un plató, en aquel caso el de Gran Hermano 11, las altas esferas me hicieron difuminarla ya que el secretismo respecto al decorado de un programa tan esperado era altísimo. Así que esto fue lo que publiqué entonces:

Ha vuelto a ocurrir :( He aquí el plató de Supervivientes 2010:

No, era broma. Je, je, je. En realidad pasé de jugarme la vida para hacer una foto que vaya a ser posteriormente censurada, así que os pongo en su lugar esta otra, sacada fuera del plató, donde se ve una enorme placa apoyada en una pared, para que saquéis vuestras conclusiones:

Había una celebridad con rulos tomando un cafecito en la cefetería, pero como estaba de espaldas no sabía quién era. ¿Cómo sé que era una celebridad entonces? Por una serie de perspicaces deducciones:

a. Nadie va por Telecinco en rulos a menos que sea famoso.

b. Los rulos son, en concreto, santo y seña de cierto tipo de señora bien que se dedica a comentar en programas del corazón de la cadena. Todos sabemos identificar a una en cuanto la vemos. Pueden ser Rosa de Benito, Lydia Lozano, Mila Ximénez o Karmele Marchante. Todas ellas representan a la mujer española, con sangre caliente y poco sentido de la elipsis, y sin embargo todas ellas son rubias. Qué cosas.

c. Esta mujer estaba en la zona VIP de la cafetería, que no es un apartado delimitado con una cuerdecita ni un salón con sofás, sino simplemente una especie de templo que se inventan las camareras colocando una mesa en una posición al azar en medio del terreno y dicendo "de aquí no puedes pasar". No puedes pasar, claro, a menos que lleves rulos. Trabajadores de la cadena, tomad todos nota. Yo ya los tengo preparados para traerlos mañana.

Me había acercado por la cafetería para comprobar que un cartel que alguien puso hace un tiempo en el tablón en el que se da en adopción a un perrito llamado Mimo sigue allí. Y nadie ha cogido ninguno de los papelitos que cuelgan en la parte inferior con un teléfono y un mail de contacto. Resulta que Mimo es un perro valenciano, sordo y algo brutote, pero muy cariñoso y feliz que fue abandonado por alguna familia sin sentimientos que merece terminar sus días en una cuneta. Volví a la redacción entristecido pensando: ¿quién querría acoger a un perro sordo y bruto?

Cuando llegué, en la tele de la redacción emitían Mujeres y hombres y viceversa, donde todos se chillaban porque al parecer Silvia, una tronista delgada, ha dicho al respecto de Maite, una tronista más corpulenta: ¿pero quién querría ligar con una gorda?

Sin duda alguna la dueña ideal de Mimo se llama Maite. Ninguno de los dos se merece vivir en un mundo en el que la gente se hace semejantes preguntas.

Drama importante en el comedor: muchos trabajadores están comiendo naranjas pequeñas pensando que son mandarinas. Y si esto me molesta doblemente es porque en la frutería de mi barrio me vienen haciendo lo mismo desde hace un tiempo. No sé si hay una conspiración mundial para que dejemos de comer mandarinas, si hay un superavit de naranjas enanas transgénicas y quieren acabar con él vendiéndolas como mandarinas, o es que yo me he vuelto tonto y ya no sé diferenciar entre un crítrico y otro. Juzgad vosotros mismos: ¿es esto una mandarina o una naranja?

Este asunto es muy serio. No es lo mismo volver a trabajar tras haber pelado una mandarina que tras haber pelado una naranja, que te deja las uñas de tal color que parece que vengas de tener una pelea con Raquel Bollo o una hepatitis galopante. Espero que en el comedor tomen medidas al respecto y pongan naranjas para quien quiera naranjas y mandarinas para quien quiera mandarinas, con carteles explicativos explicando qué es una cosa y qué es otra. Ya que estamos, también espero que hagan mucho más a menudo milanesa a la romana y establezcan los viernes una hora feliz en la que nos dén cócteles y vermús.

Si simplemente arreglan lo de las mandarinas me quedaré tranquilo también, que conste.

Otro drama importante del comedor es que Karmele Marchante no sólo se cuela para coger su comidita sino que no da las gracias cuando le sujetas la puertecita de la vitrina de los postres para que alcance sus uvas. Y a mí Karmele Marchante me cae muy bien y me parece la más estilosa y la más lista de todos los colaboradores de Sálvame. Ya si fuese simpática sería la bomba.

En los pasillos presencié un gran encuentro de dos leyendas de la música de gasolinera de la última decada: David Civera y Sonia (de Sonia y Selena), que, actualmente, cantar no canta*, pero la han dejado volver a salir en televisión por decir que se ha tirado a Pepe Navarro (que también menuda originalidad). Sonia le enseñaba fotografías en su cámara digital a David, diciéndole:

-Ésta me la sacó mi chico.

Y respondía David:

-Juer.

web oficial Cuando me iba ya, y para terminar este post que empezó con Supervivientes con más de lo mismo, decía un señor hablando por teléfono a voz en grito:

-Al primer debate podrían venir Escassi y Sofía. Escassi es calladito y apocado y Sofía da caña y es más dicharachera.

Pues eso. El plató puede cambiar, pero el espíritu del programa seguirá intacto.