En uno de los pocos momentos divertidos de la gala de ayer, entró un tipo con el micro mal puesto y una sudadera horrible donde se leía FI-AT e invitó a los tres finalistas y a Jesús Vázquez a conocer las instalaciones de Fiar en Turín. La cara de todos menos la de Pablo fue un poema. Mucho me temo que a Virginia y a Chipper les suda muchísimo el forro de los mismísimos irse a Turín a ver una fábrica de coches. Jesús, por su parte, imagino que antes muerto que ir.
La gala ya empezó mal. Jesús Vázquez dijo que iba a estar en el escenario la diva entre las divas. Eso no es moco de pavo y los espectadores ilusos de buen corazón empezamos a barajar las posibilidades. ¿Judy Garland? Está muerta. ¿Liza Minnelli? Está borracha. ¿Barbra Streisand? En OT no la conocen. ¿Madonna? Esa no pisará semejante plató en los días de su vida. ¿Cher, Deborah Harry, Diana Ross, Stevie Nicks?
Pues no, era Mónica Naranjo.
Vestida como recién escapada de un psiquiátrico, pero con la gracia de siempre.
Una vez empezada la gala en sí, fascinado me dejó la estratégica posición de Iván tras los tres finalistas en pantalla. Justo ahí en segundo plano, desenfocado como se merece, para ver todos sus aspavientos cuando Risto decía una cosa fea que no le gustaba. Cuando nuestro miembro favorito del jurado -y una de nuestras personas favoritas en España- dijo lo contrario, Iván se encargó de dejar claro que los anteriores participantes de Operación Triunfo tenían ahora carreras dignas de las que enorgullecerse. Por ejemplo Alex Casademunt, ex-comentarista de Ana Rosa Quintana. Ya sabemos por dónde van sus tiros profesionales.
He intentado plasmarlo en un dibujito, sentado en el sofá de la segunda fila. Aquí lo pego:
Las actuaciones me parecieron todas un coñazo. Lo de Pablo estropeando Volver me despertó de mi letargo, pero por pura ira (Levin). Virginia cantó con un coro gospel y los coros gospel de pega me aburren un montón. Los coros Gospel, para Sister Act. Una monja de cuidado y Sister Act 2. Vuelta al convento. O para Mimi, que para el caso, es lo mismo. Cuando cantó Chipper, por supuesto, aproveché para ir a pedir unos cebollinos a los vecinos, así que ni me acuerdo.
Después, la expulsión de Chipper, ¡menudo tema! Su evidente disgusto por haber perdido le honra, ojo. Como drama queen profesional que es, ni siquiera evitó un "¡te quierro Carlos!" a lágrima viva. Resulta que cuando lo dijo con voz quebrada y nerviosa, su voz sonó medianamente interesante por primera vez en toda la historia de esta edición. Pero, ¡ay! Era ya muy tarde, Chapis. ¡Adiós!
La despedida de Risto y Virginia fue el momento más emotivo de la gala, o tal vez fuesen los cebollinos que había estado escardando. El caso es que creo firmemente, y es sólo una opinión personal, que el mundo sería un lugar muchísimo más bonito si Risto Mejide y Virginia fornicasen y tuviesen bebés.
Después, a Manu le tocó un premio: hacer una gira patrocinada por la Cadena 100 en los mejores teatros de España. En octubre, ojo. En octubre Manu será una figura de primera línea en la memoria colectiva y se prevé que los teatros estallen con la convocatoria.
Qué alegría cuando ganó Virginia. Ya sabemos todos que ganar OT suele ser garantía de un par de Está Pasando, un par de Ana Rosa y un par de discos que se quedan en lo más bajo de la lista, sí. Pero Virginia no es Lorena ni es Sergio Rivero. Y además, aunque su futuro musical tuviese que irse a tomar viento, todo habría valido la pena por una cosa: la cara que se le quedó a Iván.
¡¡La cara que se le quedó Iván!!
Luego empezó el chat y Ángel agarró a Virginia mientras algunos concursantes ya olvidados y envidiosos emanaban vulgaridad sin hacerle caso a la ganadora. Que nadie confunda esto con la integridad y la sinceridad, no. Dejar de saludar y sonreír ante la que es la ganadora por voto popular es simplemente debido al retraso mental. Sobre todo, porque lo están haciendo ante toda la gente que hubiera podido llegar a ser fan de ellos, cosa que viendo cómo se las gastan nunca ocurrirá. Bueno, pues estaban ocurriendo todas estas cosas tan de tontos cuando tuvo lugar la siguiente y bella conversación:
Vamos a hacer un ejercicio de fantasía. ¿Qué hubiese ocurrido si la conversación se hubiese desarrollado entre pooooongaaaamos así al azaaaaar Ángel e Iván? Pues posiblemente hubiese sido así:
Y eso, amiguitos, es la diferencia entre alguien espontáneo y alguien que levanta un dolor de cabeza terrible. Es que a ver, ¿soy el único que cree que Iván intenta parecerse cada vez más a McNamara en las primeras películas de Almodóvar? La cosa es que a McNamara le salía naturalmente y además estaba colocado hasta las cejas, con lo cual el resultado era mas satisfactorio.
Pues nada, que hemos acabado, ¡no tendremos que volver a oir eso de Ah, ¿qué no eres blue?! PUES NO, no soy Blue. No quiero ningún móvil hortera, una playstation de chonis, unos espantosos MP4's dignos del peor de los tolais ni ninguna de vuestras chorradas. No soy Blue, soy de BARCLAYS PORQUE TENGO CLASE*
En fin, Pilarín. Que así, a lo tonto, ha terminado la mejor edición de Operación Triunfo de la historia. ¿Qué será ahora de nosotros? Y peor aún, ¿qué será de este blog? : (