He decidido hacerme eco de lo que veo en las redes sociales y usar hoy un poco de mi espacio para lanzar un enorme grito a quien pueda interesar y dar voz de esa manera a miles de españoles brutalmente callados desde hace casi un año. En breve, el 1 de febrero, se cumplirá un año desde que desapareció Aquí hay tomate.
Aquí hay tomate está considerado como uno de los máximos exponentes de la telebasura, tanto por muchos críticos televisivos, espectadores anónimos y familias españolas de apellido célebre. Eso no es un apelativo baladí. Eso es el resultado de años y años de gran trabajo tocando las narices a todo el mundo y es un mérito del que pocos programas pueden presumir.
Sin embargo, ahora, por poner un ejemplo paradójico, muchos fans de digaaaamos Sé lo que hicisteis que vienen a este blog a decir que Podría estar pasando es un asco, Telahínco es caca y "el tirantes y la otra" aburren (esta gente no es muy dada a usar un lenguaje propio, qué se le va a hacer), rematan sus frases con "¡que vuelva el tomate!". ¿Ha sido un año suficiente para que nos demos todos cuenta de que detrás del lenguaje poco apropiado, las escenas escabrosas, los desnudos en la sobremesa con la familia, el acoso y derribo a famosos y los modos cuestionables estaba uno de los programas más divertidos e intensos de la tele?
Pues eso. Tanto puristas de Telecinco, fans de Sé lo que hicisteis, humildes amas de casa y televidentes adelantados a su tiempo vieron la genialidad del programa desde que Mila Ximénez salió de la oscuridad entonando un discurso -"¡oscura, siniestra y gilipollas!"- que se ha convertido ya en parte de la historia de España. Y piden a la vez desde varias plataformas que Aquí hay tomate regrese a la parrilla televisiva.
"Porque mi vida no es igual sin el tomate", reza un grupo de fans en Facebook en lo que también podría ser un fantástico eslogan para convertirse al vegetarianismo. "Me aburro después de comer, que vuelva el Tomate", se llama otro grupo, en lo que también podría ser confundido una llamada al sexo de sobremesa. En una página de firmas online podemos ver esta petición, señal de que la gente si es capaz de moverse cuando la causa es realmente justa (aunque no recordar muy bien cómo se escribe el apellido de los presentadores, todo sea dicho):
SOMOS UN GRUPO DE CIUDADANOS QUE ESTAMOS INDIGNADOS POR LA RETIRADA DEL PROGRAMA "AQUI HAY TOMATE".
ESTE MARAVILLOSO ESPACIO QUE LLEVA 5 AÑOS EN LA PARRILLA DE TELECINCO Y QUE TANTO ENTRETENIMIENTO NOS HA DADO.
EXIGIMOS A LA CADENA DEL GRUPO MEDIASET Y VOCENTO QUE RECAPACITE Y VUELVA A PONER EN PANTALLA A ESTE MARAVILLOSO Y EJEMPLAR PROGRAMA.
POR TODO ESTO, Y POR NUESTRO TOTAL APOYO A JORGE JAVIER, CARMEN ALCAIDE Y MIQUEL SERRA PEDIMOS TU FIRMA PARA QUE NO RETIREN EL TOMATE:
Y claro, luego, pues la gente firmaba.
Las tardes de Telecinco están absolutamente perfectas tal y como están, sí, eso es un hecho empírico que no vamos a atrevernos a cuestionar. Pero si volviese Aquí hay tomate estoy seguro de que la gente sería más feliz, los niños crecirían más sanos y hermoso y muchos artistas multidisciplinares como Carmen de Mairena, Cristina Rapado o Nova -actualmente perdidos en el limbo de las cadenas locales unos, el porno duro otros y el anonimato los de más allá- volverían a tener el lugar que se merecen en la televisión y en nuestros corazones.
"Pero esto no es un artículo del Pasillero", dirá el lector. Pues no lo es, no, pero yo aquí escribo lo que me da la real gana.