Buenas tardes, amiguitos.
Hoy en Telecinco debían de estar haciendo limpieza en el almacén de atrezzo, porque tenían la salida hecha unos zorros. Un esqueleto, un sofá, un ventilador, una tostadora, un viejo televisor, una planta, una manta, una alfombra y cincuenta mil juguetes. ¿Es que ha reventado el plató de Birlokus club? No pregunté, porque desde pequeño odio preguntar y así me va, que me enteré con 22 años de que el arroz no era pasta, y no sólo eso, sino que la pasta se elaboraba y no salía de debajo de la tierra ni caía de los árboles. ¡La de cosas que seguiré en este mismo momento considerando verdades irrefutables por no haberlas preguntado todavía! Pero no pienso.
Por la tarde, Manu estuvo en Está pasando contando interesantes anécdotas tanto literarias como cinematográficas de su paso por la academia de Operación Triunfo. Justito cuando estaba yo allí en el plató, fijándome en el hipnótico serpentear de los cables, Emilio Pineda dijo "¡y ahora tenemos una sorpresa para Manu!", tras lo cual la cámara se giró repentinamente hacia mi lugar (al lado de la puerta, vamos), y tuve que hacer los cien metros lisos para huir de los focos (¡siempre, siempre detrás de mí!).
Entonces Manu recorrió los pasillos -MIS PASILLOS- de Telecinco hasta llegar a la puerta de nuestras hermosas instalaciones, donde saludó a un montón de fans. Todas chillaban su nombre con entusiasmo al otro lado de la valla por donde entran los camiones de fruta que reponen la máquina de zumitos.
Una vez las cámaras de apagaron, los managers de Manu lo arrancaron de los brazos de sus fans, que nunca entenderán que no se hacen fan de un triunfito, sino del jefe de cuentas de Gestmusic y Portalmix.
Y ahora voy a cambiar de tema. Hablemos a Operación Triunfo.
Hala, voy a repasar la gala de ayer:
VIRGINIA - OLD TOWNVirginia siempre está dispuesta a sorprendernos: un día lo hace estupendamente, otro día canta como una rata y ayer, para variar el esquema, unió ambos conceptos: empezó haciéndolo cual rata y terminó haciéndolo estupendamente. A Virginia le va el agudito, el solo, un día debería pararse en mitad de la canción y chillar: "¿QUERÉIS SACAME DEL MEDIO A TODOS ESTOS BAILARINES, VIOLINISTAS Y DEMÁS PARAFERNALIA ABSURDA? ¡¡QUE NO SOY MIMI!!". El señor de la trompeta era un poco ridículo y los de los violines, ¿realmente tocaban el violín? No es una pregunta retórica. Me fastidió la realización, que siempre es bastante chula, y estuvo ayer de lo más errática. Cuando Risto dice cosas de Virginia (no sólo que ha "estado de puta madre", sino que va claramente a ganar), no queremos ver su rostro de satisfacción, sino el rostro compungido de esas tres sabandijas que tiene sentadas a su lado. Y si ya mostrasen también el rostro de Iván, seguramene sentado en su cuarto oscuro muriéndose de envidia, ya sería también la repera. Para Virginia:
UN DIEZ
PABLO - DON'T STOP ME NOWDice "I'm a sex machine" y mueve la pelvis como si estuviese cupulando. Después un tipo toca la guitarra eléctrica y él se pone a su lado haciendo que la toca también. Ay, qué aburrimiento. Que nadie confunda el buen espectáculo que le han puesto a Pablo sobre el escenario con hacerlo bien. En realidad su inglés ha sido como de academia infantil y su convicción, a la altura de la Sergio Rivero. "Con el permiso de Freddie Mercury, lo ha bordado", dice Jesús antes de pasar a hacer publicidad de BlueBBVA y el puñetero POK de los huevos. El pobre Freddie ha de estar revolviéndose en su tumba. Qué gracia, después Coco Comin le ha dicho que él se mide por sus propias convicciones y que no busca el aplauso de los demás, sino sentirse bien consigo mismo. Nuestra miembra favorita del jurado no sólo le ha llamado autocomplaciente, también le ha dejado claro que no se entera de nada. Bravo, Coco.
UN CERO
Manu me produce el problema de que tengo que buscarlo todo el rato por el escenario porque no lo veo. Y no es porque sea bajito, que recordemos que las estrellas más brillantes del panorama pop desde Prince a esa señora tan mayor llamada Madonna miden metro sesenta. Lo de Manu tiene más que ver con nuestra memoria musical que con la física de los cuerpos: ha recogido tantos amaneramientos de los pocos cantantes que parece conocer y los ha pasado por una trituradora tan barata y anticuada que me ofusco intentando reconocer todos y cada uno de los pedazos de cliché que deja tirados por el escenario. Y claro, mientras tanto, no me doy cuenta de que está cantando. Y casi mejor que no me dé cuenta, ojo, porque canta peor que una cucaracha pisoteada.
UN CERO
CHAPIS - OVER THE RAINBOWHay una película divertidísima llamada Trick que es en gran parte un homenaje y al mismo tiempo una parodia de los musicales del off Broadway, con cantantes sobreactuados, excesivamente sentidos, gays perdidos y que provocan risitas a los que están sentados tras bambalinas mientras ellos creen firmemente que están dando un estupendo espectáculo. Ayer, con Over the rainbow (¡qué mala leche tiene Noemí Galera cuando quiere!) Chapis podía haber sido una de esas parodias y, como parodia, hubiese resultado perfecta. Lo malo es que el pobre se lo cree. Y había plumitas y pétalos y luces rosas por todo el escenario, jo, seguro que Chapis disfrutó muchísimo. Después, Javier Llano miró directamente a la cámara y pidió por favor a los indecisos que si no sabían a quién votar, qué votasen a Chapis. Yo tengo otro consejo: si no sabéis a quien votar, no votéis y no hagáis todavía más ricos a Gestmusic. Por favor, qué espanto de actuación y qué espanto de Chapis.
UN CERO
Otras cosas dignas de comentar de la noche: