TODOS los triunfitos vinieron a vernos. Perdón, A VERME

telecinco.es 31/07/2008 20:19

NOTA: Este post, escrito inicialmente en la sobremesa de hoy, se vuelve mucho más interesante al final, cuando escribo lo acaecido al caer la tarde. Notaréis que llega esa parte por el enorme tamaño de las letras unos cuantos párrafos más abajo, que marcan el punto de giro de esta terrible historia. Pero primero, esto era lo que escribí después de comer:

"-He hablado maravillas de ti. -Y yo de ti, no te jode."

"-He hablado maravillas de ti. -Y yo de ti, no te jode."

¿Entre qué dos triunfitos se ha desarrollado este fascinante conato de diálogo por los pasillos de Telecinco?

Primero pongo esta instantánea de mi encuentro con Chipper por los pasillos:

Bueno, mejor empezamos por el principio. Esta mañana, soleada y seca en Madrid, me levanté inusualmente temprano y empecé a hacer cábalas sobre cómo aprovechar la mañana, ese momento del día que suelo emplear para abandonarme a sueñecitos donde Mumú reaparece y ambos correteamos por una verde pradera. En todo caso hoy, desvelado, me dije: "pues me voy a Telecinco, ea".

No estuve muy acertado en mi decisión: en el comedor ofrecían el menú más terrible en mucho tiempo. Eso que llamaban "churrasco" parecía más bien un zapato a la parrilla y las patatas han vuelto a su estado inicial de chamusquina, con lo cual se ve que los ecos de mi protesta se han ido volviendo pequeñitos, pequeñitos, hasta desaparecer en el horizonte como un día desapareció la dignidad de La Sexta.

Total, que me encontraba yo en estas, desechando aquellos pedazos de lo que se decía ser churrasco y debatiendo con mis compañeros de Telecinco el verdadero significado de las cartas de amor de Voltaire a Olimpia Dunoyer cuando de repente entró la GENERACIÓN OPERACIÓN TRIUNFO 2008.

Sí, ¿pensábais que hoy iba a hablar de otra cosa?

Por si alguien lo pensaba, haré un inciso para que no se sienta decepcionado: he averiguado cuánto cobran los pretendientes de Mujeres y hombres y viceversa por semana (con un plus si son los elegidos para la cita) y, por decirlo sin dar cifras para que ningún productor se enfade, no les sobraría mucho si se compran un iPod de 8 gigas.

Pero sigamos con asuntos de gran envergadura moral: que los participantes de Operación Triunfo entraron en el comedor. Chipper ya estaba allí sentadito, comiendo, acompañado de Victor, el representante de Telegenia, cuando llegó Iván y le plantó un beso en los morros. En la cola estaban Mimi, Anabel y Manu. En la mesa, algunos chicos comentaron que Mimi estaba muy buena. Un chico comentó que Iván tenía un cuerpazo, y eso que el chico tiene novia. ¿Será Iván como Joe D'alessandro, el hombre del que se dijo que hizo tambalear más de una heterosexualidad?

En todo caso, aquí llega lo interesante: yo no sé si serían imaginaciones mías, si ocurrió de verdad o si simplemente todo se debió a que yo tenía un chicle pegado en el pelo y no me di cuenta.

El caso es que Iván me fulminó con la mirada durante cosa de un segundo.

¿Habrá leído las cosas horribles que dije de él? Iván, si me lees ahora, ten en cuenta que yo soy un sucio cobarde. En cuanto te tenga enfrente negaré haber sido el que escribió eso y te pediré perdón de rodillas. Si algunos ya me habéis visto en vídeo: en cuanto no tengo un teclado delante para comunicarme, parezco un retrasado mental.

Pero bien, después abandoné el comedor. Avanzaba yo feliz por los pasillos de vuelta a la redacción de telecinco.es cuando me crucé con Pablo y Virginia, que llegaban juntos y sonrientes. La ganadora y el finalista, como es menester, llegaban de últimos.

-He hablado maravillas de ti -decía ella.

-Y yo de ti, no te jode -respondió él.

¿A qué se referían? Qué misterio. ¿Una rueda de prensa? ¿Una entrevista? El caso es que, de repente, si parecía que había alguna tensión entre ambos, va a ser que no. Todos aquellos que somos fans del caos, del conflicto, del grito y el insulto barato y cruel lo lamentamos. El calmado espíritu europeo ha podido con el exaltado espíritu americano, que es el que nos gusta.

Y bien. Entonces llegó la tarde.

Aquí es cuando las cosas se tuercen.

Una de mis jefas, doña Bárbara -que por cierto busca marido, podéis enviar vuestra foto y lista de hobbies al mail de la web- llamó al representante de la Generación Triunfo 2008 para hacer uno de esos bonitos vídeos exclusivos que os ofrece la web de Telecinco. Pues en esta estaba cuando la conversación telefónica fue tal que así:

-¿Que tienen quejas de la web? ¿De un blog?

Yo abandoné mi phoskito y cerré la página de jugar al Tetris en la que me había metido aprovechando que mi ordenador da a la pared.

-¿El pasillero? -continuó mi intrépida compañera.

-Uh -dije yo-. Ih.

Resulta que, según el relato de este hombre, los concursantes de esta edición de Operación Triunfo estaban muy enfadados con todos los improperios que había soltado contra ellos en este blog (empecé a hacer memoria: los llamé julais, chachas, tolais, coñazos, ¡ay!). Mi compañera se dirigió a hablar con él para aclarar este entuerto. Pocos minutos más tarde sonó mi teléfono móvil y me dijo:

-Ven, que Iván quiere hablar contigo.

-Uh -respondí-. Ih.

Me acerqué tembloroso y me reuní en el pasillo principal, protegido por los retratos de las tres santas de Telecinco, junto a algunos compañeros que iban allí a grabar un vídeo para la web donde todos cantan cosas bonitas y alegres.

Nada más lejos de la idea que tenían sobre mí. De repente todos aparecieron saliendo del plató de Está Pasando y me miraron como un poco mal. Iván fue el único en hablar.

-¡Hombre, pero si aquí lo tenemos! -dijo mientras yo me convertía en un ovillito de lana-. ¡Ese que habla tan bien de nosotros y nos quiere tanto! Bueno, ¡habla bien de todos menos de Virginia! ¿No?

Yo sólo acerté a decir:

-Uh. Ih.

Iván, pude adivinar por sus comentarios, es partidario de que las cosas se digan a la cara como él hacía en el concurso. "Si me quiere comentar algo, que lo haga a la cara", decía a unos metros de mí.

Decidimos resolver la situación de la siguiente manera: ofreciendo a Iván la posibilidad de replicar a todos mis humillantes comentarios concediéndome una entrevista (clásico genero que domino a la perfección, como habréis podido comprobar en mi entrevista a otra celebridad surgida del reality show: Ismael Beiro).

Él, muy simpático, accedió, y grabadora en mano nos sentamos en las sillitas que están frente a maquillaje para que se despachase a gusto.

Mañana, el resultado.

¡Qué emoción, intriga y dolor de barriga!