Todos contra Gerardo

telecinco.es 17/12/2009 08:17

Le ha tocado a Gerardo, aquel a quien llamamos Geranio y otra buena cantidad de nombres, el hombre tranquilo, según confesión propia enamorado de Carol. Ayer casi todos cargaron contra él, tanto por medio de comentarios más o menos hirientes como en varias discusiones a lo largo del día. Lo más curioso fue que estas polémicas surgían precisamente dentro del seno del grupo que duerme en la habitación de los cactus, aquellos que querían permanecer juntos durante la Navidad.

Cuando estaba Carolina se inventaron ella y Gerardo el término 'wasthekickers' para denominar a su grupo. Buen intento, aunque no es fácil que tan rebuscado nombre cale en el personal. El caso es que los concursantes agrupados bajo ese extraño nombre (viene de una prueba de baile y cierta canción del musical 'Grease') ayer hicieron que se resquebrajara su unidad, o al menos eso parecía. Ciertamente, por la noche mantenían la buena relación y tanto Gerardo como Ángel (especialmente este último) intentaban calmar a una Tati víctima del síndrome de abstinencia provocado por la falta de tabaco. Resulta que ayer ganaron la prueba e hicieron compra, pero tendrán que esperar a mañana para recibirla.

Como habían acumulado un número casi incontable de errores en la prueba del balancín, el programa fue generoso y se inventó a última hora que lo realizado hasta el momento era solamente un ensayo, y contarían exclusivamente los fallos habidos en el plazo de cuatro horas, las finales de dicha prueba. La experiencia acumulada y el ser conscientes de la importancia de lo que habría de suceder en ese corto espacio de tiempo hizo que se esmerasen y evitaran los errores, por lo cual les fue comunicado que era prueba ampliamente superada. Una semana más sin presupuesto habría planteado una situación de gran dureza, como ya está visto. No tan solo por la comida sino también por el dichoso tabaco.

El primer round del 'todos contra Gerardo', o 'la casa contra Prager', tuvo lugar mientras estaban encerrados en el dormitorio de los cactus los habitantes que allí duermen. En el otro dormitorio estaban los correspondientes al mismo, igualmente encerrados, rajando sobre mil temas. Entre otros, tocó en algún momento el deporte preferido de algunos (como Laura), consistente en criticar a ese concursante de forma implacable. Estaban encerrados en su propio encierro porque mientras, en el salón, les desmontaban y retiraban el balancín de la prueba. También colocarían una serie de paquetes de regalo a los pies del árbol navideño, aunque esto lo comentaré un poco más tarde. En ese primer asalto del que hablo, comenzó Tatiana para seguir Ángel, mientras Carol hacía un papel conciliador aunque alguna puya contra el de Majadahonda se le escapó.

La discusión de Tatiana no tenía mayor importancia, pero contribuyó a calentar los ánimos contra Gerardo. No es de extrañar, habida cuenta del tono empleado comúnmente por la rusa. Personalmente se me haría imposible convivir con alguien así, incapaz de mantener una discusión argumentada con tranquilidad y sin elevar la voz de forma tan molesta. Lo peor son las consecuencias de reacciones tan coléricas, por mucho que sea un enfado fugaz. Arrastrados por la furia irascible de la 'rusandaluza', aquellos que están a su alrededor tienden a elevar el tono igualmente, y no me refiero solamente al volumen de las voces. Lo de ayer fue un claro ejemplo, porque tras el arranque de Tati vino una discusión especialmente dura entre Gerardo y Ángel, en la que este profirió posiblemente las más graves acusaciones dirigidas hasta ahora por el falso zen a alguno de sus compañeros.

He de decir que en el fondo de la cuestión no les quito la razón a Tatiana y Ángel, pero ambos pusieron en un brete a su supuesto amigo de forma innecesaria. Especialmente si tenemos en cuenta que está nominado. Aunque claro, en esto habríamos de hacer una reflexión más extensa y cuidadosa, porque también lo está Ángel, y lo mismo Carol. Ambos podrían tener especial interés en cargar las tintas contra Gerardo un día antes de la expulsión. En caso de que la audiencia votante tuviera dudas sobre a quien expulsar, esto podría hacer decantar la balanza hacia un lado, y justificaría los duros calificativos de Ángel: el "eres un cobarde", ese otro "me tienes hasta las narices", igual que un "no me vuelvas a hablar".

Gerardo dice que va a nominar lo que le salga de los huevos: "Lo que iba a hacer con Pilar ya no lo voy a hacer, con lo cual estoy súper tranquilo. La conciencia la tengo tranquila con lo que he hecho". A lo cual es respondido por Tatiana recordando que fue él quien propuso el pacto, ese famoso acuerdo nominatorio negado una y otra vez por Ángel en días sucesivos. Tati afirma que a ella también le gusta nominar lo que quiera, y vuelve a repetir un discurso de días anteriores sobre que no debe nadie tener miedo a salir nominado y tal. Juraría que está usando exactamente las mismas palabras ya escuchadas antes de su boca. Dice así: "Si no te importa tanto estar nominado... como si no hagamos nominaciones aquí, ya está. Que a veces os veo pensar mucho en nominaciones, sobre todo a ti, en ese tema". Se está refiriendo a Gerardo, aunque hasta ahora no se le entiende nada. "A veces me rayo porque viene gente a decirme que si me ha nominado y tal. Haz lo que te salga de los cojones, nomíname si quieres, pero no me cuentes tu vida", sigue diciendo de forma sorprendente porque se aparta del tema en cuestión.

Recuperando el tema, Tati sigue con estas palabras, aún sin alterarse: "Sé la vida que tengo, la gente que me quiere. Que aquí hay gente que no me quiere, pues me da igual. No voy a convivir con ellos. A mí me da igual si salimos los tres, y estoy harta de escuchar nada más que el mismo tema. No estoy disfrutando porque estoy pensando... pues sí, al final me da cosa que salgamos los tres... y al final, ¿a quién nomino? pues yo me rayo". Tras un corte, ahora sí que vemos a esta concursante visiblemente alterada, elevando considerablemente sus decibelios: "Tú fuiste el primero que dijiste a todo el mundo 'vamos a nominar a Pilar para no salir los tres'. Y ahora me estás contando que vas a hacer lo que te salga de los cojones. Pues claro. Hazlo desde el primer momento. No pienses otra cosa, porque yo voy a nominar a quien quiera menos a Arturo, y no tengo que estar aquí haciéndome la buena". Lo siguiente es casi inaudible por el tono de voz desagradablemente alto.

Me contaba mi madre que cuando era pequeño volvía del colegio protestando porque la profesora gritaba mucho. Ante ruidos fuertes y chillidos reacciono como los borrachos, me encojo de hombros y me parece como si me estuvieran taladrando los oídos. Por eso no soporto a Tatiana cuando se pone en este plan. No le falta razón, por otra parte, aunque manda narices que diga algunas de esas cosas precisamente una concursante que ha delegado sus votos tantas veces, depositándolos donde le decía Juan. La misma que ha estado presente y participando en larguísimas reuniones para decidir una estrategia con la cual repartir los votos de un amplio grupo de concursantes. Además, le reprocha que cambie de opinión y decida ahora no mantener el acuerdo de nominar a Pilar cuando está claro la razón que motiva ese cambio, y no es otra que Ángel, su innecesaria confesión de parte y la decisión de no seguir con el acuerdo del concursante que confunde la honestidad con el 'bienquedismo'.

Y hablando de Ángel, precisamente apareció en la conversación más o menos a continuación. Cuando parecía que iba a intentar calmar a Tati, y después de que esta se fuera para evitar continuar (agravar) la conversación, es él quien dedica el ataque más duro a su compañero de habitación. "Te voy a decir ahora una cosa, bien clarito", comienza Ángel, con un tono que ya denota cualquier cosa menos buen rollo. Y sigue: "El que ha empezado ahora has sido tú. Estabas comiendo y has dicho 'yo voy a nominar lo que me salga de los cojones'. Y yo te he contado lo del sorteo. Pero vamos, si he dicho lo del sorteo no pasa nada porque normalmente el que empieza los temas de conversación de las nominaciones eres tú, y no pasa nada. Pero vamos, que me vengas a echar ahora a mí la mierda porque estés discutiendo con ella no lo entiendo, Gerardo. ¿Qué pasa, ahora te toco yo, o cómo va el rollo? Tronco. Es que me dejas flipao, te lo juro".

Gerardo se enroca en su conciencia tranquila, y Ángel va entrando en brote cada vez más visible: "Le estás dando vueltas a la conciencia y diciéndome que si arregle mis historias. Yo creo que quieres decirme algo". Carol se aparta prudentemente del epicentro de la discusión, terminando su bol de crema de verduras en la cama. Ángel también se aparta aunque sigue soltando sus invectivas: "Habla conmigo y con los demás cuando quieras, que me tienes ya hasta las narices, tío. Estoy aquí callao pudiendo decir un montón de cosas..." La cosa apunta al chantaje puro y duro, pero aún hay más: "Lo que te está diciendo Tatiana tiene mucha razón, cojones. Ella te está diciendo que estás cada dos minutos diciendo que vas a nominar a quien quieras como si nosotros te estuviéramos diciendo que tienes que nominar a quien nosotros queramos. Cuando salió toda la movida de ti".

Es una faena para Ángel, porque no se puede marchar de la conversación al no poder salir del dormitorio. Su forma de zanjarla (o intentarlo) es, por tanto, otra: "Conmigo no hables más hasta que no tengas una conversación coherente. Háblame como personas normales, a mí no te pongas en plan manipulador ni a meter historias, ni a tener la razón por cojones. Porque yo no le doy la razón por cojones ni a ti, ni a Saray, ni a Pilar, ni a Arturo, ni a Carol, ni a Tatiana, ni a Dios. ¿Te queda claro?". La relación ha sido exhaustiva, terminando con el todopoderoso. Vaya, vaya con el buenrrollista. Estas últimas frases fueron dichas con los ojos inyectados y la mano subrayando sus palabras. Le falta llamarle cobarde, pensará alguien por ahí. Pues sí, efectivamente, eso le faltaba: "¿Qué intento yo hacer siempre? es que eres un cobarde y no lo dices. Es de cobardes. Soltar la piedra y esconder la mano es de cobardes. Gerardo, me la pelan los victimismos. Ya sé que te encantan las cámaras un montón y todas esas historias. Me suda la polla". Ya dije un día que este hombre tiene un problema con las glándulas sudoríparas de su miembro sexual. Y eso que estos eran amigos.

La discusión de la tarde fue con Siscu. En los paquetes regalo había en realidad una recompensa y fue a parar precisamente a Gerardo. Se trataba de la posibilidad de hacer una llamada (patrocinada por cierta compañía telefónica) a un familiar dentro de España. Gerardo llamó a sus padres, conversación que no vimos e imagino reservan para la gala de esta noche. Salió emocionado y Siscu un rato después le decía que podía haber preguntado como iba el 'Atléti' (Atlético de Madrid), el equipo de fútbol del que es simpatizante. No vimos esa conversación aunque sí bastante alterado a Gerardo, diciendo que de ese modo se le puede sacar de sus casillas, mencionando a su familia. Por lo que luego contó Siscu parece que no era para tanto. "Le dije 'tú tienes un trato más formal y de señorío con tus padres y yo más de cachondeo'. Seguro que como le has metido caña, ahora quiere protagonizar más vídeos para hacerse más famoso. Este chaval es medio gilipollas. Me estoy dando cuenta que a algunos pijos no los tolero". Se está dirigiendo a Carol, que tuvo también su día contra Gerardo, aunque esto no lo vimos.

Lo más delicado de toda esta situación que tanto beneficia al propio Gerardo porque le termina de victimizar completamente, es un comentario de Arturo que a mi juicio se ha sacado de quicio totalmente. En realidad son dos, uno en el que compara al empresario con un psicópata y otra con un acosador. Sus palabras son estas: "Me ha estado contando (Carol) la historia de Gerardo, y no me sorprende nada, porque ya es un poco psicópata la cosa. Gerardo es ese típico vecino que parece un chico normal, que tiene su empresa, educado, habla bien y tal, pero luego es que al final viola y mata a la vecina del cuarto". Ya sabemos que Arturo es muy bestia, pero está claro lo que pretende decir. O más bien lo que no quiere decir. Para él, Gerardo no es lo que parece, no vale darle muchas más vueltas. ¿Utiliza unas expresiones desafortunadas? Pues sí, pero dado lo que escuchamos cada día en esa casa no me sorprende en absoluto.

La otra frase ha podido ser interpretada como la traslación de algo comentado por Carol, aunque supongo que no fue así. Según Arturo, Gerardo es un acosador sexual. Si realmente piensa eso y no es solamente un exceso verbal más, debería aplicarse el cuento y considerar que hay dos de esos en la casa. Evidentemente, él sería el otro, aunque vuelvo a decir que me parecen expresiones salidas de tono sin más. Aprovechar un exceso verbal de personas que llevan tres meses encerradas y que, algunos de ellos, ya sabemos que no son especialmente delicados en sus expresiones, me parecería indigno. En todo caso, que cualquiera actúe según le dicte su conciencia, pero este gato no va a aprovechar algo así para arremeter contra nadie, sea Arturo (como en este caso) o quien sea.

Y esta noche tenemos una fiesta, como siempre con Mercedes Milá como maestra de ceremonias. Dos incógnitas serán desveladas: el nombre del expulsado y todo lo que den de sí las nominaciones. Apasionante gala donde las haya. No faltéis. Se me olvidaba, prometí hace días que no dejaría una entrada sin mencionar a Indhira, más que nada para el regocijo propio imaginando la rabia de algunos al leer su nombre nuevamente. Pues bien... ¿qué decir?... no sé, quizá advertirle de que ponga atención y le quite el precio a los zapatos, si es que va de estreno. Que luego se nos enfada nuestro Hans. Nos vemos.