Kiko e Irene necesitan que sus seguidores concentren el voto en uno de ellos

telecinco.es 01/04/2019 09:46

Conocidos los porcentajes ciegos estoy en condiciones de asegurar que si los seguidores de Kiko e Irene concentrasen sus votos en uno de ellos podrían hacerlo ganador. Si damos por dato inequívoco que la barra marrón (la más pequeña) corresponde a Juan Miguel, esto sería como digo en cualquiera de los casos. Es decir, independientemente de quiénes sean los dueños del resto de porcentajes. Parece lógico que el porcentaje más bajo sea del peluquero. En caso contrario estaríamos ante un fraude cuyos responsables no serían otros que nosotros mismos, espectadores del programa. Como no considero otra opción posible, veo clara la necesidad que tienen de sacrificarse Kiko o Irene, porque eso les daría un pasaporte al triunfo.

Las cosas pueden cambiar de aquí hasta el final, especialmente a consecuencia de las primeras bajas entre los prefinalistas. Me gusta llamar finalistas solamente a quienes llegan hasta el último día. Creo que son ellos los que se merecen tal título. Ahora tenemos cinco aspirantes, pero algunos no podrán presumir de haber estado en la casa todos y cada uno de los días que duró el encierro. Presumiblemente ya han estado cambiando los porcentajes estos días. Anoche mismo hubo un movimiento significativo entre el principio y el final del Debate, que ahora analizaré.

Si observamos los porcentajes dando solo por fijo el dato de que Juan Miguel tenía anoche un 8,6 % de los votos, insisto en que daría igual saber los nombres a quienes corresponden el resto de porcentajes, porque igualmente se cumple que Kiko e Irene suman más juntos que ningún otro por separado. Planteo la hipótesis de que María Jesús es el amarillo. Creo que la audiencia masiva de las galas y programas de prime time simpatiza especialmente con esta concursante. Esto explicaría que anoche subiera 4,5 puntos durante el programa. El azul podría ser Irene, segunda clasificada como premio a la concursante más sencilla y menos estridente. Entre los dos restantes porcentajes, muy igualados, Alejandro podría ser el rosa y Kiko el verde.

Sumemos pues. Azul más verde suman 40,8 %. Ganan al amarillo, que tiene un 32,9 %. Con más diferencia gana la suma de azul más rosa, que da 43 %. Incluso ganaría por la mínima si juntamos el rosa y el verde, que suman 33,2 %. Ni que decir tiene que si Kiko o Irene fueran el porcentaje amarillo, la suma con los votos del otro sería prácticamente inalcanzable y les haría ganadores en caso de concentrar los votos en cualquiera de los dos. Llegado a este punto, el concursante más cercano se puede convertir en el mayor de los enemigos.

Los seguidores de Kiko y los de Irene deberían hacer lo que no están haciendo todavía. Al menos no en su mayor parte. Si deciden sacrificar a uno de los dos, y eligen bien, podrían garantizarse que el maletín termina en la casa de ambos. No estoy queriendo decir que sea esta la opción que yo prefiera. En este bendito DÚO no tengo favoritos y haría ganadora con mucho gusto a la encina del jardín. Tan solo estoy siendo notario de la actualidad, y los datos de momento son bastante inequívocos. Siendo Juan Miguel el menos votado, suman siempre más Kiko e Irene, sean ambos cualquiera de los porcentajes. El riesgo a no llevarse el premio es grande si evitan sacrificar a uno de los dos, concentrando el voto en el otro. Incluso es importante que acertasen en la decisión. Se me antoja más fácil el triunfo de Irene que el de Kiko.

En todo caso, no hay todavía un claro ganador. Si alguien pensaba que lo habría supo que no es así justo al ver los porcentajes al comienzo del programa de anoche. Tres porcentajes casi igualados lo demuestran. En ese momento tres de los prefinalistas tenían idénticas posibilidades de hacerse con el triunfo. Los cambios durante el programa afectaron principalmente al porcentaje mayor (por escasa diferencia) y uno de los dos siguientes, absolutamente idénticos. Sube el mayor (amarillo) y baja el otro (rosa), lo cual sitúa a este último bastante por debajo del que era su gemelo (azul). En mi hipótesis de trabajo, subió María Jesús y bajó Alejandro. A considerar que buena parte del voto a María Jesús es en realidad un voto de castigo a la pareja Rivera-Rosales, que en parte de la audiencia despierta pocas simpatías por ser del clan Pantoja.

Cualquier cosa que hagan a estas alturas puede ser definitiva para su destino final. Alejandro ha querido conseguir un poco de protagonismo prometiendo varias cosas sucesivas si salvaba la expulsión frente a Sofía. Incluso después de salvarse seguía decidiendo si raparse el pelo, teñirse de rubio o correr desnudo por el jardín. Creo que esta última fue, en realidad, su primera opción. También la preferida por la audiencia que votó anoche en la web y la app del programa. El minuto de gloria dando vueltas por el jardín en pelota picada, con las manos cubriendo sus partes, no compensa la sensación de que para tener un mísero vídeo tiene que recurrir a algo más bien burdo. Innecesario a todas luces.

La otra decisión discutible en los últimos días ha sido que Kiko e Irene anden jugando con la posibilidad de pedir una hora sin cámaras. No digo que lo sea, pero parece que estuvieran pensando en quemar su último cartucho y esto hace temer que el fuego y la pasión de la que presumen sea en realidad pólvora mojada. Es razonable que tengan muchas ganas tras más de 80 días de encierro y abstinencia. Pero le traiciona el subconsciente a Kiko cuando para convencer a Irene utiliza el argumento de lo popular que sería una hora sin cámaras entre los dos. “El público lo quiere”, dice Kiko, medio en broma, medio en serio. En la parte seria está claro que piensa en utilizar esa baza para congraciarse con sus seguidores y ganar votos. Creo que se equivoca.

Los jefes de campaña están muy bien elegidos, pero no todos se parecen a sus defendidos. Ya dije que Raquel es quien peor lo tiene, no solo porque sus favoritos para ganar el concurso eran Kiko e Irene, sino porque poco tiene que ver con María Jesús. Raquel es discreta y sensata, mientras María Jesús es más bien insensata e imprudente. Una pegada a la realidad y la otra más fingida que una opereta. Del contraste y la diversidad salen a veces grandes cosas, por lo que no es de extrañar que Raquel aporte a su defendida exactamente aquello que necesita.

Tampoco Ylenia se parece en nada a Alejandro. Una de las concursantes más vivas defendiendo a un muermo importante. Bastante entusiasmo vi en ella, aunque posiblemente esté enmascarando de esa forma la poca confianza de que su defendido vaya a ser el ganador. No debemos confundir el voto para expulsar con el voto para ganar. En la expulsión ganó a Sofía, pero ahora creo que no tiene mucha opción, ni aunque se siga desnudando cada día. La broma me obliga a decir que Carolina e Irene son la noche y el día, negro frente a blanco. Más parecidos son Yurena y Juan Miguel, posiblemente procedentes de la misma tienda sueca de muebles. Antonio y Kiko, para terminar, tienen un aire de familia, no en vano se llaman primos, y tal vez lo sean un poco.

Kiko se tiró a Antonio en cuanto lo vio entrando de nuevo en la casa. Sería por tirarse a algo, una vez recibida la negativa de Irene, más partidaria de esperar un par de semanitas cortas. Se subió a su primo como si fuera un tronco (y él un mono, sí). María Jesús recibió a Antonio con menos entusiasmo, pero manteniendo las formas y la corrección. Ambos se dieron dos besos con gran educación, lo cual es edificante. Raquel y María Jesús en lugar de hablar de estrategias para ganar parecían más interesadas en el juego floral de decirse mutuamente lo guapas que están. Que, efectivamente, están muy guapas las dos. Pero no era ese el tema.

En cuanto a los eslóganes electorales, de mal en peor. Kiko aprovechando el nombre de una de sus canciones, que además la lleva tatuada en un antebrazo. Alejandro intentando parafrasear a cierto banco naranjita y holandés con aquello de “Tu Alejandro y cada día el de más gente”. El pequeño Amancio siempre pensando en los negocios que no tiene. Y María Jesús con eso de “la de casa” me hizo recordar a Julito (GH 10), “el de casa, el de siempre”. Solo se salva el eslogan que llevaba pensado Carolina para Irene: “Ya llegó la hora, Irene ganadora”. Eso es talento para los mensajes. Juan Miguel debió elegir uno así: “Juan Miguel ganador puede ser un deshonor”. O parecido.

Tal vez Raquel haya conseguido que María Jesús se centre un poco. No hay mejor jefa de campaña que ella, auténtico descubrimiento de esta edición. Falta le hace a la exmiss porque anda liada en argumentos entre inexplicables y disparatados. Dice María Jesús que quienes destacan en los demás la maldad es que son ellos los malos. No se debió dar cuenta de que se estaba retratando ella misma. Infinidad de veces la he escuchado decir de sus compañeros lo malos que son.

Y luego está lo del pollo, o el bollo. Yo también entendí pollo, pero la versión más dulce de Jordi González casi me gusta más y es más absurda porque no suele haber nada malo en un bollo. Dice María Jesús que del pollo hay que comer antes lo bueno que lo malo, o algo así. Es cuestión de gustos. Lo que no se come hay que quitarlo. En cuanto a lo demás, depende de cada uno. El pollo es casi como el cerdo, se aprovecha todo, aunque sea para hacer un caldo. A unos nos gusta empezar por el muslo y terminar por la pechuga y a otros les pirra el ala. Diría incluso que algunos preferimos dejar lo mejor para el final y otros todo lo contrario.

Hay una cosa que no termino de entender. De aquellos concursantes que han plantado cara a María Jesús se ha dicho que se estaban equivocando porque por su culpa se estaba pudiendo hacer la víctima y eso la haría ganadora. Se dice que son unos torpes por haberle hecho fácil el concurso a su enemiga. Sin embargo, de una concursante como Irene que ha evitado enfrentarse a María Jesús, e incluso la ha defendido en multitud de ocasiones, se dice que no da la cara, se esconde y evita enfrentarse a sus oponentes, por lo cual no merece ganar. Y yo pregunto: ¿En qué quedamos?

Los argumentos se van adaptando al interés de cada uno. Eso es lo que provoca la enorme incoherencia de criticar a Irene por no haber reaccionado hasta quedar unas pocas semanas. Tal vez quieran sugerir que tendría que haberse enfrentado antes a María Jesús, pero si lo llega a hacer habría sido otra concursante torpe que le acerca el maletín victimizándola. Irene ha hablado cuando algo le ha parecido mal, por ejemplo tras el premio de la cena porque quiso censurar el recochineo de María Jesús hacia los que no pudieron probar bocado. Y, por supuesto, cuando ha sabido que no había sido sincera al decir que no habla mal de nadie. Irene no ha hablado ni poco ni demasiado, justo lo que debe ser.

Moleskine del gato

Me identifico mucho con los que en las llamadas de la prueba respondieron: “Míralo en Google”. Me inquieta comprobar que algunos prefieren preguntar antes de hacer una sencilla búsqueda, como si estuvieran aquejados por una enfermedad que les impide utilizar el buscador.

De que Juan Miguel esté todo el rato tocando el paquete a sus compañeros no se dice casi nada. Otra cosa que no entiendo.

Tiene toda la razón Jordi González cuando habla de aquellos que acusan al programa de decidir quién debe llegar a la final, o ganar, o salvarse de una expulsión cualquiera. Lo inexplicable es que lo sigan viendo seguidores que opinan así. Si pensase que es todo una farsa (lo que viene a ser el mal llamado tongo) simplemente no lo vería. Igual tampoco denunciaba porque me dan pereza los tribunales, pero está claro que dejaría de verlo. Es de lelos verlo pensando que se trata de un timo. Lelos como poco. ¡Digo!

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