¿Nadie ve más allá de sus narices?
Es un espíritu puro. Una brizna de aire fresco en medio de tanto carácter retorcido. Es bonita, sincera, inocente y sin maldad. La expulsión de Rebeca demuestra que no se puede ir por la vida siendo bueno. Ella y su mundo, la muñeca y el suyo, son un ejemplo de tantas familias españolas en las que reina la paz y no existe la malicia. Parece mentira que no se haya dado cuenta de esto nadie. Es increíble que la audiencia votante la haya puesto en la calle con un 92,5% de votos. Y más inexplicable todavía que ninguno de sus compañeros haya sabido entender a esta concursante. Ni uno. Ella seguía insistiendo, a la hora de despedirse, en dirigirse a Toscano y Ángel, aunque había visto en los vídeos al primero riéndose cuando bromeaban con la Rosita y hablando mal de ella. Al otro apenas tuvo tiempo de conocerlo porque entró en la casa hace una semana. Quizá por eso aún tenía buenas palabras para Ángel. Una pena esta irreparable pérdida.
Y ahora en serio, perdón por la broma. Lo anterior es la interpretación de cual debe ser el pensamiento de una Rebeca para la que todos los demás están equivocados y la han votado masivamente para echarla de la casa de Guadalix porque no ven más allá de sus narices. Esto le dijo anoche a una comprensiva Milá, que la miraba con extrañeza muchas veces pero también la defendió en otras. Para la expulsada, ella es divina y la gente no se ha dado cuenta de ello en un mes. La mayoría de la gente, casi la totalidad. Es como esa madre que cuando en la jura de bandera de su hijo ve a este llevando el paso cambiado dice "Mira que bien desfila mi niño, no como todos los demás, que llevan el paso cambiado". Es, más o menos, lo que le pasa a Rebeca. Todos, la aplastante y abrumadora mayoría que la queríamos fuera, llevamos el paso cambiado. Estamos equivocados. No sabemos ver las cosas. Pues bueno.
A mí lo que me molesta de Rebeca es que haya intentado tomarme el pelo de mala manera durante todo este mes. Que haya confiado en el papel de medio lela bienintencionada para alinearse, como ella dice, y ganar dinero gracias a nuestra candidez. Pero no le ha salido bien la historia, sencillamente porque ni ella misma confíó de verdad en su propio papel. Tan poca confianza tendría que viéndose nominada reculó y decidió abandonar los soliloquios de media noche, las interminables charlas de confesionario y, en definitiva, la interpretación de ese rol que bordeaba el buen juicio e hizo pensar a tantos que está loca. Si lo estuviera tendría todo mi respeto. No temo a los locos más que a tanto cuerdo sin encerrar que hace daño a los demás de forma sistemática. Lo malo es que esta loca está muy cuerda, como ha demostrado con creces. Y que no se ha parado en barras a la hora de hacer daño a los demás acusando a Arturo de ser machista, hablando de "lo que me ha hecho", sin llegar a especificar nunca a qué se refería, sencillamente porque era la nada más absoluta.
Ella misma desmontó su historia cuando vio el peligro, lo cual insisto en que es muestra de la poca confianza que tenía en su propia estrategia. También reconoció que estaba montando una película. "Ahora va a empezar la película de verdad", dice en un momento de enfado, y añade: "Voy a estar con la Rosita más que nunca". Estoy de acuerdo con mi querida Mercedes Milá en que la muñeca es un símbolo, solo que en mi opinión simboliza la falsedad de la actitud de una concursante que por encima de todo me ha intentado tomar el pelo más de lo que estoy dispuesto a consentirle a nadie. Vamos anda, que Rebeca y su muñeca huelen a montaje barato. A desesperado recurso, ocurrencia pretendidamente brillante para destacar y lograr que se hable de ella. Por eso no paró de pedir un trabajo. Los discretos trabajan menos al salir de Gran Hermano, hay que llamar la atención si ese es su objetivo. Así pasan más trenes que decidir si coger.
Es extremadamente ofensivo que quien dice aplicar el pensamiento positivo para conseguir sus metas no acepte idéntico comportamiento en los demás. Esto me da la medida de hasta que punto Rebeca no solamente se ha intentado burlar de mí, sino que además merece poco la pena porque realmente es ella la que no ve más allá de sus narices, quien antepone alcanzar su objetivo a que nadie más lo logre. Ella se alinea para lograr ganar dinero con este programa, y está convencida de que antes o después, ya sea a finales de este año o del próximo, esto le dará los frutos esperados y hasta podrá comprarse una casa. Eso en plena crisis y disolución real de la burbuja inmobiliaria, fíjate tú. Pero, sin embargo, Arturo no puede alinearse para no salir expulsado de la casa de Guadalix. Si este dice "no me van a expulsar, que me nominen todas las veces que quieran", es calificado por esta concursante como "prepotente". Claro, él no puede alinearse y estar convencido de lograr sus metas. Solamente ella puede hacerlo. Egoísta además de falsa.
Los juegos prohibidos con la muñeca Rosita de algunos compañeros de encierro de su dueña no me gustaron. A mí tampoco me hace gracia y me parece una falta de respeto a la propiedad ajena. Otra cosa es que me pareciera que Rebeca se mordía el labio para llorar cuando le pasaron unas imágenes en las que jugaban con su muñeca, simulando Hans una reanimación (con boca a boca incluido), o hasta los gestos obscenos de Arturo. Luego vinieron más lágrimas cuando el primero simulaba ahogarla y la terminaba dejando delicadamente tapada por una toalla. Este Hans no tiene ni la maldad de tratar mal a una muñeca que su propia dueña había confesado necesitaba un baño porque tanta gente besando su cara de goma le había conferido un color extraño.
Entiendo que haya para quien su muñeca pueda ser un símbolo, especialmente si se trata de alguien que aún no ha llegado a la edad adulta. El problema es que para este gato desconfiado, en este caso se trata del símbolo de una falsedad, el pretendido engaño a la audiencia de alguien que en su casa simplemente tiene una muñeca encima de la cama, como otros ponen un póster de Scarlett Johansson en la pared de al lado. Su propia madre confesó que nunca la había visto hablar con su muñeca. Pero, por favor, ¡menudo papelón! Aún así, hay que respetar los bienes ajenos, tanto más cuando estos parecen ser particularmente preciados para sus dueños.
No me escandaliza que Rebeca hable consigo misma. ¿Quién no lo ha hecho alguna vez? Hablaba solo de pequeño y hasta llegué a tener un amigo invisible. Hablar con uno mismo es buen ejercicio. El problema viene cuando esa charla tiene el objeto de ser escuchada por terceros, y se le imprime una carga dramática excesiva. Por otro lado, respeto que utilice a la muñeca como parapeto o, simplemente, como su modo de atarse a la realidad. Pero yo le recomendaría que nunca confíe en un objeto para mostrar su valía. Los bienes materiales no sirven para reafirmarnos. Nacimos desnudos y terminaremos nuestras vidas ligeros de equipaje. Hoy, como ayer, necesito citar a Machado:
Aparte de la extraordinaria belleza literaria de este Retrato, y lo mucho que significa para mí, lo cierto es que llegado el momento del último viaje, ninguno tendremos una 'Rosita' a nuestro lado, sino que estaremos ligeros de equipaje, mostrando nuestra más cruda y desnuda realidad. Esto es lo que he echado de menos en Rebeca, poder ver su realidad. Una verdad oculta tras su mediocre actuación, de la que fue cómplice obligada la pobre muñeca. Me apasiona descubrir el alma desnuda y sincera de los concursantes de este fascinante programa. Por eso maldigo a quien me hace perder el tiempo para no terminar de ver mucho más que su prescindible envoltorio.
La noche tuvo más protagonistas, aunque para no cansar tendré que resolver el resto de la trama con intención de síntesis. Tiempo habrá en próximos días para detenernos en todo ello, como la confesión de Hans a Saray sobre su condición de transexual. Lo principal son las nominaciones y que Gerardo de Todos los Santos pasó a la casa 11. Mágicamente, a las pocas horas Indhira le estaba llamando "Gustavo, Guillermo, o como seas". No me digáis que no es una de las nuestras esta malagueña valiente. El proceso de cambio de casa cambia cada semana, adaptado a saber qué conveniencias. Anoche comunicaban su apuesta en directo, pudiendo coincidir y tras conocer que Hans estaba ya excluido de la terna. Esta mecánica beneficiaba a Laura en principio, al estar decidida a apostar por Hans, precisamente, de forma que así descartaba su candidato. Todos apostaron por Rebeca, que a su vez se decidió por el chico, de la misma forma que sucedió la semana anterior con la 'extinta'.
La elección de quién debía pasar en caso de empate tampoco se ha hecho igual casi nunca. Anoche, Rebeca tuvo la ocasión de elegir después de que cada uno de ellos se vendiese en un breve discurso improvisado. Laura no tuvo inconveniente para demostrar que iba a por todas, a pesar de que con sus palabras estuviera perjudicando claramente a sus tres compañeros. "Yo llevo aquí tanto tiempo como tú, pero ellos tres han entrado como reservas hace dos semanas", le explicaba Laura a una poco atenta Rebeca. Está en su derecho a utilizar la información que desee para intentar lograr su objetivo de entrar en el juego por fin y reunirse con Saray, Hans, Ángel y aquellos a los que lleva un mes espiando tras el cristal. Pero esa desconsideración hacia los demás me hace desear que no sea ella el último habitante de la casa espía que pase al otro lado.
Ya sabemos que dos de ellos se irán a casa sin cumplir con ese objetivo. Espero que no sea una de ellas 'maricari' Carolina. Por cierto, Gerardo-Germán-Gustavo tiene hoy una información privilegiada vedada al resto de sus compañeros. Al comienzo de la gala, los habitantes de la casa espía tuvieron conocimiento del porcentaje aproximado de votos (en ese momento el 93%) de quien iba a resultar expulsado, todavía sin atribuir. Es el único que sabe del enorme rechazo que Rebeca concitó en la audiencia, y si no es tan poco espabilado como parece podría saber lo que decían las encuestas sobre Nagore (semejante información) la semana que entró en esa casa.
En cuanto al proceso de nominaciones, tuvimos una de esas veladas extrañas en las que al final ha de salir lo que salga. Cinco nominados, casi como si hubieran sido elegidos por el azar. No obstante, lo rebuscado del proceso nominatorio, semejante a aquel del arbolito de navidad en GH IX, no nos impidió ver a Toscano nominando a Juan, y a Ángel decantándose finalmente por nominar en positivo a los suyos, incluso a ese Hans al que se había enfrentado censurándole su broma con la muñeca de la expulsada anoche.
Saray solo podía votar a dos chicas (Melanie y Tatiana). Toscano solo a dos chicos (Juan y Arturo). Tatiana podía repartir sus 6 puntos como quisiera (5 a Indhira y 1 a Saray). Ángel votó 3, 2 y 1 puntos en positivo (Hans, Saray e Indhira). De forma tradicional (3, 2 y 1 puntos en negativo), votaban Indhira (Melanie, Juan y Tatiana) y Arturo (Juan, Melanie y Tatiana), con la peculiaridad de que las nominaciones de Indhira pudieron ser vistas en el plasma por sus compañeros. Las nominaciones de Melanie las habría de hacer un concursante expulsado desde plató, eligiendo a Nagore (Toscano, Arturo y Saray). Y, finalmente, Hans y Juan podían salvar a uno de los expulsados.
El instante más intenso de la noche vino cuando Hans y Juan debían ponerse de acuerdo para salvar al mismo compañero. Los nominados provisionales eran Melanie e Indhira y el propio Juan, no pudiendo este salvarse a sí mismo. Las posturas de ambos eran irreconciliables, decantándose Juan por Melanie y Hans por Indhira. Hans argumentó que la malagueña merecía descansar tras tantas semanas consecutivas estando nominada; Juan, por su parte, que la canaria era su amiga, proponiendo echarlo a suertes, lo cual no fue aceptado por Hans. Para este, el sorteo es de cobardes, algo en lo que coincido. Delegar en la suerte la propia decisión es un modo de quitarse la responsabilidad de encima. Juan pretende ser tan correcto que no contempla la posibilidad de que aún cuando les obliguen al acuerdo este no sea posible y tenga que decidir el propio programa mediante una tercera vía, que bien podía haber sido dejar las cosas como estaban, sin nadie salvado.
En este momento, volvió a aparecer Indhira. De repente Indhira, de nuevo. Sorprendiendo, con valentía, al decidir estar en la palestra con Juan, por lo cual le pidió a Hans que no la eligiese a ella. A Juan y Melanie se les quedó cara de pasta de boniato (medio podrida, además). Indhira había quedado como una valiente que no teme estar sentada frente a ninguno de ellos en la sala de expulsiones, y ellos como unos pusilánimes temerosos de enfrentarse a idéntica situación. La salida de Melanie de la terna hizo subir a otros tres nominados: Toscano, Tatiana y Arturo. Me atrevo a decir que, aunque no vaya a ingresar en el 'club 90', Juan se jugó en ese momento ser expulsado por un porcentaje abrumador, posiblemente cercano al 80 por ciento, lo cual es mucho teniendo en cuenta que son cinco los nominados.
Juan tenía dos opciones en el momento de la decisión. Una era el tiro al aire de aceptar el argumento de Hans y salvar a una Indhira a la que ha estado haciendo la pelota de forma descarada durante toda la semana, llegando a decir que se aproxima mucho a su mujer ideal. Digo que es un tiro al aire porque desconocemos si habría sido bien interpretado o se habría visto como una forma de quedar bien ante la audiencia votante. La otra opción era el tiro en el pie de proponer un sorteo y no ceder en su pretensión de salvar a una Melanie nunca nominada. Decidió dispararse al pie.
En la casa espía ya han decidido que el expulsado debe ser Juan. Laura decía anoche: "Es un dictador", y Carolina pedía que no les consultasen el próximo jueves porque iban a apostar por él en cualquier caso. Mientras, a Arturo se le vía orgulloso de su Indhira. Como para no estarlo.
[Quisiera dar las gracias por la paciencia de nuestros amigos y pedir disculpas por las caídas del servidor que, principalmente en horas de madrugada, se han repetido estos dos últimos días. Ni siendo indicativo del éxito de estos blogs y foros de Telecinco.es podemos estar satisfechos con el quebranto que esas incidencias crean en todos nosotros. Odio morir de éxito, como siempre he dicho.]