Soñemos

telecinco.es 08/12/2009 08:15

Coincidiendo con la festividad de hoy tuvimos una víspera tranquila. ¿Qué digo tranquila? Ni la paz de los cementerios, vamos. Una suerte que a las doce de la noche, la hora bruja (no, nada que ver con Pilarita), estuvieran todos dormidos porque de ese modo nos dejaron dormir un poco más a algunos, haciendo un poco menos pesado esto de madrugar en día de fiesta para juntar unas cuantas letras en este blog. A decir verdad, la culpa de todo esto es de la prueba semanal, que les tiene rotos.

Aunque otra parte de culpa puede estar en la desaparición de personas que daban vida a esa casa. También puede influir el hecho de que hace un par de días cumplimos ya tres meses de encierro y, además, esta semana no hay nadie nominado. Aunque esto último ayuda a que algún habitante nos dé especiales momentos destacables, como el rebote de Tatiana el viernes llorando a lágrima viva mientras defendía al Real Madrid (de fútbol) y ponía pingando a los catalanes. Supongo que es la cosa de las rivalidades regionales-deportivas. Realmente no debería haber recordado este extraño episodio porque luego me dicen que estoy obsesionado con esta concursante, si bien eso mismo dicen cuando le dedico un par de párrafos a Gerardo, Ángel o Saray, por ejemplo. Lo mismito que decían cuando hablaba de Hans o Indhira. No se ha dado el caso con la ferrolana madre, porque no me motiva mucho hablar de ella.

Pero hoy es fiesta mayor y le ha tocado a Pilarita, mira tú por dónde. Me resulta una extraña pareja la formada por esta concursante y Siscu (el tonto de la 'cope', según autodefinición inexplicable para este inocente gato). Me di cuenta de este detalle durante la semana que estuvieron encerrados los aspirantes a repescados en la casa 11, cerrada al terminar esa semana y escenario de lujo de la muy recomendable entrevista que le hizo Mercedes Milá a Indhira al rato de salir expulsada de la casa (aún no había salido físicamente). Durante esos días, el único que mantuvo conversaciones con Pilarita fue Siscu, porque de haber sido por el resto la madre de Saray habría sido completamente ignorada.

No recuerdo que entre los dos hubiera especial buen rollo durante los pocos días que ambos habían coincidido en esa casa. Recordemos que fueron precisamente los dos primeros expulsados (por los votos) de esta edición. Aunque también he de decir que Pilarita tuvo un singular criterio a la hora de buscar amigos durante esos días, no en vano su principal aliada fue Rebeca, la dueña de la Rosita. Eso ya lo dice todo. Siscu está siendo en esta nueva fase del concurso vivida por Pilar su principal apoyo. En numerosas ocasiones les vemos fumando solos en el jardín, aprovechando la ocasión para despellejar a alguien sin pudor alguno. Son los dos personajes un tanto especiales, o al menos así les veo. También es cierto que no me ha apetecido mucho analizarles, digamos que no me llama.

A Pilarita le gusta más un drama que ninguna otra cosa. Basta que su hija exprese su deseo de irse a vivir a Madrid (dice que a vivir con Arturo y Tatiana, lo cual no creo ni harto de vino) para que ella aproveche y llore un poco en el 'confe'. Es teatrera y tiene más cuento que Calleja (insigne cuentista). Hace un par de semanas dijo que se había hecho daño en una pierna, lo cual no pondré en duda porque no tengo motivo. Pero igualmente puedo decir que pude ver un plano revelador de su tendencia a la exageración con tintes de dramatismo. Delante de un par de compañeros se dirigía a la cocina casi arrastrando su pierna, renqueante y cariacontecida. Mientras se preparaba algo de desayuno desaparecían los demás y la buena de Pilarita se dirigía entonces a la mesa de comedor tan pancha, sin apenas cojear. Se le escapó el detalle de que la estamos mirando desde aquí fuera. Para algo tenían que servir todas esas cámaras, ¡maldita sea!

Siscu, por su parte, es de esos tipos que no me termino nunca de explicar por qué han sido seleccionados en un casting. Ya sé que alguno dio cierto juego, como ese Carlos 'yoyas' (GH II) que ahora va dando lecciones en La Noria, resultándome tan patético como esas pésimas poesías que no pueden producir otra cosa aparte de sonrojo y vergüenza ajena. Es un perfil en el que insisten los responsables del programa sin que alcance a entenderlo. Su imagen es la de esos pillos de película italiana, como de 'El ladrón de bicicletas' o 'El limpiabotas'. Puro neorrealismo a lo Vittorio de Sica. Mucho más aún cuando se deja ese bigotito tan demodé, y un sombrero que parece robado. Por lo demás, es de esos concursantes llamados a dejar nula huella y escaso recuerdo, quizá salvo su gran afición a los estruendosos ruidos procedentes de los gases emanados desde su propio interior.

Siscu protagonizó el pasado domingo escenas bastante fuertes, según pudimos saber ayer. Tras dos o tres copas de esas que sientan especialmente mal, parece que se peleó con Arturo, rompió varios vasos de cristal y hubo de ser mandado a dormir a su cama por el 'súper' de turno. En la mañana de ayer se levantaba antes que el resto y recogía los cristales rotos. Poco más tarde, Gerardo y Ángel (guardines del bien en esa casa) le exigían que se disculpase por lo de la noche anterior. Mucho tendría que reprimirme para no decir que me parece ridículo hasta decir basta que alguien pueda pedir disculpas a un borracho tras una fiesta. Especialmente si no ha dañado a nadie y todo su pecado puede ser haber hecho pasar cierto bochorno a quienes le rodean o romper un vaso. También parece que perdió el micro, lo cual es más misterioso.

Naturalmente, se negó a pedir perdón dado que no había hecho daño a nadie. Este episodio sin mayor importancia es una muestra ejemplar de eso que di en llamar 'la realidad oral' (transmitida por este medio, que ocupa el lugar de la propia realidad vivida por los concursantes). En este caso dudo mucho que veamos las imágenes, de igual forma que no se nos mostró en el directo de la madrugada entre el domingo y el lunes. Ayer fue la comidilla en la casa, todo el mundo comentando con desigual nivel de desaprobación la actitud del de Sant Boi. Pilarita, como siempre la más cercana, se lo recriminada en una de sus charlas en el jardín. Arturo decía que le había aplacado "a hostias" (cómo no). Por su parte, Tatiana y Saray temían que fuera expulsado por el comportamiento agresivo que mostró. Estaría gracioso que Siscu fuera nominado disciplinariamente por el programa y, de nuevo, expulsado por la audiencia votante. Sería como una moviola en la que viéramos repetirse la historia. ¡Qué diablos! Podría volver a empezar todo otra vez. Qué vuelvan Nagore e Indhira, ahora que son amigas y almuerzan juntas. Una plataforma que pida esto, por favor. Ya estamos tardando.

La prueba semanal, como decía al principio de este escrito, es matadora. Tienen que estar doce horas al día de pie, sin poder sentarse ni apoyarse en ningún lado. Debieron sacar al jardín las sillas y sillones del salón, por lo cual incluso han de comer de pie. Solamente les han puesto dos sillas en un tu y yo, donde se van turnando para poder sentarse algunos ratos, lo cual está provocando sus más y sus menos porque algunos las aprovechan durante más tiempo que otros. Aparte de esta especie de suave tortura tienen que hacer uno de esos juegos de consola famosa, en este caso con el objetivo de mantenerse en forma practicando diversos deportes y otras pruebas de mantenimiento de la forma física. Arturo dice que desde el viernes ha perdido dos kilos. Saray está esperando semejantes resultados. Y todos, sin excepción, terminan el día rotos de cansancio, como contaba anteriormente.

A estas alturas más de un lector se estará preguntando a qué viene el título del escrito de hoy. Buena observación. Voy a ello ahora mismo, que en esta ocasión no lo he adelantado. En ocasiones me ha pasado que adelanto algo distinto de lo que finalmente termino comentando. Los artículos tienen, de parecida forma que las conversaciones, su propia vida y discurren a veces por derroteros distintos a los deseados por el autor. El caso es que tirando del hilo de dos sueños que conté aquí ayer, uno de Saray (la concursante que no ha ido a Gran Hermano para ejercer de Ballerina, según propia confesión, pero tampoco hemos terminado de saber para qué fue), y otro de este modesto gato; se me ha ocurrido alentar mis propios sueños e imaginar lo que podría dar de sí una noche cargada de inspiración onírica. He de advertir que suelo recordar poco lo soñado y en capsulitas cortas y muy concretas. Además, con todo lo anterior me he comido casi todo el artículo, por lo cual apenas le habré de dedicar a esto un par de párrafos.

Soñemos, por ejemplo, que el agua del jacuzzi aguanta limpia más de un día y permanece así hasta el final de la edición. Como dice mi amiga Elena, en ese "caldo de cultivo" hay hasta una generación totalmente formada. Quién sabe si esto era la nueva era prometida. La era de los gérmenes. Eso sí, anfibios. Soñaré también con un ambiente no solamente libre de humos, como es la casa de Gran Hermano, sino también libre de gases tóxicos. En realidad esto me la trae al pairo, con lo que realmente sueño es con el fin de los eructos y ventosidades. Basta ya de regüeldos y flatulencias. Algún día los únicos pedos en la casa de Guadalix serán los de que se pillan en las fiestas.

Soñaría con un Gerardo comedido, un Ángel sincero no comprometido a quedar siempre bien con todo y ante todos, un Arturo con más perspectivas en la vida que meter como sea y con quien sea, una Tatiana sensata y soportable (lo mismito que Siscu), una Saray sin madre al lado, una Pilarita en su casa, una Laura sin obsesiones que sonría más cuando toca y menos cuando no. Con Carol no sueño, a saber cuales son los motivos que el sueño tiene y la razón no entiende. Me encantaría soñar también con un programa sin promociones de videoconsolas y sin repescas. Lo de una gala sin publicidad, en la que las entrevistas de Milá sean más largas, y menos interrumpidas con vídeos tantas veces repetidos, más que tratarse de un sueño es una utopía irrealizable.

Y, sobre todo, sueño con que vuelve la vida a Guadalix. Por la puerta del jardín entran de nuevo Hans, Indhira, Toscano y hasta Nagore, ¡qué carajo!. Concursantes de los que van a mover la acción, a ser protagonistas manejando su propio destino, en lugar de comparsas dejándose llevar. Auténticos pata negra que hacen menos alargada la sombra de concursantes pequeños, de los que van a dejar pasar el tiempo, simplemente a estar. Sueño con madrugadas intensas de charla y diversión, con las discusiones y mosqueos entre Indhira y Arturo, testigos de las cuales sean Saray y Hans, flanqueando cada uno a un lado de la pareja en ese sofá con forma de ele en el salón de la otra casa. Sueño con gente que se aprecia de verdad y está orgullosa de vivir esta experiencia al lado del otro. Sueño con acción, amor, tensión y odio. Sueño, en definitiva, con Gran Hermano.

Feliz día de fiesta a todos.

[Mañana miércoles, a las 12.30 horas, Indhira responde a vuestras preguntas en un nuevo encuentro digital. Recuerda que también puedes ver la entrevista íntegra que le hizo Mercedes Milá nada más ser expulsada. Y puedes seguir participando en el Test de Gran Hermano, donde podrás probar tu nivel de conocimientos sobre la historia del programa].