Aguasantas: coherencia y corazón

telecinco.es 26/03/2015 09:50

“¿Es en serio?”, decía atónito Fede, mientras se resistía a creer que había sido expulsado al ser el menos votado por la audiencia. Un poco más y hace falta que entre la Guardia Civil en la casa para sacar al italiano. Cuando el ‘súper’ vio que no se levantaba y ni siquiera parecía darse por aludido, le conminó a despedirse de sus compañeros y salir de la casa. Meter prisa a Fede es inútil, siempre tiene pendiente cepillarse los dientes, ponerse una cazadora, arreglarse el pañuelo de la americana o cualquier otra cosa que retrase la acción. Como si no fuera consciente de que está en televisión y hay que respetar los ritmos. Un minuto vacío en televisión vale oro, por lo que podríamos decir que los 73 días de estancia en la casa de Fede son un tesoro de valor incalculable, atendiendo a lo vacío que resultó todo en su presencia.

No hace falta decir que me parece una sabia decisión por parte de la audiencia votante. A Fede le costó admitir que no llegaba a la final, de igual manera que obvió hacer comentario sobre ese exiguo 3,2 % de votos que tuvo a su favor. Cuando Ares metió el dedo en la llaga su salida fue la típica del concursante que se resiste a aceptar la realidad, remarcando que él ha salido más tarde que Ares. Pues sí, aproximadamente un mes después. Lo cual no quita que su porcentaje esté cerca del récord negativo en los votos para elegir ganador de Gran Hermano. En GH 11, Pilarita tuvo solo un 1,9 % de los votos. Es el registro más bajo en la historia del programa en nuestro país. A punto estuvo anoche de ser superado por Fede, toda vez que al principio del programa había bajado hasta el 2,9 %. Está claro que Belén se equivoca al creer que tener muchos seguidores en redes sociales es garantía de algo en este programa.

La sorpresa en la casa no solo venía porque fuera Fede el menos votado. No se esperaban una gala en miércoles. Estaban a medio ver la película ‘Little Miss Sunshine’, aunque Fede ni siquiera recordaba el título, ya sabemos que él está como si no estuviera casi siempre. A Belén la pilló en zapatillas y pijama. Fede sin chaqueta y pañuelito en el bolsillo del que estar permanentemente atento, como el jueves pasado. De repente vieron en el plasma una cuenta atrás de un minuto. Al finalizar esta, las luces de la casa se adaptaron al momento de mayor tensión dramática que lleva fijo el guion de este bendito programa. La música y la voz de Jordi indicaban de forma inequívoca que había expulsión. “La audiencia ha decidido”, escucharon en la casa, y parecía como si un frío escalofrío estuviera atravesando sus espaldas. Me encantan estas sorpresas.

La entrevista de Fede se me hizo eterna, aunque agradecí que a esas alturas hubieran cesado las discusiones de verduleras (perdón a la gente del ramo, es tan solo una expresión) que protagonizaron un rato antes Olvido e Ylenia. Si al menos hubiéramos presenciado el momento de máxima tensión, pero tuvieron el feo detalle de reservarlo para una pausa de publicidad. Lo dicho, no saben nada de televisión estos VIP. Ylenia calificó como insulto “choni”, justificando así que llamase “puta” y “guarra” a Olvido, o mencionase a sus hijos. Olvido había estado pinchándola como solo ella sabe repitiendo lo de “choni”, y las cosas se terminaron desmadrando tanto que tras la siguiente pausa habían separado los asientos de los VIP, que ocupaban ahora dos filas en lugar de una. Necesitan un cordón sanitario para evitar tener que llamar a seguridad.

Lo que más entretenido me pareció de la entrevista fue la intervención de Ares. Y lo del gato, que retrata muy bien el carácter huidizo y fabulador de Fede. Llegó a decir que era negro, enorme y con los ojos rojos, cuando todos vimos que era de colores claros, tamaño estándar y no tenía bombillas luminosas en los ojos ni rayos láser saliendo de la punta de su miembro. Con perdón. Lo demás se centró en su relación con Ylenia, tema ideal en las curas de sueño. Nada de contar ovejitas, a partir de ahora imaginen a estos dos planteándose si pedir hora sin cámaras el viernes tras la gala o dejarlo para la próxima vez que uno de los dos estuviese nominado.

Iba a hacer algún comentario más sobre Fede, pero me da pereza máxima. Su novia parecía una estatua, sin cambiar el gesto durante muchos minutos. Hay muñecos de cera de Madame Tussauds que parecen más animados. Solo hacía gestos cuando comprobaba que le estaban haciendo un plano corto. Uno de esos primeros planos en los que se puede comprobar bien el kilo de maquillaje que soporta su rostro. Así no me extraña que no gesticule, con lo que debe costar mover toda esa careta. Ah, y Fede pidió perdón a Ares por llamarla “puta”. Dos que duermen en el mismo colchón (o el contiguo) se vuelven de la misma condición. Ylenia y él son muy de llamar cosas feas a otras mujeres. “En cuanto me di cuenta rectifiqué”, explicaba Fede tomándonos por bobos de baba. Está claro que lo dijo con toda la intención, para decir sin decir y tener excusa. Cosas de cobardicas.

Cuando vi caer el telón al principio de los discursos que supuestamente debían hacer los tres finalistas definitivos, me acordé de La Voz y ese nuevo recurso que tanto me gusta. El telón, un modo de sorprender a la audiencia al final de una actuación, descubriendo que son gemelas en lugar de una sola cantante, y cosas por el estilo. En este caso se trataba de sorprender al concursante, que al caer el telón descubría a sus seguidores (y de los otros finalistas) entre un público enfervorecido. Con cosas tan simples es posible armar una gala extraordinariamente entretenida. Lo fue hasta que apareció Fede en plató, claro.

Tras estos encuentros vinieron los más personales. Santi con su padre, Belén con su madre y Coman con una hermana que parecía una actriz de comedia americana, tan maja y alegre ella. Santi es un amor siempre, pero especialmente en momentos como el vivido anoche. Abrazando a su padre, alegre y emocionada. Antes su hermano le había dicho que estaba gordita. Si se lo dice a Ylenia lo machaca. También la hermana de Coman fue indiscreta en directo, afirmando que le iban a poner guapo cuando saliera. Como no le hagan trenzas en las trenzas. En el caso de Belén fue ella la indiscreta diciendo que era suyo el abrigo que llevaba su madre, lo cual esta negó muerta de vergüenza.

Los encuentros fueron felices para todos menos para Belén, que no llegó a disfrutarlos del todo porque echaba en falta a Miguel, incluso a Toño (que estaba sin estar). Interpol ha cursado ya orden de búsqueda y captura al novio de Belén, para que el programa pueda asegurarse tenerle en Fuencarral esta noche. Si no va, Belén lo capa. No digo más. El caso es que se puso en lo peor, y tampoco ayudó el silencio de sus amigas y que su madre torciera un poco la cara explicando que había tenido dos exámenes y estaba trabajando. Belén no se lo creyó. “Que no, que sale de trabajar a las ocho y tiene su coche para llegar hasta allí”, decía después. Hombre, le habrían puesto un coche, o algo. Por eso no será.

Creo que la inseguridad de Belén, pero especialmente su mala conciencia, hicieron que se pusiera en lo peor. De hecho, lo primero que hizo al ver a su madre fue pedirle perdón por todos los errores que ha cometido. Se teme una reacción exagerada en su contra al salir que no va a tener. Los palmeros seguirán haciéndole el escaso favor de interponerse entre ella y la realidad. En este caso son los palmeros, y no los árboles, quienes no dejan ver el bosque.

Fotomatón: Aguasantas

Termino con este de hoy las instantáneas de los cuatro VIP que han llegado hasta el final, aunque no todos hasta la final. Me queda Aguasantas, Santi para su familia, y Agüita para Coman, apelativo cariñoso adoptado también últimamente por Belén. Curioso nombre para esta mujer joven que ha conquistado a la audiencia apuntando directamente al corazón. Virgen de las Aguas Santas, o Nuestra Señora de Aguas Santas y Misericordia. Incluso hay una parroquia en Galicia llamada San Vicente de Aguasantas. Lo más curioso es que al unir ambas palabras perdiese una de las eses fundiéndose la de “aguas” con la de “santas”. Su nombre le ha valido a esta concursante que estos días de lucha final dijeran algunos que no es ninguna santa. Ni falta que hace.

Pocos pecados se pueden atribuir a Santi en el concurso. Ahora bien, la santidad es otra cosa. Si acaso aquella noche de las peinetas, y no es que hubiera fiesta mayor en la casa. Hubo peinetas, pero no mantones. Olvido sacó el dedito a pasear y tras ella fueron Ares y Santi, que incluso optaban por el selfie con Olvido haciéndose la dormida detrás. Dedito en ristre. Atento compañía. ¡Firmes! Lo de hacer la peineta (siempre he dicho la peseta, pero esto debe estar tan pasado como nuestra vieja moneda) me parece una ordinariez. Pero no tanto como para condenar a alguien al fuego eterno. Se pueden hacer peinetas sin perder la santidad.

Santi fue, de hecho, una de las pocas que se atrevió a acercarse a Olvido en los peores momentos. Incluso una noche se echaba un cantecito con ella al pie de la cama. Eso sí, no la defendió, lo cual podemos entender como parte de su forma de ser. O, por lo menos, su planteamiento en este juego. Lo dijo ella misma hablando con Ares una tarde. Belén le recordaba a Chari el uso que había dado a la toalla en una ocasión anterior dentro de esa misma casa, y esta contestaba con aquello de que algunos tenían miedo a Belén, que no fue capaz de especificar, aunque luego aclaró en el ‘confe’ que se refería a Ylenia y lo incapaz que había sido de confesar su petición de perdón a Olvido. Santi y Ares observaban la escena desde el jardín, y esta planteaba entrar para defender a Chari. La respuesta de Santi fue reveladora: “No te he defendido a ti, voy a entrar ahora a defender a Chari”. Más claro agua.

Santi es de esas personas que evitan el enfrentamiento y les incomoda la bronca. Además, puede que sea parte de su planteamiento en el juego, como dije antes. El caso es que en momentos de máxima tensión se quitó habilmente de en medio. Así pasó la mañana del “meté mierdé”, donde se fue al salón y solo apareció cuando hacían referencia a su persona. La noche de la peineta se metió en el barro de cabeza. Todos tenemos un día tonto.

Que se haya mostrado poco dada al enfrentamiento no significa que no se haya comprometido. Es curioso que Ylenia la acusase de esto el otro día, y anoche tuviese que presenciar cómo Fede era incapaz de decir si le parecían justos finalistas sus tres compañeros, ni cuál de los tres desearía que ganase el premio. Eso si es indefinición, y no lo de Santi. Esta concursante ha demostrado todo lo contrario. Es más, algunas de sus acciones han sido determinantes para ir decantando los grupos en la casa, como cuando se ofendió por la decisión del torero de sacar del “infierno” durante una noche a Sandoval.

Quienes han acusado a Santi de ser un mueble tal vez hayan olvidado algunas cosas de las ocurridas en el primer mes de encierro, no sé si por una repentina amnesia o simplemente porque conviene decir que la gitana es mala y poco comprometida. Es decir, todo lo contrario a la realidad. Si Santi no se enemista con el torero es posible que no se hubiera producido la unión chirlista. Su movimiento en esa semana fue importante y marcó el futuro de lo que habría de suceder en la casa. Se confunde su discreción con falta de protagonismo, sin tener en cuenta que los protagonistas secundarios son imprescindibles, y a veces más importantes en el desarrollo de la acción que quienes están en la primera fila. Ella eligió ocupar un lugar discreto, y tampoco le ha ido tan mal. Otros, como Sandoval, cansaron a la audiencia y salieron pronto de allí.

Sin Aguasantas la casa posiblemente no se habría dividido en dos bandos, o no lo habría hecho en el tiempo y hora que lo hizo. Su aportación ha sido importante siempre, y faltan a la verdad quienes dicen que no ha protagonizado ningún vídeo hasta estas dos últimas semanas. No recuerdan su episodio con el torero, la conversación que este no quiso tener una noche porque estaba cansado y se quería acostar. O el frío encuentro posterior en el baño. La reacción de Santi esa noche hizo temblar toda la casa y logró que conociéramos mejor a un concursante que ante las preguntas de Sandoval dejaba la duda sobre si habían tenido algo Santi y él. El torero dictaba condena contra él mismo en ese momento.

No hay falta de compromiso en una persona que cuando Ylenia lanza al aire la acusación de que no están nominando a Belén por miedo responde de inmediato que ella lo había hecho tres veces. Y Belén delante. Cuando lo ha considerado oportuno ha hablado, y siempre lo ha hecho con sosiego y educación. Eso sí, me da la impresión de que solo ha estado dispuesta a entrar al trapo cuando tenía las cosas muy claras. Se quiso siempre asegurar que no la iban a pillar en un renuncio. Pero cuando esto sucedía sus argumentos han sido preclaros y casi siempre incontestables, por no decir siempre. En ese sentido ha sido una rival temible, capaz de poner en un brete a la correosa Ángela Portero.

Personalmente, lo que me ha atrapado en Santi no ha sido lo dicho anteriormente sino que siempre la he visto moverse según apuntaba su indomable corazón. Su relación con Coman es puro amor, tan solo declarado por él con todas las reservas del mundo. Verles juntos me ha dado vida durante semanas, justo en todos esos momentos que el resto de la casa permanecía inerte y eran estos dos concursantes el único vestigio de vida ahí dentro. Pocas veces he visto una relación tan sincera y desinteresada, movida por ese músculo enigmático en el que simbolizamos los sentimientos, sencillamente porque palpita y nos da la vida. Si hay algo que no deseo borrar nunca de mi mente son esos momentos entre Santi y Coman, derrochando cariño y disfrutando con la felicidad que esto comporta. Se fue convirtiendo en un ritual poco a poco. Día a día se iba produciendo la misma estampa al final de la noche, Coman y Santi en uno de los huevos del jardín. Ella apoya la cabeza en el pecho de él. La conversación fluye sola. Y la felicidad parece rebosar ese balancín. Una preciosa estampa.

Lo dijo Ares en el juicio a Santi: “No ha habido nadie tan leal en esta casa”. Tanto es así que siempre se negó a nominar a Ylenia, y cuando aceptó hacerlo si era necesario pudo evitarlo finalmente. Su coherencia ha llegado hasta ese aspecto del concurso. Más aún cuando mantuvo que no tendría prejuicios hacia nadie, y se propuso no tener nada en contra de Belén. Al final, es evidente el cariño que ha terminado atesorando esta hacia su Agüita.

Ese supuesto acercamiento a Belén le valió la censura interesada por parte de Chari y Ángela. Mucho me temo que la veían como dura rival e intentaron atacar por ahí, sabiendo de la escasa popularidad que había logrado Belén tras las primeras semanas de encierro. Pincharon en hueso, porque ni lograron engañarnos ni esto cambió en nada el proceder de Santi. Ese supuesto acercamiento no fue tal. Santi solo seguía un camino emprendido el primer día. También en eso fue humanamente coherente.

Santi ha sido generosa hasta para desnudarse en la casa como no lo hizo nunca fuera, haciendo un relato de pasajes de su vida reciente que salía, una vez más, directamente de su corazón. De forma pormenorizada, como si se tratase de algo vivido el día anterior, le contó a Belén aspectos inéditos de su experiencia con Manuel, hijo de Chiquetete y Bollo. Sangraba por una dolorosa herida aún no curada, y se notaba mucho. Podía haber intentado vender estas historias en un futuro programa nocturno, pero se lo contó a Belén en la casa, y de esa manera nos lo estaba dedicando a nosotros. Gracias por tu generosidad, gitana.

Si me pidieran que describiera en una palabra el paso de Aguasantas por la casa, aparte de los conceptos “coherencia” y “corazón” que tan bien la describen, diría “vida”. Santi ha dado vida a la casa. Mucho más de lo que otros lograron o pretendieron. No se dejen engañar. Vida pura ha sido mi Agüita.

Moleskine del gato

Belén en el estrado de los discursos parecía un híbrido entre Beatriz Carvajal y Manolo Gómez Bur (esto va dedicado a @MarisaVidilla_). Creo que hemos perdido una gran actriz de comedia, amigos.

Y esta noche volvemos a tener fiesta. Esta vez es fiesta mayor, aunque a su fin se apagarán las luces de la casa hasta Gran Hermano 16. Noche de claros y oscuros, alegre y triste a la vez. Disfrutemos de lo bueno. Jordi González nos servirá el mejor de los menús con su maestría habitual. No queda nada. Hoy es el día. ¡Suerte para todos!