Alejandro y Olga están apartados del grupo, pero no aislados

telecinco.es 14/07/2021 08:03

Alejandro y Olga comen separados del grupo la mayoría de las veces. También duermen aparte, incluso cuando amenaza tormenta se preparan una especie de chamizo bajo el que resguardarse de la lluvia solo para ellos dos. Para los espectadores que simpatizan con estos dos supervivientes es grande la tentación de acusar a los otros cuatro de la situación. Es sabido que cuando un grupo mayoritario aísla y denigra a un concursante o a un grupo más pequeño la mayoría de la audiencia se pone del lado de los marginados y vilipendiados. Por tanto, la tentación es fuerte. Sucede que no es esa la situación que se está viviendo en cayo Paloma.

La diferencia entre el caso que menciono y lo que les pasa a Alejandro y a Olga es que ellos están apartados, pero no aislados. Solo ellos han promovido una separación de la que nadie más es responsable. Hemos visto la buena voluntad de que vuelvan a hacer vida común sin que terminen de decidirse. Cada grupo abre a la vez su propio coco y cuando ven que el de Alejandro no tiene nada dentro va Tom a charlar con ellos normalmente, ofreciéndoles que tomen de su coco. El mal gesto es, en este caso, del grupo pequeño porque van, se llevan su parte de coco y vuelven a apartarse para comerlo. Es como si quisieran hacer visible su separación, posiblemente para fijar en la audiencia una injusta imagen de víctimas de una situación por ellos mismos creada.

De todo punto de vista la situación originalmente ha sido creada por Olga por su comportamiento con la comida ajena. El que Melyssa necesite tiempo para asumirlo y, por el momento, no puedan ser las cosas igual que antes, no debería ser tomado como una ofensa ni aprovechar para intentar ser vista como la marginada del grupo. Por su parte, Alejandro ha elegido libremente hacer esta travesía del desierto junto a Olga, lo cual no es en absoluto criticable. Pero sí lo sería que intentase aprovechar para sumarse al victimismo. Si comen y duermen apartados es porque así lo han decidido. Prueba de ello es que ocasionalmente lo hacen junto a los demás. Es su elección, tanto en un caso como en el otro.

Tampoco cuadra este caso dentro del concepto que tenemos de grupo grande contra grupo pequeño. Difícil considerar la diferencia entre Alejandro y Olga por un lado o Melyssa, Lola, Tom y Gianmarco por el otro. Son cuatro contra dos, diferencia de integrantes muy pequeña. Esta es una situación que se ha presentado en la recta final de la edición, con pocos supervivientes ya, y ni siquiera se va a poder mantener durante tiempo suficiente para que sea visto como una afrenta, lo cual sería posible si cumple las siguientes condiciones: que dure en el tiempo, se produzca de un grupo considerablemente mayor hacia otro mucho más pequeño, no exista algo concreto que lo motive y se trate de un aislamiento de verdad y no que un par de concursantes decidan separarse. Como se puede comprobar, no cumple con nada de esto.

Además de todo lo dicho, hay una evidente cordialidad entre los dos minigrupos que se han improvisado en los últimos días. Todo esto me invita a pensar que no tardaran en normalizar de nuevo la relación para volver a ser un grupo enfilando hacia la final. Más tensión que con Melyssa tiene Olga con Tom. Sin embargo, tras ganar el chocolate con churros en la prueba de recompensa vimos que se lo repartían amigablemente y sin discutir, lo cual era celebrado por ambos como si no hubiera pasado nada entre ellos. Y la verdad es que no ha pasado nada aparte de que tres concursantes consideraron oportuno ponerse del lado de Melyssa porque empatizaron con su dolor por haber sufrido el robo de una amiga o por lo que fuera, mientras otro se ponía del lado de Olga, la autora del robo. Todos ellos actuaron libremente.

En lo relativo a las nominaciones, esta división perjudica claramente a Alejandro y Olga. Recordemos que uno de los dos puede ser expulsado mañana. Incluso en el improbable caso de que el expulsado fuera Tom seguirían teniendo desventaja los mismos. Alejandro no puede nominar, con lo cual de ese lado solo hay un voto. Si Olga es la expulsada ya podemos imaginar lo que pasará: todas las nominaciones irían para Alejandro salvo que lograse colgar de su cuello el collar de líder. Lo mismo pasaría si es Alejandro el expulsado. Son tan minoría que técnicamente pueden dejar de ser grupo pronto. Entonces sí que sería impensable el mantenimiento de la situación.

El buen superviviente tiene que ser imaginativo para superar de la mejor manera posible las situaciones. Aunque a estas alturas parezca increíble que a alguno le de la cabeza para tanto alarde, Lola ha podido demostrar una vez más porque muchos la consideramos una de las mejores de esta edición. La gran superviviente tuvo idea de meterse dentro de su neopreno en cuanto empezó a llover. Por esta vez que lloviese tenía su parte positiva porque llevaban un día de soportar fuertes vientos, lo cual tiene como consecuencia que no paren de respirar y tragar arena. La lluvia haría parar esa desagradable sensación, así que algo es algo. La idea de Lola fue copiada de inmediato por todos los demás. Es un truco fantástico para no mojarse dentro del neopreno y estar más calentito.

A pesar de lo dicho, Lola tiene el sambenito de haber demostrado todo siendo desterrada y no junto al resto del grupo. Sea o no cierto es algo que se repite sin parar porque hacia ella van todos los palos de los defensores de otros concursantes, temerosos del peligro que esta concursante tiene ante la final. Por si esto fuera poco, Lola perdió a su defensor en plató, posiblemente al tiempo que perdía un novio, al haber acusado a este de una supuesta infidelidad. El padre de Lola es el peor defensor posible, lo cual no le va a servir de ayuda en la disputada carrera final. Con todo en contra, solo el sensato apoyo de la audiencia puede hacer justicia con Lola.

El gato responde

Un apunte breve para una cosa de días recientes. Escribí el otro día que tal vez fueran Melyssa y Alejandro los concursantes que menos preparados están para aceptar la derrota. Cada vez que escucho a alguien decir eso de “soy muy competitivo” me echo a temblar porque supone casi invariablemente que no tiene buen perder. Me contestaban en redes que es Gianmarco quien peor gestiona la derrota. Bueno, puede ser. No obstante decía que “tal vez” fueran esos dos supervivientes. Pero es que no lo veo igual en este caso.

Gianmarco asume mal cualquier contratiempo, incluyendo la derrota. Lo suyo es más general, aunque sabe cuando debe ocultarlo. Por ejemplo cuando hace uno de esos totales a cámara en los que se le ve siempre sonriendo exageradamente. Posiblemente lo de Gianmarco sea más un problema de inmadurez, típica reacción de personas poco acostumbradas a no conseguir siempre lo que quieren, en general con poco esfuerzo o ninguno. Diría incluso que asume con relativa tranquilidad no ganar las pruebas. Al menos en contraste con su entusiasta y exagerada reacción cuando las gana.

Moleskine del gato

Usa Melyssa el término “cansativo” para describir lo mucho que se ha cansado recogiendo leña en una isla cercana. Una leña que está estratégicamente a su alcance y donde llegaron en una barca conducida por autóctonos contratados por el programa. No parece lo más cansado que hubieran tenido que hacer. Tal vez sí lo más “cansativo”.

Alejandro hubiera anotado ayer en su cuaderno de bitácora, si hiciera tal cosa, que hizo fuego por primera vez. Este suceso se produce pocos días después de que abriera su primer coco o que hiciera la comida para el grupo por primera vez. No sería tan raro todo esto que digo sin tener en cuenta que llevan siendo náufragos 97 días ya. Mucho tiempo ha esperado para su primer fuego, creo yo.

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