El buen ambiente puede ser presagio del comienzo de la guerra

Susana en una de las últimas pruebas

Analizar ‘realities’ es para el gato tan satisfactorio como formar parte de ellos para sus concursantes. El placer de ver frente al de ser visto.

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El día de la resaca de los señores de pelocho tras la cena no romántica del domingo vi a Kristian retroceder un paso más a su infancia. Como siga así antes de finalizar esta edición andará luchando por volver a meterse en el vientre materno. “En Navidad mola ir a ver Cortilandia y comerse un bocadillo de calamares”, comentaba ayer. Haré la salvedad de la madrileña costumbre del bocata de calamares, en absoluto asociada a ninguna época del año y que se disfruta más en la medida que los calamares tienen más harina y son más grasientos. Pero que lo más destacado de la Navidad para este concursante sea meterse entre un tumulto de gente donde abundan niños incansables y sus cansados padres, solo se puede explicar por esa involución que le está convirtiendo en pelochín.

Muy caballeroso, Kristian no quiso comentar muchos detalles de lo sucedido tras la cena, momento en que los espectadores prácticamente dejamos de ver imágenes del loft. No obstante, las cámaras lo grabaron todo. Sonia no había pedido hora sin cámaras sino pasar la noche en ese apartamento de Friends, como lo llamaba Marta (GH 12+1), del que tan mal recuerdo tiene Igor. Como le decía ayer Susana a Kristian: “¿Con cámaras? Pues vaya mierda”. Claro que no es lo mismo pasar una noche que toda una semana. Si Igor dice que se agobió estando allí una semana con tres personas conocidas no quiero pensar lo que fue esa experiencia para los que ahí estuvieron el mismo tiempo con alguien que acababan de conocer. Pienso en Desi, Adrián, Yéssica, Anabel...

El resto del día transcurrió entre las bicis y el billar. Lamentándolo mucho ninguna de las dos actividades me inspiran para poder hacer comentario alguno. Por tanto, aprovecharé el día para recuperar algo del fin de semana y, sobre todo, para hacer una reflexión sobre la estrategia de juego que Álvaro critica con acierto aunque luego sigue al igual que otros concursantes, en particular Susana. Hemos criticado a esta concursante por no nominar a Sonia, lo cual es un error en mi opinión, pero corresponde a una estrategia de juego que consiste en protegerse todo lo posible para no salir ella nominada.

Es un planteamiento que hemos visto muchas veces repetido y, en principio, no tendría por qué criticarse que un concursante calcule sus nominaciones con el objeto de librarse de salir a la palestra. Susana contaba macarrones el jueves pasado para calcular las nominaciones y concluir a quién le interesaba nominar. Si hubiera previsto que a Sonia le nominarían dos o más compañeros sin duda llevaría su nombre uno de los votos de Susana. Pero no era así, por lo cual nomina a Nacho y a Desi. El primero es nombrado por seis de sus compañeros y esta por cuatro. Susana acierta de pleno y apunta a dos de los nominados esta semana.

Susana desconoce que solo la nominaría Sonia, por eso teme salir nominada si permite con sus dos votos que otros concursantes no la superen en puntos. Repito que hasta aquí se trata de la estrategia más común en este programa, válida para la mayoría de concursantes casi siempre. Ahora bien, en este caso se trata de una estrategia discutible que parte de varios errores de base. Susana se equivoca no reconociendo a Sonia como su rival en este concurso. Es lo mismo que le sucedía a Igor, y en su caso no ha terminado nada bien. No reconociendo al rival, Susana deja de darse valor a sí misma.

Aunque pistas ha tenido al respecto, Susana desconoce que es bastante favorita entre la audiencia, o esa es al menos la impresión que tiene este gato con la bata de analista puesta. Naturalmente, cualquier otra opinión es admitida e igualmente interesante, como no podía ser de otra manera. Igor le dijo que fuera todo muy bien con ella, y pensé que había captado el mensaje. Fuera así o no, se resiste a creerlo según hemos visto. Por eso prioriza no volver a quedar nominada a romper con la tendencia que les está llevando a casi todos a excluir de las nominaciones a los veteranos, nominando solo a concursantes incorporados al juego más tarde.

El sábado, en una de esas noches mágicas y divertidas, una de mis preferidas de esta edición, Álvaro insistía en su idea de que los veteranos se están salvando de las nominaciones porque los nuevos no consideran estar en el mismo plano que ellos y casi renuncian a la idea de poder ganar el concurso. Pero él mismo contribuye a ello nominando a Saray y a los gemelos, con lo cual respeta a ese núcleo duro de los pata negra, formado por la propia Susana junto a Kristian, Sonia y Raki.

Si Susana partiera de la base de que es una de las favoritas para la audiencia, y decidiera ponerse a jugar de una vez, daría un paso celebrado por esa audiencia. Me refiero a nominar a los pesos pesados, particularmente a su no reconocida rival. Semana tras semana esperamos que llegue ese momento y al final nos quedamos a la espera de estar a la espera, como decían los Gomaespuma. El buen ambiente en la fiesta del pasado viernes, que recuperó el tono de algunas en los primeros meses, mucho más animado que las de estas últimas semanas, tal vez era un presagio del comienzo de la guerra. Estamos esperando ese momento en que los concursantes nuevos se pongan la cinta del guerrero en la cabeza y se decidan a nominar con eso que rodea la cinta.

El problema es que la ocasión se va escapando, lo cual terminará dando con un panorama interesante donde los propios veteranos habrán de nominarse entre ellos. Ya mismo es necesaria la concurrencia de algún veterano para cambiar el sentido de las nominaciones, puesto que de los nuevos solo quedan Álvaro (veterano sin serlo), Nacho, Desi y Saray. Además, uno de estos tres últimos saldrá de la casa en un par de días. Pintará entonces un panorama donde la mayoría aplastante de habitantes de la casa estuvieron allí el día 11 de febrero. Todos excepto los gemelos, Nacho y Desi (si es Saray la expulsada, como dice nuestra encuesta).

Escenas

Después de todo lo dicho, me interesa aclarar que entiendo la postura de Susana. Si la critico por no nominar a Sonia es sencillamente porque creo que parte de al menos dos ideas erróneas. La primera es no considerarse favorita, y la segunda negarse a reconocer que es su rival natural en el concurso. El sábado, en esa conversación a la que se unió durante un rato y donde estaban Álvaro, Desi e Igor, insistía en que ella no tiene por qué estar enfrentada a Sonia. Ese fue uno de los motivos de la movida que hubo después entre los gemelos, con Gonzalo insistiendo en despertar a su hermano y a la propia Susana y la conversación entre los hermanos que Igor observaba en la distancia, mientras comía galletas a pares. No quiere que se la ponga a ella en un bando y a Sonia en otro. Susana prefiere ser no alineada, lo cual es un pasaporte hacia la nada en este concurso.

Todas las estrategias en Gran Hermano coinciden en protegerse de cara a las nominaciones. Todos sabemos que es la audiencia votante quien decide, por lo cual da igual salir nominado o no. Lo decía Igor el sábado, en la misma conversación a la que me refiero todo el rato y que, por cierto, tuvo un resumen brillante en el diario de ayer. “Me he dado cuenta estos días de que hay que pensar menos en lo de aquí y más en lo de fuera, porque son los espectadores los que deciden”, decía Igor como descubriendo la pólvora. Pues claro, amiguete. Eso es así. Ahora bien, no hay un solo concursante que no haya tenido temor a salir nominado, o cuando menos a hacerlo en según qué condiciones.

Por ejemplo, me puedo remitir a Pepe Herrero, gran estratega y para mí el mejor concursante que ha tenido este programa. ¿No tenía Pepe miedo a las nominaciones? ¿Acaso no intentaba protegerse? El que su estrategia pasase por sentarse en el balancín junto a Dayron y con otro concursante en el extremo contrario no quiere decir que dejase de estar preocupado por el resultado de las nominaciones. No estaría tan seguro de su posición ante la audiencia, lo cual ahí dentro es siempre una incógnita, cuando hacía cálculos en el ‘nominator’ para que le cuadrasen las nominaciones así. Y, lo más importante, el tercer nominado debía ser siempre el eslabón más débil. Aquel concursante que pudiera caer peor en la audiencia, quien más errores hubiera cometido durante la semana.

Pepe Herrero se protegía en las nominaciones decidiendo salir junto a su aliado en la casa y con otro concursante más que él mismo eligiese, siempre un eslabón débil. Así fue hasta que después de comprobar el éxito de la estrategia durante semanas decidía enfrentarse a Jesús Tinajo (alias “enróscate la boina”), su principal rival. Había necesitado semanas para confiar en su propia estrategia y decidirse a reconocer su rival, lo cual ayudó a catapultarlo al récord de ganador con mayor porcentaje de votos. Pues bien, ese es el momento que estamos esperando. ¿Cuándo Susana se decidirá a nominar a Sonia? No se trata de estar en bandos diferentes, es más sencillo que eso. Basta con reconocer al rival para ponerse a su altura y empezar a considerar que ella es candidata a ganar este concurso. Ya va siendo hora de que se lo empiece a creer.

Juan Carlos contaba ayer algunos detalles (pocos) de la chica con la que ha empezado a tener una relación fuera de la casa. Sí, esa que estropea los planes de Sonia para romper la pareja de Raki, quien lleva ocho años conviviendo con su novio. Solamente dos cosas a destacar de esta intrascendente noticia personal. Una que al parecer la chica ha tenido el mismo problema con el habla de Juan Carlos. Si ella lo ha superado bastante (aunque no del todo) quiere decir que él también puede. Y luego está el ridículo de los que quieren ser más papistas que el Papa, tanto ahí dentro como aquí fuera, y les gustaría que Juan Carlos no contase esta historia porque es información del exterior. Pero vamos a ver, almas de cántaro. Que el señorito Ikea estaba contando algo personal, que en nada afecta al concurso. O así debería ser, al menos.

Esta noche entrarán en la casa varios exconcursantes de ediciones anteriores. La cosa trata de celebrar los cien días de los únicos cuatro concursantes que los han cumplido ahí dentro y, además, de forma ininterrumpida. Estos son Susana, Sonia, Kristian y Raki. Y recibirán el apoyo de Yago Hermida (GH 12), Laura Campos (GH 12), Noemí Merino (GH 12+1) y Pepe Flores (GH 12+1). Cuatro exconcursantes de las dos últimas ediciones. Sospecho que los cuatro tienen más motivos para algo más que animar a estos concursantes.

Yago (o Iago) podrá contestar en persona la petición de matrimonio que le hizo Susana por Twitter hace meses, Laura igual puede pedir explicaciones a Sonia por alguna cosa que ha dicho sobre ella no muy amable, Pepe debería explicarle a Raki lo que es vivir esa experiencia a tope e implicándose (lo cual dijo que no había hecho el ‘príncipe’), algo que ella no hará ni aunque estuviese allí cuatrocientos días; y Noemí acompañará a los demás en la visita, pero igual luego niega haber estado allí.

Moleskine del gato

He mencionado mucho en el escrito de hoy esa conversación entre Álvaro, Desi e Igor, donde los dos primeros estuvieron mucho rato con una percha en la mano y este último con un tubo de cartón, algo que presentaba un panorama bastante insólito visto desde el sofá de mi casa. Lo de las perchas no sé si tiene explicación o está en el mismo nivel de hecho insólito que encima de la cama tuvieran unos envases de yogures vacíos. Muy paranormal todo, como decían en Spanish Movie. Ahora bien, sobre el tubo de Igor, dicen las malas lenguas que lo mantiene en la mano a modo de terapia para evitar poner sus manos en la huevada. De momento parece que va funcionando. Seguiremos informando.

Y ahora que uso palabras que terminan en "ando" o "nando", hago un paréntesis y aprovecho para darme por enterado de que Nando Montoya, a quien me refiero a veces como el trillizo, considera que solo se puede hablar y juzgar las actitudes de los concursantes de este programa (al menos de sus hermanos) si se les conoce personalmente. Desmonten el chiringuito de las tertulias de Ana Rosa y el propio debate del programa. Es más, en las galas no podrá haber comentarios críticos sobre los concursantes por parte de aquellos que no los conocen en persona. Lo ha dicho Nando, el trillizo.

En realidad, si esa es su opinión, no entiendo qué diablos hace él en galas y debates hablando de los compañeros de sus hermanos. ¿Acaso les conoce? ¿Conocía a Miriam cuando la llamó “zo-rras-ca”? ¿O a Igor cuando ha dicho que era un falso y un estratega? El día que yo falte al respeto a los Montoya con la misma bajeza que se necesita para llamar zorra a una mujer se va a enterar Nando de lo que es bueno. Aunque qué se va a esperar de quien dice que no le gustan los platós y no hay una puñetera gala o debate que no esté en primera fila.

Por cierto, no sé si alguien más habrá observado que los gemelos andan mucho más tranquilos las semanas que están nominados. Pongo la mano en el fuego porque en una semana que se encuentren expuestos al voto de la audiencia no habrían tenido nunca ese roce tan gracioso del pasado sábado. Lo mejor fue esa parte de vodevil, con las luces encendiendo y apagando en el dormitorio. No defraudó la conversación del salón entre los dos Montoya, que se autodeclararon como los hermanos que mejor se llevan de España, añadiendo a Nando (si ya digo yo que es como un trillizo).

En la parte negativa ese Gonzalo obstinado intentando despertar a Susana para contarle no sé qué vainas. Y el disgusto posterior de esta. Luces y sombras, igual que podríamos resumir todo el paso de los gemelos por esa casa. Ya comenté entre amigos ayer que si dejase de hablar de los gemelos (como le gustaría a Nando) me tendría que poner a blasfemar sin medida. Creo que Dios es bastante más comprensivo, pero tampoco es plan.

Y dejo caricatura de Iván, mueble de ocasión, tal como lo ha visto el gran Javier B.V.

Caricatura: Iván