Armas de distracción masiva

telecinco.es 11/02/2013 08:06

Hoy hace 229 días que Pepe Flores ganó Gran Hermano 12+1. Algo más tarde, hace 183 días, se cerraron definitivamente las puertas de la casa (por siempre será la casa) por última vez en la temporada. A estas horas (da igual cuando estés leyendo esto, siempre y cuando sea el día de su publicación) esa casa mítica estará atestada de gente terminando de colocar un grifo, asegurándose de que todo se ve y escucha a la perfección, o haciendo cualquier otra tarea imprescindible para que todo vaya bien.

Antes de ver entrar los concursantes por la puerta de la casa no hay nada. Por eso recibo con un mohín de desagrado cualquier detalle sobre los concursantes que han de entrar. Si lo hacen ellos mismos me río, aunque estos tienen la garantía de que no diré nada a nadie (ni siquiera delante de mis abogados). Si son sus amigos los que se deciden a descubrirlo he de suponer que no deben ostentar tan sagrada categoría, quedándose tal vez en conocidos. Y si son ellos mismos los que dan pistas en redes sociales sencillamente pienso que están a falta de un hervor (o unos cuantos).

Comenté lo primero el otro día, y no estoy seguro si alguno de los que se han dirigido a este gato comentarista realmente está en la lista de los concursantes que a la noche atravesarán el umbral de la casa, cuyas voces pudimos escuchar el jueves pasado. Respecto a amigos o conocidos que se van de la lengua, parece ser lo sucedido con esa chica tan mona, dama de Asturias hace unos años y amazona del Club Hípico Astur de Gijón. Ella no tiene culpa de que algunos estén hablando de más, en plan “ahora vas y lo tuiteas”, que diría José Mota.

Lo que no es de recibo es dar pistas tan evidentes como comentar a través de Twitter que vas a entregar la maleta y estás a punto de recibir a una persona muy especial, junto a una etiqueta inequívoca (ver imagen de la izquierda). Lo de Emily es de traca, por mucho que borrase el tuit y casi negase hasta existir. Mala manera de empezar, antes de haber empezado realmente.

Ignoro si es una consigna fija, pero creo recordar de años anteriores que con buen criterio el programa les sugiere el cierre de sus perfiles en redes sociales, o similares. Al menos durante el tiempo que están dentro. Aun sin hacer esto, bastaría con mantener la básica discreción a partir del momento que reciben la noticia de haber sido seleccionados. Y no pasa por discreto el tuit que reproduzco. Aunque también puede ser que esta persona se esté quedando con nosotros, cosa que dudo seriamente.

Y hasta aquí los ecos de estos días previos sobre lo que puede pasar esta noche. Durante el fin de semana hemos tenido sobredosis de Mercedes Milá (viernes en Sálvame Deluxe y sábado en Qué tiempo tan feliz) y de ahí nos hemos enterado de que tal vez esta sea la oportunidad para la embarazada, clásico rumor ante cada llegada de Gran Hermano. Se lo contó Milá a la Campos, aunque el tono relajado de su intervención en ese programa plantea todas las dudas del mundo.

También nos hace dudar lo complicado que es la cosa. Al menos así lo he escuchado en la rueda de prensa de alguna edición anterior (no recuerdo con exactitud en cual y prefiero no equivocarme, pero sí que fue empleada la calificación de tema “espinoso”). Es más, la experiencia en otros países nos habla de las dificultades para llevar a buen puerto la situación de una concursante embarazada en la casa de Gran Hermano.

Si entrase una embarazada (¡Dios mío, esto es un bucle! Lo de la embarazada vuelve cada año, como el turrón en Navidad) sería la quinta vez en el mundo. Sudáfrica, Holanda, Bulgaria y Bélgica tuvieron embarazadas antes. Y estoy seguro de que no hicieron nunca tantas conjeturas al respecto. Según recordaba ayer mi apreciado Edu, en estas ediciones los destinos de las posibles futuras mamás fueron bien dispares.

Michelle (BB2 Sudáfrica) abandonó al día siguiente de conocer su estado de gestación. Tanja también lo hizo, pero nueve días después de parir (había dado a luz a Jocelyn Savanna ante las cámaras de Big Brother el 18 de octubre de 2005). Svetlana (BB3 Bulgaria) dio igualmente a luz siendo concursante, pero en esta ocasión no lo hizo en la casa sino que fue trasladada a una clínica, donde tuvo a Amber. Kathleen (BB5 Bélgica) corrió peor suerte, ya que fue expulsada antes de dar a luz.

Otra cosa es quedarse embarazada dentro de la casa, lo cual también ha sucedido (¡cómo no!). La primera en engendrar su hijo con un compañero de edición durante su estancia en el programa fue Sissal (BB3 Dinamarca). Debió embarazarse en los últimos días de su edición, fruto de una relación con Robert, puesto que el bebé nació el 16 de julio de 2004 y ella había abandonado la casa el 13 de noviembre de 2003. Después repetirían otras como Anastasia (BB1 Rusia).

Por tanto, solamente en un caso el parto tuvo lugar dentro de la casa, hecho que no estuvo exento de polémica. Los holandeses están acostumbrados a ello, más que nosotros incluso. El parlamento debatió la oportunidad de ver parir en directo a una concursante de Big Brother, y los servicios de protección social impidieron que la criatura fuera grabada las 24 horas del día, exigiendo que estuviera expuesto a las cámaras solamente 2 horas durante los ocho días que duró su encierro.

Aparte de temas morales o éticos, en los que no voy a entrar, se me antoja que el primer escollo está en la amplia serie de ventajas, inconvenientes y, sobre todo, excepcionalidades, que plantea la situación. Una mujer embarazada exige un trato especial, resultando imposible que ejecute muchas de las pruebas a las que se han de someter el resto de sus compañeros en el programa, exigiendo especiales cuidados en la dieta o un reposo particularmente cuidado. ¿Debe esto imposibilitar que haya una concursante embarazada? Probablemente no.

Imagino una reacción primeramente favorable por parte de los compañeros de esta hipotética concursante en estado, aunque pasado algún tiempo se producirían inevitables recelos por lo que algunos podrían interpretar como un trato de favor, que humanamente todos entenderíamos y apoyaríamos. Pero no olvidemos que esto es un concurso, y hay un jugoso premio en juego. Esta circunstancia puede provocar que mientras la embarazada tenga la tentación de parafrasear a Belén Esteban diciendo aquello de “por mi hijo/a ma-to”, otros concursantes piensen (o digan) lo mismo respecto al premio: “Por mi maletín ma-to”.

Es hablar por hablar, porque muy probablemente estemos una vez más ante el espejismo de la embarazada que nunca existió, aunque estuvo a punto. Diría que estos rumores y comentarios son como armas de distracción masiva, algo en lo que el programa tiene matrícula cum laude. Y se me antoja como un buen tema de conversación para cubrir estas horas previas al estreno, en las que los nervios se van apoderando de mi estómago y poco a poco voy siendo más incapaz de hacer ninguna otra cosa que no sea esperar, esperar y esperar. Así hasta que sean las diez de la noche, más o menos.

Otra cosa que se ha sabido en las últimas horas es que aparte de la gala de presentación de esta noche habrá otra gala el miércoles. Esto lo contamos aquí (aunque sin precisar) el viernes pasado, pero parece que casi nadie se dio por enterado. El martes serán las primeras nominaciones. Algo parecido se hizo en GH 10, aunque recordemos que entonces quedaron todos nominados el primer día (domingo) y lo que hubo en la gala de dos días después (martes) fue la primera expulsión. Germán (de Sabadell, ¿recuerdan?) salió tras haber permanecido apenas dos días en la casa. Esta vez el primer expulsado podrá acreditar al menos una semanita de encierro.

Este día es también un momento ideal para terminar de cumplir con las tradiciones asociadas a un comienzo de Gran Hermano. De entre esas tradiciones, la de más solera para este gato lector es publicar cierto fragmento de la novela de Milan Kundera llamada La inmortalidad (1988), en la que Agnes, mi Agnes, habla (sin saberlo) de este programa. Este es el texto:

«Agnes recordó que una vez, cuando era niña, se había quedado deslumbrada con la idea de que Dios la veía y la veía ininterrumpidamente. Fue entonces cuando sintió por primera vez el placer, la extraña satisfacción que el hombre siente cuando es visto, visto contra su voluntad, visto en los momentos de intimidad, cuando es violado por una mirada. La madre, que era creyente, le decía “Dios te ve” y pretendía así enseñarle a no mentir, a no comerse las uñas y a no meterse el dedo en la nariz, pero ocurrió algo diferente: precisamente cuando se dedicaba a hacer algo malo o vergonzoso, Agnes se imaginaba a Dios y le enseñaba lo que estaba haciendo… y llegó a la conclusión de que hoy el ojo de Dios ha sido remplazado por la cámara. El ojo de uno ha sido remplazado por el ojo de todos. La vida se ha convertido en una gran orgía en la que todos participan».

Si ha venido Agnes ya estamos todos.

Termino por hoy con una nueva entrega de nuestros premios. Me decían estos días que he dado muy pocos, pero esto no se acaba. La idea es seguir los próximos días con las categorías de efectos especiales, lengua extranjera, banda sonora, guion original, cortometraje o maquillaje, peluquería y vestuario. Precisamente, este último es el de hoy.

Medalla de bronce al mejor maquillaje, peluquería y vestuario

Chari Lojo (GH 12) por Airbag. Aunque este jurado ha tenido dudas sobre si premiar a esta concursante por la presente categoría o en la de efectos especiales, es innegable que el volumen de su caja torácica hacía mejorar un vestuario ya de por sí bastante peculiar.

Mención de bronce para Gisela Betancort (GH 10) por Planchados por la campana. Su dominio de la plancha de pelo no dejó indiferente a nadie.

Medalla de plata al mejor maquillaje, peluquería y vestuario

Pamela y Conchi (GH 9), por No sin mi maquillaje. A una de las gemelas (¿la de la raya izquierda o la de la raya derecha? ¿alguien llegó a diferenciarlas?) corresponde la amenaza más surrealista de abandono voluntario del programa. “Si no tengo maquillaje me voy a Loz Palazioz”, dijo la concursante. Y consiguió maquillaje. Ya lo creo que lo consiguió.

Mención de plata para Terry Willis (GH 12) por Se me camba la peluca. Aunque quedó demostrado que la bonita melena de la concursante era de su propio cabello, la frase fue todo un homenaje a esta categoría.

Medalla de oro al mejor maquillaje, peluquería y vestuario

Inma Contreras (GH 7), por Lee mis labios. Gracias a ella nos enteramos de que era posible hacer pantalones para sordomudos. De haber llegado hasta el final del programa sus requerimientos de maquillaje no habrían bajado de las 100 toneladas métricas, que pueden llegar a cubicar lo mismo que el ascensor del Empire State Building (metro arriba, metro abajo).

Mención especial de oro (con circonitas incrustadas) para Inma Contreras (GH 7) (sí, ella de nuevo), por Bragas como hélices. Su demostración de que se puede hacer la hélice con lencería íntima fue casi la aportación más interesante durante su paso por el programa, si exceptuamos la que ha movido a entregarle la medalla más valiosa en esta categoría.

Moleskine del gato

Abro mi nueva moleskine, primera etiquetada con el rótulo de GH 14, anotando un suspiro acompañado de un deseo: Que todo vaya bien. Suerte al fantástico equipo de Gran Hermano. Hoy es el día. ¡Comienza el lío!

Ah, y dejo cartelera, como siempre por Montse Juanilla.