Azahara: "Me duele ser española"

telecinco.es 20/10/2014 09:45

Igual que a Unamuno le dolía España, a Azahara le duele ser española. Tanto es así que le causa daño escuchar que Juanma canta una canción de Chayanne que habla de toreros, o esa otra de Joselito de un toro enamorado de la luna. Faltó que cantaran la del “toro con botines que no va descalzo” del Fary. Chayanne es para llorar, en ese no podemos estar más de acuerdo, pero por esa regla de tres no levantaría uno cabeza, porque hay otros peores incluso. Yo creo que alguien debería haber estado al quite para echarle un capote a la pobre Azahara.

Su rechazo a todo lo que huela a taurino es tan visceral que llega a renegar de este país tan maravilloso, donde una enfermera arriesga su vida para tratar a un enfermo con ébola, se contagia del casi mortal virus y es acusada de insensata mientras matan a su perro o despiden a su hermano del trabajo. Somos lo mejor de lo mejor. Ante cosas como estas, que a alguien le duela al escuchar la palabra “toro” es tan ingenuo que hasta me causaría ternura de no ser porque esa misma concursante calla ante cualquier polémica que surge en la casa. Azahara es incapaz de pararle los pies a quien llama a una compañera “cerda”, “guarra” y “tercermundista” con la misma vehemencia con la que lo hace cuando alguien canta una de toros y toreros.

El que dedica tan agradables adjetivos es Vitín, y la víctima de sus invectivas Yoli. Recordemos que era la chica que sin corresponderse con su perfil si acaso, por eliminación, estando casi desesperado, podría tener algo más de atracción, lo que él llama un “suplemento”. Pues bien, el jueves tras la nominación se puso con ella como un energúmeno, como ya comentamos. El domingo también estalló contra Xamy, después de que esta tirase las migas de la mesa del comedor al suelo sabiendo que el señorito no estaba dispuesto a volver a barrer hasta el día siguiente. “Es que eres muy tonta”, le decía. Es curioso lo de estos concursantes que solo son capaces de meterse con las chicas de la casa, tragando carros y carretas ante todo lo que venga de otro chico.

Lo peor de discusiones como la de Xamy y Vitín de ayer es que ninguno de los dos tenía mínimamente la intención de resolver nada. A lo sumo, discuten por tener razón, o incluso para quedar ellos bien, dejando mal al otro. Esto último solo tiene sentido cuando se da con un argumento incuestionable, momento en el que se debe aislar ese argumento y olvidar todo lo demás. Xamy podía haberlo hecho, porque no le habría costado conseguir el acuerdo unánime, dentro y fuera de la casa, ante el hecho de que es escandalosamente escaso barrer una vez al día una cocina-comedor donde catorce personas desayunan, almuerzan, meriendan y cenan. En lugar de aprovechar eso, la conversación se extiende innecesariamente, vagando de un argumento a otro sin ninguna perspectiva de irse a convertir en algo realmente útil para el grupo.

Xamy no aprovecha el argumento indiscutible que tan a mano tiene. Y lo que es más frustrante, nadie en esa casa es capaz de aprovechar ese episodio para intentar llegar a un consenso sobre la necesidad de barrer, e incluso fregar, la cocina-comedor al menos un par de veces al día. De forma práctica podrían haber analizado con sosiego si no es más importante eso que pasar el aspirador cada día por los dormitorios, por ejemplo, para no cargar de trabajo a la persona encargada de esa labor, que esta semana es Vitín.

No les vendría mal poner coto a una suciedad que imagino como el principal atractivo de un ratoncito que el viernes campaba por sus respetos en la cocina. Si es descubierto el roedor, será digno de analizar cómo reacciona Azahara. Espero que no olvide lo traumático que puede ser para el adorable animalito escuchar gritos que superen un límite razonable de decibelios. Una buena decisión podría haber sido cambiar una de las labores que realiza Vitín por esta otra aparentemente más importante, atendiendo a las prioridades establecidas por el grupo. Para eso deberían tener voluntad de arreglar las cosas, discutiendo con sentido práctico. Y ellos están a otra cosa.

Quiero volver al hecho llamativo de que haya varios concursantes que solo son capaces de discutir con personas del otro sexo y permanecen siempre silentes ante cualquier cosa que venga de otro chico. No recuerdo otra edición de Gran Hermano en la que hubiera tanto machismo. A esto de Vitín, o su recomendación a Yoli de que no debe comentar si lleva o no su monte de venus depilado, se añade ese Luis ofendido cuando Alejandra habla de su potorro, pero indiferente si Alfredo hace lo propio de su miembro de 20 centímetros (según propia confesión). O la pasmosa reflexión que el mismo Alfredo hacía el pasado sábado: “Las mujeres se están ‘emputeciendo’ por culpa del Internet”.

A Azahara le duele ser española y a Alfredo que las mujeres hablen con hombres usando las redes sociales. Me transmite un infinito mal rollo ver el rostro permanentemente entre aburrido y displicente de Azahara. Pero claro, si la comparo con un australopiteco como Alfredo no tengo duda de lo que prefiero. Los fósiles me producen hastío y desagrado por igual. Que Paula se acueste al lado de Luis y ambos se lleven bien merece para Omar hacer el comentario de que hay “mucho puterío” por allí. Los hermanastros son tal para cual.

Otra cosa es analizar cuáles son en cada momento los objetivos del trío calavera. ¿Quién está expuesto a la expulsión esta semana junto a Alfredo? La respuesta es Yoli y Xamy. Curiosamente, el mismo jueves terminaba Vitín la noche tarifando con la prima y ayer tenía la movida con la otra nominada de la semana. ¿Casualidad? ¿Serendipia?

En la fiesta del pasado viernes les hicieron firmar dedicatorias en camisetas y fue entonces cuando a todos nos empezó a importar bien poco lo que se ponían unos a otros a excepción de Omar y Paula. Si no entendí mal tenían que poner dedicatorias al menos en cinco camisetas, pero creo que la mayoría firmó en todas, incluso Xamy o Paula lo hicieron también en la suya. Al terminar cada uno leyó su camiseta, momento que todos hicieron aburrido excepto Paula, que añadía frases inexistentes a algunas dedicatorias, mezclando la realidad con el producto de su imaginación.

La dedicatoria de Omar a Paula carece de imaginación, aunque más de uno debió pensar que al hablar de Hawái y Bombay estaba pensando en algunas de las gracias de Paula, que ella no tiene reparo en mostrar, especialmente orgullosa como está de su contundente trasero. Más intención tuvo la frase de Paula a Omar, aunque debemos dejar a la interpretación de cada cual sus intenciones a la hora de escribirla. “Por una historia inolvidable”, escribió Paula en la camiseta. Recordemos que esa fue la frase que Omar puso en el reverso de una fotografía de ambos a modo de regalo de cumpleaños para la que entonces era su chica.

Sabemos que Paula era consciente de que era fuerte poner tal cosa, porque así se lo confesó a Fran. También dejó claro que en ningún caso pondría nada feo y que a ella le gusta quedarse siempre con lo bueno. Hasta ahí lo que ella reconoció, no olvidemos que ante alguien con quien no tiene una relación especialmente buena al tiempo que se ha convertido en el curioso preferido de Omar y su troupe. No sé si Paula lo pretendía, pero en mi opinión la frase es un zas en toda la boca a Omar. Un modo de cerrar el círculo y recordarle que o bien fingía entonces o lo hace ahora. De ser “la mujer de mi vida” a “un rollo de quince días” va un trecho enorme, más grande que la hipocresía atesorada por este personaje.

A pesar de que nuestra atención se centraba exclusivamente en lo que hubiera entre Omar y Paula, dado que era la fiesta del día posterior a la expulsión de Lucía, hubo otras tramas derivadas del juego de las camisetas. Yoli dice que ella es muy insistente, y no hace falta que lo jure. La hemos visto intentando enderezar su relación con un Alfredo que no paraba de intimidarla con una gestualidad preocupantemente agresiva. Lo intentó sin denuedo, manteniendo la calma y buenas formas, aunque es inútil. También hemos visto a Yoli insistiendo una y otra vez con Jonathan, llegando a dejarse jirones de dignidad cada noche en la cama del primo.

El viernes lloraba porque Alfredo solo le había puesto “ALF” en su camiseta, aunque peor fue lo de un Jonathan tan poco delicado que ni siquiera le puso dedicatoria. La poca personalidad que demuestra este chico llega a extremos tales que debieron ser su primo y Hugo quienes casi le tuvieron que dictar lo que debía poner, rectificando su fallo inicial. Al final tuvo Yoli firma de Jonathan, e incluso invitación de compartir cama con él. Nuevos jirones al pie de una cama que mostró una vez más la estampa de Yoli con la pierna encima de un Jonathan tendido bocabajo y con tapones en los oídos. Parece como si Yoli fuera un estorbo inevitable a su lado.

Las primas se complementan de una forma extrañamente dinámica. No se da en ellas el caso de que una sea más templada y sensata, o la otra más alocada o visceral. Resulta llamativo comprobar que cada una puede ser identificada con un rol y el contrario, pero siempre está ahí la otra haciendo el contrapeso. Si Ale se rebota y se le hincha la vena del cuello es Yoli la que contemporiza y enfría el calentón de su prima. Si quien se calienta es Yoli ahí está Ale para calmar los ánimos y poner kilos de sensatez. Cuando una se equivoca estrepitosamente leyendo el concurso la otra se destapa como la más fina de las analistas.

Este cambio de roles hace que a menudo parezcan dos buenas enemigas. Me ha costado darme cuenta que no es así, sencillamente están completándose de forma tan cambiante que no deja de despistar. Cuesta acostumbrarse a ello, y no dejará de ser visto por muchos como una muestra de falta de lealtad entre ambas. De igual forma, cuesta ver en ocasiones a alguna de las dos, o a las dos, departiendo con sus principales enemigos, depredadores que si pudieran las eliminarían de un zarpazo. No es fácil de entender, aunque Alejandra nos dio la clave el otro día. “Sabes cómo son los tres, que van al cuello”, le decía a Yoli. La próxima vez que me chirríe ver a Ale de buen rollo con el enemigo pensaré que está protegiendo su cuello y el de su prima.

Luis mantuvo una reveladora conversación con Paula la madrugada del viernes, de la que me cuesta pasar porque fue de esas que crean afición, con todo cociéndose a fuego lento, además de terminar sucediendo lo que tenía que pasar. Los consejos de Luis de cara al juego revelan que sus intenciones son nobles. Le dijo a Paula que le decepcionará si vuelve a caer ante Omar, advirtiéndole que sería poco más o menos como un suicidio para ella porque no podría caer más bajo. Luis habla esta vez en crudo y de forma inequívocamente clara, lo cual es de agradecer. Está claro que si le dijera lo contrario a Paula, intentando arrastrarla a que vuelva con Omar, Luis se estaría apuntando un tanto en el juego. Diría que estaría ejecutando la jugada maestra de quitarse de en medio a dos de sus principales rivales: Paula y Omar. Lejos de eso, prefiere ser bondadoso y mirar desinteresadamente por el interés de la hawaiana.

El discurso de Luis fue mucho más allá. Durante una conversación que comenzó a media voz en la cama y terminó en la cocina, también susurrando por miedo a que en el dormitorio les pudieran escuchar, cosa que preguntó luego a Xamy, tuvo dos objetivos claros. Primero salvar a Paula de la fatal posibilidad de volver a caer con Omar. Luego, evitar cualquier malentendido respecto a la relación entre los dos. Estaba Luis preocupado por los comentarios escuchados en la casa, que han tardado mucho más de lo que cabía esperar en hacerse insistentes. Aunque le terminó de preocupar lo dicho por Santiago Segura durante la gala. “Paula, ahora puedes seguir con Luis o volver con Omar”, dijo el director de cine. Lo cierto es que la preocupación de Luis no tendría límites en caso de haber escuchado alguno de los ‘confes’ que hemos visto de Paula.

Puedo equivocarme, pero me ha parecido ver en algunas palabras de Paula en el ‘confe’ señales inequívocas de enamoramiento. Si aislamos lo que dice y cómo describe su fascinación hacia Luis, ni hermanos ni leches, es exactamente lo que yo llamo amor, en este caso sin hache y casi con mayúsculas. Luis hace bien en intentar evitar que Paula se lleve una decepción, para lo cual recurre a un triple argumento, y lo hace con proverbial delicadeza. El mismo Luis que en muchas ocasiones me parece ridículo e interesado, en esta me tiene entregado ante su hábil (y ágil) palabra. Obsérvese que digo hábil, que no sincera.

Las tres vías por las que ataca Luis son las siguientes. Primera vía: Si yo empiezo a sentir algo por una persona no puedo evitar decírselo de inmediato. Soy así, lo tengo que hacer porque siento esa necesidad. Lectura útil: Si me estuviera enamorando de ti te lo habría dicho. Segunda vía: En este momento de mi vida no pienso en tener una relación porque necesito moverme y estar centrado en otras cosas. Voy a viajar a Gran Bretaña para estudiar inglés, luego iré a México a tomar la alternativa. Las relaciones a distancia me hacen sufrir y no me gustan. Lectura útil: Si me gustaras apartaría de mí este cáliz porque necesito que pase un tiempo antes de tener una relación. Tercera vía: Sigo pensando en mi exnovia. Los días previos a entrar en la casa no respondí a sus llamadas, pero ella es una señora que sigue estando en mis pensamientos. Lectura útil: Antes de liarme contigo necesitaría cerrar página con lo que tengo fuera.

Algo me hace sospechar que la “personita” de Jonathan y la “señora” de Luis son la misma persona. O el mismo ente. Por ahí puede ir la cosa en ambos casos, aunque esto es una mera conjetura. En todo caso, las explicaciones de Luis me parecieron tan delicadas como efectivas. Lo cual no puede impedir que todo cambie de aquí a unos días. Yo apuesto a que no, pero no doblo la apuesta ni harto de vino.

Moleskine del gato

Dejo para mañana el ejercicio que tenía previsto hoy de firmar mis propias camisetas imaginarias de cada uno de los concursantes. También hablaré del divertido y ridículo papel de guardianes de la moral y seguratas de la nocilla que han adoptado algunos. Y de Fran como el nuevo pitoniso de la casa. Hoy ya me he extendido demasiado.

Solo dejo hueco, por tanto, para los porcentajes ciegos que conocimos en el debate y para un mensaje dirigido a Bibiana Fernández.

Yoli tiene solo un 5,27 % de los votos oficiales. Los otros dos porcentajes son el 65,2 % y el 29,5 %. Me hago una idea con esto.

Y lo de Bibiana. Verás, Bibiana, con amabilidad te lo digo, se te escapa un pequeño detalle cuando te muestras tan sorprendida (aparentemente ofendida, incluso) porque se diga que Alfredo quiere ver fuera a Yoli, razón por la cual la trata como si fuera una mierda, llegando a negarle el saludo. Dices que cómo va a querer verla fuera de la casa si en la sala de expulsiones (dices que en torno a una mesa, pero en esa sala no hay ninguna) afirma que prefiere la expulsión de Xamy. El detalle que se te escapa es que un rato antes Alfredo había nominado a las primas. Estoy seguro de que sabes lo que significa una nominación. Se nomina a aquellos que se quiere ver fuera. Alfredo nominó a las dos personas con las que está sentado esperando la expulsión. Para cualquier otra duda estoy a tu servicio.