Belén: esclava del aplauso

telecinco.es 25/03/2015 09:26

Hoy toca el retrato de fotomatón correspondiente a Belén. Antes de eso algo de lo sucedido ayer. Aparte de que les pusieron la película Titanic, sin gran novedad, también pudieron ver sus vídeos de presentación. Jornada de no perder atención al plasma la de ayer. Digo que la película sin novedad porque volvió a hundirse el barco, la protagonista fue tan insolidaria como siempre, no dejando espacio en su tabla para el chico, y la orquesta siguió tocando hasta el final. Cuando fui a verla en el cine mi acompañante me adelantó que la chica se salvaba y él no. Al día siguiente comenté a compañeros de trabajo mi enfado porque me habían hecho spoiler viendo Titanic. Un tipo con gracia preguntó entonces si me habían dicho que se hundía el barco.

Más interés tuvo lo de los vídeos de presentación, aunque esta vez han esperado a que sean solamente cuatro para dejar que los vean. Al menos podían haber prolongado la velada televisiva en la casa de Guadalix con los vídeos del resto de sus compañeros. Seguro que se habrían reído viendo a Sandoval o Los Chunguitos, y comprobando el contraste entre cómo aparecían entonces y la experiencia vivida con ellos allí dentro. Santi lloraba desconsolada al ver en su vídeo a Manuel cantando. Con mucho amor, Coman la consolaba con un abrazo.

También lloró Belén, especialmente cuando aparecieron unas fotografías de su padre, muerto hace ocho años. En su vídeo, la colaboradora de Sálvame da algunas pistas sobre la razón por la que ha participado en este programa. Es algo que lleva repitiendo desde hace semanas, aunque no dirá esas razones hasta que salga de la casa. Sospecho que va por el lado de que la audiencia comprobase que es otra Belén a la que hemos conocido. Que los malos momentos ya quedaron atrás, por suerte para ella.

El vídeo de Coman les gustó a todos. “Muy bonito”, repetía Belén. Aparte de las escenas pixeladas de su paso por Adán y Eva, contaba la dura experiencia por la que tuvo que venir a España, separándose de su familia a edad bien temprana. Lo cierto es que Coman lo cuenta muy bien. Pensemos o no que intenta aprovechar su drama personal como una baza en el juego, no está haciendo nada distinto a los demás. Esto es GH VIP, todos son más o menos famosos, populares o medianamente conocidos.

En los vídeos de presentación, el programa les debió pedir que hablasen de su vida. Santi habló de Raquel Bollo, Belén de su Miguél (con la tilde bien puesta en este caso) y Coman de su operación en la vista. No recuerdo de lo que habló Fede porque la mala suerte quiso que su vídeo no se viera en ese último Última hora de anoche, y cuando quise cambiar al directo ya estaba terminando. Tal vez fuera esta fatal circunstancia un adelanto de lo que habrá de pasar esta noche. Y, desde luego, un reflejo claro de lo que ha sido su paso por el programa. Fede ha sido desde el principio un cero a la izquierda. Anoche también.

Por cierto, Ylenia debía estar anoche tirándose de las extensiones al ver por lo suelos su teoría de que Coman tenía algo que ocultar, razón por la cual no deseaba ver su vídeo de presentación en la casa. La realidad y las fabulaciones de Ylenia no tienen nada que ver. Con respecto a lo de esta noche, saldrá el menos votado, que debería ser Fede o dejaré de confiar en la soberana audiencia. Esto no la hará menos soberana, pero puede valer para aliviar mi contrariedad. También habrá visitas de las personas queridas que no han tenido contacto hasta ahora con los finalistas. Ya dije que a una comunicación del exterior cada quince días todavía había tiempo de otra antes de la final. Lo dije como broma, pero se va a cumplir finalmente.

No sé qué día salía de viaje de fin de curso Andrea. Tampoco puedo dar fe sobre si 'el Míguel' le ha comprado la maleta, pero estoy seguro de que sí. Ahora bien, si es mañana el día debería estar esta noche en Guadalix, abrazar a su madre antes de marchar y, por supuesto, confirmarle que ya tiene la maleta. Seguro que hay una manera de evitar que veamos su rostro, protección lógica a una menor. Dado que todos salen mañana (incluso uno lo hará hoy), esto es lo único que justificaría las visitas anunciadas.

Fotomatón: Belén

Belén es la única concursante de la que ya hice un retrato. Fue más bien apresurado, convencido de que corría serio peligro de ser expulsada. Mañana hará un mes de aquello, y lo dicho sigue valiendo por entero. No piense el lector que intento zafarme de este compromiso, pero inevitablemente debo tomar como referencia lo escrito entonces. Sería incoherente no hacerlo. En aquel momento lo escrito tenía cierto tufo a obituario, aunque terminamos asistiendo a las exequias de Ares, en el momento que menos deseaba su salida. Tampoco la de Belén, aunque parecía inevitable que saliera una de las dos, y así aparecía en aquella mosca animada en la pantalla de Telecinco, con cuenta atrás incluida, que anunciaba “La expulsión”. Y ya lo creo que así fue. Esa fue una final adelantada, justo la que tristemente nos hemos perdido. Tener a Ares y Belén en la final le hubiera dado un plus de interés, algo de lo que tampoco vamos faltos.

Belén ha sido la concursante que más veces amenazó con abandonar, casi tantas como expresó su convicción de que no lo haría nunca. Incluso hubo unas cuantas veces, algunas menos, que negó haber amenazado con su abandono del concurso. Ella es experta en el arte de decir una cosa y la contraria, aunque tengo la convicción de que lo hace de forma inadvertida, convencida de que no actúa de esa manera. Ella combina con asombrosa facilidad un carácter agrio y quejicoso con momentos de extraordinario buen humor. También supo oscilar de forma sorprendente entre el trato injusto hacia algunos de sus compañeros y las muestras de cariño aparentemente sinceras hacia esas mismas personas en cuanto comprueba que están pasando momentos complicados. Anoche mismo, decía “Santi no llores” como una sincera muestra de afecto.

Otra de las especialidades de Belén es aplicar diferentes varas de medir, considerando cada caso de forma diferente. Por extraños vericuetos, esto le lleva a contradicciones demasiado evidentes para que no se dé cuenta ella misma. Es lo que más extraño me resulta, su incapacidad para darse cuenta que está afirmando una cosa y la contraria. Y ambas cosas en un breve espacio de tiempo, en algunas ocasiones. Sucedió el otro día, tras las visitas de excompañeros para los juicios y debates electorales del jueves y domingo pasados. Fede preguntaba a Belén por qué le acusaban de haberse aprovechado de su relación con Ylenia para medrar en el concurso y, sin embargo, no decían lo mismo de ella. “Si yo me he aprovechado, Ylenia también lo habrá hecho, ¿no?”, decía el italiano.

Belén respondía con contundencia: “No, Fede, eso no es así. Yo lo he dicho algunas veces. No que te aprovechases de ello, sino que igual te estabas beneficiando. Porque Ylenia es más fuerte que tú, Fede”. Como argumento es válido, incluso puede que coincida en el análisis. Ahora bien, esto es claramente incompatible con lo comentado por Belén apenas diez minutos después. Recuerda entonces Belén lo comentado por Ares sobre David y Goliat, afirmando: “Aquí somos todos iguales, no hay fuertes y menos fuertes”. Diferentes varas de medir. Ylenia es más fuerte que Fede, hablando con este último. No hay concursantes más fuertes que otros, charlando con Santi y Coman un poco más tarde. Lo dicho.

El carácter contradictorio y poliédrico, capaz de mostrar lo peor y lo mejor, es una de las señas de identidad de Belén. Como pasa con la mayoría de las personas, sus fallos y defectos se aprecian con gran facilidad, pero hay que escarbar un poco más para ver su lado bueno. Por suerte, creo que he conseguido hacerlo. Detrás de la Belén que casi nunca da las gracias ni pide las cosas por favor, la egoísta, la convencida de que el fin justifica los medios (teléfono rojo), la desobediente o la prepotente, hay una Belén atenta y cariñosa. Esta es capaz de olvidar sus conflictos con alguien en el momento que pueda necesitar atención o una simple muestra de cariño.

Igual me equivoco, pero creo que esta experiencia le va a venir bien a Belén. Su imagen pública, tremendamente deteriorada por su horrorosa actuación en las primeras semanas del concurso, terminará beneficiada gracias a esta fase final, una vez se ha quitado de encima los palmeros y pelotas que la rodearon con devoción casi religiosa durante muchas semanas. Y en lo personal, creo que le va a servir para analizar su comportamiento de una forma que no hubiera hecho de no haber vivido este prolongado encierro. Ya está dando muestras de ello cuando confiesa que cuando salga quiere hablar con el padre de su hija y arreglar las cosas, principalmente por el bien de Andrea. Solo le sugiero que lo haga pronto. Como en el pasaje bíblico del huerto de Getsemaní, no sea que se vaya a arrepentir. Pero, sobre todo, porque igual Jesús se marcha a sobrevivir a Honduras, y allí no le va a ser posible poner una conferencia.

El gran lastre que arrastra Belén es la necesidad de aprobación que tiene. Ella es una esclava del aplauso, y teme de forma exagerada la falta de apoyo. Lo dijo en aquella caja de Sálvame Deluxe, donde se enfrentaba a sus odios y pasiones, también a sus temores. El mayor temor de Belén es quedarse sin el aplauso del público. Lo necesita casi tanto como la mayonesa (preocupante dependencia, especialmente para su colesterol). Creo que esto le lleva a considerarse demasiado bien a sí misma, al menos de cara a la galería, pensando que nadie la va a querer si no lo hace ella. La Belén satisfecha con sus defectos está ocultando esa otra que, como nos pasa a todos, desearía deshacerse de ellos.

La actitud de toda la casa, excepto Coman, contra Olvido las dos primeras semanas fue causada por Belén. Ella fue la causa, lo cual no quiere decir que lo promoviera. Más bien me inclino a pensar que sus palmeros quisieron complacerla y fueron abonando ese terreno para terminar exagerando todo. No quiero quitarle culpa a Belén. Hubiera bastado con que ella diera una de esas muestras de humanidad que tantas veces le hemos visto, para que cesase el acoso y derribo. Solo pedirlo, una pléyade de pelotas a sus pies habría hecho todo lo necesario para que todo cambiase. Capaces incluso de pasar a tratar a Olvido entre algodones. Bastaba con que lo pidiese Belén.

Porque la verdad es que a Belén la han perjudicado mucho sus palmeros. Por su culpa la hemos llegado casi a odiar. Jamás he visto nada similar. Lo peor es que nunca me resultó inexplicable. Le hacían la pelota por varias razones, que me atrevo a resumir en dos: miedo e interés. Tenían miedo a Belén, lo cual podemos entender fácilmente. Su reacción es temible, de ello hemos tenido claras muestras en estos casi ochenta días. Con tal de no aguantar el tsunami posterior, entiendo que algunos evitasen llevar la contraria a Belén.

Otra cosa es hacerle la pelota a Belén de forma tan exagerada que hasta da vergüenza, pero eso va en cada uno. Y digo interés para expresar otro temor. El de enemistarse con eso que yo llamo ‘universo sálvame’. Me da la impresión de que no conocen bien a Belén si piensan que hubiera vetado a alguien por enemistarse en la casa. Pero algunos temieron esta consecuencia u otras semejantes, y prefirieron tener a Belén de su lado.

La prueba del mal que le hicieron sus palmeros es que una vez todos fuera de la casa (Fede no lo fue nunca estrictamente, lo cual cuenta a su favor) hemos visto a la mejor Belén, mucho más sosegada y amable. Digamos que Belén y los que la apoyaron con mayor entusiasmo retroalimentaban su odio e inquina hacia los demás, transmitiendo una imagen patética e irritante. No es cuestión de determinar quién tuvo más culpa, si Belén o los que la rodeaban. Todos por igual. El peligro era que estuvieran juntos. Sin tanto apoyo, Belén también habría errado, especialmente en su enfrentamiento con Olvido, tan agrio como irracional. Pero creo que las cosas no hubieran llegado tan lejos.

Viendo aquella Belén contra Olvido, así como su lado más caprichoso y egocéntrico, parece mentira que este gato no ande rabiando al verla en la final. Lo cierto es que ni esto ni otras muchas cosas que no me han gustado de Belén, ni su prepotencia, ni su egoísmo, ni su extraordinario ventajismo (que incluso le ha llevado a explotar su enfermedad, simulando subidas de azúcar falsas), han conseguido que deje de ver en Belén un auténtico animal televisivo. No creo que merezca ganar este concurso. Nunca apoyaré que lo haga ningún concursante que haya hecho daño a otro de forma consciente.

Con todo, Belén ha sido la gran protagonista y auténtica alma de GH VIP. Como dije hace un mes, mientras otros iban en carro tirado por mulas viejas ella viajaba en un Concorde, no solo porque tuvo ciertos beneficios externos de los que otros carecieron, sino porque es puro espectáculo, y eso la separa mucho de todos los demás. La sumisión de algunos concursantes, que tanto ha perjudicado a ellos como a la propia Belén, se entiende mejor considerando esta diferencia abismal. Por eso estoy feliz de que haya llegado hasta aquí.

Dije en su momento que Belén no aguantaría hasta el final, no por el deseo de la audiencia sino por su propia capacidad de resistencia. Hoy, vísperas de la final, he de reconocer mi error y felicitarla por ello. Belén ha demostrado ser capaz de aguantar lo habido y por haber. Espero haberme equivocado también al pronosticar que ganaría GH VIP, justo cuando conocí que era una de sus concursantes. Estoy seguro de que se alegraría viendo ganar a Aguasantas, que es mi deseo.

Moleskine del gato

No me extiendo más. Esta noche tenemos una fiesta. Será la primera de esta semana, que viene cargadita. Jordi nos espera.