Carlos y Ricky, nuevos reyes del piqui-piqui
Hemos exportado el 'piqui-piqui' y hasta en México utilizan ya esta expresión, marca registrada de esta edición de Gran Hermano. Dicen que unos llevan la fama y otros cardan la lana. Pues bien, en este caso, Carlos y Ricky coinciden en señalar a otros por criticar mientras ellos mismos hacen precisamente eso mismo. Últimamente con gran frecuencia y dedicación. Podríamos decir que ellos son los nuevos reyes del 'piqui-piqui' en Guadalix.
Carlos y Ricky son igualmente los nuevos reventados en casa, modalidad no tan común. El reventado tradicional es un concursante ya expulsado, cuyas opciones de seguir en el juego y llegar a ganar el concurso son pequeñas (solamente una repesca o la renuncia de todos los demás, lo cual es más un argumento de película que una posibilidad real). Pero hay un reventado interior, que no espera a estar fuera para dar muestras de su reventamiento. Son aquellos que parten del convencimiento de que no ganarán el concurso ni por equivocación, y van acumulando rabia y resquemor al pensar en que otros merezcan una suerte que a ellos se les niega.
Es posible que los primeros reventados prematuros fueran Juan y Michael, el cura y el poli local de GH 12+1, a los que se unía David antes de abandonar el barco también prematuramente. Todavía recuerdo esas sesiones tempranas, cada uno en su cama, tapados hasta las axilas, casi explotando de envidia al intuir quién sería el posible ganador. No les hacía nada de gracia ni entendían el favor del público hacia un concursante que nos fascinaba mientras ellos dormían. Hace un par de días Carlos y Ricky me recordaron a aquellos pioneros del reventamiento temprano.
No termino de entender la censura hacia el que habla de los demás en este programa. Sobre todo, porque hacerlo lo hacen todos. Lo hacemos todos, en realidad. Tengamos en cuenta que allí encerrados tienen pocas obligaciones. Entre poco y nada que hacer, lo cual fomenta fijarse en el otro, analizarlo hasta el detalle más insignificante y ridículo. La inveterada costumbre española de criticar al ausente se convierte aquí casi en obligación. En cuanto alguien abandona una estancia, los que quedan se ven impelidos a criticarlo. Es un estímulo natural, forzado por las circunstancias. Comete un error quien toma por bandera la crítica a los que critican porque a poco que se descuide él mismo pasará de crítico a criticón, criticado igualmente por ello.
No es lo mismo criticar a los demás que reventar de celos hacia aquellos a quienes se les reconoce de antemano que llegarán más lejos que ellos en el concurso. Ahí está la diferencia. En el caso de Carlos llama la atención porque es un concursante que ha pasado inadvertido durante semanas y cuando hemos empezado a reparar en él es porque nos empezaba a cansar su tono permanente quejicoso. Debe ser duro pasar de no existir a molestar, que es lo que ha pasado con este concursante.
Me cansa ver a Carlos quejarse por todo de forma lánguida y cansina, con palabras que resuenan de forma monótona y alienante, con parecido interés al del ruidoso vuelo del moscardón. Al escuchar ese ruido no puedo evitar recordar el cuento de la carreta vacía. Una mañana, un padre invitó a su hijo a dar un paseo por el bosque, lo cual el hijo aceptó con placer. Se detuvieron en una curva y después de un breve silencio preguntó el padre al hijo: “Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas algo?”.
El joven aguzó los oídos, puso toda su atención y al final de unos segundos respondía: “Estoy escuchando el ruido de una carreta”. “Eso es”, dijo el padre, añadiendo: “Es una carreta vacía”. No sin cierta extrañeza, preguntaba en este caso el hijo: “¿Cómo sabes que está vacía, si aún no la vemos?”. A lo que aquel respondía: “Es muy fácil saber que una carreta está vacía, a causa del ruido”. El hijo tenía ahora toda su atención en las palabras de su padre. Intentaba procesar cómo era posible que el ruido de la carreta diera la información sobre si iba vacía o repleta.
El padre siguió con su argumento: “Cuanto menos cargada está una carreta, mayor es el ruido que hace”. Ahí quedó la explicación, que el hijo dio por buena aunque no la llegara a entender, por el simple hecho de que lo había dicho su padre. El hijo se hizo adulto y todavía hoy se acuerda de las palabras de su padre, especialmente cuando ve a algunas personas hablando demasiado, de forma vacía y hueca, sin aportar nada valioso a la conversación.
También lo recuerda cuando escucha hablar de forma inoportuna, interrumpiendo a los demás o intentando imponer su palabra a gritos. En esos casos tiene la impresión de estar oyendo la voz de su padre diciendo: “Cuanto menos cargada está una carreta, mayor es el ruido que hace”. Carlos es como una carreta vacía.
Ayer Marta resucitaba el ‘nominator’ de Pepe Herrero. Estamos de acuerdo en que esto son palabras mayores, pero no me parece mal intento. Es un error pensar que hacía aquello tan censurado en algunos de los primeros expulsados de esta edición. Raquel se equivocó pretendiendo el beneficio personal de una estrategia grupal. Carolina e Ivy intentaban hacer una de esas estrategias que se vuelven en contra, como sucede siempre que el grupo mayoritario aparenta estar aplastando a la minoría. Equivocaron la estrategia, ese fue el problema.
Ahora las cosas han cambiado. La situación en la casa es distinta siempre cuando quedan menos de diez concursantes. A estas alturas no suele haber ya grandes grupos. En este caso se da el interesante hecho de concursantes con intereses encontrados. Son concursantes transversales, que tienen simpatías cruzadas entre compañeros que son fuertes rivales. Han tiene a Artiz como su 'zucchini' al tiempo que es el niño bonito de Marta y Sofía. Por su parte, Aritz no es un aliado para estas dos concursantes.
Es un momento interesante para comprobar si concursantes como Han se decantan por unos u otros y por quiénes tienen mayor o menor preferencia. Por eso veo tan claro que era el momento idóneo para unas nominaciones en positivo. Sin embargo, esta noche nominarán los familiares y amigos después de visitar la casa en una de esas galas repletas de emoción que tanto nos gustan.
Esto desbarata los planes nominatorios de Marta. El objetivo de esta reedición del ‘nominator’ era sacar a la palestra a Carlos, Ricky y Aritz. Contaban para ello con los votos de Marta, Sofía y Nied. Con 18 votos pueden dejar a tres concursantes con 6 puntos. Teniendo en cuenta que Han viene nominando a Ricky y Carlos regularmente, al menos estos dos tendrían los ocho o nueve puntos asegurados. Digamos que la estrategia podría haberles salido bien, aunque fallaron al hacerla al descubierto. Toda la casa se enteró de que estaban repartiendo puntos, lo cual resulta un gran inconveniente. Es como si el ladrón que planea el robo de un banco hiciera públicas sus intenciones. No hace falta mostrar el plano del robo para hacer peligrar la acción.
La vuelta de tuerca que planea el programa para esta noche es bastante difícil de digerir. Gala de visitas de familiares, pero con la peculiaridad de que serán estos quienes tomen el control. En lugar de nominar los concursantes lo harán ellos. Va más allá que nunca. Esto sería imposible en aquellas ediciones de este programa en otros países donde está terminantemente prohibido pactar las nominaciones. Incluso el simple hecho de hablar de ello en la casa. Si había ahí dentro planes de ‘nominator’ imagine el lector lo que han podido pactar los familiares desde que ayer se conocía la noticia. De inmediato veíamos en Twitter convocándose a charlar por mensajes privados para pactar las nominaciones.
Me temo que lo anunciado será rectificado al final de alguna manera, aunque puede ser peor el remedio que la enfermedad. Si ya parece poco justo dar la oportunidad de planificar de forma coordinada unas nominaciones con más de un día de antelación, si ahora nos sorprenden con que cada uno tiene unos puntos diferentes o cualquier otra solución que venga a evitar el supuesto pacto será todavía menos justa. Esto solo puede funcionar si no se avisa antes. Tampoco estoy seguro si noté mayor indignación ayer por eso o por otra de las sorpresas que nos depara la gala de esta noche.
Resulta que uno de los visitantes que podrán acceder esta noche a sus allegados dentro de la casa (no sin dificultad, según se nos avisa) podrá hacer noche junto a uno de los concursantes en el apartamento. No quiero ni pensar el río de información del exterior que esto puede suponer, aunque también he de decir que junto a las críticas por esto empezaron las apuestas sobre lo que podía ser mejor. Dos opciones tuvieron enseguida especial aceptación: que sea Lester quien pase la noche con Marta, o la persona especial con Aritz. Me dicen que es Biki con be alta (como se dice en muchos sitios). Yo prefiero hablar de la tipa del bombín. ¡Ta-chín!
También es muy demandado que vuelva al apartamento Maite, o bien que Emily se reencuentre con su hermana (y pareja en el circo) Nied. Y como era previsible, mucha gente reclama que sea Tibo, el primo de Vera. Según está formulado no queda claro si la persona que haga noche en el apartamento tenga que ser con el concursante de su entorno o con otro. En tal caso, se abre un mundo de combinaciones sabrosas. Por ejemplo, Tibo igual puede ayudar a que Sofía se olvide de Ricky y cambie el chip de los cavernícolas a favor de un hombre sensible y realmente atractivo. Imagine el lector cualquier combinación que se le antoje, y resérvela para sus mejores sueños, por si esta noche la realidad no es tan atractiva.
La decisión se deja en manos de la audiencia a través de la app. Me temo que vuelvan a aparecer las acusaciones de uso de bots. Si es cierto que Raquel fue repescada gracias a esa trampa, no estamos a salvo de que entre en la casa por tercera vez, aunque esta vez no se podría reencontrar con Suso. Qué pena (léase con la entonación única e intrasferible que le pone Ylenia, concursante de GH VIP 2015). Apuesto a que será la persona de fuera de Aritz quien se quede, entre otras cosas porque esa es la única trama potente que queda a estas alturas. Aunque esto depende de que Biki esté dispuesta a ello. No haré más comentario al respecto porque vivo con miedo de decir algo sobre Aritz y que me asalten sus talifanes, impulsivos como perros sabuesos, incansables defensores de la nada o de todo lo contrario.
Nominaciones desde la guarida
Nomino un jueves más, y lo hago sin necesidad de ‘nominator’.
Nomino a Ricky porque ya está bien la broma. Fuera le esperan con los brazos abiertos (y sin nombres escritos) todos aquellos dispuestos a cambiar Gran Hermano por otro formato que en nada se lo parece. ‘Churrasca’ está a la espera de una conversación pendiente.
Nomino a Carlos porque es una carreta vacía y cada vez más ruidosa. Porque me cansa su queja continua y debe terminar de reventar fuera, como corresponde.
Y nomino a Aritz porque… a ver… por ser tan justo y tan benéfico… y ese buen gusto musical que tiene. ¡Janis Joplin forever!... Aritz txapeldun.
Moleskine del gato
Hoy tenemos una fiesta, como siempre de la mano de Mercedes Milá. Aparte de todo lo anunciado, visitará la casa Raquel Sánchez Silva para llevar la inmunidad, salvación o lo que toque. También estarán Cali y el Dandee, que si hacen un acústico como el de ‘Yo te esperaré’ en GH 12+1 lo vamos a disfrutar. Pero claro, entonces tuvieron de espectadores a Martita, María la jerezana, el gran Pepe Flores... Me voy a dejar arrastrar por la nostalgia. Mejor pienso en otra cosa.
Por ejemplo, puedo pensar que esta noche dejará la casa Marina, Han o Marta. Lo tengo más claro que nunca. Han todavía no ha dicho la última palabra. Marta es la alegría de esa casa. Sintiéndolo mucho, Marina debe coger el canastillo de Juanito y poner fin a su estancia en la casa. He escuchado alguna vez contar a Mercedes el truco de poner un poquito de sal bajo la lengua para que no se seque la boca al hablar en público. Ya sabemos que el truco de Marina es poner la sal en otro sitio. ¡Que rule la sal!