Un chupito envenenado de amor

telecinco.es 22/01/2010 08:30

El último expulsado de esta edición fue Gerardo, como ya podíamos prever. Nuestra encuesta se volvió a aproximar mucho, aún cuando se quedó corta esta vez. Al 81 por ciento que marcaba esta le faltaban unos puntos hasta llegar al 85'3 definitivo. No es extraño que se aproximara tanto la encuesta puesto que batió todos los récords de votaciones, con casi 120 mil. Es aproximadamente el doble de los votos recibidos para la encuesta de la final del pasado año.

Gerardo ha sido uno de los semifinalistas más votados para la expulsión en la historia de nuestro Gran Hermano. Esta edición empezó como la de los récords, con concursantes que lograban porcentajes por encima del 90 por ciento, y así parece querer terminar. Esto demuestra algo dicho por este gato días atrás y que no ha sabido o querido entenderse por algunos. De los cuatro últimos concursantes al menos uno ya sabemos que no contaba con el favor del público, habiendo recibido la más alta votación para ponerle de patitas en la calle a unos días de la final. Se trata, por tanto, del semifinalista más impopular y menos querido.

El año pasado, Liz sacaba un 51'9% de votos. En la séptima edición, Dayron salía con un 66%. La sexta vio marchar a Diana con un 75'9%. En la quinta fue Ainhoa quien fue expulsada con tan solo el 38'4%. La cuarta semifinal puso a Nacho fuera de la casa con un 56'35%. En la tercera, Estrada salió con un 60%. La segunda vio marchar a Ángel con un 47'5%. Y Koldo (que ayer estaba en plató), en la primera edición, salió con un exiguo 32'23%. Falta en la lista la octava edición porque la semifinal, un día antes de la final, se jugó entre cuatro, siendo expulsado el menos votado, por lo que Pulpillo no tuvo votos para ser expulsado sino para ganar el concurso, lo cual no es comparable. Y, como no, tampoco he incluido la única semifinalista que supera a Gerardo en porcentaje de votos para su expulsión, que evidentemente es Ángela con un 92'69%, nada más y nada menos. En conclusión, Gerardo se aproximó anoche peligrosamente al histórico porcentaje récord mundial de Ángela, quedando a poco más de cuatro puntos del noventa por ciento de votos, lo cual demuestra la escasísima popularidad de la que había yo hablado.

Me gustó mucho una aclaración hecha anoche por Mercedes Milá, vestida con uno de mis colores preferidos, ese que a su vez da nombre a un cítrico, o sea, de naranja. Desde el principio de esta edición vengo repitiendo que según alguna información en poder de este gato, combinada con mi propio pálpito, este año se han producido volúmenes de votaciones similares a otras ediciones. No he tenido el crédito suficiente para quienes cuestionaron este extremo, presuponiendo que la crisis económica haría descender el gasto de la audiencia votante de Gran Hermano. Siempre me pareció un argumento endeble y alejado de la realidad sociológica de este país. Está claro que cuando la situación de la economía no es muy halagüeña lo primero que se suprimen son aquellos planes de gasto que comprometan la economía personal o familiar. La gente deja de comprarse coches o sencillamente aplaza la compra de una segunda vivienda, por poner dos ejemplos. Por el contrario, los gastos corrientes relacionados con el ocio y el entretenimiento suben. ¿Por qué? Habría de preguntarse a los sociólogos estudiosos de la influencia de la economía en la comunidad.

El caso es que con un poco de psicología, aunque sea de esa de bar, también llamada del taxista, es fácil adivinar que se ha estado votando tanto o más que años anteriores. Según Milá, esta semifinal ha recibido una cantidad de votos apabullante, lo cual abona mi teoría. También me alegró la expulsión de Gerardo con tan amplio porcentaje para acallar esas absurdas teorías sobre la posibilidad de que una fortuna familiar sea invertida en hacer ganador a un concursante. Como dije días atrás, en cuanto el número de votos es un poco grueso no resulta rentable bajo ningún concepto dicha inversión, por exitosa que resulte. La teoría de un hombre un voto, expresada por el viudín la pasada edición, ignora que con la cantidad de votos habitual no hay humano ni cristiano capaz de bastardear una votación. Que se vayan enterando los amigos de las conspiranoias y todos aquellos que no creyeron tampoco en esto al humilde gato que firma las presentes líneas (suyo afectísimo y tal y tal).

En lo que no coincidí anoche con Mercedes es en la comparación de Tatiana con Brigitte Bardot. Yo la vi más bien al estilo Pamela Anderson, y no precisamente la de sus primeros tiempos. Salvando distancias y tamaños, por supuesto. Tampoco coincido en creer el romance de Gerardo con Saray, a pesar de que me parezca poco educado el trato otorgado a ambos por un Ángel poco respetuoso con quien le expresaba su verdad. Por muy extraño que a uno le parezca, no se puede ir por vida poniendo en duda los supuestos sentimientos de tus amigos, a no ser que uno opte por perderlos y convertir la amistad en un enfrentamiento con todas las de la ley. Por eso me parece que Ángel se ha marginado esta semana, mascando una soledad que ahora ya no le es útil, por lo cual le veremos de buen rollo infinito con Saray y su ferrolana madre (esto parece un insulto pero juro que tengo cariño por Ferrol, cuyo Parador Nacional conozco bien por razones que no vienen al caso).

La salida de Gerardo garantiza una final no tan a lo Tod Browning y su 'Parada de los monstruos' ('Freaks' es el título original del filme). Ahora la cosa se pone más 'Hair', con su 'Good Morning sunshine' (para Ángel más bien 'Little Miss Sunshine'), su 'Aquarius' (no es la bebida isotónica) y aquellos lemas nacidos en Berkeley que pedían a la peña que quemara sus cartillas militares (a ellos) o sus sujetadores (a ellas). El caso era quemar algo. Aunque bien mirado, y dado que Ángel casi se rompe la crisma contra el suelo vidriado de la sala de expulsiones, no faltarán 'freaks' en la final. No sé quien gana en ese aspecto, si Gerardo y sus "sí, sí, sí, España, gracias España", o un Ángel que parecía víctima de una angina de pecho. O algo.

Hay que reconocerle el mérito al zen de la 'fragoneta'. Logra que el momento en que recibe la noticia de la expulsión de su ex amigo Gerardo sea único y recordable, lo cual no es nada fácil en este programa tras once ediciones casi completas. El pasmo de este concursante al que no sujetaban las piernas pocos minutos después, por lo cual tuvo que sentarse en un sillón del jardín, viene a colocarse en el 'Top 10' de 'frikadas' en Gran Hermano, junto a la "pierna encima, para que no levante cabeza" y similares. Otro día hacemos la lista. Pero el mayor mérito no es ese, sino que lograse convertir el momento de la expulsión en el de su paso a la final. Tanto es así que pudimos ver a Gerardo consolando a Ángel, cuando igual debía haber sido al revés.

Gerardo estuvo en la entrevista igual que le vimos durante sus cuatro meses en la casa de Guadalix. Pasota, convirtiendo cualquier conversación en circunloquios torpes y desordenados, exagerado y hasta un pelín ridículo. A mí que me perdonen, pero puedo llegar a decir que me creo su amor por Saray si eso les hace felices, pero de ahí a tragar que este tío hable ya de tener un niño hay un trecho. Me parece que por ahí no paso. Sé de gente muy previsora, de hecho he conocido alguna persona que lo era mucho más de lo que podríamos considerar sano. No sé si he contado en alguna ocasión el caso de la novia de un amigo, con la cual convivía, que dejó de serlo cuando bajo el listín telefónico descubrió un bloc de notas de ella en el cual llegaba a señalar las cosas que debían advertir al director del colegio de sus hijos. Hasta aquí todo bien, solo que debo añadir el dato de que aún no habían tenido descendencia ni lo habían planeado. Un poco pronto dado que llevaban tan solo unos meses viviendo juntos. Que el ex apoderado le hable a su supuesto ligue de tener hijos, aún más teniendo en cuenta que ella tiene apenas 27 años, es como para que la pobre huya corriendo despavorida.

Por otra parte, el enfrentamiento continuo de Gerardo con sus compañeros en la casa me aburrió sobremanera. No diré que el momento Tatiana como presentadora de Gran Hermano fue espectacular, aunque tuvo su gracia. Pero no lo tenía fácil este concursante dado que ni siquiera Carolina, una veleta increíble que se arrima al sol que más calienta siempre, le dio su apoyo en lo de Saray. Los insultos de Arturo sobraron y me hubiera gustado ver a Gerardo explicándose más que en esa permanente confrontación con todos los concursantes expulsados con anterioridad. Aunque también es cierto que esperar explicaciones de un tipo como este no deja de ser una utopía inocente. Ni siquiera reconoció cosas evidentes, demostrando un rostro más duro que el hormigón armado.

Todos le escuchamos contar a Hans en el grupo de las chicas, en una charla con Indhira, ya en la casa nueva. También le cambió el género en alguna conversación con Carolina, precisamente. Anoche, esta concursante negaba lo dicho por Hans, lo cual es una nueva muestra de su falsedad sin límites y de su mala intención. Solo ver la cara de asco de esta concursante me desagrada tanto como algunos de los pasajes que recuerdo de ella en la casa. Perdió muchos puntos Gerardo al no reconocer este tema y afirmar que desconocía la transexualidad de Hans. El hecho de que no mostrase sorpresa alguna anoche es muy significativo, aparte de las evidencias que ya teníamos. Mucho me temo que este vendedor de orgasmos de cuarta (de cuarta como vendedor, los orgasmos no sé si lo serán ni tampoco me importa) se está frotando las manos a estas horas pensando en la cantidad de enfrentamientos que ha logrado procurarse, y los platós que esto le va a garantizar. Aunque para este gato se trata de un concursante prescindible, que no me gustó desde el principio. Entró ya con mal pie porque yo le conocía al haberle visto en otro programa del prime time de la misma cadena.

Tras la gala, Ángel seguía criticando a Gerardo, a pesar del exquisito comportamiento que este tuvo con él tanto en la sala de expulsiones como durante su despedida. Esto es, en definitiva, lo mejor que ha hecho el concursante expulsado anoche. Saray lloraba ante la incapacidad del falso buenrrollista para pasar página. Me lo pareció durante la despedida puesto que apenas puso cara de nada respondiendo "vale, tío", como una especie de "ya será, ya será, ya será". Conociéndole, he de suponer que pasará la semana intentando abducir a Saray, y probablemente conseguirá llevarla a su terreno con un poco de esfuerzo.

Así las cosas, veo a Ángel como seguro ganador de esta edición, por lo cual tengo la tentación de felicitar a sus seguidores anticipadamente. Ahora bien, no dejaré de apoyar mi romántica y extravagante causa de la defensa de Pilarita. Por el triunfo de las extensiones, por una ganadora adulta y madre, por la estridencia de la nueva era, por la virgen Santiña, porque ha logrado colocar a la niña con uno de Majadahonda. Por estas y muchas razones más, haz ganadora a Pilar. Como decía una genial viñeta de Mingote: "Vote a Gundisalvo, ¿a usted qué más le da?", sustituyendo ese extraño nombre por el de la virgen que tiene basílica en Zaragoza, patrona de las fiestas de mi barrio. ¡Viva la Pilarica!

A pesar de lo dicho, cierro esta anotación de hoy con algo que no me gustó un pelo de Pilar (no un pelo suyo, ni siquiera una extensión, quiero decir que no me gustó nada). Escuché a la ferrolana madre contar esta semana el fragmento de una conversación con Ángel que hasta anoche no había podido ver. Lo pusieron en la gala y me parece que la interpretación de Pilarita es absolutamente torpe y malintencionada. El madrileño le dice lo guapa que está esa mañana y ella contesta: "Eso será que me miras con buenos ojos". La respuesta de él es: "No, no precisamente". Esto es interpretado por Pilar como que le estaba diciendo crudamente que no le tenía precisamente cariño, pero está claro que la intención de Ángel era otra bien distinta. No tengo el menor resquicio de duda de que este concursante hacía una broma con su propio defecto físico, un cierto estrabismo que me costó apreciar hasta que alguien matizó un comentario mío sobre su singular mirada. Insisto en que me parece muy torpe por parte de Pilarita que no fuera capaz de apreciar el sentido del humor y el escaso pudor para reírse de sí mismo de su compañero, algo siempre saludable.

Buen fin de semana, último de este Gran Hermano que acaba el próximo miércoles noche.

[El próximo lunes, a las 12.30, Arturo se enfrenta a un nuevo encuentro digital para el que ya puedes dejar tus preguntas. Recuerdo también que puedes seguir participando en el Test de Gran Hermano, donde tienes oportunidad de probar tu nivel de conocimientos sobre la historia del programa]