Clara y Fer amenazan con volver a la cocina

telecinco.es 12/10/2016 10:10

Perder la cocina es perder poder. Esto deben pensar Clara y Fer después del golpe de efecto consistente en abandonar la cocina sin aviso previo. Después de dos días sin ellos en la cocina, habiéndose puesto al mando Miguel, sin grandes conocimientos como chef, se están empezando a dar cuenta de que no eran tan imprescindibles como pensaban. Su plan es ahora volver cuanto antes, especialmente ahora que no han superado la prueba y habrá más dificultad para hacer dos menús diarios. Clara dice que en su fuero interno les van a echar de menos. Ella piensa que ha dado “una lección de vida” dejando la cocina. Creo que temen haber perdido el mando del poder. Mientras tanto, anoche Bárbara se ofrecía a ayudar a Miguel, que ha estado asistido por Rebeca. El nuevo cocinero reclama alguien a su lado con un poco de conocimiento, lo cual no tiene ahora.

Será interesante la lucha por ver quién se queda con la cocina. Es una lástima que llevemos varias ediciones en las que no existe la regla de rotar las labores del hogar. Eso evita que nadie se amarre a la cocina considerando que es terreno propio, inviolable por el resto. Basta con obligar a los habitantes de la casa a una simple rotación: no se puede realizar la misma labor dos semanas consecutivas. De esta forma, como mínimo se consigue que los autoproclamados cocineros oficiales solo puedan realizar esa labor una semana sí y otra no.

La mecánica de este año, que no entusiasma a casi nadie, facilita las cosas a la hora de elegir quién se hace cargo de la cocina. La compra se realiza por los habitantes de El Club, por tanto, parece lógico que uno de ellos cocine. Como es labor de dos, el otro podría ser un compañero que no tiene tal privilegio. Conviene que quien hace la compra se responsabilice de administrar lo comprado. Esta semana Fer prometió haber hecho compra para el caso de que no superasen la prueba semanal. Hacer compra para dos semanas era justificación para dejar la despensa sin caprichos personales. Una compra austera que garantizase lo básico, sin crema de cacao, bollería, ni mermelada tan siquiera. Es una idea más que válida.

Sucede que la compra para dos semanas (tres incluso, llegó a decir Fer) está empezando a evidenciar fallos importantes. Por ejemplo, la leche se ha acabado cuando ni siquiera ha pasado una semana. ¿Cómo es posible? ¿Ni siquiera eso fue considerado por Fer como alimento básico? Presumir de haber hecho una compra mucho mejor que la semana anterior tiene estos inconvenientes. Luego la realidad golpea al presumido. Dos semanas antes la compra la hizo Bárbara. No cuento a Pol en ningún caso porque aquella vez no sabía lo que habían comprado nada más salir de hacerla, y le vimos durmiendo plácidamente mientras Fer ejecutaba su venganza de compra.

Durante las dos semanas que duró la compra de Bárbara tuvieron comida. Y eso a pesar de los atracones nocturnos en los que ella misma participó. No ha sido buena la primera compra, pero tampoco la segunda. Y no lo digo yo solo, sino que lo ha reconocido Clara, compinche de Fer en los fogones, para quien las dos compras han sido una mierda.

Nunca han comido peor que esta semana. Mismos menús que las anteriores: pasta, arroz y legumbres. Con la diferencia de que ahora han llegado a hacer cenas con las sobras de comidas anteriores. No es que esté mal aprovechar las sobras para no tirar comida, pero no he visto atractivo ninguno en los platos desde que Fer hizo la compra. Por el contrario, ahora ni siquiera tienen leche. A eso también ha contribuido Montse. Sin encomendarse a Dios ni al diablo, esta concursante escondió una botella de leche. Es una de las reglas básicas del mal concursante, punto importante entre lo que no deben hacer. No escondas comida, está mal visto y no vale para nada. El pretendido favor a la comunidad no es nunca asumido como tal. Nadie le pidió a Montse socorro. Mezquindades como esta pueden poner a esta concursante en la calle mañana.

Nada justifica que Clara y Fer vuelvan a la cocina en un breve periodo de tiempo. Los años de trabajo en hostelería de Clara apenas se han notado. Cocinar macarrones para doce no hace necesario tener grandes conocimientos culinarios. En cuanto a Fer, diría que es un auténtico peligro en los fogones. Dispuesto a hacer una mayonesa igual gasta dos litros y medio de aceite del bueno y ocho huevos, o tiene la ocurrencia de utilizar el aceite de la freidora, lo cual casi me saca una arcada cada vez que lo pienso. Por el bien común Montse no debería esconder aquello que es de todos, mejor haría en apoyar la moción de que la labor en la cocina sea rotatoria. Clara y Fer llevan ya un mes al mando, es momento de que dejen paso a otros.

La realidad suele ser poco agradecida y se me vislumbra que varios compañeros complacerán a los cocineros de estas cuatro primeras semanas pidiéndoles su vuelta. Es lo que ellos pretendían, regresar a la cocina como salvadores. Me atrevo a decir que se han alegrado de no superar la prueba, pensando que eso puede facilitar su rehabilitación como cocineros. La lucha está servida. Anoche Miguel coincidía con Bárbara, Adara y Pol en que Fer puede ser uno de los nominados de esta semana. Si eso es así puede que no gane la batalla por el puesto de cocinero. “Yo aquí tengo un puesto”, decía Fer el otro día. Bastante revelador que tenga esa idea. En cualquier caso, deberían evitar que el cargo se convierta en vitalicio.

Si pensamos como un jefe de personal, no parece que los cocineros oficiales pasen por su mejor momento para compartir espacio en la cocina. Clara sigue sin asumir que Fer no quiere carpeta con ella. Esta madrugada tuvieron una conversación en la cual se evidenció lo mucho que le cuesta a Clara aceptar la realidad. “Estás dando a entender que soy yo la loca que ve cosas donde no las hay”, decía Clara, lo cual venía a confirmar Fer: “Más o menos”. Después le rogaba a Meri y Montse que no se lo contasen a Adara porque le puede hacer mucho daño con este tema. Lo que teme Clara es que la puedan poner en evidencia después de que ella llamase “celosa compulsiva” a Adara, además de “enferma de la cabeza”, “posesiva”, “insegura” y “loca”.

En su desesperación por tener carpeta y llamar la atención, Clara sigue empeñada en pedir hora sin cámaras con Montse. A saber para qué. Anoche volvió a repetir la propuesta, lo cual da idea de la necesidad de protagonismo que tiene y la falta de escrúpulos para conseguirlo. No parece creíble lo que sugiere sobre que ella y Fer hayan tenido algo bajo el edredón. Sobre todo, cuando Fer pide que le diga si él le ha dado algo a entender. Ahí Clara lo tiene en bandeja. Ni siquiera hace falta que vaya más allá de lo que ha dicho a espaldas de Fer. Cuando calla otorga, y evidencia su mentira. Clara es una concursante tóxica que no parece dispuesta a parar hasta lograr sus objetivos. Aunque más cerca veo que consiga las simpatías de la audiencia hacia Fer, lo cual no parecía fácil.

A Fer no le gusta el tono, la actitud desafiante de Clara. Su amargura continua no agrada ni al que hasta ahora ha sido su más afín en la casa. Es una actitud que revela inmadurez. La pose desafiante y ciertas reacciones excesivamente enérgicas es lo que ha provocado las quejas de Adara. Clara se equivoca argumentando que nunca le ha llamado la atención el ‘súper’, negando haber acorralado a Adara. Lo cierto es que esa noche ella misma reconoció que el ‘súper’ no le había permitido abandonar el ‘confe’ hasta que se encontrase totalmente calmada. Cada uno juzgará lo que considera de las enérgicas reacciones de Clara. No las voy a calificar.

Sí puedo afirmar que es completamente cierto el acorralamiento del que se queja Adara. Clara acorraló a Adara, se acercó a ella tanto que hasta hubo contacto físico, intentó cerrarle el paso, acorralándola contra la pared. Esto es tan cierto y preciso como revelan las propias imágenes. Ponerlo en duda es inútil, no se trata de una opinión personal ni se presta a interpretación. Y esa actitud es no solo criticable sino que, en mi opinión, hubiera merecido una amonestación. Entre las cosas intolerables de Clara están sus dañinas palabras poniendo en duda aspectos de la vida personal de Bárbara o Alain, así como que en medio de una discusión se pegue físicamente a su oponente y le impida el paso. Esto sucedió. Las imágenes no mienten.

Anoche hubo contraalegatos y comenzó la semana de la audiencia. Tenemos en nuestras manos parte de un poder que ya hemos empezado a ejercer. Elegimos que Clara hiciera el contraalegato a Adara, Fer a Bárbara y Adara a Montse. También mandamos al apartamento hasta el jueves a Bea y Rodri. Ese día serán relevados por otras parejas, siempre a elección de la audiencia. La decisión que se antoja más importante es si deben continuar los actuales miembros de El Club o hay que sustituirlos a todos. Veremos cómo se sustancia esta consulta.

El contraalegato de Fer tuvo la oportuna respuesta de Bárbara, que se crece en este tipo de situaciones. Ya durante el día tuvo palabras dignas de permanecer en los anaqueles del programa. En pleno prime time televisivo, Bárbara se viene arriba y anoche su verborrea mereció un sombrerazo por parte de este gato con tocado (nada que ver con cierto concursante que también hacía uso del sombrero). “Esta persona lo que tiene es una pataleta (taconazo) porque esta semana los de El Club le han nombrado el peor, con todas las letras, en la convivencia”, decía Bárbara al comenzar su discurso. Antes había pedido que no le interrumpieran, cosa que ella había evitado hacer. Los tertulianos crean escuela y hasta los concursantes de Gran Hermano repiten algunos de sus tics.

Y seguía Bárbara: “Este señor piensa que esto es una competición entre él y el resto de la casa. A ver quién es el mejor, el más guapo, el que mejor cocina. Esto no es misterchef, ni superchef (…) Se llena la boca de que cocina bien cuando nos tenemos que comer lo que cocina sin camiseta, con el pelo aceitoso, así, ‘asá’ (hace gesto de tocarse el pelo para un lado y otro, imitando a Fer), sin lavarse las manos, tocándose los pies, sacándose las pelotillas en la comida entre los dedos de los pies (…) No tiene más maldad en su interior porque no es más grande”. El revolcón que le dio no es pequeño. De repente… me sorprendí aplaudiendo a Bárbara.

Y es que Bárbara es una auténtica fábrica de frases ingeniosas. Ayer me reí cuando le preguntaba Adara sobre lo que iba a hacer y su respuesta fue: “No sé si ponerme aceite con pan o pan con aceite”. Durante una de las ya habituales discusiones a la hora del almuerzo, Clara pedía que no gritase y su respuesta fue: “Estamos en Gran Hermano, si quieres silencio vete a una biblioteca”. Me dicen que en las bibliotecas ya no hay el silencio impuesto en otras épocas, lo cual celebro alborozado. De todas formas, la frase vale igualmente.

Bea con Rodri en el apartamento era una de mis opciones, seguida de Adara con Rodri y Pol con Miguel. Esto último va a suceder, pero en El Club. Estos dos concursantes estarán solos en ese lugar exclusivo de la casa y vedado a los demás hasta mañana. No es mucho tiempo, pero en cualquier caso el mismo que estarán en el apartamento Bea y Rodri. No va a pasar nada entre ellos dos, aunque dudo si Bea aguantará la presión de Rodri pasando todo el día juntos y aislados del resto. Anoche comenzó a presionar para que le dijera por qué está rara estos últimos días. Rodri no es tonto, tiene dos carreras y maneja cuatro idiomas. Aunque nada de eso es necesario para darse cuenta de que Bea se está resistiendo a declararse. Hace bien en presionar para que finalmente lo haga. Sospecho que espera ese momento para dejarle las cosas completamente claras. Creo que hace bien. Solo deseo que Bea tenga un momento de debilidad, ya sea tomando alcohol en tazas (como el finde pasado) o sin necesidad de ello.

Moleskine del gato

Creo que para ser un día festivo ya está bien. Solo dos apuntes de lo visto ayer. El porcentaje de la nominada con más votos ha bajado sensiblemente desde el domingo. Anoche los porcentajes ciegos estaban así: 77 %, 16 % y 7 %.

Y aunque perdieron la prueba tuvieron la recompensa para el equipo que hubiera hecho más kilómetros. Fue el equipo fresa y pudieron disfrutar de una fondue de chocolate con frutas. Los agraciados fueron Fer, Miguel, Bea, Rodrigo y Clara. Triste que no se valorase el esfuerzo personal sino por equipos, porque igual que Bea no lo merecía debería haber sido recompensado Alain.

Buen día de fiesta a todos.