Alba: concursante a tiempo parcial

telecinco.es 11/12/2019 09:30

Antes del daguerrotipo de Alba voy con alguna cosa del día de ayer. En plena campaña, todo parecía indicar que podía quebrarse el buen rollo en la casa cuando tuvieron que entrevistarse entre ellas. Ese fue el momento de la traición del Koala en una edición donde todos se tomaron muy en serio la ocasión e hicieron preguntas duras, intentando poner en un compromiso a sus rivales. Apuntaba la cosa a que pasaría eso mismo, sobre todo porque a la tarde Alba y Noemí compartían algunas de las preguntas que tenían preparadas para Adara. Al final las hicieron, pero tan recubiertas de glucosa, rodeándolas de tanto algodón para suavizar el impacto, que apenas se notó la intención.

En general hubo mucho intercambio floral. También alguna pullita, ya digo que suavizada al extremo. Mila cree que la gente ha cambiado su opinión sobre ella, y aunque dijo no creer si para bien o para mal está claro que confía en que el cambio haya sido para bien. Dice que merece ganar menos que las demás, que no necesita el dinero porque ya no trabaja (no solo en GH VIP) por dinero. Sintió decepción con Antonio David al principio y luego con Joao. Lo más sorprendente es verla negar que algún compañero se acercase a ella por interés, como le preguntó Adara. Está clarísimo que sí. Respecto a sus compañeros de programa, teme que hayan sido duros con ella Gemma López y Lydia Lozano, incluso Laura Fa.

Después de que Mila se salvase de preguntas incómodas vino la primera que podía serlo un poco para Alba. Adara preguntó si ha sido injusta alguna vez con sus compañeras, lo cual negó con dudosa convicción, del mismo modo rechazó un posible superpoder por el que podría decidir que fuera finalista Estela a cambio de que dejasen de serlo Mila (autora de la pregunta) y Adara. Afirmó Alba que superó su gran crisis por su hijo, misma razón por la que quería irse, y no terminó de arrepentirse de haber dicho que debería haber evitado participar en el programa porque a veces no merece la pena sufrir tanto. Alba cree que no hubiera ganado a Adara en la sala de expulsiones y que ha aprovechado del todo la experiencia.

Adara dudo muchísimo al responder la pregunta de Alba sobre quién la ha defraudado más en el concurso (excluyendo a Hugo), aunque al final acertó a dar el nombre de Estela. Negó haberse acercado a Joao por tener a los enemigos cerca. Aunque las dos preguntas comprometidas (y las más interesantes) para esta concursante fueron de Noemí. Una sobre si quiso beneficiarse de la repercusión que podía tener fuera su relación con Gianmarco, a lo que respondió que todo lo contrario porque intentó en todo momento evitarlo, taparlo y cubrirlo. Luego se arrepintió de haber dicho “taparlo”. La otra estaba así formulada: “¿Pensabas que Hugo era competencia cuando veías que él se salvaba y decidiste desenmascararle mientras el resto del tiempo hacías la vista gorda ante los ataques a los demás?”. No a todo, claro.

Noemí recomendó a futuros concursantes que se lleven muchos pijamas y ellas mucha máscara de pestañas, que se les acaba enseguida. Reconoció que se bloqueó en muchas ocasiones, no tiene claro si prefiere ganar por el dinero o por pasar a la pequeña historia de Gran Hermano, no cambiaría nada de su concurso y fue Joao quien más daño le hizo cuando discutieron durante una gala. Además, Adara aprovechó para disculparse en forma de pregunta por haberla dicho que no brilla cuando la hace brillar ser buena persona. Más flores, más.

De entre todas las entrevistas hay dos cosas que me llamaron poderosamente la atención. Una es la teoría de Alba sobre que Joao pudo potenciar la relación de Adara con Gianmarco para para que no se acercase a Pol. Me parece demasiado rebuscado para ser cierto, pero está muy bien pensado y demuestra una vez más que Alba es de las que mejor sabe leer el concurso. Más que esto he pensado en alguna ocasión que a Joao le interesaba esa relación para estar más cerca de Gianmarco. También por su irreprimible espíritu de maruja, pero esa es otra historia.

Lo otro que me sorprendió es que fueran todas, sin excepción, tan pelotas con Mila y, a su vez, que esta lo promoviera preguntando casi siempre sobre ella misma. Seguramente lo sienten así y han descubierto una Mila diferente a la que esperaban, con un corazón enorme y todas esas cosas bonitas que le dijeron en su entrevista y en las de cada una de las demás. Pero no deja de parecerme curioso ver tanta lisonja y agasajo hacia una rival a pocos días de la final. Solo lo entendería si están realmente convencidas de que no va a llegar hasta el último día, pensando como piensan que mañana, si no hoy mismo, se marcha una de las finalistas.

Lo otro importante del día fue que vieron los vídeos de presentación. Primero los de ellas y luego el resto, empezando por Gianmarco. Dado que en el de Adara aparecía Hugo Sierra no pudieron evitar comparar a ambos. Alba prefiere físicamente a Gianmarco. No sé si se puede decir en este caso de Adara que quien calla otorga. Es cuestión de gustos, en todo caso. Dando la nota, una vez más, Mila descontenta con el resultado del vídeo e incluso no queriendo verlo antes de que lo pusieran. No sé si el suyo es el mejor vídeo de todos, pero a mí me pareció el más sincero. Es Mila en estado puro.

Daguerrotipo de Alba

Alba convencida de que ha aprovechado del todo su concurso me dice que su idea sobre lo que debe ser Gran Hermano es muy distinta de la mía o bien no tiene todavía la suficiente perspectiva para haberse arrepentido de pasar medio concurso metida en la cama. A esto se le debe sumar toda es parte del principio en donde solo quería marcharse y despotricaba de forma permanente llegando a resultar hiriente y denigrante para el propio programa, así como sus responsables. Por fas o por nefas pienso que tiró por la borda la mitad de su concurso, por lo que la considero concursante a tiempo parcial.

Alba es consciente de que el programa salvó su concurso, y a su cabeza un Jorge Javier duro a la vez que condescendiente. El simple hecho de que no la abrieran la puerta de salida la enésima vez que dijo querer marcharse fue un favor inmenso que le hicieron. Eso después de haber escuchado como le decía al ‘súper’ que se metiese el micrófono por salva sea la parte (de su cuerpo) y acusaba a la productora de las tropelías que rondaban su mente. Creo que el motivo no estaba dentro de la casa sino fuera. La preocupación por su situación personal es compartida por todos los concursantes, pero en su caso los motivos eran mayores, o así lo apreciaba ella. Bien es cierto que pudo salir en una ocasión por un tema judicial, y ella misma contó que había tenido más contacto con el exterior del deseable. Pero le debió resultar insuficiente.

Todo esto que cuento hizo que su concurso fuera todavía más horrible, lo cual tuvo un punto de inflexión la noche que Jorge le dijo: “Lo que no puedes hacer es echar mierda sobre la gente que hace este programa”. Y también: “Si tú tienes un problema, si estás a disgusto en este programa, ten la vergüenza y la decencia por ti misma de coger la puerta, irte y pagar la penalización. Es lo mínimo que podrías hacer si tuvieras un poco de vergüenza y de dignidad”. Ni se marchó ni pidió perdón, al menos de manera pública, pero al día siguiente era otra concursante. Había obrado en ella el milagro y desde entonces vimos a la mejor Alba, muy diferente de lo que había sido su primera mitad del concurso.

El siguiente milagro fue que superase, justo después de la reprimenda del presentador, una nominación en la que se enfrentaba a Pol y Gianmarco. Y es que Alba ha tenido suerte y así terminó colándose en la final, lo cual agradezco extrañamente. O no tan extrañamente, porque debo reconocer que de no ser por ella esta recta final me hubiera resultado mucho más tediosa y carente de interés. Echando la mirada atrás, aunque sea tan solo hacia el último mes y medio, lo que más merece la pena se lo he escuchado a Alba. En medio de tanta mediocridad, ante la falta de recursos del resto, Alba fue un oasis de lucidez. No es Noemí quien más ha brillado, sino Alba.

No la hace merecedora del premio haber desaprovechado la mitad del concurso. Tampoco que haya pasado, incluso después de cambiar el chip, tanto tiempo tendida en la cama. Me creo sus problemas de migrañas, pero Gran Hermano solo se vive una vez y no se puede estar tan ausente. Tampoco ayuda que se haya mostrado clasista y excluyente en muchas ocasiones. Adara no era nadie por no haber mantenido romances con famosos y tener un negocio de cuidado de las uñas. Para ella parece que si no sales en la tele no eres nadie. Por eso presume, más allá de lo educado, de tener “su programa”. ¡Ni que fuera Belén Esteban! Mucho le falta para, cuando menos, ser tenida en cuenta como personaje televisivo.

Otro de sus fallos como concursante ha sido exigir adhesiones incondicionales. Lo vimos con Irene, la cual superó a duras penas una tormentosa relación con Alba, a la que nada parecía venirle bien. En las discusiones se muestra engreída y soberbia, aunque lo peor es que luego reprocha a sus afines que no la hayan defendido. Eso cuando no lo reclama en medio de la propia discusión, como si pretendiera sumar fuerzas y ganar más por la presión de una mayoría que por convencer con sus argumentos. Ha repetido esta exigencia de adhesión sin condiciones con varias de sus compañeras, con el increíble resultado de que ninguna la mandó a paseo.

Entiendo que hayan aceptado lo peor de Alba a cambio de disfrutar de lo mejor. Algo así me ha sucedido también como espectador. Lo compensa casi todo al verla como asesora del amor, dando buenos consejos a los demás, incluso a aquellos con quien no ha tenido una buena relación en el pasado. Igual que me pareció ver en Adara durante un tiempo, destaca su ausencia de rencor. Posiblemente sea esta una de las mejores cosas que tiene Alba. También que es rápida en las reacciones y tiene gran capacidad dialéctica. Se puede decir que maneja un número de palabras que posiblemente duplica al de algunos de sus compañeros de encierro en estos meses. Y eso se agradece mucho.

Lamento sinceramente que Alba haya tardado tanto en mostrar una actitud distinta. Y notablemente mejor. Su capacidad para reinventarse es admirable, pero insuficiente para terminar de tachar el recuerdo de la primera mitad de su concurso. Me pasa algo parecido con Mila y con Alba. Las dos han enmendado en buena medida un comienzo horrible, pero no me parece suficiente para verlas merecedoras del premio. Ahora bien, si debo elegir por eliminación, creo que es Alba a quienes menos asco hago como portadora del maletín. Cuando estuvo bien, ella fue mucho más Gran Hermano que la mayoría. Sin necesidad de buscar carpeta ni de reclamar un protagonismo excesivo. Se bebió el concurso a tragos cortos e intensos. Eso sí, siempre a tiempo parcial.

Moleskine del gato

Esta noche en el Límite veremos ajustar cuentas pendientes entre las finalistas y los exconcursantes. También subirán los jefes de campaña y entre todos los que vuelvan a visitar la casa tendremos que elegir quien se queda a dormir. Hay gran convicción de que va a ser Gianmarco, aunque muchos búhos pretenden que sea Hugo Castejón.