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El Gato encerrado

Daguerrotipo de Melyssa

Analizar ‘realities’ es para el gato tan satisfactorio como formar parte de ellos para sus concursantes. El placer de ver frente al de ser visto.

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El último daguerrotipo de la semana es el de Melyssa. Pero antes no dejaré escapar la oportunidad de cumplir la tradición de decir que hoy es el día. Esta noche será la segunda y definitiva final. Primero sabremos si continúa en el juego Lola u Olga y entonces la cosa quedará entre los tres últimos finalistas. Esta noche termina una aventura llena de ilusión, esfuerzo y privaciones. Una historia de superación a la que nunca le pondremos épica suficiente, porque si algo le viene bien a Supervivientes es la épica.

En la historia del programa desde su vuelta a este canal han ganado seis mujeres (Carmen Russo, Miriam Sánchez, Maite Zúñiga, María José Fernández, Rosa Benito, Sofía Suescun) y nueve hombres (Nilo Manrique, Abraham García, Christopher Mateo, Jorge Díaz, José Luis Losa, Omar Montes y Jorge Pérez). Esta vez llegan a la segunda final tres mujeres y un hombre. Estadísticamente hay más posibilidades de que se iguale el palmarés con siete mujeres ganadoras, pero eso depende solamente de nosotros.

Melyssa: equilibrio sin frialdad

Melyssa Pinto es tan perfecta que ni siquiera da rabia por ello. Sus formas son pausadas y de extrema delicadeza, lo cual no le impide decir lo que piensa sin ocultarse. A su favor tenía desde un principio una teórica fragilidad que sorprende siempre cuando se demuestra capaz de superar en fortaleza y resistencia a muchos otros concursantes. En las primeras semanas temí que no fuera a ser así, pero tardó poco en arrancar de su mente el velo que le hacía no pensar en otra cosa que en volver a su normalidad, dejar de vivir esa experiencia aparentemente infernal. Cada concursante requiere un tiempo distinto de adaptación y el de Melyssa fue más largo que el de otros. Por suerte, una vez vencida esa resistencia, se convirtió en un titán indestructible.

Me sorprendió de esta concursante su capacidad para afrontar las dificultades y salir de ellas con la aparente facilidad de las bailarinas. Melyssa tiene mucho de bailarina que tras una apariencia de fragilidad es capaz de bailar con delicadeza y sin perder nunca el paso aunque sus pies estén sangrando por el esfuerzo de sostenerse por sus puntas. Así la vi cuando la exnovia de Tom va de visita y primero se encuentra con Melyssa para que se encargue de comunicar a su compañero la decisión de romper la relación. Primero con Sandra y luego con Tom, Melyssa supo salir de la situación con nota. Delicada y sin perder el paso, como una bailarina. Sin ocultar nada, pero poniendo gran sensibilidad en todo momento. Una vez más estuvo perfecta, no se puede decir otra cosa. La combinación de delicadeza y aparente poco esfuerzo puede hacerla pasar por una persona fría, pero me parece que es todo lo contrario. Su equilibrio no viene de la falta de emociones, sino de una sobrecarga bien gestionada.

Hacer que lo difícil parezca fácil es fascinante, aunque tiene el riesgo de que los demás se acostumbren y dejen de apreciarlo. Porque, aunque no lo parezca, tras la sonrisa de la bailarina sigue habiendo drama en la punta de sus pies. Melyssa acierta siempre con sus consejos a otros compañeros, mostrando una madurez y lucidez extraordinarias. Pensar que esto es así sencillamente porque responde a su naturaleza le resta mérito y es una tremenda injusticia. Estar acertado y ser maduro o lúcido no viene dado. Son cosas que deben ser trabajadas con esmero, lo cual cuesta más de lo que parece. Esto sería como pensar que ser buena persona es don de la naturaleza. Bueno, la naturaleza contará lo suyo, pero uno también tiene que poner de su parte.

No me hubiera hecho falta más después de ver la tranquilidad y generosidad con la que Melyssa afrontó los intentos de separarla de Tom por parte de Marta López, convenientemente acompañada por Olga Moreno. El objetivo parecía ser enfrentarlos y evitar que hubiera buena relación entre ellos. A saber por qué pretendían eso, pero Melyssa no se dejó influir y les demostró que habían dado con un hueso duro de roer. Entonces defendió lo suyo sin aspavientos, pero con firmeza. Manteniendo siempre las buenas formas y la educación. Y mostrando posteriormente suficiente generosidad como para convertirse en buena amiga de Olga, a pesar de haber participado de aquella extraña maniobra.

La paciencia de Melyssa también tiene un límite y ese fue traspasado por Olga cuando le robo la mitad de su crema de cacao cuando a ella todavía le quedaba del suyo. Hasta ahí llegaban semanas de comunión con Olga y Lara, una asociación que les llegó a dar buenos réditos en las nominaciones. Olga había cruzado todas las líneas rojas, no solo al quitarle lo que era suyo, sino poniendo cara de don Tancredo cuando su amiga se quejaba del robo e invitaba a quien hubiera sido su autor a confesar la fechoría. La confianza en su amiga se quebró en ese momento y nada ha vuelto a ser como antes, aunque recuperasen la cordialidad en la relación. Una relación que poco benefició a Melyssa. Ojalá no hubiera estado desterrada Lola porque me parece que con ella hubiera brillado mucho más. Ahí demostró cierta inocencia, lo cual a veces juega a favor y otras en contra.

Cada vez que Melyssa tuvo delante a Tom pidiendo árnica y disculpándose por sus actitudes del pasado supo tener la mejor respuesta posible. Por un lado se mostraba cariñosa y comprensiva, mientras que por el otro no desaprovechaba la ocasión de dejarle claro que no hay marcha atrás. La ruptura le ha descubierto que hay una vida mejor y es con otra persona. Dicho así podría dañar seriamente la sensibilidad de su interlocutor, pero Melyssa sabe como decir las cosas. Su voz dulce y serena actitud son un bálsamo que tranquiliza a cualquiera. Ojalá tuviéramos todos la capacidad para mantener ese temple, aunque puestos a escoger me quedaría con su envidiable madurez.

Todo son elogios para Melyssa, pero habrá quien me diga que este es un concurso de supervivencia y sobre eso no he dicho todavía nada. Melyssa ha sido líder tres veces y otras tantas se enfrentó con gallardía a pruebas tan duras y definitivas como la noria salvaje. Ante otros rivales hubiera ganado seguro, lo cual le hubiera hecho colgarse ese collar en más ocasiones. Solo Olga y Gianmarco, ambos igualmente finalistas, fueron líderes el mismo número de veces. Desde el principio pensé que si a su evidente inteligencia le acompañaba capacidad de resistencia y una buena forma física podía convertirse en la más grata sorpresa de la edición. Pues bien, lo hemos podido confirmar.

Cierto que ha pescado poco y apenas hizo fuego. Pero no todos tienen que hacer las mismas cosas, aunque sea un buen detalle intentarlo cuando menos. Que haya llegado hasta el final manteniendo siempre una sonrisa y con fuerza para ganar la última prueba de líder da buena cuenta de que ha sido una buena superviviente. No creo que en ese aspecto destaque mucho más ninguno de los otros finalistas. Melyssa no decepcionó nunca. Su madre, defensora en plató, fue un buen apoyo, convirtiéndose en perfecta cómplice de Jorge Javier Vázquez. La combinación de fragilidad, fortaleza e inteligencia la convierte casi en indestructible, como si fuera un héroe de Marvel. Pocas veces he visto una persona tan completa en este concurso. Por todo ello, nadie merece más que Melyssa hacerse con el triunfo final. Tanto como ella puede ser, pero no más.

Moleskine del gato

Excepcionalmente os emplazo hasta mañana sábado. No esperaré más para comentar la finalísima.

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