Desmontan la cabaña para tener leña

telecinco.es 06/05/2021 08:00

A grandes males, grandes remedios. Los supervivientes no tienen más leña y en cayo Paloma no es un bien abundante. Ya en una ocasión les ofreció el pirata Morgan elegir entre una pizza para tres o llevar de otra isla toda la leña que lograsen subir a la barca en media hora. Obviamente, leña previamente colocada con cuidadoso mimo por el propio programa, o eso he pensado siempre en casos como este. Pero el fuego consume la leña y no les quedan troncos con que alimentarlo. Aunque la noche anterior sentó muy mal al grupo que Melyssa y Valeria dejasen morir el fuego por no tener leña, ahora son todos conscientes del problema.

Resulta curioso que deban transcurrir unas horas más para tomar conciencia de la falta de leña, un problema real que requiere soluciones con urgencia. Carlos, último en incorporarse al grupo, propuso como solución cortar en partes más pequeñas algunos troncos grandes que todavía les quedan. Parece que hacer de cortadores de troncos (el deporte de los aizkolaris es toda una tradición en el País Vasco) no entusiasmo a nadie, por lo cual debían encontrar otra solución. Y no se les ocurrió otra que desmontar la cabaña para tener leña.

Repito: ¡desmontaron la cabaña para tener leña! Esto es literalmente echar la cabaña al fuego, aunque se molestaran antes en desmontarla para no provocar un incendio en la isla. Uno de los inconvenientes de vivir en una isla minúscula es que un incendio se propaga en un instante, y nadie quisiera vivir otro naufragio, este totalmente imprevisto. Sigo dándole vueltas al tema y no logro salir de mi asombro. El grupo votó de manera mayoritaria, si no es que hubo total consenso, por usar la madera y las palmas utilizadas en la construcción de la cabaña para alimentar el fuego. Me lo dicen y no me lo creo.

(La imagen de Palito pensativa está fuera de contexto, pero me apetecía ponerla)

Prometo que lo he visto en el resumen diario de ayer mismo. Nuestros aguerridos supervivientes desmontando la cabaña y al fuego. En todo hay prioridades. ¿Cuál será la siguiente? Es como la historia aquella de Abundio, uno de los tontos más famosos de la historia. Entre las cosas atribuidas a Abundio está llevarse uvas para el postre cuando iba a vendimiar, o llegar segundo en una carrera en la que corría él solo. Pero la que más me gusta es que vendiera el coche para poder comprar la gasolina. Echar la cabaña al fuego viene a ser como vender el coche para comprar gasolina en versión náufrago. Supongo que vieron más fácil y menos trabajoso desmontar una cabaña que cortar un tronco en pedazos. También digo una cosa, en algunas ediciones he visto a los concursantes echar al fuego un tronco grande y dejando poca lumbre esperar a que se consumiera lentamente. Si hay mucha llama desaparece el tronco pronto, pero con la lumbre medio apagada les puede durar horas.

Marta fue de las defensoras más activas de quemar la cabaña. Si lo llega a proponer Alejandro se hubieran estado burlando de él un buen rato. La imagen de Tom llamando “loser” (perdedor) a este compañero solo puede hacer desear que salga él antes para ver reírse en su cara a Alejandro. Los que van de ganadores al final terminan mostrando su mediocridad sin asumir esa porción de realidad. Hasta Marta se apunta a burlarse de Alejandro, a pesar de que la he oído decir que tenía debilidad por él, posiblemente por verlo vulnerable. Con amigas como Marta no hacen falta enemigos. Resulta que Alejandro sale a pescar y vuelve a los pocos minutos con una minúscula sardinita. El comentario de Marta es este: “Esos los espanto yo con el pie para que no me coman la carnada”. “Yo también, pero algo tenía que pescar”, respondió Alejandro. Y otra vez sentí un poco de pena por él.

Tampoco parecía tener intención Alejandro de dar de comer al grupo. Al parecer, nadie se había animado a intentar pescar, pero él tampoco insistió mucho y con ese pequeño ejemplar se dio por satisfecho. Era su cuarta captura y si sigue así no tendrá mucha dificultad para recordarlas una a una con claridad meridiana. También es cierto que a otros no se les ha visto entrar al agua a pescar todavía. No voy a negar que Alejandro tiene un imán para el hateo y la chanza burlona. Aún así, creo que Tom y Gianmarco se pasan. Es la fina línea entre la broma y la trastada. Una línea que está no solo en lo que se haga o diga sino también en la relación que se tenga con el burlado. Si no es amigo las bromas pasan a ser trastadas.

Debo confesar que me agrada estar hablando de leña para el fuego y pesca. Hay un contraste importante entre las discusiones y tensiones con que solemos llenar nuestros espacios de información u opinión y el día a día de los concursantes. Sea cual sea su ubicación los concursantes dedican la mayor parte de su tiempo en pescar, mantener el fuego, conseguir leña y cocinar lo pescado. A menudo se critica al programa por mostrar poco de esta supervivencia no tan llamativa, pero quienes suelen hacer esa observación no ven esos resúmenes diarios a los que hice referencia antes. Resúmenes que se centran mucho más en la supervivencia que en los inconvenientes surgidos en la convivencia. Quienes quieran supervivencia pura ya saben dónde encontrarla.

Cuando enumero las principales labores a las que necesitan dedicarse los supervivientes no lo hago porque sí. Esta noche tiene lugar la primera unificación de los grupos. De momento, no se reencontrarán con las desterradas, pero sí van a juntarse los supervivientes de pleno derecho con los exencallados. La unificación se producirá en el hogar de estos últimos, playa Cabeza de León. La de los mosquitos y las almendras, ya saben. Y la cosa no termina ahí porque los que fueran encallados ahora se van a convertir en lacayos de los supervivientes. Y estos deberán asignar a cada uno de sus lacayos las tareas que les van a corresponder. Es decir, esta noche sabremos quién o quiénes se ocuparán de estas cuatro funciones: pescar, generar y mantener el fuego, conseguir leña y cocinar.

Se las veían muy felices por fin en tierra firme, esperando que llegue el momento de disputarse entre ellos las plazas que queden para dejar de ser concursantes de segunda. Los encallados que saltaron del helicóptero tuvieron diferente suerte después. Al destierro fueron directamente los dos primeros en saltar del helicóptero, siendo el primero en hacerlo también el primer expulsado de la edición. A Valeria y Carlos les ha ido mejor, aunque viendo las pocas simpatías que le tienen casi todos a la italiana creo que será muy nominada pronto. A quien preveo que estará encantado de convertirse en lacayo es a Agustín, sobre todo si es para servir a Carlos.

Nunca se sabe lo que te va a deparar esta aventura. Antes de abandonar el barco encallado les propusieron el reto de estar horas sin dejar de moverse y sin poder estar sentados. Las chicas (Lara, Alexia y Sylvia) pasaron parte del tiempo bailando sevillanas. Ahora andan pescando sardinitas como las de Alejandro. Y esta noche estarán sirviendo a otros concursantes que antes de llegar a Honduras no pensaron en ningún momento pudieran a tener mayor estatus que ellas. Esto es como una noria, aunque no tan salvaje como la que decidirá en la gala si es líder Olga o por tercera vez se cuelga ese collar Melyssa.

Moleskine del gato

En el apartado crossover entre Supervivientes y Rocío, contar la verdad para seguir viva me parece interesante comentar un último episodio. Vimos el martes en Tierra de nadie a Olga hablando otra vez de sus hijos (o su hija y los hijos de su marido), de nuevo lanzando mensajes a la audiencia que no pueden ser más cansinos y repetitivos. Me aburren sus esfuerzos por sacar de su participación un provecho que ninguna relación tiene con estar viviendo esta apasionante experiencia. La cosa carecería de interés si no fuera porque Olga miente en algunas de las cosas que dice. La mayoría se pueden suponer con facilidad a poco que uno se ponga a pensar.

Lo de que en casa de Olga no se ha hablado mal nunca de Rocío Carrasco es tan escandalosamente mentira que no merece ni comentario. Pero no seré yo quien destape la última mentira, sino que ya lo ha hecho Rocío Flores en El programa de Ana Rosa. Decía Olga que en el día de la madre Rocío Flores llama a la suya y esta, como siempre, no se lo coge. Pues bien, la misma Rocío lo negó así: “No recuerdo haber llamado a mi madre el Día de la Madre”. ¿Merece la pena seguir escuchando a Olga hablar de la familia de su marido? Pienso que no.

Esta noche la gala pinta que te mueres, no digo más.

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