Cristina se enfada con Isabel por no querer cambiar de cama
No sé si se habrá enterado alguien del enfado de Cristina, compartido por Miguel, con Isabel por no querer cambiar de cama. Digamos que casi no ha sido tema de conversación. Sería mucha casualidad haber escuchado las quejas de Cristina y Miguel. Solo han mencionado el tema una media de tres o cuatro veces cada hora, tirando por lo bajo. Lo que ya parece más complicado es saber exactamente lo que pasó, de dónde viene ese capricho por cambiar de cama. Cuando Sofía y Luis volvieron a la casa, durante el programa del domingo, la DJ pidió a Miguel que se cambiase de cama para poder dormir Luis y ella juntos. Para eso Miguel debía irse al otro dormitorio, donde estaba libre la cama al lado de Isabel, lo cual hizo. Para estar todos contentos, Miguel pensó en lograr que se cambiase también Isabel.
Si Isabel hubiera aceptado cambiarse con Cristina, que duerme en la cama al lado de Fiama, coincidirían en camas anexas Miguel y Cristina. Ambos ganarían porque ella está enfrentada con Fiama desde que la describió como “altiva” en una discusión sobre la primera prueba semanal. No supondrá sorpresa para nadie a estas alturas la revelación de que Isabel no ha querido moverse de habitación, y eso no lo pueden olvidar Miguel y Cristina. Además, parecen dispuestos a evitar que lo olvidemos los demás, por eso el recordatorio cada poco tiempo. Si pasa mucho rato sin haber protestado por este asunto les debe doler algo. De otra forma no se explica.
Tampoco hay mucho que comentar sobre los cambios de cama y dormitorios, pero si me obligo pienso que Sofía debería haberse ofrecido como mediadora para intentar conseguir el objetivo de Cristina. No en vano esta abandonó su cama y su dormitorio para hacerla feliz. Que Sofía y Luis durmieran juntos era un capricho, igual que lo es el deseo de Cristina. Pero esta merece ser una compensación por su sacrificio. ¿Por qué Isabel no quiere complacerla? Supongo que por no hacer feliz a una persona a la que no considera amiga. Un poquito de mala idea sí se puede adivinar.
De acuerdo que Isabel parece querer castigar a Cristina por no ser su amiga, lo cual está feo, pero tampoco parece algo tan importante como para llevar desde el domingo por la noche dando la matraca con esto. Cristina y Miguel son dos de los concursantes más valiosos, pero han entrado en un bucle del que no saben salir. Uno y otro se retroalimentan y están logrando que sus compañeros quieran evitarlos. También que la audiencia ande extenuada a causa de su intensidad. “Nos ven muertos”, decía Cristina ayer. Es mucho decir, pero algo de eso hay. Cuando menos sus compañeros tienen dificultad para verlos, mucho más para interactuar con ellos, porque poco les queda para aislarse del resto y llevar un encierro independiente solos ellos dos.
Si tengo que elegir entre Miguel y Cristina o Luis y Sofía no tengo duda ninguna de que prefiero a los dos primeros. Pero no me lo están poniendo fácil al confrontar la tendencia al monotema obsesivo con la guasa continua y permanente. Expresé ayer mi sospecha de que Luis enmascara el mal carácter con sus gracias. Exactamente dije “supuestas” gracias. Pero igual tengo que poner esa observación en cuarentena y en algún momento reconocer que estaba en un error. De momento retiro lo de “supuestas” por lo visto ayer.
Reconozco que me reí lo máximo viendo a Luis y Sofía. Más todavía con Luis y Lucía. Luis fue capaz de tocar un resorte en mí que provocó la risa floja y así estuve mucho rato. De acuerdo que el buen humor no gana realities, pero puede llegar a convertirse en un factor tan desequilibrante como el conflicto o el amor, los tres pilares del reality, los mismos de la tragicomedia clásica. Lo curioso es que Miguel pedía ayer a Cristina que saliera del bucle, pero él mismo andaba igualmente atrapado. La única diferencia entre los dos es que Cristina está nominada, y bastante convencida de que será la expulsada, aunque le parece extraño por ser la menos famosa. Si es por eso saldría Chimo, porque tampoco conocíamos a Emmy. Diría que menos aún.
A Cristina le parece raro que la audiencia pueda odiarla llevando tan poco tiempo de encierro. Rara reflexión para ser tan conocedora del formato. Que se lo digan a Nagore, expulsada con porcentaje récord la tercera semana. Cierto que tuvimos un poco más de tiempo para construir ese falso odio. Y, lo más importante: también tuvimos más razones. Una de las preocupaciones de Cristina es que su amistad con Miguel le haya podido perjudicar. Y aún más que pueda perjudicarla de cara a la expulsión. En esto se debate entre desmarcarse de su amigo y mantenerse fiel a él. De momento acierta estando más cerca de tomar la segunda vía. Es más, ayer afirmó que si es expulsada por ser amiga de Frigenti, el experto en realities, se iría feliz. También califico a su amigo como “una buena persona”, y en esto estoy de acuerdo con ella.
No le falta razón a Cristina en casi nada. El que Miguel haya dado su opinión sobre concursantes de realities durante años tiene una consecuencia fatal: aquellos que no se consideraron bien tratados y ahora son colaboradores (en este programa u otros) no parecen dispuestos a desaprovechar la ocasión para tomarse la revancha. Compensa el apoyo de aquellos a los que defendió y sus fieles seguidores. Es el caso de Adara, aunque en la casa se ha encontrado Miguel con una detractora. Se trata de Lucía, que afirmaba el otro día: “Tu ganadora era una castaña pilonga, macho. La frase más larga que pronunciaba tenía dos palabras”. Cada día la quiero más.
Hubo primeros posicionamientos. Emmy estuvo muy acertada al decir que tras la votación de quien aporta menos a la convivencia el lunes y las nominaciones el martes parece que sobra un pronunciamiento más el miércoles. Digamos que igual es una reiteración innecesaria. Más de uno se posicionó detrás de un compañero distinto a aquel que recibió sus 3 puntos el día anterior. Sofía fue una de ellas (le dio los 3 puntos a Chimo y se posicionó tras Cristina) y estaba después preocupada por lo que puede parecer una incoherencia. Pero no lo es. La estrategia del juego puede perfectamente obligar a dar los tres puntos a un concursante distinto de aquel que más se desea ver expulsado. Puede haber muchas razones, por ejemplo querer equilibrar los votos para asegurarse no salir a la palestra. O cualquier otra.
Detrás de Chimo se posicionaron Lucía, Isabel, Cynthia, los Gemeliers y Luis. Detrás de Cristina se quedaron finalmente Lucía, Fiama, Sandra y Sofía (todo mujeres). Detrás de Emmy estaban Miguel, Julen, José Antonio y Edmundo (todo hombres). Lo más curioso fue el baile de los indecisos. En un principio nadie se puso tras Chimo. Sin embargo, Cristina tenía posicionados a los Gemeliers (que se marcharon con Chimo) y Julen (que primero se había ido tras Emmy y terminó donde Chimo). Luca, Isabel, Cynthia y Luis también migraron hasta llegar detrás de Chimo. A última hora le daba tiempo a Isabel para pasar de Chimo a Cristina y volver de inmediato a Chimo. Isabel y Julen fueron los campeones en cambiar varias veces de bando. Y en tiempo récord.
En cuanto a los secretos, Miguel accionó el pulsador apostando que Edmundo es el del Milagro. Y volvió a accionarlo para apostar que es Chimo el que roba la ropa interior de sus parejas. Por su parte, Fiama ha pulsado para decir que ve a Emmy heredando un marquesado. No conté ayer la pista desvelada a todos por la sanción a Sandra: se trata de una báscula. ¿Será ella a quien llamaban “bola de sebo”? Y anoche los Gemeliers pudieron elegir de quién obtenían una pista. Pensando que si le ganan la partida a Julen se quedan sus dos bolas y no una sola, pidieron una pista suya. Era el dibujo de un delfín. ¿Será él quien tiene “warrior dolphin”? De momento sabemos que Julen tiene dos bolas, pero nada sobre si también posee un delfín. Los supuestos secretos que atribuyo a Sandra y a Julen aún no han salido.
Y ayer empezó la nueva prueba semanal. El concursante cuya imagen aparezca en el cubo mientras suena una alarma tendrá que coger antes de que pase un tiempo limitado y sin que antes toque el suelo una bola que cae de un mecanismo en cada jardín. Isabel fue la primera elegida y no logró atrapar la bola. De momento, llevan 3 fallos de 6 y se plantean hacer guardia por las noches en el salón porque la alarma puede sonar en cualquier momento. Está claro que estamos ante un programa de pelotas.
Moleskine del gato
Me gustaría poder adelantar lo que nos espera en la gala de esta noche, pero no tengo ni idea. Seguro que asistiremos a la primera expulsión, y espero que conozcamos la resolución de otras sospechas de secretos. Miguel está convencido de que nominarán nuevamente, pero esto no puedo confirmarlo.
Dice Cristina: “Aquí hay gente que cuenta las semanas”. Apuntar tan solo que llevan menos de una semana.
Primer amago de crisis en la incipiente carpeta entre Cristina y Luca. Ella piensa que el italiano ha cambiado de actitud desde que está nominada. A ver si va a terminar la carpeta antes de haber empezado.
Lucía me hace gracia casi siempre, pero no fue el caso de la broma que planeó con Julen. Simularon discutir en la cocina y no lo hicieron tan mal como para que los demás no se lo creyesen en absoluto ni tan bien como para lo contrario. Lo que sí tengo claro es que no tuvo ni pizca de gracia. Luego Dani quiso devolverle la broma a Julen poniendo en su agua una cayena. No vi el final de esta historia. Por cierto, hubo fiesta de cumpleaños finalmente. Llevaban esperándolo un par de días.
Fiama y Canales contaron ayer sendas experiencias dignas de interesar al Iker Jiménez de los buenos tiempos, cuando hablaba solo de ocultismo y fenómenos paranormales. Ambas historias son para no dormir, como la serie aquella de Chico Ibáñez Serrador, y ambas tratan de sus abuelos. Fiama cuenta que vio a su abuelo muerto detrás de ella reflejado en un espejo. Cuando le contó a su padre cómo iba vestido este rompió a llorar. Al parecer, iba justo así cuando lo enterraron.
Por su parte, Canales cuenta que casi dos meses más tarde de lo previsto por los médicos se terminó muriendo su abuelo. El torero tardó casi una hora en llegar para velar el cadáver y cuando estaba a su lado el abuelo le miró y cogió su mano. Tras eso volvía a estar sin vida. No sé si los presentes quedaron sorprendidos o sobrecogidos directamente. Y hasta aquí, queridos amigos, los relatos de terror del gato.
Mañana más (más relato, no más terror).