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El Gato encerrado

No hace falta aplicar el polígrafo del amor a Suso y Raquel

Analizar ‘realities’ es para el gato tan satisfactorio como formar parte de ellos para sus concursantes. El placer de ver frente al de ser visto.

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Pocas cosas me resultan más incómodas que medir los sentimientos de los concursantes, especialmente en el terreno amoroso. No valgo para aplicar esa especie de polígrafo del amor al que aparentemente sometemos cualquier relación con comienzo en la casa de Guadalix. Pero resulta imprescindible para analizar este juego saber distinguir entre la verdad y la mentira. Si se logra esto en un porcentaje de acierto alto, el resto del análisis casi viene solo.

Solo hay una cosa más incómoda que medir los sentimientos y es sacar a gente del armario o ir a la caza del transexual. Por desgracia, he tenido que descubrir tres casos de concursantes que habían reasignado su sexo. Adelanté lo de Nicky (GH 6) antes de comenzar su edición, porque un comunicante anónimo me lo reveló, dando detalles suficientes para que no tuviera muchas dudas al respecto. A los diez minutos de entrar Amor (GH 9) en la casa estaba recibiendo información de su participación en carnavales transexuales a través de los comentarios de este blog.

El caso más doloroso fue cuando supe lo de Hans (GH 11), que nadie podía creer. Me sentí mal entonces por las dudas sobre el origen de mi información y sus consecuencias posteriores, así como por el daño que podía haber causado a su familia, empeñados en no revelar la condición sexual de este concursante. Algo de alivio sentí cuando poco después fue el propio Hans quien se lo contó en la casa a Saray. Y más todavía cuando le busqué y encontré en un pasillo de Telecinco, la semana siguiente a su expulsión, y me preguntó si podía hacerse una foto conmigo porque a su madre le haría mucha ilusión. Naturalmente, me hice la foto.

Desde entonces, me propuse que nunca más sacaría a un transexual del armario, aunque tuviera información de primera mano y fuera un secreto más grande que todos los planteados este año juntos. Sin embargo, no puedo dejar de intentar descubrir si una relación entre concursantes tiene más de engaño que de realidad. Mal análisis haría de este juego si no lo hiciera. Casos como el de Flor y Feroz (GH 12) concitaron el convencimiento unánime de que estaban jugando con fuego, haciendo peligrar la sensación de realidad que debe transmitir este formato televisivo. También hubo bastante acuerdo sobre lo mucho de falso que tenía la relación entre Saray y Gerardo Prager (GH 11), que pasearon sus besos de pez por España e Italia.

Miro una y otra vez a Suso con Raquel. Pienso en otorgarles el beneficio de la duda y dar por bueno lo que nos están vendiendo. Todos hemos comenzado unas relaciones con más convencimiento que otras. A veces, las relaciones que iniciamos por probar se van al traste precisamente por esto, y otras aguantan milagrosamente, convirtiéndose en las más estables. Podría ser que Raquel sienta una atracción considerable hacia Suso. También que este se plantee con ella algo más serio de lo habitual. Por poder ser, es posible.

Entonces ¿por qué pienso que huele mal esta historia? Es una cuestión de convencimiento personal. Si este plato me lo sirven cocinado, posiblemente tenga pinta apetecible y buen olor. Ahora bien, habiendo estado observando cada segundo según se estaba cocinando, el guiso tenía mal olor y el agua hacía una espuma demasiado turbia. Los guisos se ven de forma diferente una vez emplatados y mientras se están cociendo. Ayer volvía a ver a los dos en innumerables situaciones, aislados de los demás, con o sin Amanda de carabina. Sigo teniendo la misma sensación. Mi olfato no puede engañarme tanto tiempo seguido.

No influye en mí juicio, aunque bien podría, el saber que Raquel es una especie de cazafamosos, amiga de Yago Hermida (GH 12), y que incluso conocía de fuera a Muti porque ha tenido relación con uno de los gemelos Montoya (GH 14), de quienes era gran amigo el ya exconcursante. A Raquel le gusta relacionarse con el entorno de Gran Hermano, lo cual hubiera tenido que ser motivo más que suficiente para ser apartada de los castings, siguiendo mi criterio de que los concursantes no deben tener precedentes en el mundo de la televisión ni sus aledaños. Esta misma razón habría impedido que Suso fuera otro de los concursantes de este año, después de haber participado en ‘Mujeres y hombres y viceversa’. Los dos tienen sus tablas, aunque puedo asegurar que esto no me influye. Me sigo guiando por el aroma que desprenden juntos. Si me dejo guiar por eso, huele a montaje interesado que atufa.

Ayer volvimos a presenciar un amago de ruptura entre Suso y Raquel. Es el segundo en dos días. Demasiado precipitado todo, ¿no? Suso quiere ir más deprisa y Raquel sigue utilizando su pulsera y la persona especial de fuera para justificar que sus actos estén tan condicionados. Ahora Suso ya lo sabe, y Raquel añade a ese inconveniente la recurrente excusa de los padres. “Tengo una familia y no quiero que vea esto”, decía Raquel anoche. “¿Por qué no me besas?”, preguntaba Suso, y añadía: “Si tienes novio, habérmelo dicho”. No sé si esto quiere decir que los besos contados no eran ciertos o que Raquel ha cerrado ya el grifo.

Para rematar esta ceremonia de la confusión, le pregunta Suso a Raquel si está ilusionada en estos momentos, a lo que ella responde que sí. Entonces él repregunta con quién, recibiendo la enigmática respuesta que sigue: “No puedo decir su nombre”. Queda la duda de si se está refiriendo al chico de la pulsera o al propio Suso. El nivel es más propio de niños de primaria. Igual que la cara arrobada de Raquel mirando a Suso el pasado sábado, casi domingo. O Suso diciendo que se está ilusionando, pero con tantas limitaciones no puede conocer a Raquel. Esta todo tan novelado, que no hay forma de tragarse esta historia. Ni siquiera con la nariz tapada.

La insistencia de Raquel en hablar de Sofía hace pensar que tiene su mente en eso más que en la historia que supuestamente está empezando con Suso. Otro elemento extraño en esta relación es la presencia de Amanda en conversaciones íntimas, vitales para una pareja que comienza. ¡Menudas tres patas para un banco! Nadie en su sano juicio aguanta al lado de dos personas que están confesando su mutua atracción, de no ser porque los tres saben que todo es un paripé, puro teatro, novela barata, como diría Aritz. Lo peor de Raquel es que va de primorosa, como dije ayer, por no decir otra cosa. Anoche afirmaba que no pasaría nada entre los dos en la casa porque ella no es una Sofía, que va llorando por las esquinas. Le faltó decir que ella era una mujer decente, que es lo que quería transmitir. Apaga y vámonos cuando la decencia se tiene entre las piernas. En eso son tal para cual Suso y Raquel: dos retrógrados de importancia.

Alguien me dirá que me refiero a las veces que Raquel habla de Sofía y no a las que esta tiene el nombre de Raquel en su boca. Parece que están obsesionadas una por la otra, aunque es imposible no estar de acuerdo con Sofía cuando habla de esa manera que tiene su compañera de pavonearse por haberse llevado al chico de esta película. Anoche coincidían Sofía, Marta y Marina en que Raquel no solamente ha cambiado su forma de vestir sino incluso su voz. Los tops prestados por Amanda con medio torso al descubierto suponen un cierto cambio de imagen para Raquel. Lo de la voz no podría certificarlo, pero llama la atención que esté de acuerdo en eso hasta Marina.

Si Sofía no tenía suficiente con enervarse al ver la nueva pareja juntos, saltando de sofá en sofá, ahí está Marta para terminar de hacer que se revuelva de rabia. Marta va esparciendo la mierda a diestro y siniestro. Anoche le vino a decir a Aritz que Han va diciendo de él cosas similares a las que ha dicho antes de Quique. Recordemos que Han piensa que Quique es ‘heterocurioso’ y por eso le toca a veces. “No es por accidente, va ahí a propósito”, decía Han el otro día. La mala intención del chino es más que evidente, aunque este plato se nos sirva con música de cine cómico de fondo, a doble ración por gala.

A Aritz le afectó lo dicho anoche por la ‘meté mierdé’ oficial de este Gran Hermano, que no es otra sino Marta, concursante que va creciendo espectacularmente día a día. Tal vez por eso estaba pensativo en el sofá del salón, aunque a Sofía le decía que no era por nada. Y, sobre todo, pudo ser la razón principal para que tras innumerables bromas del ‘comando nocturno’, donde cuenta con la complicidad de Vera, se terminase acostando en la cama de Muti, dejando a Han solo en la suya.

Si antes hablaba del perfil de cazafamosos que parece acreditar Raquel, igualmente ayuda a no creer en la “historia de amor” (algunos lo califican así, sin más) el haber visto a Suso haciendo el paripé máximo en más de una ocasión, incluso con su propio reconocimiento. Ayer por la tarde asistimos a uno de esos momentos. “Chumi chumi” del bueno, que diría el gran Pepe Flores. Media hora de monólogo de Suso delante de casi todos (Sofía dormía y no sé si faltaba alguien más) excusándose por tener poca relación con ellos y achacando a culpas ajenas el que se haya limitado a relacionarse con Raquel y Amanda. Todo parecía una apelación a ser una vulgar ‘Aldea del Arce’, donde todo es alegría y bondad. Tal vez haber visto el día anterior esos 11 puntos para él en la última nominación influyó para que montase un espectáculo tan patético.

Pocos respondieron a Suso. Vera fue uno de ellos, aunque para lo que dijo bien podría haber callado. Bien pensado, casi prefiero el silencio general de casi todos. Ivy respondiendo a alguna cosa aislada con tono de evidente hartazgo. Igual con Carolina, a quien le fueron saliendo comentarios sueltos en tono de auténtico desprecio, y algunos de ellos a media voz. Una vez más, Quique demostró que ha dimitido como líder del grupo mayoritario, porque no dijo ni esta boca es mía. No se pueden desaprovechar momentos como este para rematar la presa y reafirmar un liderato. Tanta pasividad está haciendo a Quique casi invisible y, por tanto, prescindible.

Aritz sí que intervino en el monólogo buenrrollista de Suso, y lo hizo para asestarle un pescozón importante, poniendo a este concursante ante sus propias incoherencias, producto de su incontinencia verbal y falta de criterio. Protestaba Suso porque algunos fueran a preguntarle por sus nominaciones. Entonces Aritz le preguntaba serio: “¿Cuánta gente te ha preguntado a quién has nominado?”. Ante la entrecortada y poco concisa respuesta de Suso, Aritz volvía a dejarme sorprendido gratamente con su dominio de la escena, lo apropiado de sus juicios y su capacidad de ser casi infalible a la hora de desmontar a un compañero. “Yo te he visto a ti preguntar más que a nadie. A veces incluso haciendo juegos para sacar esa información”, decía certeramente Aritz.

Con Aritz me pasa que a veces no soporto su perfil de padre Aritz, predicando sin dar trigo, y otras le hago la ola ante lo apropiado de sus intervenciones. No sé si una cosa compensa la otra. Lo que sí tengo claro es que ayer escuchaba al cansino de Suso sin perder la esperanza de que Aritz le diera un revolcón. Es mi gran esperanza blanca. Oportunista e interesado a veces, como casi todos. Pero me apetece comprobar a diario su sentido común. Y, todavía más, su sentido de la oportunidad.

Moleskine del gato

Vera le dice a Nied que le ha hecho su cama. Antes de que esta pueda reaccionar, Ivy (que pasaba por allí) le comenta: “¡Qué ‘paganfantas’ eres!”. Nied añade algo así como que con cosas como esa lo parece, aunque ella no cree que lo sea. Lo de ‘pagafantas’ ha trascendido y ya no lo decimos solo aquí sino también dentro de la casa. Estamos en sintonía.

Por cierto, Ivy se enteró ayer de que toda la historia entre Vera y Nied se trató de un engaño no forzado por el programa. Todos los secretos se van desvelando y para algunos resulta una auténtica revelación.

La mala intención de Raquel que a veces nos cuesta apreciar como observadores, y de la que ha sido acusada varias veces por sus compañeros de encierro, tuvo anoche un momento especialmente evidente. Estaba Raquel en desafortunadas confidencias con Vera (que no es precisamente discreto), y también estaba presente Aritz. Entonces comentó Vera que Sofía estaba empezando a caerle bien. Aritz se suma a esa opinión y dice que es maja. La respuesta de Raquel no se hace esperar: “Pues que sepáis que os puso a parir hablando conmigo”. Ni siquiera creo que sea cierto. Lo de Vera puede ser, porque Sofía no lo traga, pero dudo mucho lo de Aritz. En todo caso, Raquel y Marta empatarían en una competición si se tratase de lanzar mierda a los demás.