Fran acusa a los demás de no superar las pruebas por desidia

telecinco.es 30/10/2014 09:38

Llegó el día de hacer un repaso de los concursantes que siguen siendo habitantes de la casa de Guadalix en clave positiva, destacando de cada uno su mejor cara, aquellas cosas que me hacen simpatizar más. No lo tengo con todos igual de fácil, pero voy a intentarlo en todo caso. Eso será un poco más adelante, antes voy con algún apunte de lo sucedido ayer, y también alguna reacción a lo que aquí publicamos.

No superaron la prueba semanal y eso desató la ira de Fran. A pesar de tener reservas en la despensa (decenas de paquetes de espaguetis o 42 litros de leche, por ejemplo), el drama estaba servido. No tuvieron interés en saber en qué misiones fallaron y qué personas fueron responsables, lo cual facilitó que Fran acusase al grupo de desidia. Naturalmente los demás eran culpables, mientras él los abroncaba. No podían cometer más de tres fallos, y me consta que quien hacía tal cosa es culpable (solo o en compañía de otros, como decía la sentencia del asesinato de los marqueses de Urquijo) de haber fallado, al menos, dos de ellas.

En el pasacalles varias voces señalaron a Fran y a Loli que no valía lo que estaban haciendo. Tenían que pasar por encima de sus compañeros como si saltasen el plinto. Sin embargo, Fran levantaba una pierna y la pasaba por encima. Es como si participase en una prueba atlética de salto de longitud y avanzase tres metros a la pata coja, o hiciera pasar la pértiga por encima del listón tumbado en la colchoneta. La misión se falló por papá y mamá, que repitieron la trampa una y otra vez.

Tampoco hizo Fran bien la prueba de saltar encima de las camas. Mucha complicación no comportaba, pero esa desidia de la que habla tan alegremente debió en ese caso apoderarse de él porque en lugar de saltar se meneaba un poco, sin llegar a despegar los pies de la cama. Lo mismo vi hacer a Omar y algún otro concursante. No se trata de repasar aquí lo que hizo cada uno, solo pretendo pillar a Fran en un par de renuncios, lo cual ya he hecho. Me parece justo dado que ayer pretendió que sus compañeros se sintieran culpables con su acusación, matizaba solo una vez y con la boca pequeña, cuando dijo “me incluyo”. Ni por esas, Fran. Algunos seguro que no han cometido tantos fallos como tú.

Aún iba Fran más allá y no pudo reprimir descargar la rabia que tenía contenida desde la noche anterior, a consecuencia de la misión de las pinzas en la cara, que comenté aquí ayer mismo. Y lo hizo acusando a Alejandra (¡qué raro!) de algo tan peregrino como no haber elegido directamente quién debía hacer la prueba, dejándose aconsejar por su prima. Como si en algún momento hubiera tenido la evidencia de que eso no se puede hacer. Además, se basaba en algo que pusieron en duda los propios protagonistas, porque Omar negó que le hubiera elegido primero a él. Según Fran, ante las quejas de Omar cambió su elección, lo cual negaron Alejandra y, como digo, el propio Omar. Creo que a Fran aún le duelen las pinzas en la cara, a pesar de tenerla tan dura.

Fran hace pasar por justos sus juicios falsos con el principal objetivo de dejar a los demás como culpables, sea como sea. Me recuerda a aquella leyenda del juicio medieval. Un hombre influyente era acusado de asesinato y buscaba un chivo expiatorio para encubrirlo. La pobre víctima fue llevado a juicio, donde comprendió que tenía pocas posibilidades de evitar la horca. El juez, también confabulado, mantenía todas las apariencias de un juicio justo y le dijo al acusado: “Conociendo su fama de hombre justo, voy a dejar su suerte en manos de Dios: escribiré en dos papeles separados las palabras ‘culpable’ e ‘inocente’. Tú escogerás, y será la Providencia la que decida tu destino”.

Como cabía esperar, el perverso funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda de ‘culpable’, lo cual fue intuido por el acusado, convencido de que aquello era una trampa. Cuando el juez le invitó a elegir un papel, el hombre respiró profundamente, permaneciendo en silencio unos segundos. Cuando todos empezaban a impacientarse cogió uno de los papeles, se lo metió en la boca y lo tragó rápidamente. El juez, indignado, preguntó: “¿Qué hace? ¿Cómo sabremos ahora el veredicto?”. Entonces respondió la víctima: “Está muy claro, solo hay que leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que me he tragado”. Con todo pesar, el juez tuvo que liberar al acusado.

Como cabía esperar, la conversación en clave relatada ayer en este blog, con Azahara y Juanma como protagonistas, ha levantado cierta polémica por distintas razones. El principal argumento se basa en las dudas expresadas por muchos de nuestros amigos lectores sobre si realmente estaban queriendo decir lo que parece o sencillamente hacían planes de cambio de residencia. Entiendo que exista la duda, promovida por el hecho de que ayer siguieran hablando de Tarifa y Nueva York en varias ocasiones, algunas con apariencia de no tener ningún segundo sentido. Sin embargo, también ayer nos ofreció Juanma una evidencia de lo irreal que es la conversación despojada de sus claves.

Como me señalaba ayer @shamara con gran acierto, Juanma habló en varias ocasiones durante el día de su pasión por el surf, llegando incluso a hacer una pequeña clase técnica y práctica ante algunos de sus compañeros. Entre las muchas cosas que comentó, le pudimos escuchar que nunca haría surf en Tarifa porque las olas rompen de determinaba forma y concretaba algo más el tema, pero al ser lego en la materia no soy capaz de repetir completo el argumento. No es necesario, lo importante está dicho.

¿Cómo iba a ser real esa conversación? Si Juanma decía estar convencido de irse a Tarifa y añadía que el surf era una necesidad para él, algo que le hacía sentir bien. Unan ambos argumentos. Tiene necesidad de irse a Tarifa y el surf es también una necesidad para él. Y ahora introduzcamos el argumento, esta vez indudablemente real, de ayer: No haría nunca surf en Tarifa. No tengo más preguntas, señoría.

Y voy ya con lo prometido, mi visión en positivo de los concursantes, aunque por la imagen parezca otra cosa, pero solo es por ambientarlo en las fechas que estamos y esa fiesta de Halloween originaria de Irlanda y exportada a EE. UU., tan querida en Gran Hermano. De momento no tiro los negativos, no vaya a ser que tenga que volver a utilizarlos al comprobar que algunas de las cosas que veo hoy me dejan de convencer dentro de unos días, lo cual estoy seguro de que me va a pasar. Vamos allá.

Omar: A pesar de todo, parece un hombre tranquilo. Basta con verle andar, casi parece que deambulase siempre como un zombi de Halloween. Omar es superación, aunque se equivoca en poner sus circunstancias dadas en el juego, porque a la mayoría de espectadores les interesa el personaje desde el comienzo de esta historia, ignorando lo que hubo antes. A pesar de todo, no puedo evitar pensar en su dura historia personal y su complicada vida en la calle. Está demostrando cierta voluntad de superación y mejora. Aunque fuera solamente una baza en el juego ya demuestra más que muchos. Tras una sobreexposición, ha sido inteligente echándose a un lado, apartándose del centro del foco de atención la mayor parte del tiempo. Sin Lucía al lado parece hasta que tuviera personalidad.

Vitín: Hay una mitad del personaje que me agrada. El Vitín gracioso sin excesos, el que aplica el humor a su vida diaria para acercarse al otro y agradarlo, me hace simpatizar sin reparo. Es más, a veces me parece que fuera alguien a quien conozco desde hace tiempo, lo cual no me sucede con todos. El problema es que luego hay otra mitad, contradictoriamente malhumorada, poco madura, llena de complejos y con poco freno, que me echa definitivamente para atrás. Me gustó mucho la noche de las cuatro horas, siendo crítico y duro con su amigo Omar, poniéndose del lado de Paula, que era el más débil.

Luis: Su alma de poeta y soñador, sus formas delicadas y el cariño que muestra a veces a los demás, en particular a Paula, me gustan mucho. También su lado más gamberro. Le he aplaudido a rabiar cuando se ha enfrentado con Fran, su gran rémora en el concurso. En ocasiones ha sido el más contundente defendiendo posturas razonables con las que he estado de acuerdo, y lo ha hecho sin levantar la voz ni fallar en las formas. Creo que no le veré fallar en eso, lo cual me gusta al mismo tiempo que me inquieta.

Fran: Este era el escollo mayor para hacer este repaso en positivo. Si dijera que suena muy bonita su voz en la radio mentiría. Tal vez como manipulador tiene un talento, pero le falta oído, sentido del ritmo y agilidad en las manos. Por eso desafina siempre su guitarra. También está falto de olfato y tino, por lo que no da ni una al derecho. Sí, ya sé que esto tendría que ser en positivo. Digamos que muestra pasión muchas veces, lo cual ya es algo. Y nunca se ha contentado con un papel secundario, ni se ha dejado llevar por la tentación de estar ahí dejando pasar el tiempo mientras aguanta cogido a la pata de la cama. Está viviendo esta aventura como un protagonista. Y esto está bien.

Loli: Cuando no está en modo bruja Loli, se relaciona con sus compañeros como esa tía que tiene algo de madre y algo de amiga. Esa combinación, protectora pero no tanto, me parece atractiva.

Hugo: Es gracioso en las fiestas. Me encantaría haber tenido alguna vez su desinhibición y descaro a la hora de bailar.

Azahara: Lo evidente es que es guapa y tiene un tipazo. Me gusta verla hablar con Xamy con cariño de hermana mayor, aunque sea tan pocas veces. Admiro la capacidad que ha tenido para convencer a todos de que ella tiene que nutrirse bien, para lo cual tienen que hacer una compra especial para ella y come casi siempre algo distinto a los demás. Ah, y se le dan muy bien las claves.

Juanma: Reflexivo y con apariencia madura, su tranquilidad transmite seguridad en algunas situaciones, aunque no esté participando activamente en ellas. El extremo cuidado de su aspecto personal me parece tan increíble como admirable.

Jonathan: Creo que vive feliz en su burbuja de despreocupación, huyendo de las dificultades y los conflictos. Es molesto cuando tiene que salir de la burbuja y afrontar la realidad, incluso puede llegar a ser peligroso. Pero, por el momento, lo sabe afrontar bien, y yo envidio esa plácida vida de paramecio.

Xamy: Sospecho que guarda en su memoria todo lo que le han dicho los otros dieciséis concursantes que han pasado por esa casa. Sería de gran ayuda a los guionistas del programa. Es incansable a la hora de vaciar el interior de la gente que tiene alrededor, sacándoles mucha más información de la que ellos mismos creen que le están dando. Me he dado cuenta de que sí es realmente una buena entrevistadora.

Paula: Me agrada cuando deja de aspirar helio y se olvida del Teletubie que lleva dentro. Es mucho más madura de lo que parece, lo cual contrasta con su edad. Jamás me ha transmitido sensación de estar reventada, ni siquiera cuando ha criticado a algún compañero o compañera. A pesar de lo molesta que pueda ser a veces, su alegría me contagia. Creo que todavía me quedan cosas que descubrir en ella, y eso es básico para mí en este concurso.

Alejandra: Tiene un encanto indefinible y casi mágico que me fascina. Hay mil cosas en ella que en otra no toleraría, y muchas son precisamente las que le confieren ese singular encanto. Es una niña con mucha picardía, una adulta con grandes dosis de inocencia. Las escasas veces que se olvida de sus miedos, deja de reprimirse y se enfrenta a sus enemigos lo hace cual kamikaze, a pecho descubierto. Y eso es bien.

Yoli: Es la más zen de todos, por eso se debe llevar bien con el primo. Sabe prescindir de preocupaciones, aislar los problemas, y vivir feliz. Muero de envidia.

Moleskine del gato

Dos perlitas de sendas concursantes, que hace tiempo no recurro a esto. Resulta que Yoli se demora, pero no quiere decir que tarde mucho sino más bien que se derrumba. Realmente no estoy del todo seguro de que estuviera segura de si quería decir eso o lo contrario. Y Azahara introdujo ayer una tercera localización en su historia de amor con Juanma, esa lánguida y triste carpeta. "Estás en Babilonia", le decía, creo que queriendo decir Babia. Ellos tienen la cabeza en Tarifa, Nueva York y Babilonia, mientras a mí me hicieron recordar aquel ‘Buenos días, Babilonia’ que gritaba Moncho Alpuente desde Radio Nacional (o Radiocadena) a finales de los ochenta.

Luis se está convirtiendo cada día más en el ‘miniyo’ de Fran. Anoche tuvo un nuevo enfrentamiento con Alejandra, cada vez con peor humor. La de Albacete le había gastado una broma, relacionada más bien con sus hechuras y escaso peso que con su condición sexual o apariencia de femenidad. “Hazlo tú, que eres como una chica”, le decía Alejandra a Luis, lo cual llegó a ofenderle. “Tus bromas no hacen gracia, son bromas repelentes”, le contestó un Luis más alterado que de costumbre, añadiendo: “No voy a decirte que tú eres machorra porque no me voy a poner a tu altura”. Qué rabia da esto de decir “no te voy llamar idiota por no ser ordinario”. Claro, pero ya lo has dicho, listillo. Xamy aprovechó para arremeter también contra Alejandra porque alguna vez la llamó masculina.

Vamos a ver una cosita. La primera que llamó “machorra” a Xamy fue una de las hermanas la primera noche. Dudo entre Loli o Mayka, aunque me inclino por esta última. Mercedes Milá estaba delante e igual se acuerda. Y anoche mismo, peleando en broma, también se lo dijo Paula. Pero a Xamy solo le molesta si viene de Alejandra. Luego en la cocina explicó su teoría de lo que molesta o se tolera en amigos y no en los que no lo son tanto. Me da igual, es solamente una broma.

Lo mismo pasa con Luis. Paula le decía ayer durante el desayuno: "Bailabas casi mejor que yo con los tacones". Y él mismo afirmaba que si se depilase, pusiese tacones y unas prótesis parecería una mujer. También confesó que de pequeño se vestía de chica en los carnavales y lo llamaban Paula. Además, en la fiesta del martes se terminó travistiendo después de desmelenarse durante un rato bailando con el palo de una fregona. A ver, que me parece todo esto genial y muy divertido, pero luego debe tolerar y entender los comentarios y las bromas.

Hoy tenemos una fiesta, aunque con tintes de funeral. La salida de Xamy, Paula o Alejandra será un drama en cualquiera de los tres casos. Un drama y una pérdida importante, lo cual es especialmente preocupante si tenemos en cuenta que no vamos sobrados de protagonistas. Las tres lo siguen siendo en esa casa, aunque posiblemente el juego de Xamy empieza a estar agotado. Durante semanas ha logrado sacar información a unos y otros, lo cual ha utilizado para enredar todo lo posible. Eso ha dado mucho juego, es divertido y útil. Ahora bien, cuando todos ya la han calado y evitan decirle nada que teman o no deseen que sea conocido por los demás, a Xamy se le empieza a marchitar el juego.

Veremos si los concursantes y muchos espectadores nos quedamos compuestos y sin gala de Halloween, que muy bien podría aparecer por sorpresa o hacerla dentro de una semana. Ya sabemos que a Gran Hermano le gusta sorprender y disfruta no haciendo lo que la mayoría espera. Veremos lo que nos trae esta noche Mercedes Milá. En cualquier caso, interés no le va a faltar, porque no solo la expulsión es a cara de perro sino que también las nominaciones serán muy reveladoras de lo útil que hayan podido ser los últimos movimientos en la casa. Apuesto a que primas y clan de Carabanchel no se nominan mutuamente. No perderemos ripio.

[Montaje por @Tito_Soy]