Frigenti se acerca a Luca y Cristina después de que Adara marcara distancias con él

telecinco.es 16/11/2021 08:00

Adara cogió ayer a Frigenti a solas en el dormitorio naranja para decirle que haga su concurso por su lado. Con aparente dificultad para planteárselo y comenzando con un mosqueante “sabes que te quiero un montón”, Adara se disponía a darle la patadita a su falso amigo. Su permanente proximidad, que haya estado siendo su perrito faldero a todas horas, debía inquietar a la concursante. Debió pensar que hacer grupo con Frigenti podía perjudicar su concurso y no ha esperado más. “Me gustaría que cada uno brillara por separado. O sea… a ver cómo te lo digo… que somos amigos, no un equipo, ¿entiendes?”, decía Adara como introducción a lo que parece ser un nuevo e imprevisto ‘rotondazo’. He de decir que me esperaba algo así, pero confieso que no tan pronto. Aquí todo va a gran velocidad y puede cambiar de medio a medio en solo un día.

“Por ejemplo, si tú tienes un problema, el problema es tuyo y yo no me voy a meter”, seguía diciendo Adara. Contradictorio planteamiento que descubre un muy peculiar sentido de la amistad. Un amigo de verdad siente los problemas del otro como propios, y si ve necesario meterse lo hace. Justo lo contrario de lo que plantea Adara, contando con la aprobación de un Frigenti que responde “¡claro!”, como si estuviera escuchando evidencias. No le culpo porque los gestos y una respuesta parca en palabras revelan su perplejidad ante el planteamiento de Adara. Frigenti acierta a responder: “Pero lo estamos haciendo así”. A lo que ella responde con un rotundo “no”.

Adara seguía así: “¿Sabes? No quiero que nuestro concurso sea uno, sino que tú hagas tu concurso por tu lado. Teniendo nuestra relación de amistad, eh. Que yo jamás te dejaría solo. Pero tú con tu concurso y tus problemas. Y yo con… con las relaciones que yo tenga y con mis problemas”. Las palabras salen de su boca con gélida frialdad, como medidas y repensadas previamente. Cada nueva frase parece un nuevo puñal hundiéndose en el corazón friki de su principal admirador en la casa de los secretos. Ese Frigenti que renegó de Adara, negando ser su amigo delante de Luca y Cristina la noche que ella llegó a esa casa, para luego presumir de una amistad que siempre fue desigual. Frigenti es para Adara un admirador más. Le ha podido ser útil en algún momento, pero sospecho que ahora lo ve como una carga, el primer y principal obstáculo a salvar en el concurso.

“Yo entendía que lo estaba haciendo así. Los problemas que tengo aquí son míos, no son tuyos. Y tú los tuyos son tuyos”, respondía Frigenti a punto de hacerse un pequeño lío con los pronombres. Cada vez parecía más perplejo y fuera de juego. No se daba cuenta de que para Adara es un estorbo. No en vano él salió la tercera semana ante una rival que parecía estar en coma profundo, durmiendo de sol a sol. Mientras que ella aguantó hasta la octava, rivalizando duro con los camaleónicos gemelos. El despertar de Frigenti la mañana de ayer pudo ayudar a que Adara diera el paso sin esperar más.

Todos los días pasa un buen rato hasta que los concursantes se levantan después de que empiece a sonar la música y se enciendan las luces. Esto ya era así las primeras semanas, aunque probablemente se haya intensificado ahora. Frigenti no ha estado nunca entre los primeros en levantarse, pero ayer sí lo fue. Su extraña reacción fue golpear una taza en la cocina, dar palmadas en los dormitorios y decir a voces que debían levantarse. Nunca he visto nada semejante. La explicación que dio después es que por respeto a la gente que trabaja en el programa deben levantarse cuando toca, aunque él mismo no lo había hecho antes. Por otro lado, el pasado viernes tras la fiesta iba detrás de Adara apoyando su protesta de manera exagerada. Tanto como para verse obligada a pedirle que parase. No puede permitirse el lujo de que el Frigenti más impulsivo perjudique su concurso.

Frigenti intuyó que lo del viernes podía tener algo que ver en esa reacción de Adara. “Si te refieres a eso fui porque como te había dicho que yo no podía dormir no te iba a dejar, encima”, acertaba a explicar. Una explicación caótica que demuestra hasta qué punto estaba descolocado, pero interesante porque de su propia boca estaba reconociendo que no le habían despertado las voces de la cocina, puesto que él “no podía dormir”. Adara le daba la razón reconociendo su rechazo a la actitud que tuvo el viernes: “Tú imagínate, dos personas discutiendo con una”. Tampoco elaboró mucho este argumento porque si eso sucedió así fue exclusivamente porque Luis y Cristina se quitaron de en medio inteligentemente.

Frigenti parecía quemar sus últimos cartuchos para evitar lo inevitable: “No te preocupes porque yo, si tienes una discusión, no me voy a poner (es que tampoco soy así) en plan corista”. No identifico a este Frigenti que respondía ayer a Adara con el que he estado viendo desde su regreso a la casa de los secretos. “Si yo discuto no quiero que te pongas detrás a jalear, porque da una imagen como de que yo necesito aquí alguien que me defienda. Y no necesito que me defienda nadie”, seguía diciendo. En realidad, le estaba dando la vuelta a la cuestión, aunque vale igualmente porque Adara lo que reclamaba era distancia. Una distancia que no se limita a las broncas, también respecto a sus relaciones. “Yo con las relaciones que tenga y con mis problemas”, le había dicho. Claramente, estaba avisando de su inminente ‘rotondazo’.

La charla entre Adara y Frigenti terminó en un pico de tensión, con los dos incómodos y frases nerviosas. Del “no te rayes” de Frigenti a la extraña salida de Adara cuando decía: “Estoy hablando de esto contigo como te puedo decir ‘mira qué día hace hoy’”. Está más que clara la diferencia entre el comentario del tiempo, típico de ascensor, y una conversación en la que a ella misma le había costado arrancar. La cara de Frigenti al final dice tanto que me dio hasta pena. Creo que si se confirmase una traición de Adara volverá el concursante que me atrapó y me convenció las primeras semanas y, por tanto, volveré a simpatizar con él. De momento, sus primeros pasos tras dejarle claro Adara que no lo quiere como compañero de viaje ya me provocaron anoche cierta ternura.

Aquí todo va muy deprisa y si no preveía que Adara fuera a dar este paso tan pronto mucho menos me podía esperar ver a Frigenti dando un volantazo y rectificando su decisión aparentemente irrevocable de no tener relación con Luca y, sobre todo, con Cristina. Si la conversación con Adara tuvo lugar sobre las dos de la tarde, solo esperó Frigenti a antes de la hora de una supuesta conexión nocturna del programa (que nunca llegó) para que promoviera el acercamiento a quienes fueron sus amigos en la primera parte de su concurso. Primero charlando de buen rollo con Luca y luego incorporándose también Cristina.

Hubo reproches en la conversación de lo que podríamos llamar el reencuentro, pero en un tono que indicaba cierta voluntad de pasar página. Frigenti cambiaba su versión de lo dicho sobre la reacción de la amiga y defensora en plató de Cristina respecto al tuit de su hermana. Ahora ya no había discrepancia entre ellas, sino comprensión. En todo lo demás aprecie acercamiento y valoro la conversación como útil para que mantengan en adelante una relación cordial, especialmente si Cristina no es expulsada este jueves. Pero en lo relativo a ese embrollo en el que metió a familiares y amigos no acertó Frigenti. “Como ya te hice ese comentario del exterior te lo puedo decir para que te quedes más tranquila: Me llevo fenomenal con Fátima”. Ya por la noche lo comentaba Cristina con Luis y se preguntaba qué narices estaría viendo su amiga. “Fátima, Fátima. Vamos a ver…”, decía medio en broma.

Adara convenció a Miguel Frigenti hasta tal punto que el cambio de actitud de este se produjo mucho antes de llegar la noche. Durante la larguísima y tediosa discusión sobre las tareas ya le vi con una actitud bastante pasiva, defendiendo a su compañera de repesca, pero sin mucho empeño. El objetivo de Adara era provocar bronca en el grupo, una vez más. Me resulta súper aburrido ese rol que se ha adjudicado ella misma. Lejos de plantear un concurso inteligente y sutil es lo más obvio y previsible posible. Se le ve venir a la legua y ayer estaba claro que nada le vendría bien. Adara no quería que se votase si debía cocinar esta semana o no. Tampoco aceptaba hacer esa tarea en días alternos con nadie más. Incluso pretendía entrar ella sola a hacer la compra. Cuanto más inasumible fuera su postura para el grupo mejor.

La frase más repetida por Adara durante la discusión por las tareas fue esta: “Nadie me va a pisar”. Así a solas o acompañado de algo más. Por ejemplo: “O entro en cocina o no hago nada porque nadie me va a pisar”. O también: “Nadie me va a pisar, ¿por qué no puedo yo hacer la compra sola?”. Y así todo el rato. Es experta en discutir sin intención alguna de llegar a una solución. Para ella discutir no es el medio, sino el fin. Dejó claro que no se dejaría pisotear, que era su único objetivo.

A río revuelto, ganancia de pescadores. Esto debió pensar Adara y por eso la reunión fue tan desastrosa que, de momento, no logré enterarme del reparto de tareas, mucho menos de si ella hará algo o no. Solo me quedó claro que no se dejará pisotear (ante todo); que ella no estaba dispuesta a ceder un ápice, pero tampoco sus rivales; que los Gemeliers cada vez disimulan menos su doble juego de decir a cada uno lo que quiere escuchar, y que Isabel cada día se ríe más de todo y de todos. Lo más curioso es que hace tan solo un mes, casi exacto, Adara afirmaba en esa casa: “No me gusta cocinar. Nada, además”. La cita es textual y, aunque no hacía falta mucha demostración, deja claro que si ahora quiere cocinar es solamente para tocar las narices al personal.

Los Gemeliers siguen buscando reubicarse tras salvarse hace dos semanas de la expulsión frente a Adara. Esta les ha repetido ya varias veces la coña de si son cantantes o sastres (por los trajes que supuestamente le han estado haciendo). Si estarán despistados buscando su sitio que ni siquiera respondieron a esto con la contundencia de otras ocasiones ante distintas situaciones. Solo cuando Dani le metió la bulla a su hermano llegó la respuesta un poco más áspera, a pesar de que Adara ahora se lleva bien con Dani y antes era con Jesús. Dani parece estar llevando ahora la voz cantante (nunca mejor dicho), aunque siempre ha demostrado su admiración hacia Jesús, a quien considera mucho mejor en todos los aspectos que él mismo. Veo a Jesús superado y rendido, mientras su hermano sigue dispuesto a batallar. Tal vez por eso se le noten cada vez más las costuras al dúo. Su doble juego no es solo cada día más evidente, también es más aburrido.

Pues no dice…

Pues no dice Adara que solamente se ha enamorado dos veces en su vida. A saber, de Hugo y de Rodri. Aviso para el resto de los novios que ha tenido: no habéis sido importantes en su vida.

Pues no dice Dani que Adara ha puesto en duda veinte años de profesión de su hermano y suyos propios. Creo que están incluyendo en esos años la participación con cuatro años en un programa de Juan y Medio donde entrevistaban a famosos. Ahí no eran ni cantantes ni sastres.

Pues no dice Adara que le ha ofendido Cristina por tirar a la basura unas cápsulas de sérum que le regaló. Aparte de obligarme a mirar qué es eso del sérum parece que la ofensa ha sido mayor por el valor del regalo. “Valen una pasta las cápsulas”, decía Adara. Más considerada ha sido Cristina con la camiseta que le regaló Frigenti. En lugar de terminar en la basura lo ha hecho en el sofá del salón, como queriendo decir.

Moleskine del gato

Me sigue sorprendiendo que unos y otros critiquen que hablen de ellos. Aparte de ser un deporte nacional hablar del ausente, no hay reality en el que hayamos dejado de ver que todos hablan de todos cuando no están delante. Lo de “dímelo a la cara” es de una hipocresía máxima.

Dice Frigenti que la primera repesca fue en 2009, pero se equivoca. La primera fue Amor Romeira en 2007. Entonces entró diciendo que debía agradecer al gato (c'est moi) haber sido repescada. Eso fue años antes de amenazarme con ponerme una demanda por llamarla montajista.

Anoche Luis Rollán, Luca Onestini y Cristina Porta eran reincidentes en el lanzamiento de bolsitas de té a la pared de la cocina. Si lo ve Ibai Llanos igual lo convierte en competición internacional. Eso sí, lo hicieron con cuidado de no levantar mucho la voz no fueran a despertar a la bestia.

Reconozco la gracia de Dani poniéndose las orejitas de conejo después de que Cristina les acusase de agachar las orejas ante Adara. Fue un puntazo.

Esta noche se salva uno de los nominados. Apuesto a que el salvado será Luca, quien también recibirá un mensaje de sus padres desde Italia. Habrá igualmente mensajes para Cristina e Isabel de sus respectivas hermanas. Es de esperar que la de Cristina deje claro el entuerto de Frigenti. Isabel hará su línea secreta de la vida y recibirá la correspondiente visita no tan sorpresiva. Y habrá careo entre Julen e Isabel, con el previsible cambio de manos de las esferas de esta última. Si nada se tuerce, Julen va a acabar la noche con 11 esferas en su poder.

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