Que hoy es el día no es ningún secreto

telecinco.es 07/04/2022 07:59

Que hoy es el día no es ningún secreto. Está todo en nuestras manos, y esa es la gracia del formato. Durante toda la edición fuimos descartando concursantes y en las dos últimas semanas estamos decidiendo un ganador. Lo que bien empieza bien acaba, y si no es un buen final no es el final. Aunque en el cine no me gusten los finales felices, en los realities sí. Por eso esta noche tiene que ser de gran celebración. Y si no vemos ganar a nuestro favorito tendremos siempre el recurso de proclamar un ganador moral. Es gratis.

Al final sí tuvieron la última fiesta. La hicieron el martes y fue otra fiesta de graduación. Los tres finalistas hicieron sus discursos finales y disfrutaron del momento. Cuando digo últimos es teniendo en cuenta que siempre puede haber unos definitivos, que nunca se sabe. Ayer dejaron pasar el tiempo, como siempre sucede en estos casos. Quitaron pelusas que llevaban ahí desde enero, según dijo Adrián y por la noche les dieron una cena de delivery en la white room. No me digan nada sobre que empleo demasiados extranjerismos porque recuerdo que el programa se llama Secret Story, aunque astutamente lo hemos venido a nombrar muchas veces por su subtítulo La casa de los secretos, que no deja de ser una traducción literal. Digamos que fue la última cena, solo que en lugar de 13 comensales eran solo 3.

No quiero ser presuntuoso, pero me hizo gracia que en la cena preguntase Marta si el gato encerrado habría comentado esta segunda edición del reality. Más inquietante es que dijera “tiene siempre razón”. También vino a decir que daba mucha caña y que la encuesta casi siempre acierta el expulsado. Por responder en orden le aclaro a Marta que sí estoy comentando esta edición y no he podido hacer encuesta de expulsión al ser la votación gratuita por la web. No tendría sentido duplicar encuestas. Me he saltado una cosa, pero no lo voy a evitar. A ver, igual no tengo siempre tanto la razón. No te digo más, pero lo vas a entender si me lees un poquito. En todo caso, mejor leerlo tú a que te lo cuenten. Presiento que no vas a seguir teniendo la misma opinión de este gato criticón.

Hace algo menos de tres meses escribía aquí mis habituales segundas impresiones sobre los concursantes. Llevaban aproximadamente una semana en la casa y fue entonces cuando encontré el momento de dejar libertad a mis dos manos para que aporrearan el teclado casi sin pensar, como me gusta hacer. Una vez releído lo que opiné entonces debo confesar que no mantengo todo lo que dije, pero sí en su mayoría. Esta era mi impresión más o menos a bote pronto de los tres finalistas:

Rafael: Es el gran muñidor de lo que llevamos de edición. Su gran interés radica tanto en que es un jugón como en que resulta imprevisible. También me llama la atención su sencillez y ausencia de artificio. No se casa con nadie, aunque puede convertir a Carmen en algo más que su padawan.

Marta: No le falta valentía para defender lo que piensa, pero sí decisión. Por su experiencia podría ser buena mediando en los conflictos, pero me temo que lo evitará por no dejar de ser siempre políticamente correcta.

Adrián: El sex symbol masculino de la edición se está desinflando como un globo. No ha hecho falta que pasara una semana para ello. Es ‘yoísta’ extremo, de ese tipo de personas que siempre pone su experiencia por encima. Es como el chiste aquel en que un niño llora porque se ha muerto su padre y un compañero de colegio le dice: “Vaya semana más mala llevamos. A ti se te muerte tu padre y yo pierdo el bolígrafo”. Pues eso.

No es por la buena opinión expresada ayer por Marta sobre quien firma esto, pero son sus líneas las que menos suscribo casi tres meses después. Creo que di en el clavo con Rafa (nunca más Rafael). Y ya lo creo que Carmen terminó siendo algo más que su padawan, aunque en principio se mostró demasiado indómita (esto me lo llamaba mi madre y siempre pensé que me estaba llamando animal de la selva) para ser aprendiz de nadie. Y también creo que di en la diana con Adrián, sobre todo en que se desinfló tan pronto que luego no ha podido ir a mucho menos, para su suerte.

Marta creo que fue tal como digo en su párrafo durante buena parte del concurso, pero cambió de manera bastante radical cuando se vio con posibilidades de ganar. A partir de ese momento dejó a un lado lo correcto y en lugar de seguir manteniendo un fingido papel de mediadora comenzó a repartir estopa. Se vino arriba y aunque en alguna medida fue peor para su imagen, creo que ganó mucho al ser más de verdad. La Marta más real es la que hemos conocido en la segunda mitad del concurso.

Sobre el resto, dije de Alatzne que podría ser la mal leal del grupo. Bendito condicional. Aventuré que el cerebro de Álvaro y el de Rafa juntos podían llevar a cabo un buen concurso. Así ha sido. Que la naturaleza de Carlos le impulsaba a no estar en ningún sitio y estar en todos a la vez. ¡Bingo! Predije que Carmen sin ayuda podía cometer muchos errores evitables. Ayuda tuvo, pero no fue suficiente para evitar su expulsión disciplinaria. Destaqué la ilusión y juicio sensato de Cora. Confesé que Colchero pasaba mucho tiempo estando sin estar. Y a Laila y Nissy las califiqué como imprescindibles, lo cual mantengo para esta última solamente. No quisiera ser presuntuoso, pero creo que en líneas generales no me equivoqué demasiado.

Moleskine del gato

Tampoco es secreto que la fiesta de esta noche será la más especial de la temporada. Carlos Sobera nos mostrará, como siempre digo, la fina línea que separa el abismo de la gloria. Esta edición ha sido un sueño, el inesperado regreso de los realities con concursantes desconocidos. No solo pintaba bien sobre el papel, sino que la realidad ha colmado mis expectativas. No imaginé que el casting fuera tan perfecto y el desarrollo del programa tan cercano a lo que fueron los mejores tiempos. No suelo dejarme atrapar por la nostalgia. Soy de los que piensan que todo tiempo pasado fue anterior, y punto. Pero esta vuelta a los orígenes me ha pillado desprevenido, tal vez por eso lo he disfrutado tanto. Gracias a ello he llegado al séptimo mes de reality con menos cansancio del habitual. La satisfacción te regala unas alas invisibles que te llevan en volandas hasta donde haga falta.

Esta noche el menos votado abandonará la lucha por el premio justo antes de que los dos últimos candidatos se trasladen al estudio para reencontrarse con sus excompañeros, además de familiares y amigos. También para rendir cuentas de su paso por la casa durante casi 85 días. Antes de que Carlos Sobera abra el sobre y diga el nombre del ganador veremos la actuación del cantante colombiano Feid. Están en juego 150.000 euros, pero no solo eso.

Quiero agradecer a todos los que nos han seguido, los que habéis estado ahí en silencio y quienes os hicisteis notar en las redes sociales. A los que han coincidido con los juicios y narraciones de ese gato y los que no tanto. Aquellos que llevan años acompañándome y las nuevas incorporaciones. Lo tengo dicho, sois los mejores. Y, como siempre, también gracias a los responsables de esto, que una vez más confiaron en mí. Yo he quedado medianamente satisfecho, espero que también vosotros.

Esta noche se apagará la luz de esa casa, aunque siempre quedará un ascua encendida. La que ilumina nuestra ilusión y esperanza de verla otra vez con vida. Que así sea. Y ya vale, tío, macho.

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