La incómoda visita de Maite deja a Sofía todavía más confusa

telecinco.es 21/03/2019 09:48

Los concursantes desarrollan un sexto sentido por el que adivinan con frecuencia lo que va a pasar. Esta semana estaban bastante convencidos de que pronto habría sorpresas y recibirían visitas de familiares. También anoche adivinaron la razón por la que presentó la gala Jordi en lugar de Jorge. “Estará malito”, decía Juan Miguel, a lo que siguieron comentarios sobre su exceso de trabajo. Eso sí, una cosa es que tengan un sexto sentido y otra que sean adivinos. Ayer la gala les pilló por sorpresa, en pijama y de cualquier manera. Las chicas se maquillaron con esmero el día anterior, que no hubo gala, e iban anoche a cara lavada.

Tampoco fue capaz de adivinar Sofía que la visita de su madre no sería una alegría para ella. Más bien al contrario, acabó mareada y atacada de los nervios. Si Maite pretendía que su hija ganara en seguridad de aquí hasta el final del programa logró justo lo contrario. La dejó más confusa de lo que estaba, si eso es posible. Mientras que el resto disfrutaban con emoción las visitas, llamadas de teléfono o vídeos de sus familiares, Sofía se llevaba un disgusto. Y, lo que es peor, inútilmente. A ciertas edades los padres deberían dejar de intentar manejar a sus hijos, lo cual conlleva un fracaso prácticamente seguro.

El mensaje que llevaba preparado Maite para Sofía no era muy distinto al de la hermana de Alejandro para este concursante. La diferencia es que mientras esta era asertiva y cariñosa, la madre de Sofía se mostraba imperativa y despótica. Ni una muestra de cariño vimos entre madre e hija, solo autoridad. Maite la trató como si fuera una subordinada a punto de hacer perder mucho dinero a la empresa. O dejar de ganarlo, en este caso. Tampoco nos vamos a llamar a andanas porque ya conocemos al personaje desde hace tiempo y sabemos que sus consejos a Sofía no siempre han sido lógicos ni normales.

Y encima quería que la dejasen a dormir en la casa. Maite pidió quedarse antes de ver a Sofía. Pero bueno, también se restregó por la cara la cazadora de su hija. Me imagino que marcaría la prenda con su maquillaje. Hay fetichismos que dejan huella. Entraba en la casa junto a la madre de María Jesús y las hermanas de Alejandro e Irene. A Isa Pantoja la tenían guardada y no salió hasta el momento oportuno, apareciendo como el pastel de una boda en medio de una gran expectación. Pero Maite no solo dejó mareada y sin respiración a su hija, también le robó el protagonismo al resto de familiares.

Solo Julio puede competir con Maite a la hora de perjudicar a un concursante cuando parece que lo intenta ayudar. El ex de María Jesús lleva semanas diciendo que es su ganadora, pero anoche afirmaba: “María Jesús no siempre que llora está llorando de verdad”. Firmo y confirmo lo dicho, pero es que yo no la quiero ver llevándose el maletín. Más bien todo lo contrario. Lo tengo dicho, ante la imposibilidad de darle el premio a las plantas del jardín, auténticas protagonistas involuntarias de esta edición, prefiero que gane Juan Miguel, la planta humana. Llamarle mueble es una ofensa a toda una industria porque los muebles no te dan conversación, pero al menos sirven para algo.

Juan Miguel tiene hasta atrofiado el entendimiento. Lleva días diciendo que su hija está de viaje en Cuba, anoche la ve en un vídeo diciendo que está pasando los últimos días de su viaje en Varadero después de haber estado en La Habana. Pero al rato pregunta a Jordi si había dicho que estaba en Bahamas. ¡Acabáramos! Sofía no va sobrada de entendimiento tampoco. Igual es que estas cosas se pegan y últimamente se relaciona bastante con Juan Miguel. El otro día le tuvo que explicar Irene tres veces seguidas a Sofía una cosa muy simple sobre enviar una foto sujetando un documento de identidad. Aparte de otros ejemplos preocupantes que llevo un tiempo observando.

Es como si Sofía estuviera siempre pensando en otra cosa. Sin duda, una de las razones por las que pienso en la oportunidad de que la audiencia le haga el favor de mandarla para su casita de nuevo a ver si recupera del todo el sentido. Sus seguidores no le han hecho ningún favor con la repesca. Tampoco se lo hace su madre diciéndole lo que ha de hacer. O tal vez sí. Anoche mismo le preguntó Jordi su opinión sobre el tema que se estaba hablando y su primera reacción fue preguntar: “¿Qué pasa?”. Tampoco extrañó en este caso porque acababa de recibir la visita de su madre. Bastante tuvo con salir viva de aquello.

Dudo si Maite perjudicó anoche a Sofía o todo lo contrario porque la trató tan mal que pudo hacer despertar la compasión de la audiencia hacia ella. Es sabido que la audiencia se compadece con facilidad, tal vez demasiada. El entorno donde se celebraron los encuentros tenía un poco de terrorífico, lo cual cobraba especial sentido en este de madre dictadora e hija desubicada. Un fondo arbolado con la luna al fondo, el cielo estrellado, un banco de esos que hay en los parques y el suelo brumoso. Para remate hacía mucho frío, según dijo Kiko. Tal vez porque iba en manga corta. Sofía sí que se quedó fría.

“Estar con Alejandro te perjudica”, le dijo a Sofía su madre. Y, por si no había quedado clara la cosa, insistía: “Cada cosa que haces te perjudica a ti y le beneficia a él”. Poca diferencia respecto a lo que le dijo a Alejandro su hermana: “Sal de donde estás metido en tu cabeza. No la mires, ni la nombres. Se está victimizando”. Con poco disimulo vino a decirle que si no le hacía caso Sofía le robaría el maletín. Y otra cosa no, pero eso Alejandro lo lleva muy mal. Le podrá humillar todo lo que quiera, pero que le deje el maletín a él. “Ella ha ganado dos veces, yo quiero también poder ganar un reality”, dijo Alejandro tras la gala. Ni aunque el infierno se congele, pienso yo.

El fracaso de los padres y otros familiares pretendiendo que sus hijos actúen de acuerdo con su voluntad es porque casi nunca lo consiguen. En Gran Hermano tenemos un claro ejemplo. Rara vez un concursante ha tenido en cuenta la recomendación de separarse de un compañero, ya fueran amantes o amigos. Dicen que es darles información del exterior, pero la información es otra cosa, que a tres semanas del final solo puede confundirles y hacer que se equivoquen. Más bien creo que es una opinión subjetiva. O mejor: una orden que nadie parece dispuesto a acatar. Porque no están en un cuartel y un padre o una madre están para escuchar y aconsejar, no para mandar.

Alejandro relató el martes cómo conoció a Isa Pantoja y a Sofía, sus dos conquistas conocidas. Me gustó cuando llegó al momento en que entraba a la casa de Sofía en Pamplona. Menos de 24 horas habían trascurrido desde que se vieron la primera vez y Sofía estaba diciéndole que fuera con ella a su casa y amenazándole con presentarle a su madre. Lo más fuerte es que eso sucedió tal cual lo planeó ella de forma improvisada. Y al cruzar el umbral de la puerta frente a Maite contaba Alejandro que sintió como si estuviera en una película y se congelase la imagen, mientras se escuchaba en off su voz diciendo: “Soy Alejandro Albalá, os preguntaréis cómo he llegado hasta aquí”. Reconozco que ahí estuvo ingenioso.

El de Maite y Sofía no fue el único encuentro terrorífico de la noche. El de Juani con su hija María Jesús tuvo un tenso preludio en el que aquella coincidió con Carolina. Le dijo que tenía muy mal corazón y la concursante respondió que iría a Oz a que le dieran otro. El respeto y cordura con que supo encajar Carolina ese surrealista encuentro la redime de muchos de sus errores. Después de 72 días de edición puedo decir que me ha terminado conquistando la Sobe. Algunos de sus diálogos son para enmarcar. Quien me hace reír se merece mis respetos y admiración. Y ella lo logra cada vez con mayor frecuencia.

No me digan que Carolina no es brillante a veces. Por ejemplo, cuando le dice la madre de María Jesús que no siga haciendo sufrir a una persona inocente, y responde: “Pero… ¿me estás diciendo que María Jesús es inocente?”. ¡Chapó! Antes de eso había hablado Carolina con su hija, más centrada y serena que ella, aunque dudo que tan rápida y certera. Admiro su acidez, la capacidad para ir dejando frases con el frío estilismo de un lanzador de cuchillos. Lástima que esta noche sea expulsada la gran cómica de esta edición, reina del chismorreo desopilante, gran dama de la murmuración y el comadreo.

O en las tres semanas que restan vuelven los expulsados (sobre todo Ylenia y Antonio) o vamos a vivir el final de edición más tétrico de los conocidos. Kiko e Irene frotándose las manos hasta sangrar pensando en lo que harán con el premio. Alejandro y Sofía sin hablarse por prescripción familiar. María Jesús apelando a los espectadores como si fuéramos la “seño” castigadora de alumnos de primaria. Y Juan Miguel sin hacer nada, una semana más salvado por la audiencia al ser el menos votado. ¿De verdad no se puede llevar el premio la encina del jardín? Al menos da sombra.

El pretendido momento álgido de la noche quedó ensombrecido por la Galdeano. Isa Pantoja tuvo de telonera a la cuñada de su hermano, a la sazón hermana de Irene. Puro relleno que puso al matrimonio muy contento. Ya estando solo Kiko entre la bruma de la fría sala de los encuentros apareció la otra Pantoja. No era lo esperado, pero todavía queda la esperanza de ver a la auténtica en la final, para darle el maletín a su hijo o, en su defecto, a su nuera. Isa iba en realidad para darle a su hermano un mensaje de la cantante: “Tiene la tele puesta en Cantora todo el día”, le dijo. No aclaró si viendo Gran Hermano.

Kiko e Isa son dos hermanos que apenas saben nada el uno del otro. En un vídeo ya visto comprobamos que el concursante ni siquiera sabe si ella tiene el bachiller. A pesar de la estrecha conexión de la que habla Kiko, consistente en un buen vómito recibido de su hermana la primera vez que la veía, parece que no han mantenido mucho contacto en estos años. “Es mi debilidad”, decía Kiko. Pero no sabe de ella mucho más que su nombre. Curiosa manera de tener debilidades. El consejo de Isa a su hermano fue muy a favor del espectáculo. “No te metas en líos”, le dijo. “Mejor calladito, ¿no?”, procesó él. Como todos siguieran ese consejo se acabó lo que se daba. Para eso ya tenemos a Juan Miguel, ganador moral de GH DÚO. ¡Digo!

El gato responde

Me hice anoche esta pregunta:

Recibí bastantes opiniones favorables y algunas que no lo son tanto. Por su claridad y concisión me quedo con esta:

A algunos les falta decir no a todo.

Moleskine del gato

Tras salvarse Juan Miguel los porcentajes ciegos estaban así: 78,2 % y 21,7 %. Carolina se va a quedar muy lejos del récord.

Esta noche tenemos una fiesta en la que asistiremos a las últimas nominaciones de la edición. Por lo tanto, tendremos cinco finalistas cuando se empiece a votar en positivo. Esa será la oportunidad de ver caer a Juan Miguel y otra vez a la porra mi plan de trolleo. No serán unas nominaciones normales porque las harán los familiares en plató y la audiencia a través de la aplicación. Quienes no salgan a la palestra serán ya finalistas. Que el altísimo nos asista.

Ver más de: