Ivy: “No soy manipuladora, mala ni falsa”

telecinco.es 21/10/2015 09:50

Hablaba anoche Nied del grupito que no le gusta, y mencionaba a Suso, Amanda, Sofía, Carlos, Carol e Ivy. Estos andaban de buen rollo en el salón, como si fueran grandes amigos de siempre. Que Nied les vea como un grupito me parece llamativo. Si me preguntan, diría que se trata de parte del grupo del cuarto de baño (aquellos que el jueves pasado amanecían juntos en esa estancia de la casa) junto a parte de la familia (para Sofía familia real). El problema de esta edición de Gran Hermano es que no se terminan de definir los grupos. En ello puede influir que los concursantes tienen más información que nunca.

Porcentajes ciegos todas las semanas, y vídeos de su paso por la casa para los dos más votados, suponen un flujo de información que algunos utilizan para posicionarse. Puede ser por esto que debamos redefinir la configuración de grupos constantemente. Si a esto le añadimos los clásicos aplausos o abucheos (“bucheos” para Suso) desde el plató en las galas terminamos de completar el Gran Hermano en el que los concursantes disponen de más información del exterior, lo cual no ayuda a que terminen de definirse las tramas y se estabilicen.

La fractura abierta entre Sofía y Nied aumenta cada día. Marta se ha posicionado del lado de Nied, con lo cual volvemos a tener a Sofía como concursante errante que no hace grupo porque no le da la gana y tampoco la dejan. Ella ha tenido que notar la animadversión de Nied, y sospecho que no le importa lo más mínimo. A Marta le pierde el ‘piqui, piqui’, como dice Aritz. Ella misma se ha encargado de poner las reglas de un buen ‘piqui, piqui’, que son tres: escuchar, atender y contarlo. En el momento menos pensado dejará a Nied sola lanzando cuchillos y se irá para otro lado.

Para no perder la perspectiva, diría que ahora mismo tenemos los siguientes grupos: la familia (Ivy, Carlos, Carolina y Vera); el grupo del cuarto del baño (Suso, Amanda, Han y Aritz); las lanzacuchillos (Nied y Marta) y dos satélites errantes, que son Sofía y Marina. Sofía orbita alrededor del grupo del cuarto de baño, del que fue integrante durante un buen rato. A Marina, por su parte, le gustaría formar grupo con Han y Aritz, pero mientras que estos dos no se separen de Suso y Amanda esa asociación no será posible. Me tomo esta clasificación como algo temporal. En principio, mañana la familia se queda descabezada por la expulsión de Ivy. Además, veo cierta urgencia en Aritz por desmarcarse cada vez más de Han. Al final terminará siendo el mejor amigo de Suso. Ironías de la vida.

Es inevitable relacionar la información sobre los porcentajes, que están teniendo cada semana, con ciertos movimientos en la casa. Llámenme mal pensado, pero diría que anoche Aritz se esforzaba en hacer entender a Han que los dos no tienen nada en común después de haber visto que el chino tiene menos apoyo del que parecía. Es cierto que se vota para expulsar, por lo cual medir los apoyos es complicado y a veces conduce a error. Por eso me gusta que se vote así y no para salvar, aunque visto que se van perdiendo las señas de identidad de este programa, basado originalmente en la condición de aislamiento absoluto de los concursantes, me temo que esto también lo vayan a cambiar en algún momento. En todo caso, que Han tenga un porcentaje superior al 10 % para salir es mucho más de lo que nos podíamos imaginar. Especialmente si tenemos en cuenta que las semanas precedentes el menos votado estaba en torno al 2 %.

Los argumentos de Aritz para despegarse de Han son bastante razonables. Salvo un reproche sobre la prueba de Pacman, en el que el vasco no tiene razón, es asumible todo. No tiene razón en lo que dijo anoche de esa prueba y tampoco lo tuvo en su momento. Aritz tuvo que abandonar su puesto porque empezó a sangrar por la nariz. Fue el ‘súper’ quien le indicó que no se volviera a incorporar a la prueba durante un rato, permaneciendo en observación. Aritz se enfadó porque en ese rato perdió la opción de ganar la recompensa diaria. Poco o nada de culpa tiene Han en aquello. Por lo demás, Aritz aprovechaba que Han eligiese a Amanda para hacer el alegato en su defensa para reprochar a su amigo ese extraño concepto que tiene de la amistad.

No me creo que a Aritz le ofendiese que Han no lo eligiera como defensor. Más bien pienso que se enganchó a ello para decir lo que deseaba. No encuentra en Han lo que le gustaría: un amigo con el que compartir inquietudes. Han prefiere el ‘piqui, piqui’ o compartir confidencias con otras personas. A él solo le quiere para una cosa, y eso Aritz no parece en disposición de dárselo. No obstante, se contenta con restregarse un poco en la cama y aprovechar el cariño que le da el del sombrero. Los dos acaban frustrados y sin conseguir lo que quieren. Han querría ‘trisquituarse’ (según neologismo con copyright de Marta) a Aritz. Y Aritz desearía tener alguien con quien departir. Los dos se están quedando con las ganas. Y eso termina pudriendo una relación.

Entendible que Han acuda a otras personas para hablar de lo que más le inquieta, le atormenta y le perturba (¡Grande Esperanza Gracia!). Imposible que comparta esto con Aritz, porque su principal preocupación es él. Se lo explicó tal cual anoche, pero esto no quita para que compartiese algunos ratos más de charla relajada con su amigo. En realidad, creo que me equivoco al hablar de amistad entre estos dos. Hay un proyecto de amistad, malogrado por el hecho de que no pueden darse lo que cada uno está reclamando. Intentar mantener una charla con Han es misión imposible. Veo a Aritz con poca disposición para volverlo a intentar, después de observar repetidamente a un Han más concentrado en matar moscas que en seguir la conversación.

Lo de Aritz y Han es un poco como la copla aquella que decía “ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio”. El enésimo intento de Aritz de poner distancia con Han termina como todos los anteriores: los dos juntos en la cama, prodigándose en caricias. El intento de anoche fue más serio y argumentado que los anteriores, pero ni con esas. Harían bien los dos en meditar su situación y valorar el daño que pueden hacerse. Si no tienen nada en común y uno no está dispuesto a darle al otro lo que reclama, lo mejor sería que redujesen las dosis de cariño. La frase desafortunada de Aritz en su charla con Han fue esta: “Soy bueno hasta un punto”. Es un lugar común, pero no le juzgaré por eso. El problema es que llevo días defendiendo que somos nosotros quienes le hemos puesto la etiqueta de “bueno”, y ahora veo que él mismo se la atribuye. Mal, muy mal.

Los alegatos de los concursantes resultaron totalmente decepcionantes. A los tres les sobró parte del minuto que tenían. La poca facilidad de palabra de los concursantes es acorde con su escasa formación intelectual, lo cual rematan con una educación bastante mala. Decía Mercedes Milá en un programa de radio que no debieron ridiculizarles con la prueba de las preguntas de cultura general. Igual lo que no debían haber hecho es este casting. Me niego a admitir que estos sean representativos de nada. De su mismo sistema educativo sale gente con grandes inquietudes culturales, que manejan un vocabulario infinitamente más rico y una fuente de conocimientos mucho mayor. La cosa está en seleccionar concursantes con otras inquietudes. Más ávidos de conocimiento y menos de fama. Más habituales de las bibliotecas (eso que tanto horroriza a Suso) que de las discotecas.

Ivy mejoró mucho en el ‘confe’ el lánguido alegato de Carlos. “Quiero demostrar que no soy como muchas personas creen que soy: manipuladora, mala, que me gusta hacer daño a los demás, que a mis amigos les insulto a la espalda, que soy falsa… todo eso es mentira”. Cuando justo después añadía que le encanta bailar en las fiestas empecé a pensar si no estaba diciendo lo contrario a la realidad. Es un poco como esos borrachos que pronto comienzan a decir "yo no estoy borracho". No puedo saber si es mala y no creo que le guste hacer daño al prójimo. Manipuladora puede ser, aunque creo que en contra de Ivy ha pesado mucho ir junto a Carolina como dos comadres que entre chisme y chisme se inventaban una estrategia de juego para luego renegar de ella.

La imagen de Ivy y Carolina sentadas en un dormitorio, mirando fijamente a Marta, esperando ver a esta saltar me pareció demoledora para ellas dos. Al final fue Ivy la que rompió el fuego. “¿Qué te pasa con nosotras?”, dijo. Y entonces vi a las comadres convertidas en dos aves depredadoras al acecho de una presa fácil. ¿Por qué eso ha podido afectar a Ivy mucho más que a Carolina? Ambas son como la bruja de Blancanieves, esperando que los incautos concursantes coman de su mortal manzana. El problema es que Ivy además de serlo lo parece.

Aparte de todo lo anterior, hay que contar con que Carolina utiliza su rollo sobrenatural para tener controlado al personal. Su inédita táctica consistiría en eliminar competidores utilizando el terror. Aunque siento decirle que no funciona. Más que terror he visto buen humor como respuesta, cuando no oportunismo. A esto último se ha apuntado Suso, ese concursante tan transparente y sincero que primero utiliza la enfermedad de un familiar para librarse de la expulsión y ahora anda vendiendo la paginita de la pena por su padre muerto hace 13 años. Él y Carolina han metido en el juego al difunto. No me culpen.

Suso prometió que la iba a liar si se libraba de la expulsión, y ahí le tenemos como un corderito, siguiendo la estela de su amigo Carlos, uno de los pocos que no le nominaron el jueves pasado (aparte de Amanda). Es decir, lo suyo está siendo un comer y dormir en toda regla. Parece que le hubieran alcanzado con un dardo tranquilizante. Es lo que pasa cuando un concursante constata que está sobreprotegido y se visualiza como posible ganador. Esto último es básico, porque de otro modo el efecto sería contrario, más bien como si le inyectasen ‘espabilina’ en vena. Sedamos a los concursantes y luego nos quejamos de su falta de iniciativa.

El Suso divertido y cañero que nos vendieron ha transmutado en un bienmandado que hace vídeos con humor para preescolar con Amanda, y se lleva la mortadela y las tostadas al ‘confe’ para que no pase inadvertido que roba comida. Esta broma hace gracia la primera vez, pero como todas las bromas repetidas pasan a ser aburridas, cuando no directamente patéticas. Además, es demasiada la competencia. Puede que Suso piense que es el único machote que se atreve a asaltar la despensa, pero esta vez hay legión. Pronto tendrán que dar número para ir a recenar por turnos.

Más que nunca sobra Suso si todo lo que nos va a dar a partir de ahora es lo del robo de comida y el torpe intento de engañar a Aritz poniendo queso al pie de la puerta secreta del baño. Cometió el error de compartirlo con Marta. ¿Cómo era? Escuchar, atender y contarlo, ¿no? Pues Marta ha llegado al punto de contarlo, y Aritz ya sabe que las migas de pan y los restos de queso son una broma de Suso para alimentar sus conspiranoias. ¿Alguna bromita de internado de primaria más? Como decía Eugenio d’Ors: “Quien tenga algo nuevo que decir que dé un paso adelante y se calle”.

Observatorio de nominaciones

Antes de la cita de mañana, me gustaría hacer un repaso a las nominaciones habidas hasta ahora. Se me antoja que estas próximas nominaciones van a ser vitales. Habrá en ese momento cinco concursantes menos que al principio y una amenaza de repesca que no estoy seguro vaya a convertirse en realidad. La primera repesca en nuestro Gran Hermano se produjo el día 54 de la edición, tras cinco expulsiones y cuatro abandonos. Es decir, no sería demasiado temprano si dentro de un par de semanas tenemos una reincorporación. El problema es que no veo que se justifique, a menos que Suso y Sofía volvieran a tener acercamiento carnal. Veremos lo que sucede.

Habiendo pasado solamente tres jornadas de nominaciones, Raquel es la concursante que hasta ahora suma más puntos de entre sus compañeros. En total 54 puntos, uno más de los que ha tenido Suso. Sofía, Amanda, Maite, Ivy, Marina y Muti son los otros concursantes que superan los 20 puntos. En el extremo contrario están Aritz y Carolina, con tan solo 3 puntos. De los dos, el nombrado menos veces es Aritz, que solo ha sido nominado en dos ocasiones, frente a las tres de Carolina. También dos veces dijeron el nombre de Nied, aunque suma 5 puntos. No hay ningún concursante que no haya recibido ninguna nominación, aunque incluso Suso y Amanda tuvieron su semana en blanco. Raquel no puede presumir de ello.

Esta es la lista de los puntos repartidos hasta ahora:

Suso > 0 + 6 + 11 + 19 + 17 > 53

Sofía > 20 + Inmunidad + 15 + 3 + 3 > 41

Amanda > 1 + 0 + 12 + 12 + 7 > 32

Ivy > 0 + 6 + 1 + 2 + 16 > 25

Marina > 6 + 3 + 8 + 0 + 4 > 21

Vera > 0 + 0 + 3 + 0 + 14 > 17

Han > 0 + 1 + 1 + 4 + 9 > 15

Marta > 5 + 3 + 3 + 2 + 0 > 13

Enrique > 3 + 5 + Inmunidad + 4 > 12

Carlos > 0 + 3 + 5 + 0 + 2 > 10

Nied > 0 + 3 + 2 + 0 + 0 > 5

Carolina > 1 + 0 + 1 + 1 + 0 > 3

Aritz > 0 + 2 + 0 + 1 + 0 > 3

Raquel > 13 + 20 + 21 > 54

Maite > 32

Muti > 20

Moleskine del gato

Los porcentajes ciegos de esta semana no parece que vayan a seguir la constante de semanas anteriores, con vuelcos y sorpassos. 64,0 %, 24,5 % y 11,5 %. Me atrevo a poner los nombres de Ivy, Vera y Han (por este orden) tras esos guarismos oficiales.

Ver anoche a Nied defendiendo la permanencia de Vera, leer su último escrito en el blog y recordar todo lo que dijo el lunes de su compañero es una experiencia alucinógena. Nied lanza sus cuchillos y reparte veneno basándose con frecuencia en realidades inventadas. Anoche nos pintó un Vera distinto al que ella misma describía hace un par de días. Nied vive en varios universos paralelos. Para lelos también.

Genial interpretación de la coreografía de los columpios. Esta vez se merecían hacer la compra. Con fallos en la disciplina a la hora de ensayar, lo cierto es que han pasado muchas horas dándole, y eso merece su recompensa.

Impagable el momento en el Límite 48 horas de la suegra de Ivy, hablando del “carácter malo” de su nuera. No hay más preguntas, señoría.