Juan Carlos se destapa mostrando su odio hacia Susana e Igor

telecinco.es 10/06/2013 08:47

Hoy toca comenzar los tradicionales daguerrotipos, retratos desdibujados de los concursantes que llegan a la fase final del concurso. Dice el filósofo alemán Karl Rosenkranz en La estética de lo feo que un retrato daguerrotipo no nos ofrece al hombre en su totalidad sino al hombre tal y como se encuentra en una situación del todo particular, dominado por una disposición sentimental transitoria. Podría valer, aunque siempre he confesado que utilizo este término en lugar de perfil, semblanza o cualquier otro como una especie de modesto homenaje a Manuel Vicent, pluma a la que nunca llegaré ni siquiera a acercarme, que tituló así una serie de increíbles artículos en El País de entonces, tan distinto al actual.

Antes de eso debo hacer un repaso a algunas cosas sucedidas durante este fin de semana. Como ya son menos habitantes y estamos asistiendo a una auténtica recta final (por mucho que cueste admitirlo) voy a reducir la narración, que está ampliamente recogida en el Minutado de esta misma web y en el blog Calcetineros, perfecto complemento para cubrir las horas restantes.

De entre todo lo ocurrido destaco sendas conversaciones de Desi con Raki y Juan Carlos, en las cuales ambos venían a justificar su punto en las nominaciones del jueves, así como una rajada espectacular de estos dos mismos concursantes la madrugada del sábado al domingo, en la que Juan Carlos se despachó a gusto sobre Susana e Igor, demostrando ser un reventado en grado máximo. O casi. Esto junto a lo divertido de la prueba de las llamadas al extranjero (en distintas variedades es todo un clásico, además de un éxito seguro) han completado un fin de semana mezcla de nostalgia y ganas de asistir a la resolución de esta historia, que se promete muy interesante.

Poco que decir sobre las explicaciones de Raki y Juan Carlos a Desi. Si acaso, que gracias a Raki pudo esta concursante conocer que Kristian la nominó una semana antes, y también Juan Carlos. Los dos se confesaron con Desi utilizando idéntico argumento cercano al porno emocional (como diría mi querido Tomás Blanco). Te nomino, pero te voy a seguir queriendo. Versión moderna y adaptada de la maté porque era mía. Hay amores que matan, no hay duda.

Lo gracioso de esa conversación de mediodía con Raki y la de la noche con Juan Carlos es que Desi se terminó disculpando con ambos por sus formas y les prometió que no se lo iba a tener en cuenta. ¡Quién la ha visto y quién la ve! Y sombra de lo que era. No hay más que recordar que a Argi le guardó rencor durante semanas por un maldito voto. Tal vez entendiese que podría haber evitado las cuatro nominaciones de esta semana si en lugar de invitar a película de terror con palomitas a Álvaro y Susana solamente, su deseo hubiera incluido al grupo en su conjunto. Aún en el caso de que no lo hubiera evitado, por lo menos no tendrían ahora una justificación incuestionable de sus votos.

No sé si Juan Carlos confía o no en que se va a salvar esta semana, pero por si había alguna duda este sábado se autoinmoló al estilo Gran Hermano. Es decir, cogió pico y pala para cavar durante horas su propia tumba. “Yo fui el más votado en la repesca, e Igor quedó segundo”, le decía a Raki, con quien mantuvo una conversación interrumpida varias veces que duró hasta el alba. Ella no dio ni un machetazo al suelo, pero tampoco le convenció para que dejase de cavar.

Con todo, prefiero a este Juan Carlos reventado soltando sapos y culebras por la boca que el mueble casi inanimado que hemos tenido que soportar durante semanas. El sábado iba rajando de Susana e Igor, mientras Raki se movía con soltura en el terreno de la indefinición, aunque no parecía dispuesta a apoyar en nada a su amigo. “Si me llega la factura de la luz la pago yo, no me la va a pagar un amigo”, decía Raki. Juan Carlos no entendía bien la metáfora, como ella misma le reprochó y añadía: “Pero si un amigo me lo pide le ayudo a pagarla”. La respuesta de ella tampoco le ayudó mucho: "Pero si no te lo pide..." Aplicado a la conversación que estaban teniendo, está claro que Juan Carlos no le pidió nada, y ella dejó que se terminara de enterrar.

La mala conciencia de Raki es clara. “¿Crees que me preguntarán si la relación que tengo contigo es amistad o algo más?”, preguntó. Juan Carlos está bastante convencido de que así será, porque ya en su primera entrevista en plató le pusieron un vídeo sobre ello. El que criticó a Igor por dar información del exterior no paró durante la madrugada que comento. Por ejemplo, contó que fuera le hemos visto como un mueble, cosa que le preocupa. Cualquiera diría que está preocupado, viendo que desde su vuelta se ha mimetizado con el mobiliario permaneciendo más tiempo dormido que despierto.

Si es cierto lo que contaba el otro día Álvaro de que durante la noche crecemos un par de centímetros al estar en posición horizontal, por lo que el momento ideal para tallarse es recién levantado, no hay duda de que Juan Carlos ha crecido un palmo en las últimas semanas. Ikea sigue dispuesta a recibir el paquete devuelto este jueves, siempre y cuando vaya con el embalaje original.

Lo que más claro quedó en esa madrugada es que Juan Carlos no se fía de Susana e Igor porque le transmiten desconfianza. “Me jode que Igor me nominase el otro día”, decía. Como si él no le hubiese nominado recientemente de forma repetida. También le molesta que Susana le nomine y le haga el vacío. Se lamentó de la amistad y buena relación entre Igor y Susana, a quienes acusó de ser falsos. Lo mismo respecto a Álvaro, de quien piensa que Igor busca evitar su voto exclusivamente. “Igor es un falso de mierda. Tiene dos caras”, afirmó Juan Carlos, destapándose por completo.

A todo esto, Raki da la callada por respuesta y cuando interviene es para aclarar que ella no se mete, ni le da rabia ni coraje, ni Cristo que lo fundó. Eso sí, le reconozco como positivo que no entrase en la provocación de Juan Carlos. “Creo que das demasiada confianza a personas con las que luego seguramente no vas a relacionarte una vez fuera”, le dijo. Y Raki siguió practicando el noble arte de tirar balones fuera, rematando la jugada con un gol por la escuadra a la portería de su amigo: “Yo he dicho que si tengo que elegir a alguien para llegar a la final, te elegiría solo a ti, pero si tengo que escoger a alguien más, los escogería a ellos antes que a otras personas”. Uno a cero.

Daguerrotipos: Raki, sin perro ni flauta

Raki es de esas concursantes que van viendo abandonar la casa todos sus apoyos uno a uno y que indefectiblemente terminan completando el cuadro marchándose en último lugar, pero haciéndolo igualmente. Su falta de compromiso hace que ni siquiera esto sea apreciado como un “álamo”, en referencia a aquella vieja película de John Wayne en la que se retrata un grupo acorralado, cercado y derrotado antes de la rendición. La historia de aquellos cuyo destino es la derrota siempre me ha estremecido, pero en este caso faltan ingredientes para ello. Raki no estuvo nunca acorralada porque huyó de posicionarse, optando por vivir en su propio mundo de confetis de colores donde la felicidad se impone porque la realidad no importa.

Es poco exacto decir que Raki haya vivido ajena a la realidad. La verdad trasvisible es que a ella no le ha importado lo que pasaba hasta que ha sido consciente de que esto llegaba al final y posiblemente ahora tenga la sensación de haberse equivocado. Tal vez por eso dice estar nerviosa todo el día. No me refiero solo a un desapego a la realidad que la circundaba, sino también a esa otra realidad que dejó aparcada fuera de la casa, sobre la cual tiene ahora la duda de si la habrá barrido la grúa y cuando salga pueda no encontrarse donde estaba. Creo que teme haber perdido su realidad de fuera mientras se perdía igualmente buena parte de las cosas que pasaban a su alrededor.

De entre sus afines, en esta hora solamente le queda Juan Carlos. Ese pudo ser su principal error, puesto que en su mano tuvo volver a encontrarse con Giuls, de quien dijo que era su álter ego, y prefirió darle una segunda oportunidad a alguien que la ha malgastado claramente, lo cual es posible que le vaya a descabalgar de esta aventura al convertirse en el último expulsado por los votos de la audiencia. Su entorno más cercano ha ido siendo desmontado en un plazo inferior a dos semanas, y el artífice de ello ha sido Igor, concursante con quien ella no ha tenido ningún enfrentamiento.

El papel secundario de Raki, elegido por ella misma, hace casi imposible que apreciemos como un drama que se haya ido quedando sola, rodeada de personas a quienes ha nominado repetidamente (Nacho y Álvaro) o bien lo ha hecho en esta última ocasión (Desi). Los otros tres compañeros de encierro no han recibido ni una sola nominación (Juan Carlos e Igor) o una sola en las primeras semanas (Susana). Su único apoyo es Juan Carlos, a pesar de lo cual ha seguido evitando salir nominada hasta el final. Solo lo estuvo la primera semana, junto a su amiga Giuls, a quien traicionó prefiriendo volver a tener a Juan Carlos a su lado.

Raki llega hasta aquí, por tanto, sin apenas haberse enfrentado a la audiencia votante, aunque es muy posible que en caso de haberlo hecho hubiera aguantado por no despertar apenas rechazo. Es el caso contrario a algunos otros concursantes, que además perdieron el pulso con Igor. Mientras que eso sucedía, Raki hacía una de las cosas que la audiencia no suele tolerar bien a los concursantes: mirar hacia otro lado sin decantarse ni llegar a definirse nunca. Quiso ser amiga de Igor al tiempo que hablaba bien de los gemelos y seguía haciendo piña con Sonia y Kristian. No le ha salido bien la jugada, lo cual demuestra que los equilibrios se deben hacer en la cuerda floja o en la barra de gimnasia, pero no en Gran Hermano.

Esa falta de definición afecta incluso a su propia imagen. Perro flauta sin perro ni flauta, a quien parecen fascinarle demasiado algunas costumbres muy poco hippies. La madrugada del sábado le decía a Juan Carlos que es extremadamente pudorosa y le gusta pasar desapercibida, lo cual choca frontalmente con lo que se espera de alguien que ha querido participar en este programa y lo ha hecho. O sea, sin perro, sin flauta y sin vergüenza, a pesar de todo lo dicho. A lo que podría añadir que sin novio, de no ser porque ella misma habló de novio desde el primer día, aunque con mayor discreción y recato que en otros casos. Sus dudas sobre si encontrará todo fuera donde y como estaba se refieren a ese ‘Choco’ a quien ha puesto a prueba durante estos cuatro meses. En una maniobra de despiste absoluto le preguntaba Juan Carlos este sábado: “¿Tú has hecho algo para estar preocupada?”. Y con la boca chica respondía Raki que no.

No pero sí. Sí pero no. Este es un buen resumen sobre la permanente actitud de Raki. Recuerdo una fiesta en la que le reconocía el valor a Miriam para poner a prueba su relación de pareja y decirlo, mientras que ella no se atrevía a reconocerlo abiertamente. De alguna forma lo estaba haciendo en ese momento, aunque con ese estilo taimado que ella usa, disfrazado y disimulado del reconocimiento ajeno hacia algo que ella parecía incapaz de hacer, pero estaba haciendo. De alguna manera, todo en ella es simulación, aunque tan bien enmascarada que para muchos pasará por ser la concursante más clara y natural.

Tengo dicho que Raki es la concursante típica que suele gustar a quienes no hacen un seguimiento del programa de primer orden. Aquellos que solo ven las galas pueden ver en Raki una persona discreta, amable y amiga de sus amigos. Además, es indudablemente guapa y estilosa, transmitiendo una imagen moderna que con facilidad puede cautivar. En muchos aspectos me recuerda a Judith Iglesias, a quien llamé (con más sorna que mala intención) “presuntamente presunta” en su daguerrotipo, previo a convertirse en ganadora de la novena edición. Creo que me valdría la ocurrencia para Raki. En aquel caso hablé de simulación y desapego a la realidad en muchos aspectos, lo cual también podría repetir en este. La diferencia es que en Raki me parece todo mucho menos estudiado y exclusivamente consecuencia de una actitud vital.

No creo que esta concursante se haya planteado ser así, sino que esa ha sido su forma de plantear el concurso de igual forma que afrontaría muchas otras cosas en la vida. Ella es tibia por naturaleza, lo cual entronca con otra familia de concursantes a quienes solemos ver desfilar en las últimas semanas. Es la suya una tibieza tan poco trabajada que parece totalmente natural, y seguramente lo es, como digo. Habla la Biblia de los tibios: “Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca” (Apocalipsis 3:15,16. NVI). Y así pasó Raki por este programa, sin producir frío ni calor y con el culo entre dos sillas.

No digo que toda ella sea una mentira, pero como decía Cocteau: una mentira a medias de ningún modo es una media verdad. No me creo a concursantes como Raki. Su tibieza y falta de compromiso me distancian de forma clara y contundente de ella. Todavía recuerdo escucharla decir que Pepe Flores no se había comprometido lo suficiente durante su paso por el programa. Hay que vivir fuera de la realidad para hacer ese comentario sin ser capaz de analizar cómo ha sido el suyo. En aquel momento todavía estaba a tiempo de corregirlo y hacer algo que no fuera de cara a la galería, condicionada por el qué dirán, presa de un miedo terrible a mostrar su propia realidad.

Por eso resulta hasta ofensivo escucharla acusar a Desi de haberse aislado con Álvaro, supuestamente la razón principal de su nominación, cuando ella se ha pasado aislada y concentrada exclusivamente en Juan Carlos durante semanas. Y lo más fuerte es que jamás ha reconocido esa relación. Ni lo hará. Su tibieza le hace plantearse si habrá perdido a su novio, pero no termina de reconocer haber hecho nada para que este se haya podido sentir molesto. Por no comprometerse, ni siquiera ha querido pedir un deseo al Gran Hache. No fuera a ser. Su obsesión por no dar una mala imagen le ha llevado incluso a moderar el consumo de alcohol en las fiestas, lo cual nos ha privado de la Raki más divertida, la que reía y lloraba a la vez, protagonista de adorables borracheras.

Durante el resto del tiempo, aquel que permanecía sobria, Raki iba dejando mensajes que irían convenciendo a este gato de que no es el tipo de concursante que me gusta. En principio, reía las bromas políticamente incorrectas sobre Lorena, pero al final prefería censurarlas quedando como la buena frente al grupo de patanes desaprensivos capaces de hacer bromas con el sobrepeso de una concursante. Grave error que no ha cometido nunca nadie, porque jamás hemos hecho chistes de gordos y tartajas. ¡Anda ya! A otro perro con ese hueso (u otra raspa para este gato).

Raki ha cometido pocos errores durante el concurso. Además, ha sido capaz de convencer a sus compañeros para que no la nominasen, utilizando técnicas no muy diferentes a las que tanto criticamos en Sonia. Nominaba a Adrián, con quien no tenía una relación de especial cercanía y luego iba a darle la brasa para congraciarse con él, consciente de que podía sospechar que le había dado uno de sus puntos. Lo mismo ha hecho este viernes con Desi, quien presume de que va de cara, pero ante las explicaciones de Raki y Juan Carlos por sus nominaciones le restó importancia, cuando antes y después ha soltado pestes por la boca, adelantando que ni quería hablar con ellos sobre el tema.

Si tuviera que quedarme con el mejor de los recuerdos sobre Raki ese sería el de la primera semana, junto a Giuls. Ella impidió que se repitiera esa química especial entre las dos, lo cual sospecho que ha beneficiado indirectamente a Igor y Susana, porque ha sido poco más o menos como renunciar a competir por el maletín. Ese era su último cartucho y decidió malgastarlo con un mueble de concursante, que calienta de vez en cuando su cama, o la de al lado.

Esa primera semana vi a una Raki con grandes opciones. Junto a Giuls era una mujer libre y despreocupada, cuyo encanto traspasaba la pantalla como pocas veces sucede. Entonces sí que estaba “súper de bien”, como le gusta decir a ella. Una vez separada de Giuls por el capricho de una audiencia que durante las primeras semanas suele tomar decisiones no muy comprensibles (aunque luego va aprendiendo la lección), el encanto de Raki se fue apagando, dejando al final solamente un rastro de confetis decolorados.

Moleskine del gato

Termino con premura haciendo referencia a una conversación sobre el vigor de Igor. Sí, sí, no estoy fabulando. Fue el propio Igor, que pasó un par de semanas fuera de la casa, quien mencionó esa forma de llamar a su miembro viril que un día se le ocurrió a este gato y ahora todo el mundo usa. Susana hablaba de esa parte de su anatomía y de la propia observación durante una madrugada. “Se movía sola, para arriba y para abajo. Es como si estuvieras soñando con una tía buena y luego con otra mala. No había visto algo así en mi vida. Era como una parte independiente de tu cuerpo”. Satisfecho, Igor reparó en que Susana había estado pendiente de su... vigor. Y apostaría a que entonces el vigor se debió poner contento de forma repentina.