El juego sucio manda en la recta final

telecinco.es 28/03/2016 09:36

Atrás quedaron los tiempos en que las últimas semanas de convivencia servían para hermanar a los finalistas y se obraba el milagro de relaciones con cariño entre antiguos enemigos dentro del concurso. El recuerdo de lo bueno vivido en esa casa se apoderaba de los concursantes y la nostalgia sustituía al conflicto. Últimamente esto no es así y la competición se recrudece las últimas semanas. Aparecen entonces conejos que salen de chisteras dando la última campanada. Digamos que son intentos de recuperar el tiempo perdido y jugar una última carta a la desesperada. Pero nunca habíamos tenido una final tan plagada de juego sucio como la que vivimos estos días.

Juego sucio dentro y fuera de esa casa, con graves acusaciones y mentiras. Cualquier cosa parece válida con el fin de desacreditar al contrario. No se trata de darse brillo uno mismo sino de quitárselo al enemigo. La falta de escrúpulos es tan exagerada que genera en el espectador cualquier cosa menos empatía. Ante este panorama, hasta dos concursantes monigotes, marionetas cuyos hilos manejan otros, como Dani y Toti (también conocida como Yolanda Campos), parecen un ejemplo de decencia. A ese extremo hemos llegado. El concursante corrupto que pide el voto para otro se salva por no participar de ninguna campaña de desprestigio.

Digo bien campaña de desprestigio porque es lo que está sufriendo Alejandro Nieto y su familia. Laura ha llegado a especular sobre el posible fraude a la legalidad del padre del concursante, haciendo con la mano el típico gesto de llevárselo crudo. Es tal la impunidad con la que actúa esta concursante, apoyada en esto por Rappel, que uno duda cuál será el siguiente paso. Digo duda y lo que tengo es miedo. Un buen concursante, que ha ido haciéndose un hueco poco a poco, abriéndose cada vez más y consiguiendo un protagonismo no buscado, viendo cuestionada la decencia de los negocios familiares. Es absolutamente insólito.

Alejandro siempre ha dicho que pertenece a una familia humilde. Nunca ha vendido pena por ello. Jamás le he visto hablar de carencias en su vida. Muy distinto a lo que ha hecho una Laura Matamoros que narra una vida desgraciada en su adolescencia, pero antes de alcanzar la mayoría de edad se estaba sometiendo a una operación para aumentar el tamaño de su pecho. Laura es quien ha vendido pena desde el primer día. Nadie más basó su concurso en una vida llena de dificultades, pero lleva un abrigo que vale 600 euros, hace viajes a resorts del Caribe y disfruta de un seguro privado de salud.

El pecado de Alejandro parece ser haber argumentado que quiere ganar el programa porque necesita el dinero. Con esto no dice que viva en la indigencia, sencillamente está siendo sincero. Lo contradictorio es afirmar que todos están ahí por dinero, tanto el del maletín como el que van ganando cada semana, y al mismo tiempo crucificar a este concursante por decirlo. Rappel entra en brote con Toti porque esta concursante considera que le hace más falta a Alejandro que a él, por ejemplo. Y a la vez demuestra que esto es así presumiendo de no decir que donará el premio a una buena causa. ¿Qué hipocresía es esta? Decir que no va a decir. Solo eso ya es peor que cualquier cosa de la que se pueda acusar a Alejandro.

Laura Matamoros y Rappel se han quedado solos en este lamentable empeño por demostrar que Alejandro tiene mucho más de lo que se cree. Pero resulta que lo creen ellos solamente. Parten de un supuesto nunca planteado, porque jamás ha hablado de dificultades. La simulación de estos dos concursantes no es pequeña. Laura sí ha vendido pena por su situación económica durante años. Rappel, por su parte, afirma ahora que no se debe hablar de lo que uno tiene o no porque es una ordinariez. O sea, mejor debe ser hablar sobre lo que tienen los demás, que es justo lo que él hace. Y no solo ahora, lo lleva haciendo todo el concurso.

No creo que sorprenda a Rappel que recordemos cosas dichas por él dentro de esa casa. Por ejemplo, que considerase a Carlos poco menos que un pobre hombre porque seguramente no tenía servicio en casa, ni siquiera una asistenta que fuera los domingos. Porque él bien ha presumido de tener seis personas de servicio y no sé cuántas casas. Por presumir hasta presumió de las veces que despidió a personas del servicio. Ahora mismo dice una cosa y hace la contraria. No se habla de lo que se tiene, pero no para de hacer inventario de los bienes de Julio Nieto, que no son los de su hijo Alejandro. Seguro que se inventa la mitad, pero de ser cierto no es un patrimonio del concursante sino de su familia. ¿Seguro que esto no lo entiende Laura Matamoros? Como si valoramos la situación económica de esta concursante mirando el ‘casoplón’ de su padre, donde ella ha estado viviendo hasta hace bien poco.

Rappel inventa sin parar y nunca con buena intención. Carlos le contó que al salir tenía que pagar las obras que está realizando en su casa e interpretó que tenía acreedores. En un santiamén transformó la historia para acusar a Carlos de estar lleno de deudas y presumir de que él no debe dinero a nadie. No voy a entrar en este juego sucio, pero está publicado que tiene una importante deuda con la hacienda pública. Y encima se atreve a hablar de que Alejandro tiene la salud de su hijo pagada por la Seguridad Social, o sea “la pagamos todos”. Hay insinuaciones que solo pueden producir repugnancia.

Laura ha llegado a acusar a Alejandro de utilizar la salud de su hijo dentro del juego. Esta acusación es de una villanía que asusta. Debería existir algún freno, porque tanto juego sucio repugna demasiado. Es preocupante que no sea capaz de entender que Alejandro haya necesitado hablar de esa situación que tanto le preocupa. Jamás lo ha utilizado. Todo lo contrario, trató siempre el tema con discreción. Justo lo que le falta a Laura. No entiendo qué pretende esta concursante. Mejor dicho, lo que entiendo me parece tan repulsivo que quiero no creerlo.

No voy a hacer lo mismo que hace ella, pero sí digo que si hubiera sido otro concursante el que en un arrebato hubiera estado a punto de decir “su puto hijo” habría montado un auténtico consejo de guerra mediático. No hay duda de que esa era su intención cuando afirmaba lo siguiente: “Si tan prioritario es su put… puñetera vida que venda su coche”. Se escucha perfectamente que después de “pu” iba lo que iba, aunque rectifica en el último momento. Tampoco ofrece duda que diga “prioritario”, en masculino, que no concuerda con “vida”. Está claro que iba a decir “puto hijo”. No hay medida.

No sé quién se cree Laura Matamoros. Sorprende esa impunidad, la absurda superioridad con la que trata a todos, lo zafio que resulta su juego pretendiendo el desgaste del contrario. Todo me resulta desagradable en ella: su voz disonante, el gesto de estar oliendo a mierda todo el rato, las malas maneras, esa prepotencia… todo. No sé si me llama más la atención su profunda ignorancia o lo mucho que presume de saber de todo y su tendencia a meter baza siempre para intentar quedar ella por encima, dejando en ridículo a los demás. Como bien la define una amiga mía: aristocrática de la nada.

También aprecio juego sucio aquí fuera. Exconcursantes y familiares se afanan en sacar supuestos trapos sucios, al mismo tiempo que intentan acallar las voces discrepantes en el Debate y resto de programas. Observen ustedes como las intervenciones de determinados colaboradores son siempre boicoteadas por Diego Matamoros y otros. Anoche, Raquel Bollo hablaba de si la familia de Alejandro cría gallos de pelea. ¿De verdad que es necesario entrar en eso? Muy mal lo deben ver para llevar tan lejos la campaña en contra de un concursante. Otros, como Julián Contreras, intentan tener su momento de gloria en cada gala, a costa de quien sea. El jueves pasado era Fran el objetivo. Recién salido de la casa, Julián le acusaba de disfrutar haciendo daño y ponía como ejemplo unas palabras que le afectan directamente.

“¿Tú no has dicho en esa casa que a mí todo lo que me pasaba era que yo había abandonado a mi madre y que se había suicidado por eso?”, preguntaba de forma retórica Julián. Ante la negativa de Fran, quien afirmaba que no había sido así, Julián le emplazaba a ver las imágenes, y calificaba de “despreciables” las supuestas palabras de Fran. “Eres un tipo mediocre que el problema no es que hagas daño, sino que te gusta hacer daño”, añadía Julián. Jordi González se comprometió el jueves a que caso de existir esas imágenes las veríamos ayer domingo. Pues bien, las imágenes a las que se refería Julián fueron vistas y este gato paciente las recordaba con bastante precisión. ¿Conclusión? Lo dicho por Fran no es lo que afirmaba el jueves Julián.

“Yo tenía ahí seis años, que me acuerdo además en televisión que decían 'se ha suicidado no sé quién no sé cuántos'”, empieza diciendo Fran. Rappel responde de malas maneras que no se suicidó nadie. “Si has oído esa noticia la has oído por el culo”, dice Rappel, como si nunca se hubiera manejado en los medios esa posibilidad. Pero esto es lo de menos, Fran sigue explicando: “Me lo dijo su defensor antes de entrar. Lo que él me contó, me acuerdo… es más, me acuerdo perfectamente, que se enfadó él con su madre porque no se tomaba no sé qué, que quince días antes se marchó a casa de su padre o no sé qué y que quince días después acabó así. Y que él se arrepiente de no haber estado”.

Voy a pasar por alto que Rappel considere una blasfemia lo dicho por Fran. Sea como fuere, no dijo aquello de lo que le acusó Julián. “Que yo había abandonado a mi madre y que se había suicidado por eso”, afirmaba Julián, transformando lo dicho por Fran. Si alguien injuria es Julián, al que hemos visto noche tras noche en el plató de Gran Hermano VIP, pero si en una ocasión estaba justificada su presencia era precisamente anoche. Ignoro por qué no estaba si se había anunciado que se mostrarían las imágenes.

Ni aprecio mala intención ninguna en las palabras de Fran ni dice nada muy alejado de la realidad, si acaso salvando el tema del suicidio. Decía Rappel que no tenían por qué hablar de esa persona muerta. Haría bien en decirle eso mismo al propio Julián.

Moleskine del gato

Debe ser que estoy demasiado cansado a estas alturas, porque hay cosas que no las termino de entender. El sábado cocinaron en la prueba semanal Carlos y Alejandro. Tres vecinos de Guadalix de la Sierra subieron a la casa a probar la cena. En directo les vi elogiar la lasaña por cómo estaba pochada la verdura, la suavidad de la pasta y lo bien que estaba hecha la bechamel. Sin embargo, las natillas del postre estaban demasiado líquidas, según contaron y así parecía visto en pantalla. Sin embargo, a la hora de valorar la cena, la lasaña mereció peores comentarios que el postre. La verdura ahora estaba muy pochada y las natillas buenas. No sé si es que estas buenas personas tienen una mala digestión o algo.

Anoche no había terminado el Debate y tanto Rappel como Laura Matamoros estaban ya en la cama. Los otros cuatro concursantes estuvieron un tiempo de cháchara. Creo que han sido los minutos que más disfruté en todo el día. Hay ausencias que se agradecen.

Poco se han movido los porcentajes ciegos desde el jueves. Anoche estaban así: 47,0 %, 32,6 %, 17,8 %, 1,1 %, 0,9 % y 0,6 %. La humillación para el concursante que tenga el porcentaje menor puede ser importante.

Y dejo cartelera con Julián Contreras en ‘El padrino III’. Tercera parte de la trilogía. Ojalá nos asegurasen que no habrá más.

[Montaje por Montse Juanilla]