Liz y Sema piensan que Charlotte es una choni

telecinco.es 01/02/2016 09:53

No se puede decir que los VIP encerrados en la casa de Guadalix sean un ejemplo de hospitalidad. El recibimiento a Charlotte no fue precisamente amable. A los pocos minutos de encontrarse con el grupo Rosa le soltaba un impertinente “pero tú no eres famosa” que sonó totalmente innecesario. Un poco más tarde, mientras cenaban una vez acabada la gala, la nueva concursante tenía que mendigar algo de conversación porque nadie parecía interesado en entablar contacto con ella.

La cosa mejoró en las primeras veinticuatro horas, y durante la fiesta del viernes ya estaba más integrada. Además, la mayoría de los comentarios sobre ella eran positivos. Aparte de hablar de sus operaciones de estética, lo cual parece inevitable, escuché decir que parece buena chica, destacando su carácter. Es así como nosotras, decían Belén y Lucía. Pero tampoco lo parece porque la propia Charlotte se quejaba en el ‘confe’ de que tenía más relación con los chicos que con las chicas.

Antes de encontrarse con el grupo, el ‘súper’ preguntaba a Charlotte por sus concursantes preferidos. “Me caen bien varios”, respondía, y daba los siguientes nombres: Rappel, Sema, Carlos y Belén. Por eso se acercó a Sema, despertando los celos de Liz, su pareja de hacer vídeos. Pero creo que dos días después ya no debe pensar lo mismo la argentina. No tuvo mucha puntería, porque de los citados hay por lo menos dos que pronto empezaron a dirigir sus comentarios venenosos hacia ella. Rappel dudaba de la calidad de sus joyas y le parecía que tenía aspecto de tener más edad que 22 años. Menos mal que no la escuchó decir eso de “todo lo que sea falso me gusta”, porque seguramente Rappel habría empezado a pensar que sus bolsos Vuitton eran falsificación de los chinos.

Peor fue lo de Sema, que fue pillado hablando en la cocina con Liz y no bien. La pillada de Charlotte debió ser monumental. Ella misma contaba después como decían: “Lo que faltaba, que metan otra rubia choni, que si las pestañas, que si no sé qué”. No le pareció que lo dijeran de broma porque en ese momento ella se hizo notar y preguntó si hablaban de ella, recibiendo la callada por respuesta. Charlotte se lo contaba a Belén, que no daba crédito. Puede ser que no lo pensara bien, porque el comentario no solamente es ofensivo para su nueva compañera. Cuando dicen “otra rubia choni” cabe pensar que están pensando en otra concursante que respondería a esa misma descripción. Las sospechas se agotan en Rosa y Belén, las otras dos rubias de la casa, y no me pregunten por qué, pero me da la impresión de que no están pensando en la que fuera peluquera de Rocío Jurado.

No creo que a Charlotte le preocupe lo que Liz piense de ella, pero lo de Sema debió ser una pequeña decepción porque estaba en su lista de preferidos. Se puede entender que Liz hablaba influida por sus celos, aunque debió medir un poco más sus palabras para que no se volvieran en contra de ella. Aparte de llamarla “choni” también había estado criticando sus operaciones de estética, el aumento de pecho (las “lolas”, dicen los argentinos) y que use lentillas de colores para tornar el iris de sus ojos de marrón a azul. Qué curioso, porque basta con buscar un poco en Internet para encontrar fotografías de Liz usando lentillas de ojos claros. Sobre el pecho, son pocas las concursantes que no han pasado por el quirófano para aumentar su tamaño. Hasta Laura lo confesó la primera semana, lo cual cuadra poco con su poco esmerado estilismo.

Todo lo que cuento ha pasado en apenas dos días. Ya digo que no son los más hospitalarios del mundo estos VIP. Entre lo que han dicho a sus espaldas y más de una impertinencia que le han soltado a la cara, no sé cuál será la sensación de Charlotte, pero yo estoy bastante sorprendido. Cuando expresaba su gusto por lo falso, aparentemente referido a su físico, la respuesta de Laura fue llamarla superficial. Son un encanto, ¿verdad?

Pues yo digo una cosa, con sus pestañas postizas (esas que le volaron al tirarse del helicóptero en el ‘Supervivientes’ italiano), con su exceso de colágeno en la cara (como le dijo una de las componentes del jurado del concurso de baile de la televisión argentina en el que participó), y con toda su superficialidad, veo a Charlotte más educada que la mayoría de sus nuevos compañeros de encierro. Parece una buena chica, lo cual no diría de algunas otras. Tampoco sobre muchos de ellos.

Hablando de falsedad, igual convendría que en lugar de mirar a Charlotte y sus postizos nos fijásemos en la curiosa maniobra de Julián y su lesión de rodilla. Merece la pena repasar bien lo sucedido de un día para otro, desde la mañana del jueves a la del día viernes. El jueves vi levantarse a Julián y me llamó la atención que lograse atravesar el pasillo camino de la cocina sin apoyarse en la muleta. Cojeaba un poco y hacía gesto de dolor, pero iba a buen paso. No necesitaba apoyarse en nada ni nadie para caminar. Cuál sería mi sorpresa, que poco antes de comenzar la gala le vi de nuevo con la muleta. Más aún, se desplazaba con esfuerzo, apoyado en la muleta y en alguna ocasión contaba con la ayuda de Laura, que también le servía de soporte.

Julián se acostaba el primero ese día, solo y sin cenar. Esto explica que también fuera el primero en levantarse el viernes. Se vistió con ropa adecuada para practicar deporte y salió al jardín. Las imágenes nos mostraron a Julián corriendo en círculo por el jardín durante 20 minutos casi exactos. La muleta no solamente estaba de nuevo olvidada sino que fue a devolverla al ‘confe’. Es decir, por la noche caminaba con esfuerzo y necesitando varios apoyos, y a la mañana siguiente corría a buen ritmo por el jardín. Él mismo presumía de ello luego. A Laura le contaba que había estado corriendo media hora, que hablando con otros compañeros después se convirtieron en 40 minutos.

No queda la cosa ahí. Para completar la secuencia, por la tarde estaba pedaleando en la furgoneta de la prueba, y lo hacía más rápido que sus otros compañeros de grupo. Ni Rosa, ni Rappel pedaleaban tan fuerte y ligero como Julián. Si fuera dado a creer en los milagros diría que esto lo es. El milagro intermitente de la muleta de Julián, necesaria solamente durante la gala. Pasar de la muleta a correr entre 20 y 40 minutos es un auténtico prodigio que solo se puede explicar desde la superchería o pensando mal de Julián. Me sabe mal, pero creo que Julián nos ha engañado exagerando su lesión. Dar pena es su modo de vida, y tal vez pensó que nadie nominaría a un pobre cojito.

Llamativo me parece que nadie dudase de la lesión de Julián al ver su repentina recuperación. En otro caso, Laura habría preguntado con descaro por ello, pero como se trata de Julián solo se interesó por saber a qué hora se había levantado para correr. Es curioso que no se le criticase por eso en una casa donde se hacen más trajes que en la fábrica de Emidio Tucci. Anoche Alejandro ponía fino a su amigo Javier hablando con Liz y Sema. El jueves me pareció que el míster había entendido el mensaje de la audiencia tras la expulsión de Julius, pero creo que anda de nuevo despistado.

Alejandro es tan desleal que empieza a interesarme su papel en el concurso. No tiene freno ninguno y anda escaso de recursos, por lo que no me extrañaría verle cualquier día criticando a Rappel hablando con el adivino. Ha pasado de dar coba a todos por miedo a la nominación a disparar indiscriminadamente todo el rato. Hasta el momento todavía elige con quién emplear armas de mayor alcance y con quién un tirachinas. Porque un fino estilete no le he visto manejar, ni creo que lo vaya a ver. Si algún día se junta con Rappel y sacan los dos la recortada el resultado puede ser épico. Sospecho que no sucederá, porque a Rappel le cae tirando a mal, y no desaprovecha ocasión de ponerle de ignorante para arriba.

Anoche mismo, Rappel no se explicaba cómo Alejandro había podido ser míster. “No hace falta que saque las cartas para saber que no ganará otro concurso de míster”, decía. Según Rappel, en esos concursos aparte de la belleza suelen hacer preguntas a los aspirantes, y su confianza en que Alejandro pudiera quedar bien en esa tesitura es nula. “Es buen muchacho, pero como tenga que abrir la boca…”, afirmaba. Además, piensa que es un chico normalito, en el que nadie se fijaría por la calle. El adivino piensa que es más guapo y con mejor cuerpo Javier. “Si está gordo, yo no sé cómo ha podido ganar”, decía Rappel refiriéndose a los concursos de belleza que ha ganado Alejandro. Por eso digo que son tal para cual. Rappel y Alejandro podrían competir por el premio ‘míster lengua viperina’.

Tiene un punto divertido ver volar los cuchillos en todas direcciones, pero me sigue gustando más ver duelos verbales, en lugar de críticas al ausente. Ayer por la tarde Liz le tocaba las narices de forma espectacular a Laura. Solo por esto merece la pena soportar los culebrones mal disimulados de esta concursante, que interpreta fatal su pretendido papel de mujer que sufre por amor porque Alejandro no la corresponde. Bienvenidos sean esos infumables paripés si luego nos da momentos como esa conversación que, por otra parte, ha servido para que Laura ponga en cuarentena a Liz. Diría que más bien le ha hecho la cruz del gato. Sabía que iba a ser letal para la hija de Matamoros, y así fue. Luego lo comentaba con Julián demostrando lo mal que le habían sentado varias cosas dichas por Liz.

Liz desmontó a Laura en varias ocasiones. Por ejemplo, cuando esta decía que no tenía ninguna historia con Javi y le recordaba que claro que la tiene. “La historia de dos hermanos que no son hermanos, que se quieren, que no se quieren pero se defienden, que se nominan o no se nominan…”, decía Liz con toda la razón del mundo. Aunque más le afectó que cuando Liz hacía recuento de los apoyos de Laura en la casa no se contase a sí misma. “Y tú también, ¿no?”, decía Laura, a lo que Liz respondía con pasmosa sinceridad: “Sí, de momento, porque si tengo que nominarte para defender a los míos lo haré”. No entiende Laura que para Liz esté primero Sema. Si esta semana se va Julián, va a ser duro para Laura comprobar que se queda sin apoyos.

Moleskine del gato

Me pareció que Lucía se perdía el jueves pasado, después de que le mostraran sus vídeos hablando de Julius estando él delante, poco antes de su expulsión. Confirmo que ya no es la que era. Tal vez no haya entendido que la salvamos por ser como era, que no queremos una Lucía conciliadora sino iracunda cuando toca y dispuesta a dar la batalla. Nada de aldeas del Arce, por favor. Este fin de semana hemos podido comprobar que su grupo está disuelto. Solo quedan Belén y ella. El sábado le contaba a su amiga sus preferidos para ganar, que son: Javier, Rappel y Belén. ¿Adivine el lector qué nombre echo de menos? Efectivamente, el de Carlos. Cuando parecía que iba a rectificar para incluirlo, me volvía a quedar a cuadros. “Bueno, y Raquel tampoco me importaría”, añadía Lucía.

La audiencia decidió anoche que Rosa pase del grupo de pedaleadores al de bailarines. No hay secreto en la decisión, ella dijo que lo haría mal para no ser elegida y eso lo solemos castigar. Lo gracioso es que ella se cree querida por esta decisión. Debe creer que esto la confirma como la nueva princesa del pueblo, y nada más lejos. Salió del ‘confe’ como flotando por encima de una alfombra roja que solo existe en su imaginación. Cuál sería su estado de enajenación mental que decidió mandar a pedalear a Alejandro, en lugar de a Carlos, con quien no quería coincidir ni en broma. Tanto es así que nadie creía que Rosa hubiera elegido libremente a Alejandro. Hubiera preferido que fuera Rappel, pero así también lo vamos a pasar bien.

Julius dice que en la casa apareció el turbio y violento. ¡Dios mío! Si llego a decir yo eso me crucifican. Como bien señaló Fran en el Debate, Julius el jueves afirmaba que había sido él mismo, y anoche no se reconocía. A ver si nos ponemos de acuerdo. Sandra Barneda le puso en un brete al contar algunas de las cosas que había dicho antes de empezar el programa sobre su excompañero Fran o la colaboradora Ylenia. Da mucha rabia que algunos digan cosas fuera que no son capaces de mantener en el plató.

Los porcentajes ciegos estaban así al finalizar el Debate: 41,9 %, 34,7 % y 23,4 %. Seguiremos su evolución, ahora que podemos saber el movimiento de cada porcentaje al llevar asignado un color. ¡Buena idea!