Lorena e Iván pelean... y gana Igor
Así que veamos... Iván, ese tío tan pesado que a veces me hace gracia, está supuestamente ennoviado de una chica que se llamaría Mary, o María, o lo que sea, y cuando le preguntan cuánto tiempo llevan juntos responde: “Poco, muy poco”. Es necesario la insistencia de algunas de sus compañeras para que finalmente hable de después del verano, precisando luego que dos o tres meses y hablando luego de noviembre. Bien, muy bien.
Lo de Iván me recuerda al chiste aquel en el que un hombre va con su hija al médico por unos dolores estomacales y el galeno dice que debe practicar el coito con la paciente. Se retiran a una sala contigua y al rato se escuchan jadeos con golpeteos rítmicos, por lo que el padre se dirige a la enfermera y le dice: “Porque usted y yo sabemos lo que es un coito, pero cualquiera diría que se la está follando”.
En este caso tiene uno la tentación de decir: cualquiera diría que está mintiendo. Porque cada día Mary parece más producto de la fantasía de Iván. Luego tenemos a Sonia, una odontóloga que se presentó como soltera y ahora habla de una relación no terminada. A saber qué quiere decir con eso, pero cualquiera diría que tiene novio. Me recuerda a otra canaria que a su vez también era rondada por un tío con un nido en la cabeza (a Kristian le cabe la jaula entera) y negó tres veces, cual San Pedro apóstol, que tuviera novio.
Danny, otro de nuestros protagonistas, dice que tiene novia y no para de referirse a ella, al tiempo que se arrima sin parar a Susana, con quien no solamente tontea mucho sino que lo hace casi desde el primer día. Llama la atención la prisa que ha tenido el DJ en mostrar su historia de carnes débiles y “esto es lo que hay”, al más puro estilo Laura Campos (GH 12). Su modelo parece más del tipo Hugo Pierna (GH 12+1), solo que en aquel caso todo me pareció real como la vida misma. A Eva le ha faltado tiempo y parece que le sobran ganas de figurar. Llámenme malpensado, pero cualquiera diría que ha pactado este teatrillo con su novia.
¿Y Edoardo? ¿Qué me dicen del italiano? Pues aparte de decir que estará con la chica de la casa que desee, parece unirse al catálogo de nombres raros. De los creadores de Raki, Giuls o Argi (con Kristian con ka de kilo y Danny con dos enes e i griega) llega Dodo. Sí, amigos, Edoardo también es Edo, pero como coincide con el apellido de Lorena sugiere que le llamen Dodo. No en vano así es como le llaman sus padres y amigos. Dodo, ¿no es adorable? Cualquiera diría que este año les han elegido por tener nombres raros.
Luego está Noe, esa chica que tiene poderes y habla a la velocidad del rayo. Lorena, la intuitiva tarotista, además de técnica en farmacia y experta en uñas de fantasía. Y Juancar, que tiene facilidad para identificar a la gente buena. Cualquiera diría que entre los tres podrían abrir un gabinete de adivinación. Mucho presumir de capacidades cognitivas pero Lorena está en un mar de dudas sobre quién la nominó el lunes.
El caso es que atando cabos no debería de tener tanta duda. Ayer fue hábil sonsacando a Raki que no la nominó. Le soltó lo siguiente: “Porque los que me han nominado... o me habéis nominado”, a lo que ella terció aclarando el tema. “No me gusta decir lo que nomino, pero como has dicho eso te lo quería dejar claro, yo no te nominé”, dijo Raki. Entonces no le cuadra la cosa. Ella da por seguro el voto de Kristian, Igor y Miriam. Lo primero fue dudar de Iván, aunque no daba crédito.
Más tarde tuvo otro indicio. Al parecer, Noe escuchó a Miriam decirle a Juan Carlos que una de las personas a las que había nominado se sorprendería mucho en caso de enterarse. Blanco y en botella, ¿no? Pues no. Sigue sin verlo claro. Al final tendrá el pobre chico que escribírselo en la frente para que lo vea claro. “Lorena, te he nominado”, sería el mensaje. Escueto, pero contundente. Así no habría duda, como pasó cuando a Raki le decía que se sentía mal por haber nominado a alguien a quien tenía aprecio, pero su tartamudeo le hizo decir: “No, no, no, nominado”, y la de Manresa tuvo que pedir aclaración sobre si hablaba de “nominado o no nominado”.
Juan Carlos ha pasado de jugador astuto a pusilánime en tan solo un par de días. En el camino se ha dejado jirones de dignidad. No es lo mismo mantenerse en sus trece de no decir a quién ha nominado que negar directamente la nominación a un compañero. Ayer Juancar dijo que no había nominado a Lorena, y eso marca la diferencia entre introducir suavemente un estilete en el estómago de su amiga (con limpieza, cuidando de no dañar órganos vitales) o meter el cuchillo bruscamente y remover hacia arriba y hacia abajo.
Para apuñalar hay que tener estilo. No es lo mismo hacerlo de frente que por la espalda. Igualmente es bien distinto una puñalada que cincuenta, aunque la víctima haya fallecido tras asestarle la primera. Juan Carlos puede haber perdido las simpatías de buena parte del público en el mismo momento que pasa de justificar su nominación de forma tan palmaria como decir que Lorena lo merece a tratar de escudarse en disculpas absurdas como eso de que al ser moderador debe cuidar que se mantenga el buen ambiente. Tanta obsesión con el ambiente cansa. Que compren Ambipur, ¡hombre ya!
Lorena (híbrido entre la Roseanne de las primeras temporadas y Chenoa, a quien ella misma dice parecerse) lo está haciendo bien. Con su acoso progresivo a Juancar está consiguiendo dejarlo como un traidor al tiempo que ella queda de víctima. En la tarde noche de ayer les encerraron a todos en el ‘confe’ (para preparar lo de ‘El gran Hache’, sustituto esta temporada de aquella boca de los deseos tan odiosa). Hasta entonces, Juan Carlos se mantenía firme sin confirmar ni negar. Cualquiera diría que no estaba dispuesto a hablar si no es en presencia de su abogado.
Más tarde era Noe quien estrechaba el cerco al concursante, y entonces cometió el error de negarlo. Juan Carlos atravesó entonces un rubicón peligroso. E inútil, me temo. Lorena no parará hasta enterarse. No le salen las cuentas. Sabe que Igor tuvo tres votos y piensa que no está nominado. Tiene que encontrar su cuarto voto, sin saber que en realidad también hay un quinto. Y no hay quinto malo, dicen los taurinos.
Una lástima que no vaya a ser el deseo que conceda ‘El gran Hache’, pero Argi fue anoche la más lista a la hora de plantearlo. Es sorprendente que pidan esos deseos tan absurdos. No llevan ni diez días y ya están deseando ver a sus familias. ¡Por favor! Tienen una oportunidad de oro y la desaprovechan de ese modo. Salvo Argi, la anodina concursante que igual está demostrando ser más lista que el resto. Su deseo es conocer las nominaciones del lunes. ¿No sería maravilloso?
‘El gran Hache’ es una especie de adivino, la competencia de nuestros falsos pitonisos. Este es aún más falso porque se trata de una figura de cera con una bola de Tesla, de esas que tan flipado me dejaron cuando las vi en mi primera visita a Londres, en los postreros ochenta. Cada concursante pidió anoche un deseo poniendo sus manos en la bola, pero el mago solo concederá uno de ellos. Me da la impresión de que será elegido el de Danny, para no estropear el guion pergeñado con su novia Eva, una especie de remake de Julia solo que con ganas locas de figurar, por lo que parece. Este gato curioso muere de ganas porque cumplieran antes el deseo de Argi. De esa forma Lorena se enteraría inequívocamente de las nominaciones de Juancar e Iván. Y entonces... ¡arde Troya!
Lo de Lorena con sus verdugos en las nominaciones se está convirtiendo en una obsesión tan grande como la que Iván parece tener con ella. La estuvo buscando desde la noche del martes, tras el pequeño roce que tuvieron en la radio, una bobada de gran calibre (de pequeño calibre, quiero decir en realidad). No contento con provocar que le llamase impresentable, ayer terminó explotando gratuitamente durante la prueba de las palabras cruzadas (cualquiera diría Apalabrados, para los más mayores Scrabble).
Iván es todo un espectáculo. Su vida parece una fotonovela, como el título de aquel éxito de uno de sus ídolos, por el que su madre le puso el nombre y del cual tuvo mensaje en vídeo durante su fiesta de cumpleaños el viernes pasado. Lorena solamente se reía mientras hacían la prueba, y de repente Iván se encendió: “Te puedes callar y no comportarte como una niña de quince años. Es que nos desconcentras. Es una prueba semanal. Te lo digo en serio”. Poco a poco se va encendiendo él solo: “Y deja de malmeter a los compañeros. Me irritas y hablas mal de mí a la gente. Espero que España sea justa contigo”. Ya estaba on fire.
“No puedo con ella, es que no puedo. Prefiero que me echen a mí por sincero antes que a ti por falsa”. ¿Cómo? Iván está ya fuera de sí: “Mala persona. Tienes maldad. Eres mala, eres mala. Me tienes ya hasta los huevos. Mala persona. Eres mala persona, eres mala, tía. Eres mala”. ¿Ha quedado claro? Cualquiera diría que Lorena le parece mala persona.
“Si me vuelves a faltar al respeto te vas a enterar. No me vuelvas a llamar mala persona”, decía Lorena amenazante. “Tú has llamado hipócrita a este (Igor) y a mí impresentable”, respondía no sin esfuerzo por recordar lo que había dicho a cada uno. “Es mi amigo, es mi amigo”, decía Iván cuando Lorena le intenta aclarar las ideas, lo cual es cuestionado por ella porque tan solo se conocen desde hace cinco días (son nueve, en realidad), como si ella no hubiera apelado a la amistad de sus afines desde mucho antes.
Muy fan de las broncas de Iván. Son como intervenciones rápidas y casi indoloras, aunque terminaron los dos enojados fuera del pabellón de pruebas con el permiso del ‘súper’. Un gran momento fue cuando vuelven los dos contendientes al pabellón de pruebas y Juan Carlos se abraza a Iván, recibiendo un beso de este. En realidad, lo que me fascina es el gesto de desagrado en el rostro de Lorena. Debió sentir la daga removiéndose un poco más en su panza.
Aunque mis dos momentos preferidos de la bronca están protagonizados por Igor. Por eso recojo en el título de este escrito un comentario de mi amiga Nazaret en Twitter (soy @DVDCano). Por curioso que parezca, la contienda entre Lorena e Iván tuvo a Igor como ganador inusitado. Primero tranquiliza a Iván con la misma maestría demostrada un día antes con Noe. Cualquiera diría que el jugador de hockey es en realidad psicólogo, o un coach al estilo Pedro García Aguado (también deportista). Luego se acercó a Lorena también para tranquilizarla, lo cual no despertó ningún rechazo en ella. Perfecto Igor, una vez más.
Igor gana de cara a la audiencia, pero no para una parte de la casa. Lorena sigue dudando de él, y Susana daba anoche una razón peregrina por la que no le gusta ese compañero. “Creo que es su voz lo que no me gusta”, decía la murciana. Por suerte eso fui capaz de entenderlo porque sin subtítulos no hay manera. No sé qué pasa este año, pero al menos tres de las chicas hablan tan atropelladamente que serían un infierno para cualquier transcriptor. Aparte de no parecer capaces de ordenar sus discursos ni un poquito, Noe, Susana y Argi (esta solo en las galas) rompen la velocidad de la luz hablando. Cualquiera diría que tienen prisa.
Y al final vino la reconciliación. Iván le pidió perdón y se abrazó con Lorena. Cualquiera diría que estamos todos locos. Cualquiera lo diría.
Moleskine del gato
Solo unos apuntes rápidos. Susana estaba preocupada por cómo se estaría viendo fuera que duerma con Danny y esos rollos. Lo bueno fue la pregunta curiosa de Lorena, interesada en saber si la toca debajo de las sábanas. Susana, algo descolocada, dice que a veces se abrazan un poco y tal. Pero Lorena quiere saber otra cosa: “¿Pero te toca el culo?”. ¡Válgame el cielo!
Los porcentajes tuertos que conocimos en el debate de anoche fueron estos: 56,6%, 26,8% y 16,6%. No digo ciegos sino tuertos porque supimos que el más pequeño corresponde a Miriam. Seréis capaces de expulsar a Lorena. En torno a ella se está nucleando todo en este Gran Hermano. Sigue siendo imprescindible, un factor de desestabilización maravilloso para mantener el espectáculo. Pocas ediciones han empezado tan fuertes. Hay que hacer algo. No seáis tan malos jueces.
Recuerda que esta noche vuelve la radio a la web, en directo a partir de las diez de la noche. Y os recomiendo la revista oficial de GH (solo un euro), donde aparte de una maravillosa (no tengo abuela, ja) doble página firmada por este gato hay otras cosas, como un fantástico plano en perspectiva de la casa. Todo un lujo.