Manifestaciones emocionales

telecinco.es 04/04/2012 10:04

Pongamos que es verdad lo que le está pasando a Pipi. Hoy saco de la faltriquera una vez más la navaja de Ockham, que lleva un par de años guardada. Siguiendo este principio de parsimonia, la teoría simple tiene más posibilidades de ser correcta que la compleja, siempre y cuando ambas estuvieran en igualdad de condiciones. Lo más fácil no es pensar que se está montando la película de su confusión de sentimientos, poniendo en peligro su relación de pareja, pensando en el concurso. Mucho más sencillo que todo esto es cierto, y lo están viviendo según les viene.

Pues bien, a partir de ahí se producen situaciones más o menos entendibles. Ari se extrañaba de que durmieran juntos, a pesar de haberlo dejado. Sergio anoche nos tuvo en vilo durante la fiesta discotequera porque ya hemos visto que a él le gusta dar exclusivas en las fiestas, por así decirlo. Esta vez no lo hizo, pero el viernes pasado se destapó con un scoop de verdadero alcance. Esto contrasta con el hecho de que él siga dándole consejos sobre cómo debe vestir, también con ciertas muestras de cariño. Cuestiones de pareja, y aunque ellos ahora no lo sean del todo digamos que lo están dejando. Aquí cada uno hace las cosas a su modo. Es como el fumador que de un día para otro decide no volver a encender un cigarrillo, y ese otro que necesita un desenganche lento, reduciendo la dosis poco a poco.

Con gran esfuerzo sigo poniendo todo en cierto plano de normalidad. En realidad Pipi, a quien Pepe ya no llama así sino Sindi, está confundida en cuanto a sus sentimientos y tras la entrada de Sergio andan en un proceso que en principio parece conducido hacia el fin de la pareja. ¿Alguna cosa más que choque? Pues sí. Personalmente hay un par de cosas. Por un lado, todo esto se produce con una ausencia importante de manifestaciones emocionales, y las que vemos parecen forzadas.

Además, en la actitud de Sergio se aprecia una mayor preocupación por su destino dentro del concurso (al que se subió en marcha y de un modo un tanto forzado por la experiencia de su novia) que por el propio destino de la pareja. Es como si le pudiera más el orgullo que la emoción. Su relación con Sindi parece cimentada en la posesión. No veo muestras de cariño, tan solo un cierto impulso intimidatorio plagado de gestos bruscos.

Cuando Sergio da la exclusiva "a toda España" de que "ya no estamos juntos" ambos parecen fríos y distantes, como malos actores interpretando un guion en el que no creen. Al día siguiente se les ve como si tal cosa, bailando, cantando o dando palmas durante la prueba semanal de las llamadas. Volviendo a agarrar la navaja, tal vez deberíamos pensar que están intentando no socializar en exceso su problema, evitando a los demás sus cuitas y lavando de forma privada los trapos sucios de ahora en adelante. Aún así, algo me descuadra.

Que Sergio no haya manifestado emociones durante todos los días que lleva en la casa llama relativamente poco la atención, tal vez por su perfil rústico, tosco. Ya hemos visto que es un tipo bastante básico, capaz de agobiar a su exnovia convirtiéndose en su sombra y condicionando su experiencia en este concurso porque no ha sido capaz de dejarla libre más tiempo, quedándose en su casa esperando que ella al fin le terminase echando de menos. O tal vez no. Es capaz de humillar a Sindi diciéndole lindezas como estas:

Se trata de una retahíla de frases despectivas y amenazantes pronunciadas por un hombre resentido. De alguna forma está expresando sus emociones, pero apenas vemos acompañando estas cargas de profundidad contra quien ha sido su novia cinco o seis años con una manifestación emocional identificable. Aparte de estar bastante condicionado por la ingesta de alcohol durante la fiesta, Sergio no llora, no parece afectado emocionalmente. Lo suyo parece cercano a la discapacidad emocional. Parece como si le moviera su orgullo, no su corazón.

En cuanto a Sindi, lo suyo es algo distinto. Cuesta mucho más darse cuenta de que no existen en ella manifestaciones emocionales. Más bien parece que estas fueran simuladas. Se ha comentado mucho aunque me he resistido a hablar de esto hasta hoy. Es un fenómeno curioso que no he sido capaz de asociar a ninguna patología médica. No digo que no exista, solo que no he sido capaz de encontrar ninguna referencia, habiendo reclamado incluso el conocimiento de nuestros amigos lectores. Sindi llora sin lágrimas. Siempre es así. Ni lágrimas ni moqueo, manifestaciones físicas del llanto. Sin lágrimas y moqueo hay simulación, pero no llanto verdadero. Parece un llanto a medias.

Sindi se aprieta el pañuelo contra sus ojos, o bien su mano. Se tapa la cara y su expresión parece compungida. En ocasiones, parece incluso cargada de nariz, pero jamás se suena. Ni enjuga unas lágrimas que no aparecen jamás. Podría ser que contuviera la emoción, lo cual no merece crítica. Siempre me ha parecido absurdo medir los sentimientos de nadie en orden a sus manifestaciones emocionales. No siente más la pérdida de un ser querido quien más lo llora.

Puedo llegar a pensar que el llanto desmedido o su contención da cierta muestra de la educación recibida. También está ligada a culturas o identidades locales. Ahora que llegan las procesiones tenemos una muestra inigualable. Ese paso con una virgen en el sur, acompañado del llanto del pueblo, las saetas interpretadas con hondo sentimiento, el aplauso apasionado de las masas que la llaman "guapa". Sin embargo, la virgen en Castilla pasa en medio del silencio más absoluto, expresión de respeto y devoción. En ambos casos se quiere expresar lo mismo, pero de formas radicalmente distintas.

Si Sindi contuviera siempre su emoción me haría dudar, pero no me extrañaría que lo hiciera en muchas ocasiones, como una muestra de contención. Pero en su caso no es ese el problema. Ella aparenta estar sintiendo una emoción que le lleva al llanto. Pero no llora de verdad. ¿Qué está pasando? Me parece extraño, aunque no renuncio a encontrarle alguna explicación.

Y ahora escucho al gato malo, el que tengo sobre mi hombro izquierdo, de color rojo y con un tridente sujetado entre sus patas delanteras. Esta voz de la conciencia me dice que deje en paz la navaja y empiece a ver las cosas con más realismo. Entonces me recuerda que ayer Sindi dijo esta frase: "Estoy en un concurso y seré falsa si hace falta". Sus consejos parecen cada día menos bienintencionados. Con Sergio me ha parecido escuchar cómo criticaba a Pepe. Incluso anoche le decía a Marta que ya estaba bien de estar siempre pendiente del bailaor.

Me cuesta mucho creer a mi conciencia, pero es cierto que la actitud desleal de Sindi da muestras de que desde siempre ha priorizado su destino en el concurso antes que las relaciones o los lazos establecidos con los más afines. ¿No podría estar simulando su confusión amorosa? En ella todo es impostura, desde la risa al llanto. Me cuesta mucho decir esto, pero la creo capaz de estar interpretando el papel de su vida. El maletín es muy goloso. De ser así le ha faltado entrenamiento, por eso ni siquiera humedece el lacrimal.

La presencia de Sergio desdibuja una situación que hasta su entrada en la casa estábamos disfrutando mucho. Tenga explicación o no la falta de manifestaciones emocionales por parte de Sindi, estábamos viendo evolucionar una historia que ha dejado de tener interés para pasar a horrorizarnos un poco a muchos. La expresión gestual de Sergio me espanta, también su interesada participación en el concurso. Es concursante de pleno derecho, sí. Pero es un agregado, un aprovechado. Nunca hubiera sido concursante de no haberlo sido antes su novia. Está ahí por lo que está. No ha tenido la generosidad ni la inteligencia de demostrarle a su novia que confía en ella, marchándose de vuelta a su casa. Facilitemos nosotros ese viaje.

Quienes también han hecho un viaje de vuelta, pero en este caso en dirección a Guadalix, son los dos repescados. Cristian entró como elefante en cacharrería, y la misma noche del lunes le metía caña sin descanso a Noemí. No sé cuál es su plan exactamente, pero sospecho que tiene claras un par de cosas. Por ejemplo, que no tiene muchas posibilidades de durar. Salió con un 52 por ciento de los votos entre otros tres nominados y ahora pasará previsiblemente algo parecido. Eso si se queda como concursante, lo cual también dudo. Tal vez por eso haya decidido entrar fuerte y no perder el tiempo.

Su insistencia en mencionar a Fael ha puesto en un compromiso a Noemí, a quien le están viniendo todas juntas. Ahí cometió su primer error, porque ella siempre lo ha llamado Rafa en la casa. Allí era Fael pero aquí Rafa, ignoro si es alguna táctica para no equivocarse de historia. Es lo que tiene tener que contar cosas diferentes en un lado y otro. Ella sabe que Cristian tiene la sartén por el mango ("Yo lo sé todo", ha dicho él) y ya ha empezado su particular extorsión. He de decir que de una forma llamativa pero peligrosa.

No sé si ha recibido algún toque de atención o ha vuelto con la lección bien aprendida. El caso es que ayer le vi bastante apagado y sereno, contrastando con el Cristian que conocemos. Le comentaba a un buen amigo hace una semana que de este concursante más que sus planteamientos ideológicos me había molestado que hablase sin descanso durante unas veinte horas al día. Nada parecido a lo de ayer, aunque ya digo que también puede haber recibido una severa advertencia por estar jugando con fuego al revelar veladamente cosas del exterior. De momento anoche abandonó la fiesta en hora temprana. No se fue a despellejar a nadie hablando con 'páter' en el dormitorio porque este ya no está. Como no le dé ahora la vara al peluchito de Marta lo tiene 'clarinete'.

Ya ha existido una consecuencia a sus comentarios sobre Fael. De momento, Alessandro le dijo ayer a Noemí que iba a retroceder un pasito o dos. Hace tiempo que no confía en ella. Mucho menos desde la noche del lunes. Nada más comenzar el ataque de Cristian vimos cómo Alessandro ataba cabos y le preguntaba si no habría tenido algo con el brasileño. Ella confesaba haber dormido con él pero nada más. Como contamos ayer, ella sigue escamoteando la realidad, cosa explicable. El problema... su problema, es que empieza a no creerla nadie. El regreso de los repescados la está perjudicando mucho.

El otro punto de fricción es con María y la concursante fantasma de fondo. El "cuida tú a Juilia" salió por fin, apenas horas después del regreso de la jerezana. En esto no nos ha decepcionado, tampoco en su forma educada e íntegra de plantear siempre las cosas. Ella es una señora (señorita, ya sé) y así se muestra siempre. En esto tiene ganada la batalla a Noemí con gran claridad. Evidentemente evidente, como diría ella. María se lo aclaró primero a Hugo, quien no terminó de ser claro sobre si creyó o no en su día la explicación dada sobre que se había referido a su hermana Eli, y no a Julia. ¿Se enterará de esto Ari? ¿Qué pensará de aquella escenita del "a-hor-ca-me" en el jardín? De veras, me gustaría ver su reacción, aunque esta concursante se ha convertido en un mueble más, totalmente desaparecida y refugiada en la cocina y su papel de hermana mayor con Dani.

Por la tarde sacó el tema ante todos, estando encerrados en la habitación blanca. A la derecha de Noe estaba Alessandro, que después de la conversación decía no haberse enterado de nada. El italiano se hace el sueco de maravilla. A su izquierda estaba Hugo, que cerraba los ojos y parecía querer hundirse en el colchón. Luego llegó a censurar a María hablando con Noe porque él piensa que no debía haber sacado el tema delante de todos sino hablando en solitario con ella. Se le escapa al de la sonrisa de los pirineos que su amiga dijo lo que dijo delante de todos, en el momento de la despedida de María. Con alevosía y en primetime.

María sacó el tema con elegancia, sin decir en ningún momento la frase ni mencionar a Julia. La respuesta de Noemí naufragó en el mar de la incoherencia. Si analizamos su parte de la conversación parece sacada de un frenopático. "Si te sentiste aludida...", le dijo Noemí. ¿Perdón? Tan solo una leve disculpa, un solitario "lo siento", en medio de la nada. Ni una aceptación de su error, ni un mínimo gesto de empatía o compasión. Como decía luego María, se había enrocado en el "es lo que me salió en ese momento". "Ha habido despedidas peores", llegó a decir. O "yo me quedo con mi pensamiento, quédate tú con el tuyo". No se esforzó Noemí en ser amable, para terminar con un "perfectamente perfecto" muy significativo.

El otro argumento del día parecía repetido y calcado del día anterior. He de decir que también del de otras semanas. Marta llora desconsolada cuando está nominada. Parecía que había superado ese dolor, sobre todo viendo que se ha ido salvando una y otra vez. Esta semana lo tiene más complicado y mucho me temo que podemos perder a esta concursante que se muestra feliz y despreocupada muchas veces, pero no se le escapa ni una. Ahora vuelve a dolerse por una nominación porque vino de Hugo, el mismo que le compuso versos en una reciente fiesta.

Aquí me tengo que mostrar comprensivo con tres posturas distintas. La de Marta porque me pongo en su lugar y me dolería que alguien parezca mostrarme su estima y luego no encuentre otra persona a quien darle el punto. Recordemos que Hugo nominó a Ari primero, pero el 'súper' le dejó cambiarlo por Marta. Hubiera quedado nominada igualmente, solo que en grupo de más personas. Normal que le duela. El argumento de "esto es un juego" no es incompatible con las emociones, aunque quien se lo ha estado repitiendo es precisamente Sindi. Así se entiende todo.

También comprendo a quienes piensan que es una lata ver a Marta en su bucle de la nominación. Creo que no le beneficia nada esa postura, especialmente al ser tan repetitiva. Anoche mismo andaba llorando en la cama, delante de Sergio y Sindi. Creo que es Pepe el único capaz de calmarla. Y a este también le comprendo. Me pareció impactante su gesto cuando Marta está contando su historia a todo el que le quisiera oír en el salón. Entonces Pepe pasa por detrás del sofá y le dice: "Aquí te estás confesando. Pues sí que has elegido bien el sitio, niña". Marta calló de inmediato, y al momento estaba en el dormitorio, compartiendo su pena solo con María y Sindi.

Más tarde le hacía Pepe otra reflexión incuestionable. "Dentro de unos días estarás besando al Hugo otra vez", como ya has hecho con otras personas. Su buena relación con el repescado Cristian es un buen ejemplo. Ella ha olvidado el episodio de la comida de casquería, el enfrentamiento que tuvo con parte de sus compañeros y quién lo provocó. Me da igual que me digan que defiendo a mi favorito. Lo es, entre otras razones, por decir estas cosas y dar tan buenos consejos, capaz de tranquilizar a un desasosegado Hugo, al que solo le importa ahora terminar de seducir a María, o eso le parece a este gato romanticón.

Moleskine del gato

Os recomiendo que busquéis el baile de Noemí, vestida de burbuja de cierta marca de cava en Navidad o, como dice Viruete, de C3po. Lo mejor es cómo la miraba Pepe. Diría que contenía la risa. Al final la dejó bailando sola de forma elegante, sin perder su mirada. Para guardar.

Sindi y Sergio tienen en común un manejo singular del mundo de las metáforas. Por ejemplo, él le aconseja a Marta sobre su postura a la hora de responder la nominación de Hugo con la siguiente frase: "Hay que coger la escopeta y apuntar bien, y no tirar al aire". Vaya. Más me impactó un comentario de ella: "Necesito darme un porrazo con el coche para despertarme". Mujer, así no. Hay otras formas.