Mensaje: recado que envía alguien a otra persona

telecinco.es 21/03/2016 09:43

Cuando la madrugada del jueves al viernes empezamos a decir que probablemente Diego Matamoros había pasado un mensaje a su hermana Laura durante el breve encuentro habido entre ambos en la gala estábamos siendo demasiado cautos. El hecho era tan evidente que decir “probablemente” sobraba. Hay que recordar la primera definición que da el DLE (Diccionario de la lengua española, editado por la RAE) a mensaje. “Recado que envía alguien a otra persona”, reza el diccionario. Es decir, no tiene por qué tratarse de un mensaje escrito. No sería la primera vez que un concursante pacta con su familia alguna clave interpretable. Recordemos a Sonia Walls (GH 14) y los zapatos o calcetines que le hicieron llegar avanzado el concurso.

La concursante mencionada dejó dicho a su familia que si le tenían que pasar ropa eligieran unos zapatos determinados en función del mensaje a transmitirle. Es tan rebuscado el método que parece prácticamente imposible de evitar. ¿Quién iba a pensar que algo habitual como que los familiares manden ropa a petición del programa y los propios concursantes podía utilizarse para pasar algún tipo de información? En todo caso, no es la información lo que más me importa. El programa ha evolucionado, dejando de tener la importancia que en otros tiempos el flujo de información al concursante. El problema es que las reglas deben ser para todos por igual.

Es evidente que no está permitido que nadie facilite nada a un concursante. Ya sea un mensaje o no. El programa explicó anoche en el Debate que requisó a Laura una servilleta que contenía dos sandías de chuchería. Es más, enseñó el cuerpo del delito, guardado como las pruebas de un juicio en una bolsa herméticamente cerrada. De la bolsa salió una servilleta arrugada que contenía las dos chuches en cuestión. Pero, ¡oh, sorpresa! el viernes escuché la explicación en defensa de Diego Matamoros de que la servilleta con las chuches había sido devuelta a Laura una vez que el ‘súper’ lo había revisado.

“Entregó el papelito con las dichosas golosinas, se marcha, le dice a los compañeros que mi hermano me ha entregado unas golosinas con una servilleta y entonces es el súper cuando dice: ‘Laura, ya lo hemos revisado puedes recogerlo’. Y coge la servilleta con la golosina, se come la golosina y tira la servilleta”, se dijo al día siguiente como respuesta a este escándalo. Si esto fue así, ¿cómo es que la servilleta tirada y las golosinas ingeridas eran exhibidas anoche como prueba? Tendríamos respuesta a este enigma si el programa nos hubiera enseñado anoche la secuencia en el ‘confe’ de Laura enseñando lo requisado y, si así sucedió, siéndole devuelto. Como no lo pudimos ver, ahora tenemos versiones contradictorias sobre este episodio.

La defensa de Laura es capaz de mantener una versión y la contraria con tal de despistar de lo realmente importante. Y esto es que no se puede hacer llegar nada a un concursante. Si Diego Matamoros (que no sabe distinguir el salón de la casa con la cama de un dormitorio) quería darle dos míseras chuches a su hermana bien podría haber pedido al programa que se las hicieran llegar de su parte. Y hubiera sido potestad del programa hacerlo o no. Este es el procedimiento adecuado. ¿Por qué siguen pasando estas cosas? Muy sencillo, porque no hay consecuencias cuando alguien se salta el procedimiento. Si la primera vez que un familiar le pasa algo a un concursante el programa hubiera decidido quitarle un privilegio o, incluso, nominarlo directamente, estoy seguro de que no se habría repetido más veces.

El caso de las chuches que aparecen y desaparecen mágicamente solo ha perjudicado a Laura. Si alguien está tentado a decir que por culpa de los que hemos contado este irregular hecho no hará otra cosa que matar al mensajero. Nada a lo que no estemos acostumbrados. Los culpables de todo parecen ser los “lozanistas”. Ya lo sabéis, amigos. Habéis sido señalados. En realidad, aquí el culpable es Diego Matamoros, que no calibró el hecho de que con su “tierno” gesto estaba consiguiendo que al día siguiente no se hablase de otra cosa sobre el encuentro con su hermana que del dichoso paquetito. Y una cosa más: no cuestionaré que el gesto fuera “tierno”, pero también diré que fue profundamente tacaño. ¡Por lo más sagrado! Si a mí me quieren dar una alegría, que no sea de este calibre. Como decía Fran Nicolás: “Yo me las como a pares”. Dos solo pueden dejar ganas de más.

No encuentro especialmente agradable andar pidiendo medidas para evitar que no se incumplan las reglas del programa. El único sentido que esto tiene es lograr que algo no se haga si el programa dice que no se puede hacer. Y aquí llegamos al segundo episodio sorprendente del pasado jueves que ha quedado sin resolver. Cuando Rappel y Dani comunicaron en el ‘confe’ la salvación de este último el ‘súper’ advertía: “Dani quedas salvado, y lo que sí os pido es que, por favor, no comentéis nada dentro de la casa hasta nuevo aviso”. Rappel afirmaba entonces con tono de pregunta: “Nosotros no decimos nada de esta conversación contigo”. A lo que el ‘súper’ respondía: “Así es”. Minutos más tarde, Rappel y Dani incumplían con lo que se les había pedido por primera vez, algo que se repitió en tres o cuatro ocasiones posteriores, por lo menos.

Y yo me vuelvo a preguntar qué sentido tiene pedir algo si cuando los concursantes hacen caso omiso no hay consecuencia ninguna. Además, no siempre ha sido así. Vuelvo a remitirme a precedentes, incluso de una edición VIP. Recordemos a Belén Esteban incumpliendo la petición de no revelar la mecánica de las nominaciones, y cómo se anulaban estas por primera vez en la historia del programa. No entiendo que en aquel caso incumplir las órdenes del ‘súper’ tuviera tan grave consecuencia y esta vez ninguna. La clave puede estar en que entonces Ares Teixidó y Aguasantas Vilches fueron al ‘confe’ con el reglamento de la casa en la mano a clamar justicia.

Anoche Alejandro revelaba en directo durante el Debate que los protagonistas ya habían contado que salvaron a Dani. Digamos que no es una denuncia en toda regla, como la realizada en la anterior edición VIP, pero pone de manifiesto que en la casa son conscientes de que fue contado no una, sino varias veces. Lo que probablemente no saben es que se les pidió que no dijeran nada, con lo cual difícil que vayan a denunciar la irregularidad. Y sabiéndolo probablemente tampoco lo hubieran hecho. En este caso, la denuncia, por llamarlo así, ha surgido por parte de muchos seguidores en redes sociales. Seguidores que levantaron esta liebre y se han quedado sin respuesta. ¡Matemos al mensajero!

La cosa apunta bastante bien para las próximas horas y días. Sospecho que vamos a divertirnos con la batalla planteada por Fran y Alejandro en contra de Carlos. Las primeras horas de esta semana han sido casi idénticas a las de la pasada. La madrugada del domingo al lunes empieza a ser campo abonado para que Fran y Alejandro emulen a los del otro dormitorio en la confección de trajes. El espacio elegido los dos últimos domingos ha sido el cuarto de baño, convertido temporalmente en taller de costura. No sé a quién se le ha ocurrido la idea de seguir llamando “mosqueteros” a este grupo. En puridad, los mosqueteros eran Carlos, Alejandro y Javi. Entre otras cosas porque Fran ya no estaba. Además, ahora mismo está la guerra abierta entre los supuestos herederos de ese nombre. Entre hoy y mañana se anuncian marejadillas con áreas de grandes marejadas.

Lo anunciaron anoche Fran y Alejandro. La charla fue interesante por dejar ver que Fran enciende la mecha, pone a Alejandro en el disparadero y a este no le cuesta nada irse embalando hasta el punto de no darse cuenta de que va en caída libre directo a despeñarse. Para este gato observador, Alejandro cavó anoche su tumba. No hay nada que pueda ya salvarlo. Mi paciencia tiene un límite y ha sido sobradamente sobrepasado por estos dos niñatos que demostraban anoche una dolorosa ausencia de principios. Entre las cosas más difíciles de escuchar estuvo que Alejandro reprodujese para Fran el contenido del mensaje dejado a Carlos por su hija. De peor gusto aún lo que planeaban poco antes de ir a dormir.

Alejandro y Fran planean decirle a Carlos que han escuchado gritos del exterior llamándole “cornudo”. Diría que la idea es compartida, y a ambos se les ocurrió prácticamente a la vez. La sumisión de Alejandro a Fran es tal que hasta parece como si le transmitiera mentalmente las ideas. Una especie de comunicación mental que parece incluir la orden de ir cavando su propia fosa, lo cual el míster hace con ciega obediencia. Pero tampoco le quitaré culpa a Alejandro. La idea de esa broma tan repugnante es suya también. Y aunque no lo hubiera sido, visto como lo celebraba anoche diría que estaba entusiasmado con ella.

Carlos terminará siendo víctima propiciatoria de todas las bromas de mal gusto en la casa. Por cierto, ayer confirmaba mi teoría sobre que se resiste a creer que lavara sus dientes con el cepillo sucio porque confía en que no habrían dejado que lo hiciera. Escuchaba cómo lo decía Carlos y parecía como si me estuviera escuchando a mí mismo explicando a quien quisiera escuchar que eso era así. Esta nueva broma es punta de lanza de un ambiente que Fran desea tensar hoy para hacerlo explotar mañana. La sucia técnica ya vista, que anoche mismo era practicada por este dúo cada día más siniestro.

El ‘súper’ preguntaba si alguien quería decir algo tras la noticia (ya conocida, como expliqué antes) de que Dani estaba salvado y Carlos había subido a formar parte de la terna de nominados. Como es habitual, solo Carlos se atrevía a hablar y venía a decir cosas sabidas respecto a ese grupo de concursantes que sigue diciendo, fuera o dentro de la casa, que son los otros quienes pactan nominaciones. Resulta que dicen tal cosa los protagonistas de la estrategia que el pasado jueves evitó que quedase alguno de ellos nominado. Además, mienten, porque los otros son tal desastre a la hora de nominar que jamás podrán jugar con ninguna estrategia.

El discurso de Carlos era interrumpido de malas maneras por Laura, como es también habitual. A duras penas lograba el presentador rematar lo que estaba apuntando, que no ofendía a nadie. Su sorpresa por la reacción suscitada era compartida por este gato. Sospecho que también la perplejidad ante el silencio cuando Carlos se apoyaba en Alejandro y Fran preguntando si no estaba diciendo algo sabido y no era el único que lo ve así. Los dos señoritos callaban. No sé si decir que con un silencio cómplice o cobarde. Sí digo que fue un silencio doloroso. Seré raro, pero para mí es más importante ese silencio que todo lo que pudiera decir luego Alejandro. Suficiente para desear que observen ambos desde casa las últimas semanas de concurso.

Lo mejor que le puede pasar a Alejandro es que este jueves salga Fran. Esto pensaba anoche, aunque ahora mismo no tengo preferencias sobre si debe irse uno u otro. La única diferencia es que aún considero que Alejandro puede examinar sus actos una vez fuera y con algunas dosis de autocrítica darse cuenta del error cometido. Su inseguridad y la relación sumisa que mantiene con Fran le han confundido. Sin embargo, de Fran no me espero nada positivo. Con mala intención ha envenenado a Alejandro, sabiendo perfectamente cuáles son sus puntos flacos y por dónde debía atacarlos. Fran sabe que Alejandro está a sus pies y se aprovecha de ello. Todo lo contrario que Carlos, quien deja equivocarse solo al pequeño “Padawan”, sin temer que quiera asesinar a su maestro.

Moleskine del gato

No sé de dónde han salido las dos Lauras, pero a veces parecen sacadas de una película de los años cincuenta. O antes, quizá. La prueba semanal consiste en bailar el ‘Tango de Roxanne’ de la película ‘Moulin Rouge!’. Me deja pasmado ver los inconvenientes que ponen y la pacatería que demuestran por tener que bailar con sus compañeros de encierro. Se trata de bailar solamente. El tango es un baile sensual que en Argentina practican padres con hijas sin rubor. La sensualidad está en cada uno, y no reside en el roce. Lo que hace sexual el baile es el modo de vivirlo y sentirlo. Nada más.

Los porcentajes ciegos que conocimos anoche ponen de manifiesto que Carlos puede estar en peligro. Sospecho que el porcentaje bajo corresponde a Alejandro, en cuyo caso la lucha esta semana estaría entre Fran y Carlos. Estos son los porcentajes: 44,0 %, 43,4 % y 12,6 %.

Dejo cartelera, con Dani Santos y Laura Campos en un revival de ‘Pretty Woman’ titulado ‘Choni Woman’.

[Montaje por Montse Juanilla]